Disclaimer: Por la presente, renuncio a todos los derechos y responsabilidades de los personajes titulares de esta incursión previa al amanecer... especialmente para aquellos que necesitan que se les diga dos veces. Un gesto de reconocimiento va hacia Rumiko Takahashi por su destreza creativa.

Explicación: Esta colección es el marco de mi participación en la comunidad de Live Journal FirstTweak, que conduce desafíos y concursos exclusivamente para la pareja Inu/Kag. Los drabbles y one-shots de En silencio están encerrados en su propio mundo, pero también funcionan juntos como una narrativa unificada — una historia de amor.


Inmóvil

La luna aún regía en el firmamento cuando Inuyasha se arrastró por debajo de la estera de bambú que cubría la puerta de Kaede. Los cielos nacarados empezaban a adquirir tonos pálidos de rosa y coral, pero la mirada del medio demonio estaba fija en el oriente. Todos los días amanecía, y él estaba mucho más interesado en el tipo de cosas que no ocurren tan frecuentemente... o con tanta facilidad.

Pies descalzos recorrían un camino que se había vuelto familiar en la última semana, aunque la dureza del terreno le daba una sensación de virginidad. Con zancadas poderosas, cubrió la distancia que le separaba del viejo pozo, y se entregó a sus profundidades. Sólo es para revisar... para estar seguro. Era difícil explicar la razón que neceesitaba para convencerse a sí mismo de que todo estaba bien. Ya en el nádir de aquella infinita oscuridad, sintió el tirón de una transición. Perfecto.

Inuyasha no sabía por qué funcionaba, pero lo hacía, y eso era todo lo que importaba. El pozo devorador de huesos lo conectaba con la era futura de la que venía Kagome. Gracias a ella, había despertado. Su mundo había cambiado en muchas formas pequeñas —y generalmente frustrantes— mientras el sello lo mantenía esclavo de aquel árbol, pero algunas cosas nunca cambiaban. Miedo. Desconfianza. Desprecio. Todos los humanos lo veían de la misma manera. Menos ella. Tal vez por eso sentía esa necesidad casi compulsiva de asegurarse de que seguía a su alcance.

Con un sigilo que sabía no era necesario, Inuyasha corrió a través del patio vacío del santuario y saltó al tejado de la casa de Kagome. Abriendo una ventana con cautela, entró, aterrizando de un suave golpe al lado de su cama. Su cabello sedoso se derramaba entre las sábanas rosas; sus finas pestañas cubrían esos intensos ojos castaños. Sin atreverse siquiera a parpadear, el medio demonio se acercó más a su rostro. Su respiración calma, sus latidos constantes, su aroma cálido — todo en ella lo calmaba. Kagome era real — la extraña, gentil, hermosa chica que confiaba en él.


Posdata: Este drabble fue originalmente escrito por la usuaria forthright para la comunidad de Live Journal FirstTweak y su prompt del Concurso #01 — Amanecer. 300 palabras en inglés, 346 palabras en español. Posteado por primera vez el 1 de julio de 2009.