Hacía un dia soleado, espléndido y de carácter primaveral en la Corporación Cápsula. Sus habitantes se movían con normalidad por la propiedad, parecía un dia común y corriente, por lo menos para el príncipe saiyajin que se encontraba desde temprano encerrado en su cámara de gravedad entrenando arduamente.
Se encontraba extrañamente distraído, no lograba concentrarse del todo en su entrenamiento. Sentía que había muchos movimientos al rededor de la propiedad, si bien la peli azul recibía gente seguido en la casa no le parecía que hubiera nada excepcional aquel día.
El ruido metálico del techo de la cámara le hizo volver a la realidad, algo había chocado con ella. Era demasiado temprano para que aquello tuviera algo que ver con la humana que a veces hacía cosas para perturbarle a propósito.
Lo ignoró de manera automática hasta que sintió que la cámara se movió, no se había tambaleado, sino que se había desplazado unos centímetros por el patio, no comprendía cómo aquello era posible. Paró el funcionamiento de la misma, un robot había impactado contra su cuerpo debido al movimiento involuntario de la nave.
Espero que no sea causa de la terrícola-dijo para sí mismo. Bulma solía hacérselas cuando se lo proponía o estaba enfadada con él, aunque no recordaba haberle hecho nada relevante a la peli azul últimamente.
Salió de la nave y se encontró con una gran grúa que llevaba una especie de estatua, estaba trasladándola y al parecer había impactado con la cámara debido a que tenía la base un poco maltratada. Miró al conductor de la grúa que paró el artilugio en cuanto notó su ceño fruncido.
Discúlpeme señor, se me escapó un poco-dijo el hombre con amabilidad. Vegeta frunció aún más el ceño. Miró la estatua y notó que era una réplica de la heredera de Corporación Cápsula.
¿Por qué está poniendo esa cosa aquí?-preguntó Vegeta irritado, el hombre había puesto la estatua justo al lado de su santuario. No es que le molestara que fuera una estatua de la peli azul, si no que hubiera movido su nave por ubicar aquella inútil decoración.
Sólo sigo órdenes-dijo el hombre antes de encender la máquina y dirigirse a traer otras cosas. Vegeta observó el jardín con detenimiento, estaba más cargado de lo usual.
Había macetas con flores en todas partes, rosas rojas para ser específico. Globos rosas y rojos colgados por las paredes de fuera de la Corporación y en algunas plantas. Había una mesa en el centro del patio con mantel blanco y uno rojo por encima mas pequeño, pétalos de flores regados por todos lados y personas que se desplazaban de un lado a otro acomodando aquellas cosas.Tal alboroto solo pudo hacer que pensara en una persona, Bulma.
Entró en la Corporación con ira irradiando de sus ojos. De seguro aquel estúpido circo que estaba armándose fuera era obra de la peli azul. La buscó rápidamente por su ki interceptándola en el laboratorio donde la científica estaba mezclando algunos químicos extraños. Entró con un portazo y los brazos cruzados mirando con determinación a la fémina.
¿Qué pasa Vegeta, se descompuso la cámara de gravedad? Me pareció oír ruidos afuera-dijo la peli azul con naturalidad.
No te hagas la que no sabes, afuera hay un montón de humanos asquerosos moviendo cosas. Uno de ellos chocó mi cámara de gravedad con una estatua tuya-dijo a modo de queja. La cara de confusión de Bulma le hizo dudar.
¿Una estatua?-preguntó confundida-Yo no mandé a colocar ninguna estatua-dijo nuevamente-¿Cómo que movieron tu cámara de gravedad? ¿Mientras estaba encendida?-preguntó a lo que el saiyajin asintió.
Está todo decorado de colores chillones y movieron mi cámara de gravedad para poder poner todas esas ridiculeces-dijo a lo que la peli azul se quitó los guantes y las gafas protectoras presa de la curiosidad.
Yo no ordené nada de eso si eso es lo que crees-dijo a modo de advertencia.
Empezó a caminar para ir fuera de la Corporación seguida de un enojado Vegeta. Al llegar al patio Bulma encontró exactamente lo que el saiya le había descrito-¿Qué día es hoy Vegeta?-preguntó. El saiya pareció confundido ante la pregunta.
Según el primitivo calendario de este planeta hoy es el 14 de Febrero-dijo el saiya a modo de respuesta. Bulma rió al escucharle, ahora todo tenía sentido-¿De qué te ríes?-preguntó confundido.
Hoy es el día de los enamorados-dijo la humana con una sonrisa-Seguramente sea de alguno de los muchachos a los que le gusto, alguien debe haber preparado esto para mí-dijo con una sonrisa soñadora.
¿Es una celebración de humanos?- preguntó confundido.
Así es, es una celebración en la que las personas se demuestran el amor que se tienen el uno al otro o en la que suelen declararse a las personas que aman-dijo sonriente la peli azul.
Vegeta no pudo más que hacer una mueca de asco al escucharla. La grúa que había desplazado su cámara de gravedad entró a escena nuevamente trayendo consigo una caja gigante, asimilaba un regalo de tamaño exorbitantemente grande, como el de una persona.
Al dejarlo justo a la vista del saiya y la humana la grúa se fue rápidamente. El regalo comenzó a sacudirse como si bailara por si sólo haciendo que el saiya se alertara. Al final no tuvo que intervenir dado que la tapa cedió y de él salió el guerrero del desierto, Yamcha.
Tenía un esmoquin puesto y un ramo de rosas en uno de sus brazos. Una sonrisa resplandeciente y una caja de regalo en su otro brazo.
Feliz día de San Valentín Bulma-dijo el humano con una sonrisa. Se arrodilló para decirlo ante la peli azul la cual miraba la escena sorprendida. Rápidamente su semblante cambió a uno de enojo.
Gracias Yamcha, hazme el favor de limpiar antes de irte-dijo la mujer antes de darse vuelta y caminar rumbo a la Corporación. Vegeta miró con naturalidad el fracaso del guerrero, sabía con detalle porqué la peli azul había reaccionado así.
Creí que me perdonaría con esto-dijo el ex bandido a modo de lamento en el suelo. Efectivamente, la peli azul lo había dejado debido a una infidelidad, con nadie más y nada menos que con la ex de Krilin, Maron, que extrañamente era muy parecida a la peliazul
A Vegeta no le interesaba en lo más mínimo el asunto mas que para burlarse de Yamcha por su fracaso, pero odiaba ver a la humana enfadada y que no fuera por su causa. Y que además de ello su cámara de gravedad se hubiese visto involucrada en las estupideces del ex novio de Bulma.
Mas vale que devuelvas mi cámara de gravedad a donde estaba, no me interesan tus estupideces-dijo el saiya a modo de reproche al humano que sólo lo miró con expresión derrotada desde el suelo.
Lo siento, aún no puedo rendirme-dijo el guerrero de la cicatriz en la cara con motivación-Además no deberías estar entrenando hoy ¿Qué acaso no crees en el amor?- se burló. Vegeta tan sólo lo miró con desprecio, nunca había escuchado tal estupidez.
Sino devuelves mi cámara de gravedad a su lugar para el medio día vas a volver a donde te mande cuando nos conocimos-dijo el saiya con desprecio. Con aquellas palabras se retiró, por la misma dirección por la que se había ido la peliazul.
No creo que sea posible que Bulma me dejara por él ¿Verdad?-dijo Yamcha para sí mismo mientras aun permanecía arrodillado en el suelo pensativo.
Bulma se dirigió a la cocina hecha una furia, el haberse cruzado con su ex novio le había arruinado el día. Ella esperaba salir con alguno de sus tantos pretendientes al ser una de las mujeres más ricas y bellas del planeta, pero con aquello se le habían ido las ganas.
De seguro Yamcha ahora iría a conformarse con Maron o alguna de sus admiradoras de Béisbol, y ella permanecería allí, sola.
¿Qué te pasa cariño?-preguntó el doctor Brief cuando vio entrar a la peli azul con el ceño fruncido y tomar un tarro de galletas. Se puso a comerlas allí, sentada en la barrita desayunadora.
Yamcha montó todo un desastre afuera luego de lo que me hizo-dijo antes de comer otra galleta de miel. A pesar de su enojo debía admitir que estaban deliciosas.
Sino quieres verlo ¿Entonces por qué no sales con alguien? Debes tener muchos chicos que te inviten a salir-dijo su científico padre mientras tomaba un sorbo de su café.
No tengo demasiados ánimos de salir de la casa ahora. Además, esos niños ricos que quieren salir conmigo sólo se fijan en mi dinero-dijo a modo de queja. El doctor Brief suspiró, le costaba comprender a su hija.
Últimamente no sales mucho querida, deberías relajarte un poco-dijo a modo de consejo. Bulma sólo siguió comiendo galletas.
Vegeta ingresó en la cocina, al parecer se había duchado dado que se había cambiado de ropa, ahora tenía una camisa azul marino mangas largas, unos pantalones negros y unos zapatos del mismo color. No era para nada lo que solía usar. El saiya acostumbraba a moverse por la Corporación con ropa deportiva o simplemente con pantalones cortos y el torso descubierto.
¿Vas a salir Vegeta?-preguntó el doctor Brief al notar la ropa del saiya. Este había ido hacia el refrigerador a buscar un poco de agua. Al sacar una botella y cerrar el aparato miró a su interlocutor.
No, sólo me cambié porque hay mucha gente al rededor de la casa. Además no puedo entrenar porque ese idiota se llevó mi cámara de gravedad-respondió simplemente. El doctor Brief lo miró intrigado, no esperaba que le respondiera.
¿Gente al rededor de la casa?-preguntó Bulma confundida. Apenas y había vuelto en sí, lo bien que el saiya se veía con aquella ropa había logrado distraerla de su enojo por su ex.
Había humanas afuera-dijo el saiya antes de beber un sorbo de agua de la botella y encaminarse fuera de la cocina. Prefería estar en algún lado donde no hubiera ventanas o estuviera lejos de aquellas féminas, como su cuarto, que estaba en el segundo piso.
El saiya los dejó, pero inmediatamente la señora Brief ingresó en la habitación. Traía una canasta consigo.
Buenos días Bulma-dijo sonriente Bunny-Pensé que habías salido con el joven Yamcha por el día de los enamorados-dijo sorprendida al verla allí. Había visto toda aquella preciosa decoración de San Valentín que estaba montada en el jardín por la ventana de la cocina.
No iré a ningún lado hoy mamá-dijo la peli azul con naturalidad, no quería preocupar a su madre con aquello. Más porque la rubia se encargaría seguramente de buscarle una cita que ella no quisiera.
Que pena ¿Crees que el joven Vegeta saldrá? Acabo de encontrar en el buzón muchas cartas para él con invitaciones a citas hoy-dijo mostrando unas cartas que sacó de su canasta. No las había abierto, pero todos los sobres que había tenían por lo menos un corazón por sello-Iba a ir a dárselas pero quiero preparar unos pastelillos especiales para él ¿Podrías encargarte querida? -preguntó ofreciéndole las cartas.
Vegeta no se va a poner a leerlas mamá, quizás las arroje por la ventana-dijo la peli azul. Sin embargo tomó las cartas, quería saber qué le habían escrito las féminas al saiyajin.
Aún así son para él querida-dijo el doctor Brief-Quizás no le interesen, pero por lo menos deben llegarle.
Me pregunto quién será la dueña del corazón del joven Vegeta, quizás a él no le interesen otras muchachas porque ya le gusta alguien-dijo la madre de Bulma con voz soñadora. Bulma se mostró pensativa luego de escucharla. Se excusó de sus padres y con las cartas en las manos se dirigió a la habitación del saiyajin. Al llegar tocó la puerta.
Pasa-dijo el saiya con naturalidad, ni siquiera hacía falta que preguntara quién era dado que ya había sentido el ki de quien llamaba. Al entrar Bulma encontró al saiya sentado en el balcón de la ventana mientras leía un libro.
¿Qué haces aquí?-preguntó Bulma confundida al notar que el saiya no parecía tener interés en entrenar.
Eso debería preguntártelo yo-dijo el saiya con el ceño fruncido. Le molestaba en sobremanera que la peli azul se metiera en lo que hacía.
Vine a traerte unas cartas que te dejaron en el buzón. Mamá me las dio y dijo que todas tienen tu nombre-dijo extendiéndole las cartas.
¿Cartas?-preguntó confundido, pareció no tener demasiado interés en ellas al verlas en la mano de la mujer-No me interesan, tíralas.
Pero Vegeta, no puedes hacer eso con cartas de San Valentín, las muchachas que las hicieron se tomaron el tiempo de escribirlas y enviarlas. Por lo menos podrías leerlas-dijo la peli azul con racionalidad.
No me interesa, si quieres tu leelas -dijo mientras regresaba la mirada a su libro. Bulma lo miró pensativa unos segundos y luego procedió a sentarse en la cama del saiya, que estaba a pocos pasos de donde él estaba sentado leyendo. Dejó las cartas a su lado y tomó una del montón, rompió el sello y la desplegó.
Vegeta la miró de reojo, rodó los ojos con fastidio. La mujer se pondría a leer para él aquellas estúpidas cartas una por una.
Hola querido vecino, quería escribirte esta carta para desearte feliz día de San Valentín. El motivo de ello es que te encuentro muy atractivo, y a pesar de que siempre pareces ser muy frío cuando te cruzo en ciertas ocasiones creo que eres impresionante y además te esfuerzas mucho con todo el entrenamiento que realizas a diario.
Si no te molesta me gustaría que salieras en una cita conmigo esta noche, claro si es que no estás ya con alguien. Si no me respondes entenderé que no quisiste o que tienes a alguien más.
Gracias por leer, tu vecina, Lucy.
Vaya, parece que le gustas a nuestra vecina-dijo Bulma antes de reír con diversión de la expresión que el saiya había puesto al escuchar la carta.
Tíralas, no me interesan-dijo el saiya con tranquilidad. Bulma suspiró con cansancio, le molestaba la actitud desinteresada del saiya-Esas celebraciones de ustedes son estúpidas, además odio los humanos.
Yo soy humana-dijo la peli azul a modo de recordatorio.
Por eso mismo, y también el idiota que montó ese desastre ahí fuera-dijo el saiya con desinterés en la dureza de sus palabras. Miró por la ventana, Yamcha estaba quitando las cosas de San Valentín junto a otras personas-Dame eso, voy a tirarlas-dijo, la peli azul pareció poner un gesto de resistencia.
Primero leelas y luego puedes tirarlas-dijo insistente la mujer. Vegeta se puso de pie y tomó las cartas de al lado de la mujer sin que ésta pudiera evitarlo. Procedió a salir de la habitación dejando a la peli azul con una sola carta, la que había leído.
Vegeta bajó las escaleras rápidamente sin dar tiempo a la peli azul a seguirle. Bulma salió de la habitación y en cuanto cruzó el umbral de la puerta una idea surcó su mente, sonrió con maldad y se dirigió al patio donde Yamcha estaba limpiando y le ignoró por completo para ir hacia la cerca.
Vegeta ya había salido y estaba tirando en un bote de basura, donde Yamcha desechaba las flores, las cartas que había llevado consigo. Miraba el sello de una y la tiraba al cesto.
Vaya Vegeta, ¿Esas son cartas de amor?-preguntó sorprendido el ex bandido al ver al guerrero saiyajin tirándolas.
Eso creo-dijo el saiya sin demasiado interés-Todas tienen corazones idiotas en ellas así que deben serlo-dijo nuevamente. Yamcha miró cómo el saiya analizaba el último sello de una que era un pequeño corazón rojo con una firma para luego tirarla al cesto dando por finalizada su tarea.
Espera ¿Las estabas desechando? ¿Cómo le haces para tener tantas?-preguntó el ex bandido con algo de envidia.
Yo no pedí que me las enviaran, de hecho me habrían hecho un favor de no hacerlo-dijo el saiya con algo de arrogancia.
Si eres tan bueno atrayendo mujeres ¿Podrías darme un consejo para atraer a Bulma de nuevo?-preguntó.
Lo que pase entre la mujer y tú no me interesa, y no quiero involucrarme-dijo el saiya con tranquilidad-Aunque no te haría daño dejar de ser tan patético-dijo a lo que el humano se tornó pensativo.
Vegeta estaba por irse de allí hasta que Bulma llegó con una muchacha de cabello pelirrojo. La pelirroja sonreía con inocencia mientras que Bulma lo hacía con cierta malicia.
Espera Vegeta, alguien quiere hablar contigo-dijo refiriéndose a la mujer de pelirrojos cabellos. Tenía la piel clara y era bastante bonita, tenía una cadera ancha, la misma altura de la peli azul y ropa bonita también. Vestía unos shorts negros y una camiseta corta gris que le quedaba a la perfección.
¿Qué quieres?-preguntó el saiya un tanto hastiado. Bulma sonrió aún más, aquella expresión no le gustaba.
Le dije lo que me dijiste a Lucy de su carta, y te la traje para que le agradecieras en persona, no es cortés mandar a alguien más a hacerlo-dijo la peli azul mostrando la carta. Vegeta le miró con confusión hasta comprender la treta que la mujer tramaba.
Ah, esa carta-dijo el saiya haciendo como si comprendiera todo-Es verdad, yo la envié a agradecerte-dijo siguiendo el juego. Bulma pareció desorientada al notar que le había seguido la corriente.
¿Te gustó en serio?-preguntó sorprendida la muchacha. Vegeta asintió, la expresión de Bulma había cambiado y aquello le encantaba-¿Saldrás conmigo hoy?
Podría considerarlo, es decir, no tengo nada en especial que hacer hoy-dijo el príncipe a modo de respuesta. Bulma pareció enojarse un poco.
¿Entonces es un si?-preguntó Lucy insistente.
Vegeta estaba por responder hasta que la peli azul se interpuso, no entendía bien que la movió a hacerlo, pero así fue.
Vegeta no puede salir contigo, es por ello que le daba pena decírtelo-dijo Bulma a modo de interrupción-Él ya...tiene una cita para hoy.
¿Ah si?-dijo Yamcha sorprendido. Aquello de que el saiya tuviera con quien pasar ese día y él no le decepcionaba.
Vegeta pareció también curioso de quién era su cita, dado que no sabía qué planeaba decir la peli azul.
¿Ah, si? ¿Ya tienes una cita hoy?-preguntó un tanto decepcionada-¿Y quién es? -preguntó con determinación. Quería saber quién era aquella que le evitaba salir con su San Valentín.
Vegeta enmudeció, sabía que si desmentía a la peli azul todo sería peor así que esperó a que ella respondiera, después de todo, ella había echado la mentira.
Su cita...-dijo dudosa, Yamcha miró atento también. Todavía no se había rendido con ella y por ello no se había largado todavía del patio-Soy yo, yo lo invité a salir hoy-dijo, Yamcha frunció el ceño mientras que Vegeta permanecía imparcial. No había previsto nada de aquello.
Ah ¿Ustedes son pareja? No lo sabía Bulma, lo siento-dijo la pelirroja algo decepcionada-No le habría mandado la carta si hubiera sabido que te gustaba, lo lamento-dijo, sonrió a su amiga la cual forzó una sonrisa. Todo aquello era incómodo, y le había mentido a su querida vecina.
Ahora todo tiene sentido-dijo Yamcha mientras pateaba el cesto de basura que tenían allí cerca-Por eso no me haces caso, te gusta él ¿Verdad?-dijo dolido.
Bueno...-dijo la peli azul algo sonrojada. No le agradaba la mirada maliciosa del saiya, estaba disfrutando el hacer sufrir a Yamcha y a ella y lo sabía.
Disculpa no poder habértelo dicho yo mismo, aunque si quieres podemos salir aún así, Bulma no es celosa-dijo el saiya a la pelirroja la cual sonrió con diversión. La heredera de la Corporación angostó los ojos al escucharle con molestia.
Tu vas a salir conmigo hoy-dijo a modo de reclamo. Yamcha pareció sorprendido al ver los repentinos celos de la peli azul. Vegeta sólo atinó a sonreír con malicia, aquello lograba divertirlo.
Bien, es cierto, no sería un caballero si saliera con ambas, deberás de disculparme-dijo el saiya hacia la pelirroja la cual sólo sonrió.
No hay problema, es todo tuyo Bulma-dijo la pelirroja con una sonrisa antes de retirarse de allí rumbo a su casa.
Bulma miró cómo su vecina se iba y procedió a entrar a la casa. Vegeta hizo lo propio y la siguió dejando en el patio sólo al ex bandido.
¿Cómo no lo vi venir?-preguntó confundido-A Bulma le gusta Vegeta ahora ¿Qué debería hacer para recuperarla?-preguntó para sí mismo.
Vegeta entró en la casa como si nada hubiera pasado. Se dirigió a la cocina nuevamente donde la madre de Bulma lo recibió con pastelillos que no dudó en aceptar dado que estaba hambriento.
Se sentó a la mesa y Bunny comenzó a alcanzarle una buena tanda de pastelillos. El saiya comió con tranquilidad hasta que vio a la peli azul ingresar a la cocina y mirarle con insistencia.
¿Por qué llevas esa cara Bulma?-preguntó Bunny al notar la actitud de su hija. Como si no la hubiera escuchado, Bulma se acercó a donde estaba sentado el saiya de origen noble y lo miró fijamente.
No te llenes de pastelillos, iremos a cenar esta noche-dijo con determinación. El saiya pareció sorprenderse ante sus palabras.
Espera ¿Era en serio?-preguntó confundido. Bulma asintió sin cambiar su expresión.
Con todo lo que ha sucedido no he sido capaz de organizar nada para hacer hoy así que tu saldrás conmigo-dijo la mujer con insistencia. El saiya tragó en seco, no esperaba que la mujer se lo hubiera tomado en serio.
¿Van a salir juntos por San Valentín?-preguntó con una sonrisa la madre de Bulma.
Yo no...-llegó a decir el saiya hasta que Bulma le interrumpió.
Sino quieres puedes salir con cualquiera de las otras chicas que te mandaron carta, pero perderás la oportunidad de hacer sufrir a Yamcha y tendrás que soportar a mujeres desconocidas que seguro querrán ser tus novias-dijo la mujer a modo de argumento.
Está bien, saldré contigo-dijo el saiya para que no continuara. Pensó en cómo habría resultado todo si hubiese salido con alguna de esas humanas. Además también le agradó la idea de que Yamcha se alejara de la mujer de una vez por todas.
Hacen una pareja estupenda-dijo con emoción la señora Brief-Les haré una reservación en un restaurante-dijo antes de salir corriendo de la cocina. Ambos se miraron fijo, sería una larga cita para los dos.
Gracias por leer hasta el final. Espero que hayan disfrutado de este fic seguiré actualizándola miércoles.
Nos leemos pronto.
Nieblaneit0r.
