Desconozco cómo usar esta plataforma todavía… pero al menos tengo el placer de poder hacer algo nuevo a lo que acostumbro escribir. Sí, esto no es una obra sino un pequeño relato de un ship que vengo leyendo y leyendo… y poco encuentro y de lo que hay, no se termina para nada la misma obra. Yo no soy de escribir esto, que es básicamente algo ajeno a lo yaoi. Hay que probar cosas nuevas… so, aquí estoy. Espero les guste.

Una tarde entre hermanos

—Espero que los dos se porten muy bien mientras toda la familia se ausenta…

—No te preocupes padre. Literalmente, estás hablando con la mejor hermana mayor de todas. No haremos nada malo, te lo aseguro

—¡Esto es una basura!

—Lynn Junior…

—¡¿Cómo es posible que Lori y Lincoln se queden en casa mientras las demás debemos visitar a la tía Ruth?! ¡No es para nada justo!

—Es injusto, lo sé cariño. Pero debes de saber que Lincoln ha pedido días y días antes de que planeemos esto, teniendo cosas que hacer y por lo tanto, no podemos dejar que se quede solo y por ende, Lori se queda para cuidarle.

—¡Pero mamá…!

—¡Sin peros hija! No quiero tener a una hija que me responda de nuevo. Ve, alístate y prepárate para que podamos salir.

La castaña deportiva estaba muy molesta con todo esto, más que nada con sus padres. No solo era ella sola sino también el resto estaba molesto. Desde Leni hasta Lily, todas mostraron una cara molesta y de brazos cruzados contra Lincoln que sonreía con algo de nerviosismo mientras Lori, bueno, Lori no parecía importarle para nada. Se habría librado de algo muy molesto como visitar a la tía Ruth con todos sus gatos, tener que buscarle callos, comida que es de hace 50 años… sí, realmente se habría librado de algo muy tedioso.

Sonreía ante su pequeño hermanito que parecía un tanto nervioso ante las miradas hostiles del resto pero, no es algo que deba preocuparse porque una vez que ellas se vayan, estarán muy tranquilos ya que nadie podrá molestar.

—¿Solo porque planeó cosas antes se puede librar de esto? —preguntó una pequeña niña de vestido de princesa y de un color rosa que invadía todo su cuerpo. Pisó con fuerza mientras apretaba sus puños con la misma intensidad—. ¡Esto es una maldita mentira!

—Lola —habló su madre que cargaba a Lily en brazos en lo que ignoraba cómo la dulce bebé terminaba sacando la lengua a los dos hermanos—. No quieres que usemos el jabón para limpiar esa boca, ¿no? —Lola se asustó y se tapó con ambas manos la boca, algo aterrada por tal recuerdo que le perdura a día de hoy—. Bien. Vayan subiendo todas al a van que su padre y yo iremos enseguida

Todas hicieron caso.

Miraban de mala manera a Lincoln y a Lori, una Lori que poco importaba de hecho que le miren así. Ellas harían lo mismo si estuvieran en su posición. De hecho, harían mucho más con tal de no ir a la casa de la tía Ruth.

Es entendible… hasta cierto punto.

—Chicos —Rita de nuevo hablaba mientras miraba a sus dos hijos—. Espero que se porten muy bien y no hagan ninguna tontería en lo que nos vamos —ambos asentían con grandes sonrisas—. Y Lincoln —se puso a su altura. De un momento a otro, ella vio que él se mostró muy nervioso y empezaba a sudar un poco—. Tu hermana Lori está contigo para que no te quedes solo —interpretó esto como que quedarse a solas es feo para él. Lori estará a su lado por lo que no tendrá duda alguna que ella le cuidará muy bien—. Procura hacerle caso y no desobedecerle ¿sí?

—S-sí…

—Muy bien —se paró bien y miraba a Lori—. Espero que cuides muy bien a tu hermano

—Literalmente mamá, estará tan bien cuidado como la castidad de una princesa —decía con una mirada muy tranquila y relajada, muy segura de ella misma—. El pequeño de Lincoln no hará nada malo conmigo a su lado, ¿verdad Lincoln?

El albino sintió repentinamente unas manos en sus hombros que le asustaron por la fuerza que ejercían y tan pronto como sintió que unas uñas se clavaban allí, asentía de nuevo.

Lynn padre y Rita vieron esto y sonreían.

¿Qué harían si no tuvieran una hija tan buena y responsable como lo es Lori?

Dieron unas pautas más y luego, cerraron la puerta de la entrada mientras escuchaban las puertas cerrarse de la van y luego, la misma yéndose de allí, quedando por fin a solas.

Una vez que se supo que ya se han ido, Lori terminó soltando a Lincoln.

De pronto y de la nada, le dio una bofetada, borrando todo rastro de sonrisa pura en su cara y demostrando la verdadera cara que tenía debajo: la cara de una demonio.

—¿Qué fue eso?

—N-no… n-no lo sé…

Le dio otra bofetada.

—¿No sabes? ¿Quieres que te diga qué fue eso? —le dio una bofetada. Paró allí mismo mientras miraba a su hermanito llorar un poco por el dolor—. Casi arruinas todo, maldito enano. ¿Sabes lo que me ha costado tener esta chance de nuevo? ¿Lo sabes? No, seguro que no. Ahora, quítate la ropa…

—Pe-pero…

Lincoln recibió otra bofetada.

—No me hagas que cierre la mano para hacer que te quites la ropa.

Entre pequeños llantos y con una mejilla roja en su cara, Lincoln tuvo que asentir en lo que era llevado – desnudo – hasta el cuarto de sus padres en donde Lori haría de nuevo de las suyas, usándole como pretexto de estar solos para realizar esta acción de lo más asqueroso que ha visto y que nunca hubiese pensado que lo terminaría haciendo con una de sus hermanas.

Minutos después

—Sí, sigue así, sigue masturbándote como lo haces. Quiero que estés lo más duro posible para poder así yo meterlo dentro y enseñarte el verdadero cuerpo de una mujer. Sí, sube y baja, sube y baja con esa velocidad.

—No pares, no lo hagas. No quiero que te detengas. Hazlo y te volveré a golpear, Lincoln.

—Bien, ¿ves que no era tan difícil hacerme caso?

Lori seguía tirando comentarios de este estilo mientras veía – y grababa – cómo su hermano se masturbaba frente a ella como pedido que le hizo para que pudiera estar duro y así poder darle unos sentones enormes, así también saciar el hambre que tenía en estos momentos, apretando con fuerza sus labios.

Le gustaba, encantaba, jugar con su hermano de esta manera.

Sabe que él siempre le miraba cambiarse. Siempre disfrutaba de esto, demasiado. Le encantaba que le mire y le mire y luego verle masturbarse pensando en ella, en serio que le encendía y mucho. Cuando menos lo pensó, encaró a Lincoln y lo terminó haciendo suyo, dictando todas las cosas que él hizo antes de que ella se lo terminara cogiendo a diestra y siniestra, nombrando cómo se masturbaba viéndole de arriba abajo, cómo robaba sus bragas para masturbarse, las fotos que le sacaba, todo. Entonces, no desaprovechó esa chance que tenía cuando todos en la casa dormían, colándose al cuarto de él para hacerlo suyo.

Nunca se sintió mal por esto.

Cada vez que tenía la chance de estar a solas con Lincoln, era como un regalo del cielo.

Siempre lo terminaba montando y siempre sacaba ese néctar que salía de su miembro que le llenaba por completo, tanto que se dio cuenta que se había vuelto adicta a esto por completo, no pudiendo dejar de hacerlo.

Fue tanto que cuando estaba con Bobby, las cosas no eran las mismas, para nada. Se sentía muy inferior a su hermanito de 11 años que si bien en tamaño no se pueden comparar, el placer que siente por Lincoln es 10 veces mayor a Bobby.

¿Para qué tener novio si puede tener sexo cuando quiera con su hermanito?

La relación con él, bueno, ya no había relación alguna salvo en nombre porque luego casi ni hablan y de hacerlo, es para que él le deje de molestar. Básicamente no era ya una relación en sí pero, tenía que más o menos salvaguardar apariencias.

Desde entonces, desde hace exactamente 4 meses, Lori aprovecha las chances que tiene con Lincoln para hacer este tipo de cosas y nunca se iba a cansar, nunca.

—Mírame cuando lo hacemos

Ya pasó ese momento que Lincoln se masturbaba. Inesperadamente, terminó eyaculando antes de tiempo y tiró bastante encima del cuerpo de ella. Molestó, le dio una bofetada, mostrando su claro enojo en haber acabado antes de tiempo y siquiera avisar para poder beberse el mismo. Sin más, estimuló un poco con su mano el miembro de Lincoln para luego subirse encima y acomodarlo para que entre en su vagina. Entró todo y sentía cómo la punta del pene de él seguía escurriendo gotas de semen dentro de ella que le hacía sonreír un poco y mostrar una lujuria sin igual.

Como él no le miraba ahora, le tomó de la cara y le hizo mirarle a la fuerza.

—Siempre debes mirar a una mujer cuando tienes sexo con ella —y apretaba la cara del albino que le hacía doler un poco—. Si no me miras, terminarás con ese ojo lindo tuyo morado… espero haber sido muy clara, Lincoln…

Lincoln empezó a sentir dolor en sus caderas.

Lori subía y bajaba con tanta fuerza que realmente le hacía doler. Los sonidos de golpes llenaban el cuarto y se sobreponían por encima de los lamentos y sollozos de Lincoln que por más que se sintiera demasiado bien y soltara leves gemidos – nada que ver con Lori que parecía gritar de placer ahora mismo – no le gustaba para nada y prefiere estar ahora muerto que seguir con esto.

Cerraba sus ojos por el miedo que todo le generaba.

Las manos de Lori tocaron el rostro de Lincoln así como también sus uñas, rasguñando un poco la misma.

—¡Te dije que no dejes de mirarme mientras lo hacemos pedazo de basura! —incrustaba levemente esas uñas en Lincoln que seguía llorando y con la mayor de sus fuerzas, los abrió, mostrando sus ojos cristalizados y un color apagado en ellos. Esto en vez de hacerle entender lo mal que hacía Lori, le encendió más—. ¡Sí! ¡Adoro tu mirada! ¡Tu mirada hace que me excite mucho más Lincoln! ¡Dame más! ¡QUIERO MÁS DE TI!

Pero cuando realmente había llegado al momento máximo de su placer, sintió que fue rellenada por completo, a tales puntos que su panza se hincharía un poco para luego volver a la normalidad, viendo cómo escurría el semen de su vagina y del miembro de su hermanito que estaba ahora llorando con más fuerza por esto que sucede.

—… acabaste antes que yo… —murmuraba—. …pensé que había sido clara la semana pasada con esto, Lincoln… —apretó sus puños mientras se sacaba el pene de Lincoln. Arrodillada entonces, caminó hasta el rostro de Lincoln para apoyar su trasero, su vagina, en el rostro de él—. Ahora, hasta que no acabe, no me levantaré… —entrecerró sus ojos con una gran sonrisa—. …y espero que tengas buena respiración… porque me falta mucho para acabar.

Entre los fluidos vaginales de Lori y el semen de él, no sabía cómo o qué hacer, sintiendo un gusto de lo más amargo y raro, cerrando sus ojos en la búsqueda de aire pero entre más buscaba aire, más ese aroma de la vagina de su hermana invadía todo su nariz, nublando el poco juicio que le queda. Ese poco que quedaba le decía que cumpliera con ese pedido de ella así puede respirar y encontrar una forma de escapar… aunque es demasiado complicado…

Lamió y lamió lo más rápido posible, chupando también entre esos fluidos y su propio semen. Muchas caras no puede hacer porque ella presionaba con más fuerza mientras, de nuevo, hablaba y hablaba de cómo ha mejorado con esto de su lengua, sintiendo también unas manos en su cabello blanco que le tiraba para que enterrara más su cara contra su vagina.

No tardó mucho, ya a duras penas y sintiendo que iba a morir, que fuera bañado con esos fluidos de Lori, signo de que había acabado luego de un minuto intenso de placer que había recibido.

Ella se separó y él, intentó recuperar el aire a como dé lugar, respirando con tantos problemas que le dolía todo, tomándose el pecho y sintiendo que realmente estaba por llegar al cielo en caso de haberle hecho acabar tan pronto.

—Hehehe… —la risa de Lori entró en su oreja y no salió por la otra. Se quedó allí—. Siempre terminas sorprendiéndome, hermanito... —y de nuevo, esa voz tan dulce y seductora, esa maldita voz, hizo que su miembro se levante de nuevo, odiando su cuerpo cada segundo que pasa por no darse cuenta que está siendo usado y siendo quebrado en todo momento—. …en serio que me quieres, ¿eh? —y los ojos de Lori pasaron de ser claros y hermosos a sin vida alguna y oscuros—. …debo pagar ese amor que tienes conmigo con mi cuerpo…

Otra vez le montó y la sensación de estar llena nuevamente invadió el cuerpo de Lori.

Le tomó con cariño ahora la cara de Lincoln y sonreía. Seguía teniendo ese color de ojos tan apagado, sin brillo y sin vida de antes.

—Siempre estaremos juntos, hermanito… —su sonrisa ahora no era muy linda que digamos—. …siempre haremos esto… y ahora, lo haremos todos los días… —soltó una leve carcajada—. …por el resto de tu vida… y el resto de la mía…

Lincoln ya no podía hacer nada.

Intentó librarse pero las fuerzas que tenía fueron como succionadas por Lori que seguía montándole como si no hubiese un mañana.

Lloraba de dolor, demasiado.

No pensó que lo que podría ser una tarde linda – por fin – con Lori y actuar como hermanos, terminara siendo usado hasta que fue tirado en su cama como un saco de basura, vestido al menos, y escuchando las palabras que una vez que todos se duerman, porque ya habían llegado la familia de la casa de la tía Ruth, harían esto.

Cerró sus ojos y las lágrimas seguían al igual que su deseo de morir ahora mismo.