One-Shot

"Lionne"


Hogwarts Colegio de magia y hechicería1992Baño de Myrtle la llorona.

En uno de los cubículos del baño abandonado del primer piso, se encontraba una niña de cabello enmarañado color cacao, vestida con un uniforme de talla grande perteneciente a la casa de slytherin. Sentada en el retrete se encontraba llorando aquella pequeña desconsoladamente. Hace algunos minutos, sus amigos se habían retirado a dormir a la torre de Gryffindor, después de haber cumplido su objetivo con éxito. Sonsacarle información a Draco Malfoy no era nada sencillo, era considerado todo un logro. Su plan con la poción multijugos había sido un éxito al engañar al príncipe de las serpientes.

Pero no todos los planes son perfectos. Hermione Granger había ingerido la poción con un pelo de gato negro. Ella solamente quería convertirse en Millicent Bulstrode, aquella niña perteneciente a la casa de las serpientes que era conocida por tener una gran estatura y complexión robusta. ¿Cómo es que ella iba a saber que Millicent tenía un gato?. Ahora por ser tan descuidada tenía la apariencia de un semi gato de color negro. ¡Incluso tenía hasta orejas y cola!

Ahora el efecto de la poción no duraría una hora como debía ser con normalidad, tendría que ir a la enfermería, pero ella no tenía voluntad para explicar todo lo sucedido. En verdad se sentía muy avergonzada de la situación. La ventaja de todo aquello es que nadie más vería su desgracia a parte de Harry y Ron.

Tan absorta se encontraba la niña en su desgracia que no escuchó al intruso que entró en el baño, hasta que se encontraba frente a la puerta de su cubículo.

— Alohomora. — Mencionó una conocida voz. La castaña se puso alerta inmediatamente.

Frente a ella, abriendo la puerta del cubículo se encontraba Draco Malfoy con varita en mano, mirándola expectante.

— ¿Granger? — Preguntó sorprendido el niño rubio.

— Piérdete Malfoy. — Respondió de mala gana la niña castaña, mirándole frustrada.

En ese momento, Draco dejó de demostrar asombro y dejó salir una carcajada elegante. Hermione se quedó de piedra al ver al chico reir, nunca le había visto ni escuchado hacerlo. Aunque le parecía muy desagradable que el motivo de su felicidad fuera su actual estado felino.

— ¿Qué haces aquí imbécil? — Preguntó fastidiada la niña gato.

— Myrtle me dijo que estabas metida en un problema "peludo". Ella tiene conocimiento de que me resulta fascinante verte en situaciones poco favorables. — Contestó socarrón el de ojos plata, sonriendo de lado.

— Fantasma Cotilla… — Murmuró molesta la gryffindor, mientras evitaba hacer contacto visual con el niño. — No es de tu incumbencia, metomentodo. — Refunfuño la castaña.

— Al parecer la leona sacó las garras, o debería decir ¿Gatita? — Contestó burlón el rubio sin intenciones de retirarse del lugar.

Draco Malfoy pudo apreciar como aquella niña frente a él le miraba con odio, para después dirigir su mirada detrás de él. Llegó a la conclusión de que quizás estaba planeando escabullirse por su lado para salir del cubículo de baño en el que se encontraban. Eso de ninguna manera lo iba a permitir, no señor. No dejaría pasar la oportunidad de fastidiar a Hermione Granger.

— ¿Qué pasa Granger? ¿Te comiste la lengua tú misma? — Preguntó divertido sonriendo de lado, haciendo clara referencia a la frase "El gato te comió la lengua". Hermione pudo apreciar que en los ojos acerados del chico había un brillo malicioso de disfrute por la situación.

— No te voy a dar el gusto, así que fuera de mi camino. — Mencionó la pequeña castaña parándose de su asiento con toda la intención de quitar de su camino al rubio.

Por su parte Draco sonrió astuto como un zorro, decidió que era mejor delatar las intenciones por las cuales se encontraba en ese lugar frente a ella. Pudo apreciar como el pelaje negro se le erizaba a la castaña al igual que su cola, un claro signo de que estaba a punto de atacarlo. Debía evitar su huida del lugar y mantener su integridad física intacta, no la dejaría ir tan fácil sin dejarla en evidencia.

— ¿Es que acaso no tienes modales? Pensaba que al menos eras capaz de ofrecerme una disculpa por lo que sucedió en la sala común de Slytherin. — Dijo fingiendo decepción Malfoy.

Esas palabras fueron suficientes para que Hermione esfumara todo rastro de fastidio y molestia de su rostro, para ser sustituidos por una clara sorpresa y consternación.

— ¿De qué estás hablando? — Preguntó sorprendida la chica de ojos castaños. El príncipe de sly pudo notar como las orejas gatunas de ella se ponían en punta y sus ojos se abrían de más, gestos que delataban su sorpresa de saberse descubierta. Aquella actitud le parecía muy adorable al chico pequeño.

— Hablo de como traicionaste mi confianza y subestimas mi inteligencia. — Contestó Draco fingiendo indignación.

— Ve al punto, serpiente. — Masculló impaciente Hermione.

— Me refiero al plan que ingeniaste para que San Potter y Weasel lograrán escabullirse por mi sala común transformados en Vincent y Gregory. — Explicó arrastrando las palabras con calma. La chiquilla de Gryffindor le miraba sorprendida sin palabras. — Hubiera sido un poco más efectivo al haberlos acompañado tú porque esos idiotas se delatan solos, pero ahora entiendo porque no estabas ahí.— Añadió soberbio mirándola de arriba a abajo. — Estaba esperando a mañana para cuestionarte, pero Myrtle se encargó de pasarme tu ubicación actual.

Hermione suspiró derrotada, sabía que no tenía caso seguir fingiendo demencia ante el rubio. Era claro que él ya sabía todo.

— ¿Qué puso en evidencia a ese par?. — Preguntó cansinamente la chica gato, mientras se volvía a sentar sobre la tapa del inodoro.

— Creeme que es muy extraño ver a un Gregory con gafas redondas, además Weasel era demasiado obvio al imitar la voz de Vincent. Solo tuve que hablar mal de ti y desearte la muerte (aunque no fuera verdad, claro está) para hacerlos quedar más en evidencia. Para rematar, ni siquiera fueron buenos para contener su sorpresa al entrar a la sala común. — Explicó con superioridad Draco.

— Ese par de trolls idiotas. — Murmuró Hermione un poco molesta por la falta de seriedad que pusieron Harry y Ron en el plan.

— ¿No hubiera sido más sencillo que me preguntaras a mi directamente sobre si era el heredero de Salazar? — Cuestionó arrogante el rubio. — Debo admitir que me siento muy halagado de que lo hayas considerado.

— No te ilusiones, fueron Harry y Ron los que llegaron a esa conclusión. Se que eres todo un idiota petulante y ególatra purista, pero no dejas de ser ingenioso. — Dijo Hermione halagando un poco. Draco le miró sorprendido por sus deducciones. — Dudo mucho que te pusieras en evidencia anunciando tu presencia con un aviso en letras enormes de sangre en la pared del colegio después de haber petrificado a la Sra. Norris. No es tu estilo, eres más precavido. — Concluyó de manera analítica la joven castaña mirándole tranquilamente.

Draco Malfoy quería regodearse por los "cumplidos" que le estaba ofreciendo la fémina gatuna. No todos los días podías escuchar cumplidos y vistos buenos salir de la boca de Hermione Granger. Al menos se sentía aliviado que de ella no le considerará un sangre pura más en el mundo mágico. Sabía que era especial para ella, lo descubriría y haría que lo admitiera algún día, más no iba a ser ese en definitiva.

— Pero aún así, les seguiste el juego a ese par, a pesar de saber que era una mala idea. Vaya Granger, que manipulable eres. — Contestó con un poco de decepción Draco.

— Puf. — Refunfuñó la castaña mientras se cruzaba de brazos con fastidio por saberse descubierta.

— Bueno, lo reafirmó. No soy el heredero de Salazar Slytherin. — añadió con tranquilidad el de ojos grises.

— Insisto, ya lo sabía. No tienes que recalcar lo obvio. — Dijo con fastidio girando los ojos la castaña y moviendo su cola de gato de lado a lado impaciente.

— Aún así me debes una disculpa, Lionne. Aunque creo que es diferente castigo que tú poción multijugos haya funcionado bajo condiciones desfavorables en ti. — Dijo Draco mirando con intensidad a la niña, sonriendo levemente de lado.

Aquella mirada intensa debería haber ocasionado que Hermione se sintiera intimidada, pero era todo lo contrario. Los ojos grises de Draco Malfoy de alguna manera le parecían atrayentes e hipnóticos. Estaba dispuesta a seguir perdida en la mirada acerada y brillante del joven niño, pero algo más llamó su atención. Él la había llamado "Lionne".

No sangre sucia, ni mucho menos Granger. La había llamado "Lionne". ¿Qué significaba aquello?.

— ¿Lionne? — Cuestionó balbuceante y desconcertada la castaña de gryffindor.

— Es un sobrenombre que se me acaba de ocurrir. Eres gryffindor, por lo tanto eres una leona. Y tu nombre termina en Mione, así que solo los fusione. — Explicó calmado el rubio. — Es tu culpa, no puedo olvidar este día en el cual te has convertido en un semi gato. ¿Cuándo será la próxima vez en que presencia a Hermione Granger metiendo la pata? — Añadió burlón y de buen humor Malfoy.

La joven niña le miró sorprendida sin decir nada. De repente sintió que sus mejillas se calentaban levemente. Debía admitir que era un sobrenombre lindo, hasta tenía cierto sentido, lastima que se le había ocurrido por las condiciones en las que se encontraba. Draco sonrió orgulloso al ver el leve rubor en las mejillas de la fémina.

— Al menos no es sangre sucia, no está mal. — Sonrió de lado la castaña, tratando de guardar la calma y no sucumbir a sus nervios. — No te daré nuevamente el gusto de verme en una situación tan poco desfavorable.

— Eso espero, eso no sería propio para alguien como tú. — Dijo el niño rubio en tono neutro. Hermione no supo si la estaba insultando o halagando, pero decidió que el chico estaba siendo simpático con ella.

— Bueno, si me disculpas tengo que ir a la enfermería. — Mencionó la castaña mientras se incorporaba de su asiento.

— Espera, antes de que te vayas tengo algo que hacer. — Dijo Draco mientras acercaba con urgencia su mano al rostro de la chica.

Hermione Granger se quedó de piedra ante la acción precipitada del rubio. ¿Qué rayos estaba haciendo?. Sintió como la mano de Malfoy acariciaba su mejilla peluda. Hermione debía admitir que era un toque agradable y cálido. Posteriormente Draco sonrió de lado y con sus dos manos tocó las suaves orejas gatunas de la chica. Está ronroneo involuntariamente.

— Por Salazar, en verdad casi te conviertes en gato. Hasta pareces más dócil. — Dijo asombrado el chico de ojos grises ganándose una mirada fulminante de Granger. — No pongas esa cara, se veía que lo estabas disfrutando. — Añadió burlón, sonriendo.

— Cállate, si no tienes algo más importante que decir, me voy. — Contestó malhumorada la niña de ojos castaños, empujando levemente a Draco para poder salir del cubículo del baño. Malfoy solo rió quedamente y detuvo su huida agarrándola por la manga de su túnica.

— Toma esto, te puede ayudar un poco con tu problemita. — Dijo mientras le tendia un vial de poción de color morado.

Hermione le miró con curiosidad y analizó aquella poción tan extraña. Draco pensó que la chica pondría resistencia y le cuestionaría el origen de aquella, pero para su sorpresa, la castaña se tomó el vial de poción sin titubear. Malfoy en ese momento quiso reprenderla. Si confiaba tanto en su "enemigo" para ingerir una poción extraña, que le esperaría con los verdaderos peligros fuera de Hogwarts.

Para alegría de Hermione, el pelaje de gato desapareció de su cuerpo. Al parecer ya solo le quedaba la cola y las orejas del animal.

— Muchas gracias Malfoy. — Agradeció muy contenta la chica suspirando aliviada. Al rubio le pareció muy tierna su reacción.

— Como sea, ahora ve a la enfermería. Ahora ya casi no queda nada del desastre que has hecho. — Ordenó el rubio soberbio. — Ni una palabra a nadie de esto, Lionne. — añadió en tono conspirador.

— ¿En qué mundo admitiría que me he equivocado y Draco Malfoy tuvo que venir a ayudarme? — Preguntó burlona la castaña. — Desde luego que no le diré a nadie. Ni siquiera me lo creerían.

— Cuánta soberbia tienes, pensé que eras una leona de gryffindor y no una serpiente. — Contestó Draco intrigado por la respuesta de la chica.

— No todos somos lo que parecemos, Malfoy. — Dijo Hermione Granger con una sonrisa ladeada para posteriormente salir del baño del primer piso, perdiéndose de vista.

Draco Malfoy pensó que había perdido la cabeza. ¿Cómo de le ocurría haberla llamado por un sobrenombre cariñoso? Además, ¿Por qué había seguido hablando con ella como si no existiera rivalidad entre ellos?. ¿Por qué se había dignado a ayudarla cuando ella se metió sola en ese embrollo con tal de espiarlo?. No tenía ninguna respuesta clara a sus planteamientos, pero de algo estaba seguro.

— Creo que me caes bien, Lionne Granger. — Dijo en voz baja para sí mismo, mientras sonreía imperceptiblemente viendo la ruta por la cual había desaparecido la princesa de Gryffindor.