Hola.
Este es mi primer fic de Shingeki y de esta parejita que me encanta.
Ojalá les guste.

Nada me pertenece, solo la historia que escribí para divertirme.

Llegando a ti

Eren, desde pequeño había admirado al hombre más fuerte de la humanidad. No importaba la expedición que fuera, aquella persona siempre regresaba y normalmente sin ningún rasguño. Él era un ser único y especial con una fuerza inigualable a la que Eren aspiraba poder llegar a ser.

No solo deseaba la libertad, también la quería conseguir al lado de aquella persona.

Esos habían sido sus pensamientos de niño cada vez que observaba a Levi participando en expedición tras expedición. Claro que también estaba al tanto de las otras personas, pero nadie superaba a Levi.

Ahora, logrando su primer objetivo de ser parte de la Legión de Reconocimiento y trabajando para aquel hombre decidió que no lo defraudaría y cumpliría con todas sus expectativas.

Sería el mejor sin ninguna duda.

¡Pero qué difícil era!

Ahora que convivía con el capitán y podía verlo en casi todo momento, se dio cuenta de lo especial, único y complicado que era.

Su carácter era tan serio y pulcro como en las expediciones, pero también era mal hablado, extrañamente una persona que seguía las reglas y algo bajito, aunque lo último la verdad no era muy importante.

La verdad es que solo le había sorprendido el hecho de que a aquel hombre le gustara seguir las reglas. Tanta autoridad, tantas opciones de poder hacer lo que quisiera por sus habilidades y el seguía las reglas a pesar de todo.

Extraño, pero interesante. Pero a pesar de todo eso deseaba llamar su atención, deseaba ser el mejor y poder estar a la altura de aquel maravilloso ser.

Al principio pensó en demostrarle su determinación para matar a los titanes, pero básicamente todos los que estaban en la Legión tenían la misma meta, aparte de conocer el exterior por lo que aquella idea quedó de lado rápidamente. Como segunda opción se le ocurrió mostrarle lo bien que podía manejar su equipo de maniobras 3D, pero hasta la fecha no habían tenido la oportunidad de utilizarlo ya que Hange lo tenía yendo de experimento en experimento y apenas conseguía llegar a tiempo a los entrenamientos.

Ahora, mientras barría y pensaba en sus fallos por lograr mostrarle a Levi lo valioso que podría ser comenzaba a perder las esperanzas. Mientras batallaba contra unas hojas que no deseaban salir de su lugar se le acercó aquella persona por la que tanto ansiaba llamar su atención.

- Oi. – Levi lo observó con seriedad y quizás algo de enojo, a Eren todavía le costaba diferenciar los estados de ánimos de su superior, pero le gustaba pensar que estaba mejorando en aquel importante ámbito.

- ¡Si! – Rápidamente se enderezó. Mejor responder con fuerza a enojar más al hombre.

- Barres como la mierda. - Levi, como siempre, le dijo su verdad sin tapujos logrando con ello desanimarlo un poco más de lo que ya estaba.

- Ya veo. – Suspiró con resignación.

- Tch. – El hombre tomó la escoba y se colocó cerca de Eren que ante la cercanía se le detuvo la respiración. – Así idiota. – Y mientras hablaba le mostraba como se debía barrer.

- Entiendo. – Fue lo único que pudo decir ante el nerviosismo que sentía al estar tan cerca de aquella persona, si se acercaba un poco más podría llegar a sentir aquellos cabellos contra su rostro, pero por ahora se conformó con sentir su olor y calor.

- Ahora tú. – Levi, ignorando sus pensamientos, le entregó la escoba y luego cruzó los brazos mientras lo observaba para comprobar el fruto de su enseñanza.

Eren, aun con los nervios a flor de piel, comenzó a barrer de la forma que le mostraron. Levi siguió con su rostro serio hasta que afirmó con la cabeza en señal de aprobación.

- Al menos sabes retener bien las cosas nuevas que se te enseñan.

Con otro asentimiento el hombre se retiró y Eren continuó barriendo sintiendo las mariposas en su estómago para que una nueva idea de poder cumplir con las expectativas de su superior y así llamar su atención para poder ser visto como un igual nació.

Tal vez aun no podía mostrarle sus habilidades para matar titanes, pero si le mostraría lo bueno que podría ser a la hora de limpiar.

¡Sería el mejor! Luego del capitán, claro está.

Su primer intento se podría decir que no salió muy bien ya que confundió el limpia vidrios con el aceite y dejó todas las ventanas del castillo pringosas y pegajosas haciendo que el hombre lo pateara con fuerza en el estómago.

- ¿Cómo no sabes algo tan básico? – Levi lo observaba con un claro gesto de desagrado mientras tocaba con un dedo una ventana, ahora era asco lo que expresaba. – Será una mierda sacar todo esto.

- ¡Lo siento mucho! – Él, por su parte, se encontraba lo más derecho que posible.

- Ven Eren. – Le dijo luego de suspirar con cansancio. – Te enseñaré lo básico para sacar esto y limpiar los vidrios como es debido.

- ¡Si! – Le siguió sin protestar.

Luego de que Levi le enseñara sobre cada cosa que estaba en la cocina y cuál era su función le pidió que juntara agua caliente con jugo limón indicándole que con aquella mezcla podría arreglar el desastre que había hecho para luego seguirlo mientras observaba su trabajo atentamente.

Eren sentía que el corazón se le iba a salir por la garganta al ver aquel rostro serio reflejándose en el vidrio observándolo atentamente. ¿Cómo alguien podía intimidar y a la vez emocionar de aquella forma? ¿O era algo que solo le pasaba a él?

- Sigue trabajado mocoso. – Expresó el otro al notar como la mente de Eren se iba a otros lados.

- ¡Si! ¡Perdón!

Algunas horas pasaron y Eren ya sentía algo de sueño, pero apenas llevaba la mitad del trabajo hecho.

- ¿No tiene sueño capitán?

- No. – Levi seguía apoyado en la muralla y con los brazos cruzados.

- Ya.

- ¿Tú sí? - Eren detuvo su limpieza para observar al otro hombre.

- Si, un poco. – Prefirió decir la verdad.

- Supongo que es lo normal.

- ¿Qué quiere decir? – Aquella respuesta lo había sorprendido la verdad.

- Supongo que todos tienen sus propias horas de sueño. – Levi se rascó un poco la cabeza y luego miró a otro lado. – Yo solo necesito una horas para estar bien.

- ¿Qué? – Definitivamente no se esperaba aquello.

- Tch, pues eso. – Levi regresó su mirada para enfrentarlo. - ¿Algún problema con ello?

- ¡No, claro que no! – Volvió a su trabajo. – Solo que no pensaba que pudiera dormir tan poco. "Y ser tan genial e increíble" – Terminó en su mente aquello último.

- Ya.

- Yo al menos necesito unas 6 horas para sentirme descansado. – Optó por seguir. No siempre tenía la oportunidad de hablar con el capitán, lo mejor sería aprovecharlo.

- Eso es un montón de mierda de horas. – Eren comenzó a reír ante las expresiones del hombre.

- Si, supongo que sí. – Se giró para verlo y le sonrió directamente. – Pero como dijo, para todos es distinto.

- Ya mocoso, sigue trabajando. – Expresó el otro dando a entender que la conversación había terminado, pero a Eren la verdad no le importaba.

- ¡Si!

Que decir que no durmió esa noche por tener que sacar todo ese desastre, mas no se arrepentía de nada. Menos cuando estuvo todo ese tiempo junto al hombre que tanto admiraba y su atenta mirada, además de que pudo saber un poco más de este gracias a ello.

¿Podía considerar aquello como un logro? Él pensaba que sí y aprendió cosas nuevas de limpieza.

Lo tomó como un primer éxito.

Su segundo intento por llamar la atención de su capitán llegó a la semana siguiente. Ya todo un experto en limpiar vidrios le hicieron cambiar de tarea siendo ahora el encargado de trapear la cocina. Obviamente aceptó su nueva misión dispuesto a hacerlo genial para impresionar a aquel hombre.

Ese día se encontraba un poco extraño por culpa de los experimentos de Hange, pero no se dejaría vencer tan fácilmente, incluso decidió limpiar el suelo de todos los cuartos del castillo, de seguro con ello el Capital Levi sabría que trabajaba aún más que el promedio.

Dio su mayor esfuerzo a pesar de sentirse un tanto extraño más consiguió finalizar con lo pensado, pero, de alguna forma que aún no podía saber, terminó utilizando vinagre en vez de limpia piso consiguiendo con ello que no solo la cocina apestara, sino que todo el castillo.

Aparte de recibir otra patada de su superior terminaron cocinando y comiendo a la intemperie porque este se negó tajantemente a comer en un lugar oliendo a esa clase de mierda y mucho menos dormir.

Todos observaron a Eren con cierta molestia al saber que dormirían a la intemperie, Eren, por su parte, solo deseaba que la tierra se lo tragara por la vergüenza ante su descuido y Hange tampoco ayudaba mientras continuaba riéndose y burlándose sobre su situación.

Luego de la cena y con los ánimos por el suelo se mantuvo acostado algo alejado del resto mientras se dedicaba a observar las estrellas. En algún momento escuchó como alguien se acercaba a su lado para luego acostarse cerca de él, esta vez se sintió un poco molesto, no andaba de ánimos para aguantar los comentarios de Hange.

- No estoy de humor para más bromas. – Terminó por decir aun con la vista en el cielo.

- Como si me gustaran las malditas bromas.

El claro tono de su capitán le hizo casi saltar, rápidamente se sentó para ver al hombre acostado al lado suyo y viéndolo con una ceja levantada, su boca se abrió y cerró sin poder decir algo coherente.

- ¿Algo que decir mocoso? – Como siempre Levi empezó a perder la paciencia.

- No… yo… - Al percatarse como sus respuestas hacían enfadar más a su superior optó por volver a acostarse.

El silencio se mantuvo por algunos minutos, a lo lejos se podía escuchar uno que otro ronquido por parte de los otros miembros.

- Lamento haberme equivocado. – Susurró.

- Tch, ni me sorprende que haya pasado. – El comentario de Levi le dolió. – Pero Hange me contó tu situación así que es algo comprensible.

- ¿Eh? – Miró con sorpresa al otro.

Levi le respondió la mirada y asintió con la cabeza.

- Esa loca está chupándote la vida con cada experimento, debí haber estado más atento ante lo obvio.

¿Acaso le estaba diciendo que no era su culpa? ¿Era una clase de disculpa por parte del otro? Se sonrojó ante la atenta mirada del hombre sobre su persona y regresó su atención al cielo estrellado. Su corazón palpitaba como un loco. Siempre era lo mismo cuando tenía al capitán a su lado.

Le gustaba y lo odiaba por igual. A veces olvida su propio nombre cuando lo miraba de aquella forma, pero a la vez deseaba perderse en aquella mirada.

Deseaba ser reconocido por el capitán, deseaba ser importante para él. Ser su apoyo, su amigo… su… algo, algo más, algo mayor y profundo. Deseaba enterrarse en aquel hombre de tal forma que no pudiera olvidarlo y que sintiera lo mismo que él.

Malditas emociones de adolescente. Maldito Levi por ser como era.

- ¿Le gusta ver el cielo capitán? – Tal vez podría aprender algo más de aquel ser esta noche, nunca estaba mal probar suerte.

- El cielo ¿eh? – De alguna forma el otro se escuchó distinto.

- De niño me encantaba ver las estrellas. – Sonrió ante el recuerdo. – Mikasa y Armin me acompañaban. Nos gustaba contar historias sobre lo que haríamos una vez saliéramos de los muros.

Aunque más que nada era él hablando de eso, Mikasa siempre escuchando en silencio y Armin aportando con información de aquel libro que tenía sobre el mundo exterior.

Un silencio le siguió luego de su comentario. ¿Se habría quedado dormido? Lo dudaba, Petra le había dicho que el capitán solía dormir en un sillón o incluso una silla. Tal vez no le gustaba lo que estaba contando.

- Yo… - Trato de corregir su error.

- No tuve la oportunidad de ver el cielo como tu mocoso. – Comenzó a hablar el otro y Eren rápidamente se mordió la boca para dejarlo continuar. – Nací en la ciudad subterránea y si no te has enterado, allí no hay un cielo que ver aparte de un montón de tierra, miseria y más mierdas por el estilo.

Otro silencio. Eren recordaba a Petra haberle dicho algo al respecto, le había sorprendido, pero mas el que fuera cierto. ¿Eso significaba que realmente su capital fue un matón años atrás?

Indiferente a eso ¿cómo sería vivir en un lugar sin un cielo estrellado, sin poder sentir los rayos del sol? Apenas podía imaginarse un lugar de ese tipo y aquel hombre vivió ahí.

- Pero una vez que salí. – Eren movió un poco la cabeza para poder captar las expresiones de su superior.

Levi seguía acostado, viendo el cielo y con el rostro serio, pero con un algo brillando en sus ojos que él podía darse una idea de lo que podría ser. Libertad o parte de ella.

Levi estuvo encerrado en una jaula muy pequeña y al momento de librarse de ella supo lo que era ser un poco más libre, pero apenas era una probada porque aún faltaban otras jaulas por abrir.

- Supongo que si me llamó la atención al principio. – Cuando lo deseaba Levi podía ser bien comunicativo, pero esto de seguro no era usual en el hombre. Quizás por eso se demoraba un poco en hablar. Eren sintió algo cálido en su pecho al pensar en eso. Quizás él podía ser de confianza para aquel hombre. – Pero las prioridades suelen cambiar y con ello lo que nos gusta ver.

¿Había dolor en su expresión? Era mínima y casi podía pasar desapercibida, pero no para Eren. No para él cuándo deseaba desesperadamente saber más de aquel hombre y de todos los gestos que este pudiera hacer o mostrarle.

- Entiendo a lo que se refiere. – Desde que empezó a convertirse en titán las cosas o las prioridades habían cambiado radicalmente y ver el cielo ya no era una de ellas.

- Como si un mocoso entendiera de cosas adultas.

Más que un insulto pareciera que Levi deseara molestarlo.

- Hago cosas de adultos. – Soltó sin evitarlo.

- Es cierto. – Levi nuevamente lo observó. – Una lástima para todos ustedes, pero esta es la realidad de mierda que nos tocó vivir.

Eren iba a responder con algo cuando la voz de Hange se hizo presente.

- Ven mocoso, te enfermaras si te quedas solo en este frio del mal.

Levi fue el primero en pararse mientras golpeaba con su mano el hombro de Eren. Este último observó como el capitán miraba el cielo nuevamente en silencio. ¿Estaría recordando o pensando en alguien? ¿Tal vez recordando algún suceso del pasado?

Deseaba saber tantas cosas de él, necesitaba mostrarle lo valioso que podría ser para su persona.

Pero por ahora solo grabaría a fuego en su memoria el rostro contemplativo de aquel hombre mientras observaba a la distancia sobre un cielo estrellado.

Hermoso. Era una de las tantas palabras en las que podía describir a aquel hombre.

Hange nuevamente se hizo notar y al final los dos regresaron con el grupo.

Eren tuvo que aguantar más bromas por parte de la mujer junto a las miradas molestas de sus compañeros. Pero al menos el capitán sabía por qué pasó aquello y con eso le bastaba para estar tranquilo.

Mientras él lo supiera Eren seguiría adelante.

La primera vez que arruinó su intento por impresionar al capitán supo sobre las horas de sueño de este, la segunda vez aprendió un poco de su pasado.

No entendía el cómo al meter la pata sin querer le servía para hablar con Levi. De verdad no lo entendía, pero no se quejaba.

Aunque las patadas del capitán realmente dolían. Y quizás se las daba con fuerza consciente de su capacidad para regenerarse.

Pero ya tendría más oportunidades de mejorar y llamar su atención.

Solo debía seguir esforzándose y lo conseguiría.

Porque si con ello podía aprender más de aquel increíble hombre, Eren cometería una infinidad de errores más solo para tener una oportunidad de hablar con él.

Pero al menos ya era bueno en limpiar vidrios y trapear pisos.

Ahora debía mejorar en esas dos tareas y ser el mejor, después aprendería de las otras cosas y estaba seguro que cuando lo consiguiera Levi lo miraría con aprobación.

La limpieza y la aniquilación de titanes iban de la mano y Eren se encargaría de ser el mejor en ambas.

Por otro lado, Levi se sentía gratamente sorprendido ante la actitud del muchacho. Quizás había metido la pata en algunas oportunidades, pero había aceptado el castigo, aprendido de su error y seguido adelante para dar un resultado más que satisfactorio.

Ni Petra había aprendido tan rápido o bien como lo hacía este mocoso y eso, para sus estándares, era decir mucho.

Definitivamente el chico era tenaz y de gran voluntad, solo necesitaba que lo llevaran por el buen camino.

Y por suerte él estaba dispuesto a hacerlo.

No por nada había llamado su atención aquel día en la prisión con Erwin a su lado.

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