¡Bienvenidas y bienvenidos a mi nueva locura!
Aclaraciones: Sin POV definido
Disclaimer: Naruto no me pertenece, de lo contrario el NejiTen sería oficial
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Disfruten la lectura
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Capítulo 1. De cabeza
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¿Alguna vez se han detenido a pensar en cómo podía cambiar su vida de un día para otro? ¿Alguna circunstancia específica que le daría una vuelta de 180 grados a todo? Ella sí, y siempre sonreía sola al pensar que dicha situación sería ganarse la lotería de repente. Claro que para eso primero tendría que comprar un boleto, y para comprar un boleto debía tener 18 años. No solo 15, como era el caso.
No se quejaba de su vida, de hecho se sentía agradecida la mayor parte del tiempo porque a pesar de las limitaciones económicas que tenían, sus padres se esforzaban porque a ella no le faltara nada y siempre priorizaban su acceso a la educación por encima de otras cosas, por ejemplo al pagar el servicio de internet para que pudiera hacer sus deberes. Pero sabiendo que ese año cumpliría sus 16, no podía evitar sentirse un poco triste al ver en televisión las enormes celebraciones que en otros países hacían bien fuera con los 15 o con los 16 y se sentía triste porque eso sería algo que jamás le iba a pasar a ella.
Supo que algo iba mal esa mañana cuando el teléfono de la vivienda sonó y preguntaron por sus padres, al aclarar que se encontraban en el trabajo le dijeron que llamaban de su instituto por una reunión prioritaria al día siguiente. Anotó la hora que le daban y al colgar no pudo evitar sentir que era algo extraño, las clases empezarían en 1 semana y ella estaba esperando el inicio de estas para dejar de estar aburrida en su casa todo el día. Al llegar la noche la primera que llegó fue su madre, saludándola con un abrazo mientras terminaban entre las dos de preparar la cena, ella solía hacer lo básico y era su progenitora quien cocinaba lo más elaborado.
Le contó lo de la reunión a su madre y esta llamó de una vez a su trabajo, excusándose por no haber avisado con tiempo para el permiso y prometiendo reponer las horas. Cenaron solas pues su padre no había llegado aún y era probablemente porque había tenido la posibilidad de trabajar un par de horas extra, cosa que el hombre siempre aprovechada pues era un ingreso adicional.
La tarde siguiente ellas llegaron al pequeño auditorio de la institución, descubriendo que los padres de los estudiantes del curso superior también se encontraban allí. Se sentaron y esperaron hasta que el rector encendió el micrófono que hizo el característico sonido cuando está muy cerca de la bocina y por el cual todos querían taparse los oídos. Empezando a hablar un segundo después, disculpándose por la repentina reunión y el motivo de la misma.
- El plazo para recibir el giro del gobierno era la semana pasada, al no recibirlo hemos estado haciendo las averiguaciones y ya nos confirmaron que no llegará — los padres intercambiaron miradas, preocupados pues al ser una institución estatal dependían por completo de la financiación tanto gubernamental como de algunas fundaciones para su funcionamiento — hemos revisado que recortes podemos hacer y... bueno, la única forma que encontramos para poder funcionar este año de forma casi normal con el nuevo presupuesto es quitando los dos cursos superiores
- ¿Qué está diciendo? — ni siquiera volteó a ver qué madre había dicho eso
- La reunión es precisamente para decirles que este año el penúltimo y último curso no serán dictados, no podemos costear los profesores y el mantenimiento respectivo de los laboratorios que requieren sus hijos
- ¡Falta una semana para empezar las clases! ¡¿Qué pretende que hagamos a estas alturas?!
- ¡No pueden hacernos esto!
- ¡Nuestros hijos no se pueden quedar sin estudiar!
- Calma padres, por favor — sin duda el rector había esperado una reacción de ese estilo — he estado hablando con otros rectores en la ciudad, tocando puertas y tratando que reciban aunque sea de a uno de sus hijos, ha sido una semana ajetreada pero logré conseguir 76 cupos en otros institutos del estado — por fin hubo una especie de silencio
- Son 80 estudiantes — ese fue un padre que tenía 2 hijos que se llevaban apenas un año y por eso estaba enterado de la cantidad de alumnos en los 2 cursos respectivamente
- Así es, hablé con un instituto más, un colegio privado de renombre quien se ofreció a otorgar 4 becas a los mejores estudiantes, los 2 mejores de cada curso serán los beneficiados y su año escolar será allí
- ¿Los institutos quedan cerca?
- Están por toda la ciudad, me gustaría decir que conseguí que fueran dentro de nuestra misma zona pero ninguna escuela estaba en la capacidad de crear tantos cupos de la nada
- Tendremos que pagar transporte
- Es eso o que no estudien este año — una forma simple de verlo que hizo que todos asintieran, al menos nadie se quedaría sin estudiar — ahora por favor en orden pasen a la pared, allí están publicadas las listas y el nombre del instituto al cual fue asignado cada estudiante. Ama, Gōjo, Konoē y Usui — leyó el hombre y su madre se quedó congelada al oír su apellido — felicidades, son los seleccionados para la beca. Por favor pasen con mi secretaria para la información completa
Tanto ellas como los demás que nombró el rector se acercaron a la secretaria, la mujer les entregó un folleto que mostraba la información del prestigioso colegio privado que quedaba en la otra punta de la ciudad, dándoles también una carta con la cual deberían acercarse a una tienda específica en la que 3 uniformes le serían entregados a cada uno. En ese momento lo único que su progenitora pudo fue agradecer por la oportunidad y ella por su parte preguntarse qué implicaciones tendría para su vida exactamente.
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Se observó en el espejo para estar segura que su nuevo uniforme no tenía ninguna arruga, le habían entregado uno para los días en que tuviera deportes y otro igual al que tenía para los demás. Este se componía de una falda roja a cuadros, una camisa blanca, un chaleco y blazer de color azul oscuro con algunos detalles en rojo y un corbatín también rojo. Sus medias negras justo sobre su rodilla y los zapatos perfectamente lustrados, se mordió el labio ante el reflejo, sin duda se veía como las estudiantes de las fotos que tenía el folleto. Se peinó su cabello en sus habituales chonguitos y tras empacar lo necesario para ese día, incluyendo el almuerzo que su madre le había dejado listo en una taza pues la jornada en el nuevo colegio era un poco más extensa que la anterior.
Se despidió con un abrazo de sus padres que saldrían poco después que ella hacia sus respectivos trabajos y fue al paradero del autobús. Había revisado varias veces el número de ruta que debería tomar, internet decía que era un recorrido de 40 minutos con condiciones de tráfico normal, debía sumarle al menos unos 10 minutos más por los atascos de la hora punta en la mañana así que tenía que salir mínimo 1 hora antes. El autobús pasó tan pronto llegó al paradero y no hubo ningún inconveniente en el recorrido, por lo que llegó temprano y a pasos lentos se adentró en la enorme edificación.
Los pasillos y zonas verdes se estaban llenando de jóvenes que se saludaban y hablaban con entusiasmo sobre sus recientes vacaciones y celebraban su reencuentro. Ella tan solo caminaba tratando de encontrar su aula asignada, el día anterior le había llegado a su correo el horario para ese año y no quería ser la novata que preguntaba donde quedaba cada cosa, no quería llamar la atención sobre su persona de forma innecesaria. Cuando encontró el letrero con el número apropiado se asomó, había algunos estudiantes allí sentados que no le prestaron mayor atención por lo cual avanzó hacia uno de los puestos junto a la ventana y descargó su mochila antes de sentarse a esperar que el tiempo pasara.
- ¿Escuchaste el rumor? — oyó que decían entre ellos el grupo que ya estaba
- ¿Cuál rumor? Llegamos apenas anoche del viaje y mi madre no quiso dejarme quedar en casa. Necesito vacaciones de mis vacaciones
- Es serio, este año tendremos nuevos compañeros
- Todos los años tenemos nuevos compañeros, así como algunos se van porque sus padres se mudan de país
- No, no, es diferente... es malo
- ¿De qué hablas?
- Mi madre me contó que el rector decidió cambiar la obra social que hace el colegio cada año y en lugar de hacer una donación o lo que sea que hace, decidió ofrecer unas becas
- ¿Becas?
- ¿No lo entiendes?
- Becas para gente sin recursos, ¡tendremos un par de pobretones entre nosotros! — sintió su e espalda tensarse al escuchar que se referían de esa forma a ella
- ¡No!
- ¡Sí! Mis padres estaban como locos, varios en el club estaban diciendo que trataron de hacer que el viejo Ōnoki cambiara de parecer, pero ya sabes cómo es
- Un anciano con chocheras de su edad, seguro ya está senil
- Mi papá no pudo cambiarme de colegio, pero dejó muy claro que debo estar atento a quienes son y no juntarme con ellos ¿te imaginas? ¿Nosotros junto a un pobretón?
- Qué asco, en serio
Apretó sus puños de forma involuntaria y se dedicó a ver por la ventana, tratando de no escuchar más de una conversación que aunque la involucraba, no le incumbía. Unos minutos después alguien se sentó en el puesto de adelante y la saludó.
- Michiko — sonrió al verla — buenos días
- Casi no llego, esto queda en la quinta porra — se empezó a reír suavemente, era bueno tener una cara conocida cerca
El docente llegó poco después y empezó a dar la bienvenida, explicar un poco de lo que les esperaría ese año en esa materia y ya que era su penúltimo año debían prepararse para el examen de estado que presentaban todas las instituciones a nivel nacional antes de graduarse y del cual se esperaban resultados excelentes, mantener siempre en alto el prestigio del colegio. Luego de eso dijo que tenían caras nuevas, un joven se presentó, contando que su padre había sido transferido recientemente al ser nombrado director de una importante multinacional. Y le tocó el turno a ella.
- Mi nombre es Tenten Ama, tengo 15 años...
- ¿Ama? — ella asintió — Eres una de las beneficiarias de la beca — la tensión que se formó en el salón se podía cortar con un cuchillo y los murmullos empezaron de una vez, señalándola sin ningún tipo de miramiento y empezando a verla de forma despectiva
Se sentó, escuchando que Michiko solo aclaraba que su apellido era Usui y ya. Oficialmente acababan de ser declaradas las parias del salón y al salir al primer receso de clases se dieron cuenta que no era solo del salón, era de todo el colegio. Los estudiantes de último año tenían una hora diferente de receso y solo por eso no buscaron a sus dos compañeros del anterior instituto a ver si les había pasado lo mismo, aunque era muy probable.
Afortunadamente las dos tenían las mismas materias y el mismo horario, así que empezaron a andar juntas para todas partes, teniendo así alguien con quien estudiar y compañía pues parecía que nadie las quería tocar ni con un palo, además que los diferentes murmullos cuando ellas pasaban seguían allí. Lo único que tenía era que sobrevivir ese año, con algo de suerte para el siguiente podrían regresar a su colegio anterior o al menos conseguir un cupo en otro instituto en el que no fuera tratada de esa forma. Eso era, sobrevivir y tratar de no sentirse afectada.
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Los docentes estaban satisfechos con su desempeño, al menos académicamente había demostrado el porqué había sido elegida para la beca y el reporte de notas de su primer trimestre así lo demostraba. Incluso si tenía en cuenta que la primera semana varios de los docentes habían estado midiendo si realmente ella estaba "a la altura" del colegio, al profesor de inglés le había parecido sorprendente que dominara el idioma a pesar de ser de un instituto estatal y apenas ese año estaba estipulado en el programa que empezarían con el francés, así que estaba al mismo nivel que la mayoría de sus compañeros que también lo aprendían de 0.
Esa semana en clase de química escuchó al profesor pedirles a todos que hicieran parejas y ella se quedó en su puesto sin ver a nadie, Michiko estaba resfriada y no había asistido ni el día anterior ni ese, por lo cual planeaba simplemente hacerse sola, no es como si alguien quisiera trabajar con ella además.
- Tengan en cuenta que el compañero que elijan para hoy será también con quien desarrollaran el proyecto de aula que tendrán que entregar a final de año — bien, ya pondría al día a su compañera. Uno a uno el hombre fue pasando por las mesas que ocupaban las parejas, ella estaba en la primera hilera al fondo — ¿Con quién trabajara señorita Ama?
- Con Michiko, se encuentra de baja médica por hoy pero...
- No, no, no — movió el dedo a la par de las palabras — el experimento de hoy requiere 2 personas, según mi lista de asistencia faltan 2 estudiantes o sea que hay un número par de asistentes
- Puedo hacerme sola, estoy segura que...
- Dije que no
- Puedes hacer pareja conmigo — la voz llegó desde la mesa del lado opuesto al que ella estaba. Parpadeó lentamente, había visto a esa compañera antes pero no tenía ni idea quién era o le había dirigido la palabra con anterioridad
- Bueno, ya escuchó a la señorita Inuzuka. Problema resuelto — resignadamente tomó su cuaderno y avanzó por el salón hasta la otra mesa
- Soy Hana — la chica le extendió la mano y ella la tomó con temor
- Tenten... — abrió de nuevo su cuaderno para anotar las instrucciones del profesor cuando les explicó la asignación para ese día, entregándoles algunas probetas y tras finalizar esa parte fue a la pizarra para empezar a explicar el proyecto de aula — ¿no te molesta saber qué tendrás que trabajar conmigo el resto del año?
- ¿Por qué me molestaría? Eres buena estudiante — ella sonrió, agradeciendo que no la rechazara como hacían todos los demás por su procedencia y se fijara en lo académico.
Al terminar esa clase fue a su clase de francés y luego fue el turno de literatura inglesa, en donde notó que no había fijado antes que Hana también estaba allí. Se sentó en su lugar usual y escuchó a la profesora explicar también algo del proyecto de aula que empezarían a desarrollar ese mismo día. Repitiéndose de nuevo lo de ser en parejas y que la docente refutara el que se hiciera con su compañera ausente. Viendo que la Inuzuka le hacía señas para que trabajaran las dos de nuevo. Y pues no es como si tuviera otra opción.
No se había dado cuenta que Hana era bastante solitaria en general, en las clases que la vio acompañada de otros compañeros parecía quedarse relegada entre los demás y guardar silencio, probablemente por eso no había tenido una pareja ya definida con la cual trabajar, como sí la tenían los otros. Al salir de la clase de literatura caminaron juntas a la última clase y desde ahí empezaron a hablarse, saliendo juntas a los recesos.
Cuando fue a ver el fin de semana a Michiko para prestarle los apuntes y que se pusiera al día de lo que se había perdido por su enfermedad la escuchó quejarse de los docentes que no la tuvieron en cuenta y ahora a saber con quien le iba a tocar hacerse o trabajar sola, le mencionó que habían dicho que otro compañero también faltaba pero ninguna de las dos tenía idea de quién podría ser. El lunes de regreso al colegio esta habló con el profesor y este le dio el nombre de su susodicha pareja, alguien que casi nunca iba a clase porque sus padres vivían viajando por el mundo y casi nunca estaba en el país, es decir que estaba prácticamente sola en el proyecto de las dos asignaturas. No hubo problema en la adición de Hana a sus recesos, la joven era calmada y agradable por lo que combinaba bien con ellas dos que también se dedicaban a no llamar la atención.
Un mes después de empezar el proyecto Hana la invitó a su casa, habían estado quedándose a veces en la biblioteca del colegio recolectando toda la información posible sobre lo que iban a hacer para sus proyectos. Pero era el momento de empezar a ver si la teoría era aplicable a la práctica y además que en la biblioteca no estaban muy cómodas que se dijera pues era cerrada tan solo una hora después que las clases finalizaban.
- Vamos a mi casa — era obvio que ella no podía contestar y decir que mejor fueran a la suya — tenemos un estudio completo en el que seguro encontraremos algo
Asintió pues no podía rebatirla, iba a preguntarle por la ruta de autobús para ir cuando vio que la Inuzuka se dirigía segura a uno de los tantos carros negros lujosos que solían estacionarse frente al colegio y le hacía señas para se subiera también. Los vidrios estaban parcialmente tintados pero aun así se podía ver hacia afuera, a medida que el auto avanzaba se adentraba en un barrio en el que cada casa parecía más grande que la anterior, deteniéndose finalmente unos minutos después frente a una enorme propiedad que abarcaba prácticamente toda la cuadra.
Trató de no lucir excesivamente deslumbrada ni por el tamaño ni por todos los detalles que gritaban lo lejos que ella estaba de casa y que jamás sabría lo que era vivir en un lugar así.
No, ni aunque se ganara la lotería podría vivir en un lugar semejante.
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En el oneshot del día 6 del mes NejiTen hice una historia con infidelidad y dejé dicho que quería extenderla y poder explicarla mejor, si la leyeron ya saben más o menos de qué irá esto, solo que ahora sí será largo y con calma. La historia será lineal (tengo muchas historias no lineales y no quería hacerla de esa forma), por lo cual primero nos daremos un paseo de varios capítulos por el KibaTen y más o menos a mitad de la historia (o un poco más) llegará nuestro querido Neji con su propio POV y todo lo que no alcancé a explicar de él en el oneshot.
Creo que ya saben que siempre me equivoco en las cuentas de capítulos (y salen muchos más de los que he pronosticado) pero les aviso de una vez que Neji aparecerá por primera vez por allá en el capítulo 13 o 14 (y los capítulos están de mínimo 3000 palabras), así que se pueden ir haciendo una idea de la extensión de esta historia.
Sin más, espero le den una oportunidad a este KibaTen KibaTenNeji NejiTen o algo así.
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Les recuerdo que todos los comentarios son bien recibidos en forma de review y que pueden ir a darse una vuelta por mi twitter (Idamariakusajis) ahora que la locura del mes NejiTen ha finalizado y estoy organizando los nuevos proyectos a empezar.
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Att: Sally K
