CHAPTER 1
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"Si eres mujer, no deberías subestimar a otras" Golpeó con fuerza la cabeza de Kaguya. Sabía que sus compañeros no desperdiciarían la oportunidad.
"¡Ahora!" Sasuke y Naruto estaban listos para ejecutar el jutsu
"Rikudo Chibaku Tensei" El rubio y el azabache exclamaron. Después de tantos sacrificios… Al fin, lo habían logrado.
"¿Otra vez?" Pensó con indignación la Ootsutsuki.
"Yo, la creadora del chakra. Derrotada por estos chakra dispersos…
¿¡Por qué?!"
"Si no fuera por esta mocosa…" Antes de que el sellado se ejecutara, la albina apuñaló a la pelirrosa y abrió otro portal, con el objetivo de mandarla lejos. No dejaría que se salieran con la suya.
El dúo solo tenía dos opciones: completar la técnica o apoyar a su compañera.
Pero ya sabían lo que debían hacer…
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Ella lo entendió. Kaguya debía ser sellada.
Antes de desaparecer, les regaló una sonrisa sincera, no reflejaba arrepentimientos ni rencores.
"¡Sakura!"/"Sakura-chan" Gritaron los dos chicos al ver que el cuerpo de su compañera se perdía en la nada.
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En el Pueblo de Hage, dos muchachos estaban compitiendo por separado, para comprobar quién sería el primero en juntar más cantidad de leña; pero definitivamente no esperaban que algo cayera del cielo a una gran velocidad.
Asta forzó su vista para observar a… ¿una persona? Que tuvo la desgracia de aterrizar desde grandes alturas. El individuo había aterrizado a unos cuantos metros más, en las profundidades del bosque.
Se acercó con miedo. Ningún humano sobreviviría a eso. Por si fuera poco, se había formado un gran cráter, como consecuencia del impacto.
El chico pasó saliva antes de acercarse a paso inseguro.
Antes de que el peligris pudiera asomarse, una mano emergió, la cual buscaba apoyarse en el suelo.
"¡AAAAAAAA!" Retrocedió unos pasos para guardar distancia pero no lo logró al tropezar con una piedra.
"¿¡Qué sucede, Asta!?" Yuno se aproximó lo más pronto posible para con su viejo amigo de la infancia, el cual estaba de cuclillas
"Una-" Tartamudeó "Una mano salió de allí" Respondió asustado. Señaló con el dedo índice la causa de su estado actual
El pelinegro comenzó a concentrar magia para atacar pero dicha acción se vio interrumpida al ver que salía de aquel espacio el cuerpo de una mujer. Ésta respiraba entrecortadamente.
La observó mejor, tenía el cabello rosado y parecían de la misma edad.
Vestía un pantalón color azul marino y una blusa del mismo color, toda su ropa estaba harapienta y cubierta de sangre.
Curiosamente, líneas negras recorrían su cuerpo y rostro. Tenía una vara de metal incrustada en el estómago y una gran quemadura en el brazo derecho. A simple vista sus heridas lucían graves.
Yuno se acercó con cautela y le retiró el objeto. Arrancó un pedazo de su camisa y sostuvo a la joven con cuidado con la intención de vendarle, pero se detuvo. Quedó pasmado al ser testigo de cómo esa piel blanquecina se regeneraba. Inmediatamente las marcas desaparecieron del cuerpo de la joven y ésta perdió la consciencia.
"Increíble". Pensó Yuno. Jamás había visto algo como eso. Pero no era el momento para quedarse admirando.
"Llevemosla a la Iglesia" Asta se dirigió hacia él mientras le ayudaba a cargarla.
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Habían pasado un par de horas desde que la trajeron. La hermana Lily se encargó de examinar, limpiar y cambiar a la chica.
"¿Cómo está hermana Lily?" Asta preguntó. Estaba preocupado.
"Posiblemente necesite descansar un par de días". Respondió la joven monja mientras la observaba detalladamente. Era muy bonita. "Su ropa estaba llena de sangre, pero la única herida visible era la quemadura. Está fuera de peligro". Concluyó con alivio.
Al menos no requería tratamiento con magia curativa de alto nivel.
"Es mejor dejarla descansar" Yuno consideró que sería lo mejor para ella.
"Tienes razón"
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"¿En dónde estoy?" Preguntó confundida.
Intentó levantarse, pero un fuerte dolor de cabeza recorrió su ser.
Se había golpeado la cabeza.
Sus memorias no estaban claras, pero con algo de descanso estaba segura de que se recuperaría.
El brazo que había sido expuesto al ácido previamente, fue vendado. Y su abdomen no tenía herida alguna.
Alguien la había curado.
Observó la habitación en la que se encontraba. No estaba sola. A su lado habían niños durmiendo.
Estaba en una iglesia.
Se dirigió a una de las ventanas más cercanas y la abrió.
Necesitaba respirar aire fresco. . . .
No sabía en dónde se encontraba. La Ootsutsuki se encargó de separarla del resto de su equipo.
No se sentía molesta. Ellos habían tomado la decisión correcta al abandonarla.
Se sentía triste, sí; pero al menos el Tsukuyomi Infinito llegaría a su fin y la guerra terminaría. Al final todos serían felices, ¿verdad?
¿Sus amigos se tomarían la molestia de buscarla? Probablemente sí. O al menos Naruto lo intentaría…
"¿Por qué tenía que pasar esto?" Con todos los acontecimientos que había vivido pareciera que el destino jugaba en su contra.
Después de tantos obstáculos el Equipo 7 había logrado reunirse… Para que al final todo terminara así. Sacudió sus cabellos… pensar en eso le causaba más jaqueca.
"Aún no te has recuperado". Una voz masculina captó su atención.
Volteó en busca de la persona. Y lo encontró. Un joven con cabello azabache y ojos color ámbar. Se veía un par de años menor que ella.
"¿Tú fuiste quién me salvó?" Cuestionó al chico.
Él solo se limitó a asentir con la cabeza.
Volvió su mirada a la ventana. Necesitaba información pero lo primero era agradecerle. Después de todo, le había hecho un gran favor.
"Gracias" Dijo en un susurro que fue lo suficientemente audible para el pelinegro.
"Mi nombre es Yuno" El muchacho se presentó.
"¿Puedo saber el tuyo?"
"Sakura" Las palabras brotaron de sus labios. "Haruno Sakura". Le respondió y quedaron de frente.
"Es un placer, Yuno-kun" Le dedicó una sonrisa sincera y un gran apretón de manos.
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A la mañana siguiente se levantó a explorar el lugar. Abrió la perilla de la puerta de la primera habitación que encontró. Era la cocina.
"¿Necesitas ayuda en algo?" La ojijade cuestionó mientras se acercaba a una mujer que parecía del clero. Era una hermana.
"Oh. Al fin despertaste" Le mencionó con alegría
"Permíteme ayudarte" habló con amabilidad. Era lo mínimo que podía hacer por ellos.
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El lugar en el que se hospedaba era sencillo, pero muy acogedor.
Los niños eran muy simpáticos con ella. Cada uno se presentó durante el desayuno pero uno le generó bastante curiosidad: Asta.
Por lo que entendió de la plática, todas las personas de ese lugar nacían con una energía especial: poder mágico.
Pero el peligris era un caso excepcional: no podía usar magia. ¿La razón? Porque simplemente no tenía.
Era algo lógico desde su punto de vista. Todas las personas de ese sitio desprendían un aura especial, incluso los niños; a excepción del ojiverde.
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Después de la comida, todos los niños salieron junto a la hermana Lily. Era la hora del baño de los pequeños, siempre lo realizaban en el río más cercano. El padre no se encontraba debido a que era indispensable asistir a una reunión de origen religioso.
Sin embargo, los mayores se quedaron con ella para hacerle compañía.
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Yuno no confiaba completamente en la joven pelirrosa.
Puede que los demás no hayan insistido en sacar el tema pero él necesitaba saber si ella era de confianza. Él había revisado sus bolsos y lo que encontró no era nada común a lo que una señorita debía portar… Traía armas, que lucían bastante peligrosas.
A primera vista se veía indefensa, pero lo que pasó el día anterior era algo extraordinario.
Esta era la oportunidad perfecta para verificarlo.
Sin más, se armó de valor y encaró a la muchacha.
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Sakura comprendía los motivos del hombre. Sabía que era un chico de buenos sentimientos por la sensación de su aura. Así que decidió contar su situación.
Pero eso no significaba que le revelaría toda la verdad, debía ser precavida con la información que daba.
Yuno no fue el único interesado. Asta también se sumó a la conversación.
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"¡Increíble!" Estaba segura de que el chico la dejaría sorda con cada uno de sus gritos. Ni Naruto era tan ruidoso como aquel niño.
"¿¡Eres una kunoichi!?" Los ojos le brillaban de emoción. Jamás había conocido a uno.
Les dio algunas demostraciones de lo que podía hacer para que le creyeran… Al parecer sí lo hicieron.
"En mi país no existen los caballeros mágicos, pero sí los shinobis."
"Creí que no existían" Esta vez intervino el azabache. "Eso explica las armas que llevabas en tu bolso"
Ella asintió levemente. Un momento… ¿¡Cómo sabía que portaba armas!? Y lo recordó: ellos la habían cambiado.
Hasta se habían tomado la molestia de lavar y enmendar sus ropas.
"¿¡Y cómo es que terminaste aquí!?" Asta comenzó a cuestionar. Era algo lógico, se trataba de algo nuevo para él
"No lo sé". Contestó. "Estábamos en guerra contra un ser poderoso". Su mirada se volvió oscura. Esto no pasó desapercibido para ambos.
Creo que habían tocado un tema sensible, por el semblante de su rostro. Aún así, la dejaron continuar.
"Esa persona me envió muy lejos de casa" Dijo con la mirada gacha. "Para que no pudiera volver…" No sabía en qué momento había comenzado a derramar lágrimas
"¡Si no quieres contarnos, está bien!" El más bajito sacudió las manos a modo de negación. Realmente parecía sufrir.
La Haruno negó con la cabeza. "Tan solo quiero regresar a casa".
"En ese caso lo mejor sería unirte a una orden de caballería". Yuno concluyó. "Posiblemente conozcas a alguien que pueda ayudarte a regresar".
"Tienes razón". Mencionó esperanzada. Ese sería el primer paso para regresar a Konoha.
"Asta" El azabache se dirigió hacia el otro chico."Ninguna palabra de esto hacia los demás". Le advirtió.
"¡Yo soy la persona más silenciosa del mundo!" El muchacho afirmó con orgullo. Dirigió su mano a la altura del corazón y se golpeó el pecho, como muestra de promesa.
"Imposible" El chico de ojos ámbar sonrió tenuemente...
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Habían pasado unos cuantos meses.
La hermana Lily y el padre estaban más que felices con su presencia. Entendía los motivos. Ella solía partir al rayar el alba, con el objetivo de cazar o pescar algún animal… Se aseguraría de que ninguno pasara hambre durante su estancia.
Cada uno de los que vivían con ella se habían vuelto importantes en su vida.
Pero definitivamente Asta se había ganado un lugar en su corazón. Le recordaba a uno de sus contemporáneos, Rock Lee. Un guerrero que nació sin la habilidad de utilizar genjutsu o ninjutsu, un hombre que se sometía a arduos entrenamientos y vaya, sus esfuerzos dieron fruto.
Sabía que los esfuerzos del joven no serían en vano.
Y su cualidad más importante: nunca rendirse.
Definitivamente se convertiría en alguien importante para este Reino.
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"¡Hoy es el día!" La mañana no pudo comenzar más hiperactiva después de haber escuchado los gritos de alegría del peligris.
Ya se había acostumbrado, pero aun así temía quedarse sorda.
"¡Pronto recibiré mi grimorio y por fín podré utilizar magia!" Asta exclamó con entusiasmo
"Pero tú no tienes magia" Le respondió el castaño
"¿Qué es un grimorio?" Sakura no pudo evitar preguntar.
"¿¡En serio no lo sabes!?" Ella negó con la cabeza
"Se golpeó la cabeza. Es natural que no lo recuerde". Dijo Yuno mientras le daba un sorbo a su bebida. Ya era marzo. Irían con el guardián para recibir sus grimorios.
Con emoción, los niños comenzaron a explicarle detalladamente. . . .
"¡Y es por eso que algún día seré el Rey Mago! Para demostrar que…"
Un deja vú vino a su mente al escuchar esas palabras
"¡Entonces algún día seré Hokage!"
"¿Qué es lo que sucede?" Los pequeños le preguntaron al verla derramar lágrimas
"No es nada" Las palabras de ese chico le hicieron recordar a un joven rubio con un par de ojos tan azules como el cielo...
"No la hagas llorar idiota" Uno de ellos le dió un coscorrón al peligris. Lo habían culpado de algo que ni siquiera entendía.
Sin más por hacer, se apresuraron a salir.
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"¿¡Todos estos son grimorios!?" Estaba fascinado con lo que veía. "¿¡Cuál será el mío!?" El más bajito de los tres se adelantó hacia donde estaba la mayoría de los jóvenes reunidos.
"No era necesario que tú también te presentaras". Le dijo el padre a la chica
"Me gustaría saber qué tipo de magia tengo" Contestó la pelirrosa emocionada. No estaba segura si también la poseía pero lo intentaría. Ya había escuchado por parte de los aldeanos que hace años un extranjero obtuvo su propio grimorio.
"Bienvenidos. A partir de hoy cada uno emprenderá su camino.
Que los acompañe la honestidad, la esperanza y el amor".
Un anciano dio la bienvenida a cada uno de los presentes.
"Sin más preámbulo les entregaré sus grimorios". Los libros abandonaron su lugar de la estantería para encontrarse con su dueño. Eran de diferente color, grosor y tamaño. Simplemente increíble.
Frente a ella había un grimorio de tres hojas, era del mismo color que el de sus ojos. Estaba por abrirlo hasta que alguien interrumpió el momento.
"Disculpe… A mí no me llegó ningún grimorio". Esa era la voz de Asta. No lo podía creer….
"Vuelve en un año" Le respondió el guardián de la torre después de haber meditado las palabras del chico.
Las burlas no se hicieron esperar. Todos callaron cuando un grimorio comenzó a brillar. Era el de Yuno.
"¿Un trébol de 4 hojas?"
"¿Es el de la leyenda?"
"¿El grimorio del primer Rey Mago? Dicen que guarda un poder asombroso y trae buena fortuna."
"¿Y lo tiene él? Es un pobretón"
"Me convertiré en el Rey Mago". Yuno exclamó con firmeza ante todos.
Sakura no sabía qué pensar al respecto. Sentía empatía por Asta, ella también había pasado por una situación similar. Todos los días el ojiverde se esforzaba como ninguno, pero eso no bastó para que consiguiera un grimorio.
"Espera un poco. Te alcanzaré enseguida" A pesar de todo, el peligris se mantuvo firme. "¡Porque soy tu rival!" No pudo evitar esbozar una sonrisa. De seguro lo conseguiría.
Una vez terminado el evento, se dirigieron a la Iglesia para preparar el banquete
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"Pensaba que al tener un grimorio podría usar magia, pero no conseguí ninguno". Dijo para sí mismo con melancolía.
"¡No pienso rendirme!" Gritó mientras soltaba grandes carcajadas "¡No me subestimes, destino!"
"¡Lo lograré! ¡Me esforzaré hasta conseguir mi grimorio! ¡Todo el mundo puede llegar a ser increíble!
¡Ya verás, Yuno!"
A pesar de haber expresado sus sentimientos, no era consciente de que alguien más se encontraba a un par de metros. Sin querer había escuchado todo.
Así que decidió salir de su escondite.
"Asta"
"¿¡Eh!?" Pensaba que estaba solo. "¡Sakura-nee san! ¿¡Qué haces aquí!?" Preguntó al verla sentarse a su lado.
"No pude evitar escucharte. Estoy segura de que llegará el momento en el que obtendrás tu grimorio. La paciencia es una virtud que debe poseer el futuro Rey Mago, ¿no lo crees?" Le comentó mientras acariciaba maternalmente su cabeza.
No volvería a cometer el mismo error. Esta vez apoyaría en todo a su nuevo amigo durante su estancia y haría todo lo posible en sus manos para que lo lograra.
El joven reflexionó sobre lo comentado por la pelirrosa. Durante sus quince años de vida, jamás había conocido a alguien que no se burlara de él por su sueño o por no poder usar magia... Hasta que llegó ella a su vida...
Sus palabras siempre le reconfortaban, le hacían pensar que ciertamente lo lograría… Que algún día sería ser el Rey Mago.
Por lo que la tenía en alta estima. No estaban conectados por medio de lazos sanguíneos, pero sí por lazos de sentimientos. La quería como a una hermana mayor, no lo negaría.
Estuvieron en silencio por unos cuantos minutos, hasta que la ojijade recordó la razón por la que lo había ido a buscar.
"Por cierto… La hermana Lily tiene un encargo para tí…"
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Después de que Yuno y Asta regresaran del encargo se percató de algo: Asta había obtenido un grimorio.
Sabía que lo lograría. Era algo raro, porque el libro poseía el trébol de cinco hojas. No conocía el significado detrás de ello pero de algo estaba segura: el aura del joven había cambiado de manera drástica.
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N/A
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¡Gracias por leer!Esta historia ya la tenía escrita, pero creo que haré algunas modificaciones, así que sean pacientes, please.
Aclaraciones:
1. La historia es un Sakura-centric (me pareció importante comentarlo)
2. Ya tengo una pareja establecida, pero puedo aceptar sugerencias y acoplarlas a la historia como especial. jsjsj
3. Esta historia no tendrá actualizaciones tan específicas. Puede que publique semanalmente, cada dos semanas o mensualmente. La causa es que a veces no tengo mucho tiempo disponible, además de que no es la única historia que escribo xd.
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Eso es todo.
BRB.
Cuídense mucho.
