LA CHICA DEL AUTOBÚS

Por: Escarlata

Sailor Moon pertenece a Naoko Takeuchi, el plot es mío.

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La ruta era la misma, la de todos los días, tan así que podría recorrerla con los ojos cerrados si alguien la obligara. Primero era salir de la secundaria Juuban, caminar cuatro calles pasando por una pequeña zona comercial donde había ropa, arcades, puestos de comida y cualquier cosa que atrajera la atención de estudiantes buscando relajarse y pasarla bien con amigos.

Amigos.

Ami no los tenía y no había necesidad de recalcarlo. A momentos miraba con dos gramos de envidia cuando sus compañeras de clase la pasaban de largo entre risas y bromas y siempre paraban en la misma heladería y pedían siempre los mismos sabores; o esos chicos que reían, se empujaban y jugueteaban camino al arcade Crown, y personas que iban en pares y se movían con más discreción pero con el mismo tipo de camaradería. Otros iban con prisa a casa y estaban los solitarios como ella que se perdían en los estudios ya fuera voluntariamente u obligados.

En su propio caso era más lo primero que lo segundo, era buena estudiando, era una buena estudiante. Sería una gran doctora como su madre y no había razones para sufrir aunque no pudiera comer un helado con alguien o siquiera compartir el camino.

Luego de esa zona donde los estudiantes pasaban el rato antes de volver a casa, finalmente llegaba a la parada del autobús que la llevaba a donde tomaba su curso vespertino.

Y era ahí, justo ahí, cuando encontraba una razón para despegar sus ojos del libro que llevase en las manos. Era la misma ruta, era la misma hora, era obvio que la persona que le llevaba los ojos era una estudiante. Confesaba con cierta pena haber investigado por su cuenta a qué escuela pertenecía ese uniforme, un colegio privado católico nivel secundaria sólo para chicas, la Academia T. A.

Esa linda chica de cabello azabache siempre subía en la misma calle a la misma hora, por lo que Ami se hizo de la rutina de siempre estar a tiempo en la ruta para poder verla aunque fuera de lejos. Era hermosa, esos ojos tenían una intensidad y una seguridad que no había visto en nadie más, ni siquiera en los colegas que su madre le había presentado.

Tenía un aura que le atraía de una manera que no podía explicar. Con el tiempo dejó de intentar razonar el porqué de su fascinación y terminó por disfrutarlo, por añorarlo incluso y extrañarlo cuando llegaban los fines de semana o algún asunto le obligaba a quedarse un rato más en la escuela.

Esa tarde la vio, la chica miraba por la ventana, siempre iba de pie ya fuera que hubiera o no asientos disponibles. Ami siempre bajaba primero que ella, así que no sabía donde hacía su parada la chica.

A veces ella volteaba, pero Ami era más rápida y giraba el rostro o bien se escudaba detrás de otro pasajero. Los segundos que esperaba para volver a mirarla se sentían eternos.

Todo eso era emocionante.

Se preguntó si alguna vez tendría la oportunidad de hablar con ella, pero nunca tuvo el valor de acercarse más.

~ o ~

Ser Sailor Mercury y el saber que ya no estaba sola era una hermosa sensación. No sólo eso, Usagi era como un ángel, era fácil hablar con ella y su actitud seria y tímida no asustó a la rubia, al contrario. Se sentía afortunada de pelear a su lado, se sentía en confianza con Luna y al fin tenía la sensación de pertenecer a algo, quizá no a alguien, pero sí a algo más grande que ella misma.

La sensación era abrumadora, pero se sentía más viva que nunca.

Esos días estuvieron investigando un asunto de desaparición de personas y algo sobre un autobús fantasma. Ami conocía la ruta por donde pasaba dicho autobús, era cerca de donde ella misma se bajaba para sus cursos.

Esa tarde ambas subieron al autobús que Ami y simplemente no pudo callar.

─¿Sabes? Aquí siempre sube una chica muy guapa de la Academia A.T. ─le contó a Usagi sin pena alguna. Y sí, ahí estaba, pero no necesitó señalarla siquiera.

Usagi la localizó de inmediato y fue una sorpresa para Ami que el rostro de su amiga mostraba un embeleso total y real por ella. Comprendía su reacción y no la culpaba, Ami era más discreta en esos asuntos, pero claramente Usagi no y no la pudo detener cuando Usagi fue tras de ella.

¿Acaso nada detenía a su nueva amiga?

Aparentemente no. ¿Qué la detenía a ella misma de hacer lo mismo?

Quizá el miedo de perder eso que le hacía latir el corazón de emoción cada tarde luego de clases. Se obligó a sí misma a seguir su ruta de costumbre. Y no podía evitar cierto arrepentimiento al saber que siempre tuvo la oportunidad de acercarse y no lo hizo.

Suspiró mientras bajaba donde siempre y Usagi hacía eso que ella nunca se animó a siquiera intentar.

~ o ~

Que la chica a la que admiraba en silencio resultara ser una sacerdotisa Y su compañera Sailor Mars no lo esperaba. Por la situación no pudieron presentarse bien, tenían gente que rescatar y enfrentar al villano en turno. Ciertamente no esperaba que Mars hiciera cenizas al tipo con ayuda de Sailor Moon y hasta ese momento fue consciente de que la cosa iba en serio.

Anotación aparte, nunca pensó que el rojo se vería tan bien en alguien, tampoco las llamas.

Sailor Mars era fantástica de muchas maneras.

Luego de la pelea y de poner a salvo a los civiles involucrados, las tres se fueron de escena tan rápido como fue posible. Usagi tuvo que irse primero, Ami tenía tiempo de parar en la librería antes de volver a casa, pero no podía irse sin hablar con esa nueva compañera.

─Lamento no haberme presentado bien antes, soy Ami Mizuno ─dijo, haciendo una educada reverencia.

La sacerdotisa correspondió con la misma educación.

Ami notó con gracia que Rei podía ser dura con Usagi, pero a ella le hablaba con más suavidad.

─Rei Hino, gusto conocerte ─respondió con una sonrisa─. Por cierto, no tuve tiempo de comentarlo antes pero... Siempre te he visto en el autobús.

La chica genio respingó. ─¿Eh? ¿En serio?

─Sí, siempre te bajas en la zona de edificios antes de subir la colina, ¿verdad? ─una muda respuesta de Ami le dijo que sí, sonrió─. Te ves más lista que Usagi y sé que esa zona tiene muchos cursos, ¿vas a alguno de ellos?

─Sí, a varios en realidad, depende del día, pero todos son a la misma hora ─respondió Ami, tenía un sonrojo en la cara que era imposible ocultar.

Rei sonrió. ─Sin duda serás una gran compañera. Trabajemos duro, ¿sí?

Ami también sonrió. ─¡Sí!

─¿Sabes? Siempre te había notado, pero cuando trataba de verte, tú te girabas o te escondías, pensé que te estaba asustando.

La genio abrió la boca pero no pudo decir mucho los primeros segundos. Se aclaró la garganta tan pronto pudo. ─No es eso, en serio. Sólo me... Me apenaba, es todo... Yo... Bueno ─pudo decirle a Usagi que Rei era linda, pero no era lo mismo decirle a Rei que la miraba porque le parecía linda. Por suerte, la misma Rei salió a su rescate.

─Me alegra saberlo. Creo que ya podemos conversar cuando nos topemos en el autobús, ¿qué dices?

─¡D-de acuerdo! Digo... ¡Sí! Ah, somos compañeras, es normal que podamos hablarnos y... Bueno...

─También somos amigas ─le guiñó un ojo y notó que casi mataba a la pobre con ese gesto. Su azulada compañera era tímida sin duda, sonrió─, no lo olvides.

─No lo haré, te lo aseguro... Ah ─la genio suspiró hondo y revisó su reloj. Lo mejor era escapar antes de colapsar─. Debo ir por unas cosas antes de ir a casa y... Bueno... ¿Nos vemos mañana en el autobús?

─Por supuesto.

Ambas se sonrieron, una con picardía, la otra con timidez, pero contentas a fin de cuentas. Ami le dedicó una educada despedida a Rei y se fue casi corriendo de ahí.

No podía esperar a mañana.

FIN