Love Live! No me pertenece, es de sus respectivos autores.
Con unas simples palabras, el mundo que creías se podría acabar en menos de un santiamén. Las cosas que conocías ya no estarán y serán dejadas en el olvido de aquel pasado.
Los recuerdos escolares son tan efímeros que se consagran tanto en lo más preciado de la memoria de los estudiantes que puede incluso ser su ancla para nunca avanzar en sus vidas o ser su motor para ser grandes personas en el futuro.
Para Sonoda Umi, aquellos recuerdos sobrepasaban una "bella juventud" o un "inolvidable". Para ella, lo que vivió con el grupo de school idols muse era su más preciada etapa donde había conocido a seis nuevas personalidades y había afianzado su relación de amistad con sus dos mejores amigas. E incluso, en secreto, conoció lo que era una relación amorosa. Sabía lo que era la máxima vergüenza al colocarse un vestido, se desarrolló como escritora, bailo algo más que no eran danzas tradicionales, perdieron y ganaron el concurso Love Live, aun así ¡incluso viajaron a nueva york para cantar como representantes del Love Live!
Aunque ni ella ni sus amigas se arrepentirían de todo lo que vivieron e incluso si pudieran volver el tiempo atrás, no lo harían… ese tiempo tuvo su final hace ya bastante tiempo cuando muse decidió disolverse después del Love Live.
Hace dos años, las chicas de tercero, Yazawa Nico, Toujo Nozomi y Ayase Eli se habían graduado y seguido sus vidas como universitarias. Siendo Nico aceptada en una universidad de baile y canto para volverse así una mejor idol; Nozomi compro un apartamento nuevo con el dinero de una beca en astronomía que consiguió y vivió con Eli que comenzó a estudiar leyes y daba clases de ballet en un pequeño salón. Con la salida del viejo consejo estudiantil, se dio la entrada a un nuevo consejo estudiantil formado por la presidenta Kousaka Honoka, su vicepresidenta Sonoda Umi y la tesorera Minami Kotori. El trio sufrió varias dificultades, eran difíciles de llenar los zapatos que habían dejado las antiguas presidenta y vicepresidenta. Pero no hay nada que ese trio maravilla no consiguiera con esfuerzo y varios regaños por parte de la Sonoda.
Si, su tiempo en el consejo estudiantil y como estudiante de tercer año le permitió adquirir la madures para optar por una carrera universitaria como escritora. También, en su último año logro ver crecer a sus pequeñas Kouhai que cuando estaban en muse estas eran las "chicas de primer año". Koizumi Hanayo la chica tímida de la escuela se convirtió en presidenta del club de investigación de idol donde entrenaba a su sucesora Ayase Arisa para el día en el que ella se volviera una estudiante de tercer año y ya no pudiera cumplir con su papel eso sin contar que se había vuelto un tanto asertiva y ya no permitía que su timidez opacara lo brillante que podía llegar a ser; Hoshizora Rin, la hiperactiva chica gato siempre fiel con su Kayochin, se mantuvo a su lado al ayudarla en sus planes como presidenta del club de investigación de idols siendo así su vicepresidenta y aspirante a presidenta del consejo estudiantil por recomendación de la actual presidenta Kousaka Honoka que dijo que se necesita un espíritu temerario y alma fuerte para hacerlo y que su Kouhai consentida lo tenía; por otro lado tenemos a Nishikino Maki, la tsundere del grupo y la que tardo un poco más en encajar con los demás alumnos después de muse que su único refugio y aunque ella no quisiera admitirlo, era el club de investigación de idol o en el consejo estudiantil cuando solo se encontraba Umi, mismo donde está la incitaba a conversar más con sus compañeras por que debía integrarse. Fue lento el proceso, pero lo logro, Maki se integró a la sociedad estudiantil, aunque pese a aquello, ella siempre volvía al consejo estudiantil para pasar algunas tardes con Sonoda.
Fue tanto el apoyo que recibió Maki cuando por fin, aunque sea por unos minutos, se volvió sincera consigo misma, que fue nominada como vicepresidenta del consejo estudiantil. Cosa que la actual dueña de ese puesto estaba más que de acuerdo y su carta de aprobación, solo faltaba que la pelirroja aceptara.
- ¡No lo hare! –soltó en un grito furioso un pequeño demonio rojo- te lo he dicho por semanas, me rehusó a ser tu reemplazo –refuto.
- No lo veas de esa manera –intento calmarla una joven de cabellera azulada- no eres mi reemplazo, la escuela necesitara una vicepresidenta ¿y quién más que tu para ese cargo? Rin será la presidenta, necesita de alguien que sepa hacerla entrar en razón cuando tenga sus ataques de hiperactividad como los tiene Honoka.
- ¡Un no es un no! –sin vacilar, se dio la media vuelta y se fue.
Lo único que pudo hacer la arquera fue quedarse estática cerca del patio de la escuela sin entender la razón por la cual la joven no quería ser la vicepresidenta.
Era una gran oportunidad, no solo se había vuelto una pequeña y torpe tradición entre los miembros de muse, si no que aquello le daría más valor a su ya extenso curriculum y lograría entrar a cualquier escuela que se propusiese.
Había visto a Maki desde el primer día de clases, no le llamo mucho la atención a primera vista, le parecía una jovencita hermosa eso sí, más daba la impresión de ser esas chicas ricas prepotentes que son niñas de papi. Con el tiempo y su estadía en muse, aquella perspectiva cambiaria. Vería otro lado de la Nishikino que no conocía: uno sensible y amable. Su forma tsundere de hablar y ser, solo eran la barrera que ella misma ponía alrededor suyo para no ser lastimada por los demás. Aquellas barreras, esas máscaras, quería destruirlas a todas hasta llegar a la verdadera Nishikino Maki. La Nishikino Maki que frunce el ceño en el piano cuando no sabe que nota poner y gira nerviosamente su pluma cuando no encuentra que anotar; la que toca el piano con una sutil sonrisa que enamora; la tierna y comprensiva chica que se mostraba con los hermanos de Nico; también, aunque solo fuera en su deleite, la Maki amorosa que le tomaba de las manos y las besaba cuando Umi se sentía insegura.
Cada uno de esos detalles y los que le faltaban por descubrir eran su impulso para seguirla, la quería, no, en definitiva, se había enamorado de ella después de componer "Yume no tobira" y la pelirroja correspondió sus sentimientos cuando Umi se los confeso después de ganar el Love Live y pasaron gran parte de su relación inicial en nueva york.
Conocía tan bien a la pelirroja que sabía que ella era la indicada para el puesto de vicepresidenta como por que la quería recomendar para el puesto, no entendía la razón por la cual Maki rechazaba una y otra vez sus propuestas como si fueran papeles viejos para desechar.
Sabía que Maki quería el puesto, una vez se lo dijo cuando estaban en el consejo estudiantil, ¿Qué cambiaria ahora?
- ¿Creen que este asustada? –lanzo la pregunta la arquera que con cuidado bebía de su taza de té.
Enfrente de ella, analizando cada minucioso detalle del problema se encontraban Toujo Nozomi y Ayase Eli, sentadas una al lado de la otra, como era su habitual costumbre.
- Puede ser, Maki puede ser algo asustadiza –comento la rubia- es probable que solo no se sienta preparada para el puesto.
- ¿Quieres hablar de miedo? ¿chica lucecitas de noche? –argumento Nozomi con diversión y su pareja respondió al sonrojarse rápidamente y colocar sus manos sobre su cara.
- Prometiste que no le dirías a NADIE -la Ayase negó vorazmente con la cabeza, como si aquello fuera un grandísimo pecado.
- Es difícil cuando se trata de molestarte -rio la pelimorada y al asentir se giró a ver a su Kouhai- en lo que Elicchi supera sus traumas, ¿Qué más datos tienes acerca de la actitud de Maki-chan?
La arquera entrecerró los ojos al ver a su superior, suspiro y negó con la cabeza- no me opondré por ahora. Bien, es lo único que se o más bien es lo único que me muestra. Se ha mostrado reacia al salir conmigo e incluso ha llegado a ignorarme en la escuela.
- ¿Enserio? -la pregunta de Nozomi fue contestada con un asentimiento por parte de la peliazul- supongo que son cosas que pasan, no deberías tomártelas tan mal -agrego con cierta simpleza.
- ¿Cómo que no debo tomarlo a mal? Nozomi, es como si no existiría -alego Umi sin hacerle mucha gracia las palabras de la mayor- recuerdo que yo no reaccione de esa manera cuando fui escogida como tu reemplazo. No me digas que se niega porque no quiere, hace mucho habíamos hablado del tema y ella dijo que estaba de acuerdo mas no sé qué paso ahora que parece que tuviera amnesia.
Nozomi observo calmada a su Kouhai, brindándole una sonrisa compareciente. Sabia por experiencia propia como podían ser densas el trio de Soldier Game; pero en momentos como ese se asombraba de lo torpes que podían ser sin siquiera proponérselo.
- ¿Por qué esa sonrisa? ¿dije algo gracioso?
- No en realidad, es solo que vez el vaso medio lleno, Umi-chan -delicadamente, le dio un sorbo a su bebida y con un suspiro se animó a continuar- tu acabas de dar en el clavo con lo de "reemplazo".
- ¿Disculpa? Creo que no entiendo bien a que te refieres.
- ¿Te has puesto a pensar en los sentimientos de Maki-chan? -la arquera de inmediato asintió con la cabeza- de ser el caso, ¿Por qué no has deducido que por ser tu "reemplazo" es por el que no quiere aceptar el puesto? ¿Cómo crees que se siente al ver a su pareja irse?
Fueron escasos los minutos en los cuales la escritora de muse abrió los ojos tan grandes como si de platos se tratase. ¿era algo así de simple? ¿no había una razón más particular? Aunque el dilema fuera fácil, ella no se había imaginado que su pareja se sentiría incomoda al verse como su reemplazo. En la peculiar mente de Umi había pasado la posibilidad que Maki simplemente no quería aceptarlo por las cosas que tendría que hacer el próximo año o porque su papá se lo había impedido fieramente.
¿Irse? Bueno, aún no habían hablado en forma de lo que pasaría después de la graduación.
- He sido irresponsable -de un brinco se levantó de la mesa- debo ir a buscar a Maki y explicarle las cosas- saco dinero de su cartera y lo dejo en la mesa- gracias por el consejo, Nozomi -le sonrió empática a la sacerdotisa y esta solo asintió suavemente con la cabeza.
- No tienes nada de que agradecer, solo te oriente por la respuesta correcta -añadió la ojiverde con simpatía.
La escritora volvió a asentir agradecida, aunque para su senpai rubia solo le pudo brindar una negación con la cabeza y un suspiro que declaraba lo decepcionada que estaba con ella. Sin más que hacer o decir, se dio la media vuelta para ir en búsqueda de su novia.
- Estas niñas -suspiro Nozomi al ver como la figura de la peliazul se iba perdiendo entre la multitud- cada día maduran y entienden más rápido mis palabras. ¿será que algún día van a dejar de necesitarme? Aunque aún le falta pensar un poco mas ¿tú qué opinas, Elicchi? -le pregunto a su acompañante y esta seguía en el limbo de las lucecitas nocturnas- ¿a quién le vine a preguntar?
La pelimorada soltó un tremendo suspiro sin darle puntos a su distraída novia. La amaba con locura, pero solo en momentos como esos, le gustaría alguien con quien hablar.
- Puedo conseguirme un perrito, un Golden y lo llamare nube -sonrió ante sus palabras aun sin respuesta de su rubia novia- y será mejor compañía que tú, Elicchi~
-o-o-
Mientras la buena sacerdotisa de ojos verdes pensaba en como reemplazar a su despampanante novia por un lindo Golden, nuestra arquera protagonista corría rápidamente a la casa de su pareja.
Su decisión era la que motivaba fielmente sus pasos. Corría a una velocidad semejante a cuando te persigue un perro rabioso.
Había llegado a pensar que sus días de "densa" habían pasado. Que ya no sería tan poco susceptible a las necesidades de su pareja que tiende a ocultar sus sentimientos. Se jactaba de buena novia, puras patrañas.
A paso seguro y veloz, entro por el portón de la familia Nishikino, atravesando el jardín llego hacia la puerta donde al golpearla un poco una sirvienta llego a abrile y sin preguntarle la razón de su llegada, simplemente la dejo entrar con una amable sonrisa.
Umi asintió con seguridad y al entrar a la casa salió disparada hacia la habitación de música de la enorme mansión.
Giro a la derecha, subió escaleras casi en saltos, fue derecho y giro sus talones para llegar a la puerta que buscaba.
- ¡Maki, yo…!
A sus estrepitosas palabras no se les permitió seguir porque las fieras melodías de un piano fueron su receptor.
Ante sus ojos se encontraba la pelirroja que aún seguía siendo su novia tocando el piano con una vehemencia enorme. Su cuerpo se movía a la par de aquellas tonadas, aun en la distancia podía ver las gruesas gotas de sudor que viajaban en un enorme vaivén.
En otras ocasiones, Umi había tenido la oportunidad de escucharla tocar tanto de aquella manera improvisada y secreta como al estar sentada a su lado viéndola maravillada con sus obras. Le encantaba verla y escucharla en el piano, era una hermosa sinfonía de sentimientos desatados; pero esa vez era diferente, se sentía gran desesperación en cada una de sus notas, sus sentimientos reprimidos eran revelados en aquel instrumento de teclas.
No se atrevía a interrumpirla, se quedó quieta, estática y al pendiente de los próximos movimientos de la pelirroja.
- ¿Cuánto tiempo…? -pronuncio tras terminar con un estruendoso acorde- ¿Cuánto tiempo te quedaras ahí como idiota?
La Sonoda sacudió rápidamente la cabeza ante aquellas palabras que se encontraban llenas frustración.
- Yo… No era mi intención -se justificó y de manera cautelosa se acercó a la menor- solo… solo quería hablar contigo de algo.
Maki sin titubear soltó un fuerte bufido- ¿de qué quieres hablar? ¿de nuevo lo de la escuela? No volveré a tocar ese tema -dijo firme.
La Sonoda carraspeo en un intento de recobrar la compostura- solo, ¿sería difícil escucharme y luego gritarme?
La miro de forma fija con la esperanza de que acatara su pequeña petición.
Nishikino suspiro de forma pesada- bien, más vale que sea importante –al mirarla, se cruzó de brazos e incluso de piernas.
Al verla, al notar su imponente posición, sintió un tremendo escalofrío que viajo por su medula espinal. Eso en el diccionario de la real academia de novias tsundere significa: más te vale que lo que me quieras decir sea sumamente importante, si no, te prometo que te hare pasar por un accidente de la morgue.
Sabía de sobremanera lo peligrosa que podía ser su novia cuando no se le tenía el tacto suficiente. Con solo decir que una vez casi fue abolida por una furiosa mochila lanzada por su novia cuando Umi tuvo la osadía de decirle que le había ayudado a Kotori a cambiarse de ropa.
- Es importante –tomo aire en un intento de que así la cobardía abandonara su cuerpo y le diera entrada a la valentía- sé que no quieres hablar del tema del consejo estudiantil –noto enseguida como la pelirroja dio un pequeño salto en el banco- fui insensible al pensar que la razón por la que no querías el puesto era simplemente por algún enojo o porque tenías miedo –hizo una pequeña pausa, analizando la cara de su acompañante, esta se volvía esquiva a sus ojos marrones- bueno, ahora pienso que no tienes miedo al puesto, tienes miedo de otra cosa –soltó un suave suspiro y dando un ágil paso se posiciono detrás de la joven- temes no volver a verme, ¿verdad?
Ante sus palabras, la joven pianista se estremeció y antes de que se girara a reclamarle a Umi, la aludida atino en abrazarla por la espalda al pasar sus brazos por su cuello y encogiéndose hasta que su cabeza alcanzara la melena roja de la Nishikino- S-Suéltame –tartamudeo, la cercanía la ponía aún más nerviosa- n-no, no es lo que piensas, ¿Por qué me pondría triste si tú no estás?
- Porque me amas –sus palabras hicieron eco en la Nishikino- tanto es ese sentimiento que el simple hecho de pensar que serás mi "reemplazo" te pone temperamental, bueno, más de lo normal –añadió con una diminuta risita- piensas que al tener mi puesto voy a ser olvidada –desde arriba noto como incluso las orejas de la joven se ponían coloradas y entre sus brazos ella tembló livianamente- que tomes mi puesto no hará que desaparezcan esos recuerdos que creamos aquí se desaparezcan ¿verdad? ¿piensas que aun así olvidaremos lo que vivimos?
Pregunto paciente, sabia el cómo reaccionaría la pelirroja: esta sería un poco pasiva con sus palabras hasta que en un momento explotaría y le diría que tenía razón. Estaba preparada para su reacción y esperaría lo que tenía que esperar para que Maki le diera una respuesta.
- No, no está bien –musito la Nishikino en un pesado y amargo suspiro.
- ¿Qué no está bien? Maki, que tomes mi puesto no significa que…
- ¡Que no es eso! –ante su feroz grito, se levantó del banco mostrándole a la anonadada Umi unos grandes ojos llorosos y con temblorosa voz continúo hablando- ¡lo entiendes todo mal!
- Maki…
- ¡Tú eres una tonta que no entiende los sentimientos de los demás! -vocifero, aferrando sus puños con ese sentimiento de impotencia- ¡no tengo miedo de esas idioteces! ¡es solo…!
La meno bajo la mirada y la mayor solo la observo en espera de lo que ella iba a decirle.
En lo que llevaban de conocerse y aun incluso en su relación, nunca la había visto llorar de esa manera. Ni cuando muse se separó la vio lamentarse con tanta vehemencia.
- Tengo miedo… -mascullo temblorosamente- tengo miedo al cambio –agrego cuando su mirada se alzó- ¿no lo entiendes? Es tu último año, iniciaras la universidad y conocerás nuevas personas –con cada palabra suya, las lágrimas que antes eran diminutas se hacían cada vez más grandes y caían con mayor frecuencia- en algún momento dejaras de verme, no tendrás tiempo para mi o yo para ti cuando termine la preparatoria. ¿Tienes idea de lo que…?
No permitiéndola terminar, unos cálidos brazos la tomaron presa por el cuello, dándole un fuerte abrazo.
- Debo ser la peor novia que haya existido, ¿verdad? –dijo la arquera en un pesado suspiro- en verdad, lo lamento por no ver lo que te aquejaba, por de nuevo pensar en lo incorrecto y suponer cosas.
La pelirroja se quedó callada, expectante a las palabras de su aun pareja. Todo aquello que había intentado guardar por fin salía a la luz. No era su plan, a decir la verdad, había pensado más bien en guardar su secreto, negarse a ser la vicepresidenta, aunque le gustaba la idea de serlo y vivir el tiempo que pudiera al lado de Umi hasta que la ignorara por sus actividades.
Si ella aceptaba ser la vicepresidenta, sus actividades en el consejo estudiantil serían tan grandes que el poco tiempo que se verían seria mínimo. Lo sabía de antemano, el tiempo que pasaba con Umi, el que le permitía el consejo estudiantil era gracias a que aun pertenecían a la misma escuela y se podían dar el descaro de pasar su tiempo en el salón del consejo estudiantil cuando ni Honoka o Kotori se encontraran ahí.
- Se que no conozco el resultado del futuro y mucho menos de que sucederá al momento de graduarme –hablo de forma pausada y tranquila la peliazul, buscaba calmar a la pelirroja- pero puedo prometerte que sin importar lo que pase, siempre estaré contigo.
- No mientas…- mascullo- no necesito que me des palabras de consuelo.
- ¿Y cuándo ha sido así? –aclaro- jamás te daría palabras de consuelo Maki, debes creer en mi cuando te digo que no te abanderaría por nada del mundo.
- ¿¡Como voy a creer eso!? –grito exasperada y de un movimiento brusco se alejó de Umi- ¡Te iras! ¡sé que la universidad que a la que aspiras está en otra ciudad! –apretó los puños y los sacudió de arriba abajo- ¿¡sabes cuándo tardaremos en vernos!? ¡no funcionara si es a distancia?
Umi fuera de caer en la frustración de que su novia estuviera en esa posición, solo dio un suspiro calmado y le tomo las manos para darles un pequeño apretón haciendo que la pelirroja la observara aun con frustración en sus ojos.
- Con que el vaso medio lleno, ¿eh? -rio tenuemente las palabras que hace unos momentos Nozomi le había dicho- supongo que en eso tienes razón- miro a su pareja y le sonrió. La vehemencia con la que sus ojos chocaban con ella era comparada al de un una fiera confesión- pensé en decirte esto después de que fueras nombrada vicepresidenta, pero supongo que este es un buen momento -tras hacer una pequeña pausa, noto el pequeño interés que tenía Maki sobre sus palabras.
Aun en momentos difíciles como esos, no lograba evitar compararla con un gato fino que salían esos programas de gente rica que tanto le gusta a Kotori.
- A veces, en la vida no puedes quedarte con solo una opción o puedes hacerlo -hablo de forma calmada aun cuando la mirada de Maki le decía "¡apurate ya!"- elegí la escritura y también los bailes tradicionales. La universidad Sakurai me ofrece ambas opciones -con un leve apretón a las manos de la pelirroja continúo hablando llena de esperanza- también escogí a la persona que inspira mi corazón -aun pese a la confusa mirada de su acompañante, Umi se mostró rebosante de alegría- eres la razón por la que escogí una universidad que esta exactamente a 70 millas de ti, Nishikino-san.
La aludida quedo pasmada por unos instantes, no sabiendo si había escuchado bien. tuvo que sacudir levemente su cabeza para entrar en la razón de que aquellas palabras eran verdaderas y no una ilusión.
- ¿Tu…? -batallo en hablar, de nueva cuenta las ganas de lloran sobrepasaban sus límites- ¿Por qué…?
- Porque era la que tenía los atributos que necesito y que está cerca de aquí -hablo con sinceridad- también queda cerca de dos universidades que de seguro llamaran tu atención: una plenamente de medicina y una guiada enteramente a la música -se mantuvo cálida a espera de una reacción.
- ¿Cómo es…?
- Estuve mucho tiempo investigando. Debo admitirlo, es probable que ya tenga harta a los administrativos por llamar para confirmar los datos que veía en internet -rio suavemente- pero valió la pena, tome una decisión. Así que, podre verte, aunque no lo desees.
- ¿Y…? ¿Y qué haremos cuando me gradué? Va a ser difícil vernos y… -sin dejarla terminar, Umi coloco su mano derecha sobre la mejilla de la joven pelirroja.
- ¿Cuántas veces tengo que decirte que siempre estoy bien informada? -añadió con cierto carisma- rentaremos un apartamento, he estado trabajando en consultorías particulares y cuando te gradúes tendré el suficiente dinero para tener un lugar donde vivir. Tendrá que ser un lugar cerca de ambos lugares y donde el transporte no sea tan caro, pero solucionaremos eso a su respectivo momento.
- Eres…- tuvo que morderse el labio para evitar llorar intensamente- una idiota -la tomo por la cintura, rodeándola y dejando caer sobre ella esas angustias con esa ansiedad creada por un futuro incierto- ¿Por qué haces ese tipo de cosas…?
- Porque sé que tengo una novia que se preocupa por todo y no podía dejar que lo hiciera por estas cosas -dijo calmada la peliazul mientras con cuidado acariciaba la espalda de su pareja- pese a que sabía esa característica de ti, no deduje que tanto te afectaría el asunto. Me disculpo por mi falta de tacto.
- No… No te disculpes -musito la menor que escondía su cara en el hueco del hombro y el cuello de la mayor- solo… solo eres una idiota por no decirme las cosas a tiempo. ¿sabes cuánto tiempo estuve sufriendo por eso?
- Con más razón debería disculparme, Maki -la vio de reojo y no pudo evitar sentirse conmovida. La tenía muy mimada y eso le gustaba- sé que te hice llorar y eso no puedo permitirlo del todo -se alejó un poco y con cuidado uso su mano para hacer que la joven la mirara. Se mostraba esquiva al principio, pero después de intentarlo un poco más, esta cedió- no puedo prometerte que no te hare llorar porque se me haría imposible cumplirlo. Lo único que puedo jurarte es que te hare llorar de felicidad, mi vida se volvió tuya desde el momento en el que confesé mis sentimientos por ti -cerro los ojos con una enorme sonrisa de oreja a oreja- permíteme ser aquella persona que tome tu mano y te acompañe en el camino que desees. Aun si es rocoso, estaré contigo hasta que mi vida de su fin e incluso hasta más de la muerte te seguiré amando.
Con aquellas claras y bellas palabras, las lágrimas que habían menguado volvían a su feroz caída, la joven pelirroja temblaba. Si, esas palabras de alguna manera la hacían feliz, no, de verdad la hacían sentirse dichosa.
Por primera vez en mucho tiempo, le sonrió agradecida por lo que había hecho por ella. Como manera de darle las gracias, la abrazo con fuerza, pero a diferencia de su abrazo anterior, este estaba cargado de sentimientos positivos.
- Pedazo de idiota… -mascullo y negó con la cabeza- ¿enserio hiciste esto solo para que tomara tu puesto? -la miro en un tono un tanto burlón.
Era una nueva habilidad, intentar pasar los malos y buenos tragos con pequeñas bromas.
- Podría ser una posibilidad -añadió la peliazul correspondiendo esa pequeña sonrisa risueña- aunque es un pequeño plus tenerte como vicepresidenta, me gusta más la idea de despertar contigo cada mañana y verte todos los días cuando nos mudemos.
Las sinceras palabras de Umi fueron tomadas por Maki con un tremendo sonrojo en sus mejillas, haciéndola sentir avergonzada en un dos por tres.
- Eres una pervertida -dijo la Nishikino cuando desvió la mirada de esos ojos marrones que solo buscaban molestarla.
Rio con suavidad la arquera- y no me arrepiento~ -su confesión solo la hacía más culpable- pareces una linda cereza, podría comerte si sigues con esa apariencia.
La peliazul solo rio divertida mientras que Maki la veía sonrojada. Disfrutaba de esa faceta de Umi, esa parte de ella que era espontanea, pero a veces, solo a veces le daba un poco de miedo que cumpliera alguna de sus "amenazas".
Acompañando aquellas entretenidas acciones, el corazón de la Nishikino se sentía poco a poco más ligero. Tras tanta desesperación, lo único que necesitaba era hablar con la persona que causaba sus desvelos.
Día de la graduación.
- Así que esto es todo… -hablo de forma pausada la escritora que veía con añoranza la que se había convertido en su vieja escuela- lo hicimos.
- Voy a extrañar este lugar, hicimos tan buenos recuerdos -agrego Kotori que se encontraba a la par de su mejor amiga- pero sé qué haremos aún más.
- No tienes ni porque dudarlo, Kotori -añadió con un tenue suspiro- y con Honoka al lado nuestro, serán más -su mirada vago hasta que encontró a una cabellera pelinaranja que sollozaba como una pequeña niña de cinco años de edad- pero que infantil, es casi una universitaria, debería aprender a controlar sus sentimientos.
- Mira quien vino a hablar -contrarresto la peligris que también dejo ir un par de lágrimas- tu estas lagrimeando como una bebita.
- N-No es tan así -al ser descubierta, giro rápidamente la cabeza para que así no fuera vista por su mejor amiga.
- Umi-chan, se te pegan las mañas de Maki-chan, no eres sincera~ bromeo antes de mirar de nueva cuenta a la pelinaranja- tal vez, solo tal vez, deberíamos ser como Honoka-chan y soltar todos nuestros sentimientos.
- No sé qué tan bueno sea eso para mí autoestima -hablo cuando por fin recobro la compostura e imito la acción de la ojiambar- no me gustaría terminar como esas dos -sin descaro señalo a una recién llegada pelinaranja.
- ¡Honoka-chan nya! -grito la recién llegada que abrazo a su superior- ¡felicidades!
- ¡R-Rin-chan…!
Sin importarles si quiera que había gente, ambas chicas solo tuvieron un leve lapso en el cual se pusieron de acuerdo con la mirada para abrazarse con fuerza, rompiendo incluso el ramo de flores que traía la menor consigo.
- Esas dos son muy raras -negó con la cabeza la Sonoda- mira que arrimar un ramo de flores.
- Son solo Rin-chan y Honoka-chan haciendo destrozos, es lo normal -dijo nostálgica la Minami- voy a extrañar eso.
- Y más vas a extrañar eso -con cuidado, Umi señalo a la derecha de la peligris y está en reacción miro.
- ¿Qué…? -sorprendida vio a Hanayo con un ramo de flores blancas.
Se veía tímida y con enormes ganas de llorar, pero eso no la detuvo en seguir con su plan.
- ¡Feliz graduación, por favor, toma esto! -respetuosa y temerosa, se inclinó y estiro las flores para que así Kotori las pudiera tomar.
Pocos fueron los segundos para que la Minami imitara la acción de su contemporánea y tomara en brazos a Hanayo. Aunque se veía un abrazo más pasivo y menos rompedor de huesos, de nuevo las flores habían perecido en un arranque emocional juvenil.
- Es lindo de su parte -soltó en un suspiro la peliazul que giro tras sus talones y miro con una leve sonrisa a su pareja- ¿Cuánto tiempo te va a tomar darme mis flores?
Sabía que su pareja se encontraba detrás de ella en la espera de un momento oportuno. No lo supo Oslo por su manera de caminar, sino porque Kotori miraba hacia atrás y sonreía, y aquello solo sucedía cuando se encontraba siendo cómplice de Maki.
- M-Mejor callate y toma tus flores -le extendió aquel ramo blanquecino y la peliazul lo tomo tranquilamente- n-no creas que te las traje por gusto, es que es un ritual popular y alguien tenía que hacerlo para ti.
- Agradezco que te preocuparas por mí en estos casos.
Su forma de hablar era tranquila, con la cabeza levemente girada hacia la derecha, con una mirada tierna y compasiva sostuvo el ramo de flores entre sus brazos mientras Maki se cubría los ojos con la mano derecha en un intento de limpiarse las lágrimas y agregando su mano izquierda sobre su cadera para verse "ruda".
- Supongo que este es el fin, vicepresidenta- dijo en un tono formal que fue lo suficientemente sorpresivo para hacer que la pelirroja diera un pequeño salto.
- Aun no… Aun no me acostumbro a eso -comento cuando seco por fin sus lágrimas- va a ser difícil sin… sin ti…
- Se que podrás hacerlo Maki -añadió confiada- sé que tus habilidades podrán hacer que el consejo estudiantil funcione igual o mejor de lo que está ahora -lo dijo con tal seguridad que logro que su acompañante se sonrojara.
- Me sobreestimas, Umi…
- Solo digo la verdad, eres muy hábil -aun la miraba con ternura, le gustaba esa faceta tsundere pasiva a mas no poder- y muy lista, talentosa, amable cuando te lo propones, firme en los momentos idóneos y…
- ¡Ya, ya! Me… Me estas avergonzando -mascullo tímidamente al son de que su mirada vagaba por las personas que iban pasando por ahí.
- Entonces deberías parar… -guardo silencio por unos segundos. Al ver como la pelirroja bajaba la guardia se acercó a ella con unos cuantos pasos- lástima que ahora no me importen los demás -con esas palabras dichas y una mano libre, tomo su mentón y planto un pequeño beso en los labios de la menor.
- ¡U-Umi! -soltó en un gritillo y de inmediato se cubrió los labios. Temía que ella lo volviera a hacer- ¿P-Por qué…?
- Por qué puedo hacerlo ahora que ya no soy parte de esta escuela -hablo sincera, sin ningún atisbo de pena.
- T-ten un poco más decencia, eso va en contra de las reglas de la escuela -manifestó con gran pena- e-esas cosas se hacen en la casa.
- ¿Así que ya quieres dar ese paso? -ante sus palabras burlonas, la pelirroja se sonrojo aún más- imagine que lo haríamos cuando nos casemos, pero por mí no hay problema en adelantar el proceso.
- ¡U-Umi! -su comentario pervertido fue tomado por un golpe en su hombro izquierdo.
- ¡Bien, bien, no diré nada! -rio divertida y acaricio su hombro- ya suenas como una verdadera vicepresidenta, Maki.
- N-No digas esas cosas…
- Lo diré porque es verdad -sincera, con su mano libre tomo la diestra de su pareja- te lo dejo a ti, mi mundo se volverá el tuyo, así como todo lo que hicimos. Te dejare mi vida porque a fin de cuentas es tuya. Estaré contigo sin importar nada, porque a quien le deje mi corazón, será el propietario de mis pensamientos y la casa a la cual siempre volveré.
La forma de hablar de Umi, en definitiva, Maki la recordaba. Era el mismo tono apasionado y sincero de cuando le confeso sus sentimientos.
- ¿Por qué siempre tienes que ser tan dramática? -soltó una pequeña risita y con confianza le dio leve apretón a esa mano cálida que la tomaba- aceptare el cargo, tanto como el de ser la vicepresidenta como el de cuidar tu corazón -le sonrió un poco, mostrándole el apoyo que le tenía- seré la casa a la que siempre quieras regresar, solo espera por mí en la universidad.
- Lo haría toda la vida si me lo pidieras -contesto de esa misma manera tierno y dedicado tono de voz.
Sus palabras fueron el juramento de aquel día nostálgico y lloroso. No se olvidaría de esas importantes palabras, las cuidarían como si su vida dependiera de eso.
Se dejarían incluso la piel en la relación, pagarían confianza por confianza aún mayor. Tal vez sea poco o incluso insignificante para otras parejas, pero así había decido estar, vivir para la otra en perfecto balance.
Para Umi, la única que podría con ambos y pesados pactos era Maki. Por eso le dejo todo, aun incluso si fuese una confusión, confían en su estabilidad como una futura pareja de apartamento compartido.
¡Ah, pero que bien se siente actualizar un UmiMaki! No saben lo difícil que ha sido este último mes xD. Nota: No entren a trabajar de noche si sufren de migrañas constantes, nunca he tenido tanto dolor en toda mi vida como en este mes.
Espero poder actualizar de forma un poco mas constante, no se que onda, peor voy a hacer mi mejor intento.
¡Muchas gracias por tomarse el tiempo de leer!
¡Nos vemos en otra actualización!
