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En nombre del fallecido foro:
CANON ISLAND
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Algunas personas se acordarán, otras ni lo conocerán, pero hace unos años existía un maravilloso foro acá en ffnet dedicado a las parejas de Fairy Tail, siempre estaba lleno de gente compartiendo, divirtiéndose, retándose con competencias de fanfics, e incluso había campo para un poco de drama, pero llegó un día, a cierta hora centro, en que un tsunami se llevó a las profundidades a la alegre isla y todo quedó sepultado bajó el agua salada del mar de lágrimas de los que disfrutábamos allí... QwQ
Tres personas sobrevivientes de ese tsunami, siguieron sujetas a sus barcos, Gruvia, Stingue y Jerza respectivamente, y un día se encontraron en tierra firme, y decidieron recordar esa isla, así que por eso las tres sobrevivientes decidieron escribir tres fics cada una (Gruvia, Stingue y Jerza), para honrar la memoria de esa ya casi olvidada isla.
*Presione "F" para mostrar sus respetos*
En fin, este fic Gruvia en honor a Canon Island es dedicado a la sobreviviente del barco Gruvia:
Liraz
Pues que puedo decirte, si ya eres perfecta.
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Disclaimer I: Fairy Tail no me pertenece. Pertenece a Hiro Mashima.
Disclaimer II: Fanfic para honrar la memoria del antiguo foro: Canon Island.
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Referencias De Lectura:
Narración.
Diálogo.
«Pensamientos»
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Capitulo único
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Textos & Citas
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Todo sucedió por un pequeño error.
O, mejor dicho, por una gran energía caótica que provocó un pequeño error en un mensaje de texto.
―Ese viejo... ―Gray susurró ante la puerta que tenía enfrente mientras recordaba ese día, todo sucedió en un abrir y cerrar de ojos y sin embargo, el momento en su memoria sucedía en cámara lenta y duraba por mucho más tiempo.
Fue un pequeño toque de la yema de un dedo en la pantalla hipersensible de un teléfono inteligente que en ese entonces apenas estaba aprendiendo a usar lo que prácticamente cambió su vida.
E incluso, ahora que lo pensaba, la razón detrás de ese pequeño error era realmente trivial, o al menos para él lo era en ese momento.
Suspiró y recordó ese día.
Después de todo necesitaba algo para poder controlar sus nervios actuales.
...Un tipo de nervios que jamás pensó llegar a tener...
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[ G & J ]
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La ventana de la sala de su casa normalmente dejaba pasar los rayos del sol en abundancia.
Pero ese día algo interferencia con ellos.
Y es que no era nada fácil para los rayos del sol el atravesar el enorme cuerpo de la persona que miraba hacia afuera y que justo en ese momento se volvió con una gran sonrisa hacia su hijo.
Un tipo de sonrisa que nunca auguraba algo bueno para Gray Fullbuster.
―Hey, Gray ―dijo la causa de la obstrucción de la luz y de un momento a otro pasó de estar viendo por la ventana a sentarse al lado de él en el sofá―. ¿Ya viste a Juvi Juvi hoy?
―La vi temprano ―respondió poniendo más atención a su nuevo móvil que a la cara interesada de su padre.
―¿Y? ―preguntó emocionado el hombre mayor.
―¿Y?
―¿Y qué te pareció?
―¿Qué me pareció qué?
―¿Cómo que, qué? ¿Qué no es obvio?
―Contigo nunca nada es obvio, papá ―Gray lo miró con el ceño fruncido―. ¿Por qué mejor no preguntas lo que quieres saber?
Silver movió su cabeza de lado a lado, como si no pudiese dar créditos a las palabras de su hijo.
Gray puso los ojos en blanco y se levantó para ir a su habitación, sin embargo, antes de poder dar un paso, su padre lo sujetó del brazo y lo volvió a sentar en el sofá.
―Oye, espera, no puedes irte sin responder.
―Y yo respondería si supiese de qué estás hablando.
―¿Cómo no vas a saber de qué estoy hablando? Acaso no me acabas de decir que viste a Juvi Juvi temprano.
Gray se desacomodó el cabello tratando de entender, pero a pesar de que de verdad se esforzó no pudo entender la pregunta de su padre, y su padre, Silver Fullbuster, entendió que su hijo estaba totalmente perdido, así que decidió ayudarlo un poco.
―Hijo, ¿cómo se veía Juvi Juvi hoy?
Gray se sorprendió de la pegunta y sintió un poco de calor en sus mejillas al ser encarado con una pregunta así y al pensar en la cara siempre sonriente de Juvia, sin embargo se sacudió rápido esa calidez y respondió:
―Saludable.
―¿Saludable? ―repitió incrédulo Silver.
―S-sí... saludable ―afirmó dubitativo al ver la cara de su padre ante su respuesta.
―¿En serio?
―De verdad no sé qué quieres que te diga ―Gray se intentó levantar otra vez pero la mano de su padre en su hombro lo dejó pegado al sofá.
―Oye. Mika, ven acá ―llamó en voz alta su padre a su madre que estaba en el jardín, un par de minutos después, su sonriente madre entró y los miró curiosa.
―¿Qué sucede?
―Puedes creer que le pregunté a Gray como vio a Juvi Juvi ya que la vio temprano y él me respondió: "Saludable".
―¿Saludable? ―Mika intentó no reírse y negó con la cabeza―. Gray... ―dijo con una ligera diversión en la voz―, espero que solo hayas dicho esto para tomar del pelo a tu papá.
La mirada de su madre y su padre cayó sobre el joven pelinegro con la pesadez de la expectativa.
Pero era una expectativa que él no podía llenar.
Simplemente porque no entendía que estaba pasando.
―Oigan, no entiendo ¿Juvia está enferma? ―frunció el ceño preocupado, sus padres se preocupaban mucho por Juvia, desde que la conocieron la trataron como parte de la familia por el carácter amable que tenía, así que no sería raro que hicieran este extraño drama si Juvia estuviese enferma.
―¿Gray... de verdad eres mi hijo? ―Silver sacudió la cabeza de lado a lado.
―¡Oye! ―la dama de cabello negro golpeó ligeramente la cabeza de su esposo― ¿Qué estás insinuando? ¡Gray claramente es tu hijo!
―Oh, no... ―replicó nervioso Silver―, no dudo de ti, Mika, pero pudieron haberlo cambiado en el hospital, ¿cierto?
Gray puso los ojos en blanco ante lo dicho por su padre y pensó que su madre volvería a golpearlo, pero en lugar de eso su madre lo miró a él pensativa.
«No puede ser...» Pensó Gray cada vez más fastidiado.
―Las probabilidades son pocas... ―murmuró su madre y Gray decidió que era hora de irse porque su madre había decidido jugar el mismo juego que su padre, y aunque él podía fácilmente discutirle a su padre, con su madre no podía hacer lo mismo.
Su madre era un ser demasiado especial para él.
Sin embargo, de nuevo una mano lo volvió a sentar en el sofá.
―Gray, dejar a tus padres sin respuesta es una falta de respeto ―la seriedad con que su padre lo dijo solo lo desesperó más al punto de llevarse las manos a la cara y restregarse el rostro con fastidio.
Estaba seguro que sus papás lo volverían loco algún día.
―¿¡Cómo voy a responder si no sé de qué demonios están hablando!? ―levantó la voz exaltado.
―¡Gray, lenguaje! ―regañó su madre y su padre movió la cabeza de lado a lado.
―¿Y oíste ese tono de voz? No puedo creer que sea el mismo Gray al que le cambie los pañales.
Mika asintió con pesar.
―Es culpa de los videojuegos ―continuó Silver―, lo has visto como se enoja cuando juega ese que se llama "Dalionora", siempre lo pone de mal humor.
―Oh, ya, ya... ―Gray levantó las manos en derrota, si seguía cayendo en su juego no iba a salir nunca, además que su padre siempre culpaba al juego "Deliora" cuando podía.
Silver Fullbuster juraba que su hijo ya no salía a jugar a la pelota con él por culpa de ese videojuego.
Lo que era falso ya que ese juego Gray lo odiaba.
Siempre perdía contra el jefe final.
Si no salía a jugar pelota con su padre era porque su padre se quejaba de las rodillas a los diez minutos y Gray terminaba casi que cargándolo de nuevo a casa.
Pero en fin, si quería irse a su cuarto a disfrutar de su nuevo teléfono, lo mejor era acabar con lo que sea que hizo a su padre ponerse de ese modo.
―¿Pueden, por favor―recalcó esas dos palabras con fuerza y con un tono de voz lo más amable posible― decirme a que se refieren con lo de Juvia?
Sus padres suspiraron, de verdad su hijo no sabía de lo que hablaban.
Así que decidieron ser más directos.
―Su cabello ―dijo Silver― ¿Qué dices del cabello de Juvi Juvi?
Gray lo analizó un momento.
―Es celeste... su cabello es celeste ―repitió más seguro de su respuesta.
Sus padres pusieron una mano en cada hombro de su hijo y suspiraron.
Su hijo era increíblemente denso.
―Gray ―dijo esta vez Mika―, hablamos de su nuevo corte de cabello, ¿qué piensas de eso?
―Oh... ―frunció el ceño recordando a Juvia esa mañana―, creo que sí se veía algo diferente...
―¿¡Algo diferente!? ―su papá subió la voz.
―Supongo que sí.
―Gray, ¿no te pareció que Juvi se veía más bonita? ―preguntó paciente su madre.
Gray frunció el ceño, y alzó los hombros.
―Supongo... ―dijo, aunque pensó para sí que para él Juvia siempre se veía bonita, pero eso no lo iba a decir en voz alta, porque además, no sabía porque estaba pensando en algo como eso.
―¿¡Supones!? ¡Es un estilo totalmente nuevo y adorable! ¿¡Cómo no pudiste darte cuenta!?
―¿¡Y por qué demonios debería darme cuenta!?
―¡Gray, lenguaje!
―L-lo siento, mamá ―se disculpó de inmediato―, ¿pero qué hombre le pone atención al cabello de una chica?
―¡Oh, no, este no puede ser el fruto de mi vientre! ―se lamentó Silver.
―¡Por supuesto que no soy fruto de tu vientre! ¡Vine del vientre de mamá! ―lo corrigió con desagrado Gray.
―Gray ―habló Mika ignorando la tontería dicha por su esposo―, estas en la edad de fijarte en esas cosas, y estoy segura que muchos chicos de tu edad se fijan en esas cosas. ¿Cierto? Piensa un poco.
Gray se desarregló el cabello y solo porque su mamá se lo pidió se puso a pensar, sin embargo, si tomaba como ejemplos a los chicos de su edad, no conocía a ninguno. Natsu era más del tipo de terminar quemando el cabello de una chica, Lucy era prueba y víctima de eso, Gajeel era más de fijarse en la estatura de las chicas, Lyon decía cursilerías pero generalmente eran poesía ridícula y complicada, y Elfman solo hablaba de cosas de hombres.
«¿De verdad hay chicos que se fijan en algo como eso?»
Intentó ampliar sus márgenes, y finalmente dio con alguien, Jellal había dicho en varias ocasiones lo bonito que le parecía el cabello de Erza y de cómo su cabello no era rojo sino escarlata y cuando Erza una vez se cortó las puntas del cabello para una fiesta de navidad, Jellal fue el único que lo mencionó y eso hizo a Erza ponerse roja como su cabello.
Pero bueno, tal vez ese ejemplo no valía porque Jellal era dos años mayor que él y todo el mundo sabía que él estaba totalmente enamorado de Erza.
Sí, definitivamente ese ejemplo no valía.
Finalmente respondió a su madre.
―No, ningún chico de mi edad lo hace.
Mika suspiró.
Su hijo no iba a brotar en ninguna primavera cercana si seguía así.
Sin embargo, como su madre, podía empezar guiándolo.
―Hijo, entiendo que no te dieras cuenta, pero ahora que ya te lo dijimos, ¿qué piensas?
La voz de su madre le recordó a cuando era pequeño y le hablaba delicadamente para que entendiese lo más básico de la vida, así que lo irritó un poco, pero como era su madre decidió responder, si hubiese sido su padre, simplemente se hubiese ido a su cuarto y cerrado la puerta.
―Pienso que... ―trajo la imagen de Juvia a su cabeza, y luego de unos segundos que llenaron de tensión y nauseas el estómago de su ansioso padre, terminó―, se ve bien...
―¿¡Y!? ―un padre insatisfecho.
―¿¡Y qué!? ―un hijo irritado.
―Silver, Gray... ―una madre conciliadora.
―Tsk... ―dos hombres irritados él uno con el otro.
Mika soltó un suspiro y acarició el cabello demasiado desordenado de su hijo, lo que era prueba de lo irritado que se sentía, era una manía que tenía desde niño y que aprendió de su padre, que también se desordenada el cabello en ese momento.
―Gray, si piensas de verdad que Juvi se ve bien con ese nuevo corte de cabello, ¿qué tal si se lo dices? A una chica siempre la hace feliz ese tipo de cosas, ¿recuerdas cuando en la fiesta de Navidad Jellal le dijo a Erza que su nuevo corte se le veía bien? Ella estuvo feliz y radiante toda la noche.
Gray asintió.
No estaba muy seguro de lo feliz y radiante a lo que se refería su madre, pero ya quería acabar con el tema de una vez por todas.
Aunque de verdad se sentía incómodo tan solo imaginándose diciéndole a Juvia algo como eso.
―¿Está bien si le mandó un mensaje diciéndoselo? ―su padre bufó y se palmeó la frente, su madre sonrió comprensiva y le palmeó la cabeza.
―Puedes hacerlo, solo se cortés y sincero ¿entendido?
Gray asintió y buscó a Juvia en sus contactos de Whattail, sin embargo, no escribió nada por varios minutos, la verdad no sabía cómo iniciar la conversación, y era raro porque él solía tener largas conversaciones por mensajes con ella, algo raro en él quien era bastante conciso en sus charlas ya fuesen presenciales o virtuales, sin embargo por alguna razón, con ella le parecía bastante entretenido chatear por largo rato. Aunque si admitía que Juvia solía abusar de los emoticones en las conversaciones, pero la verdad le parecía que iba bastante bien con la personalidad de ella, pues Juvia era una persona muy expresiva y esos emoticones suplían los lindos gestos que ella hacia al hablar.
Gray ni se dio cuenta de que pensó que los gestos de Juvia eran lindos.
Su padre se habría golpeado de nuevo la frente.
Su madre lo habría visto como un pequeño paso a la primavera.
Ambos sabían que para Gray, Juvia era especial.
Pero mientras la madre era paciente, el padre trataba de acelerar las cosas, tal vez fuese porque se veía reflejado en su hijo, cuando era joven fue un chico desinteresado que no le gustaba que las personas se le acercaran mucho, tal vez hasta frío. Por años alejó a la gente sin saberlo y no consideró ni los sentimientos que Mika tenía por él ni los que él tenía por Mika, así que fue hasta muy tarde en su adultez, pasados la mitad de los treinta, que por fin entendió lo que sentía por ella, su amor brotó tarde porque él fue denso con él mismo, y ahora, aunque amaba su vida y su familia como era actualmente, no podía evitar pensar e imaginar cómo habría sido aún mejor si él hubiese sido más abierto consigo mismo antes, y por eso veía a su hijo y lo mucho que se parecía a él y no quería que Gray tuviese los mismos arrepentimientos que él.
Quería que Gray no estuviese solo, y mantuviese cerca a la gente que lo amaba.
Y por eso se impacientó al ver que no escribía nada en su móvil.
―¡Dame esa cosa! ―en un movimiento veloz que tomó por sorpresa a su hijo dejándolo congelado por lo repentino de su acción, Silver comenzó a teclear un mensaje―. "M-e gus-ta—"
―¡Dame eso! ―por fin se descongeló el joven pelinegro y arrebató el teléfono a su padre―. ¿¡Qué te pasa, viejo!?
―¡No me digas así! Además, solo te estoy ayudando, a este paso te quedaras sin batería antes de que envíes el mensaje.
―¡Aunque eso pase no es tu problema!
―¡Claro que lo es!
―¡No lo es! ¡Y mandar un mensaje por mí es una falta de respeto! ¿No lo crees, mamá?
―Sí, también lo creo, hijo.
―¡MIKA!
―Silver, sabes bien que eso fue irrespetuoso.
―¡Pero solo quería ayudar!
―De buenas intenciones está pavimentado el camino al infierno, cariño.
―¡AMOR!
―¡JA! ¡En tu cara viejo majadero!
―¡Gray, respeta a tu padre!
―Sí, mamá...
―¡Y ni siquiera lo mandé!
―¡Más te vale!
―¡Mal agradecido!
―¡Metiche!
―¡Basta los dos!
―¡A mí también...! ¡A mí también me gusta, Gray Sama!
Los tres Fullbuster miraron a la persona en la puerta que con mejillas rojas había dicho tales palabras.
Una chica de cabello celeste con ojos brillantes de emoción y sentimientos verdaderos.
...Y un móvil en la mano con un mensaje de texto que ilusionó su corazón...
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[ G & J ]
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Observó las entradas en sus manos.
Gray soltó un largo suspiro.
De un momento para otro todo se había vuelto un completo enredo y todo por un simple mensaje de texto equivocado, y claro, mayormente la culpa era de su padre quien iba a escribir: "Me gusta tu corte cabello", pero en medio de la pelea por el teléfono, el texto a medio escribir quedó como un "Me gustas" que terminó siendo enviado sin darse cuenta.
Un texto que terminó ilusionando a una chica de tiernos ojos azules húmedos con lágrimas de felicidad.
Gray soltó otro largo suspiro.
Tanto él como sus padres habían quedado congelados de la impresión y por varios minutos solo pudieron escuchar a la chica hablando apenada de sus sentimientos y lo feliz que estaba por saber que eran mutuos, Gray nunca la había visto sonreír de esa manera, o mirarlo de esa manera, parecía como si alguien le hubiese cumplido su más grande deseo, y tal vez por eso, cuando su padre estaba a punto de disculparse con ella y explicar el malentendido, él lo detuvo.
―Tsk... ¿Por qué lo hice? ―se cuestionó en la oscuridad de su habitación, pero la verdad si entendía la mayor razón de haberlo hecho, y esa había sido que no quería que sus tiernos ojos color cielo se nublaran con lágrimas de tristeza.
Gray no era alguien que pudiese contra las lágrimas de alguien más.
Además, tampoco quería que la sonrisa de Juvia se transformase en algún gesto de dolor, ni que la causa del color carmín de sus mejillas por la emoción de sus tiernos sentimientos cambiara a un rojo debido a la vergüenza o el enojo, de verdad no quería que la imagen de Juvia alegre se volviese la de una Juvia triste.
Solo imaginarlo lo ponía ansioso.
Y claro, Gray en su estado actual no entendía porque se sentía así, al principio pensó que se debía a que Juvia era una amiga importante para él, pero entre más lo meditaba menos lo entendía, Gray estaba seguro que si esto hubiese pasado con alguna otra de sus amigas, simplemente habría aclarado el tema de inmediato y lidiaría con las consecuencias inmediatas y cualquier castigo que ellas decidieran darle.
―Entonces ¿por qué acepté salir con ella...? ―el chico miró las entradas al parque acuático que una muy emocionada Juvia le había dado antes de irse, por supuesto que ella estaba imaginando esa salida como una primera cita y él no la había corregido, de hecho, aún cuando su madre habló seriamente con él para que no ilusionase a Juvia con falsas esperanzas y le hablase correctamente de lo ocurrido, él no pudo evitar decirle a su madre que las cosas estaban bien, que el manejaría las cosas sin lastimar a Juvia.
―Sin lastimarla... ―Gray dejó las entradas en su mesita de noche y mandó a volar la cobija porque se moría de calor―. Qué fácil decirlo... ―suspiró y cerró los ojos.
El único plan que tenía por el momento era el de sabotear esa primera cita.
Si la hacía notar todos sus defectos, de seguro ella misma terminaría con sus ilusiones y con esa relación que no era mutua, y además, como él le pidió que mantuvieran todo aún en secreto, Juvia no tendría problemas en mantener una relación normal con sus demás amigos comunes cuando ella decidiese no seguir en una relación con él.
―Debo comportarme como un idiota total... ―Gray se colocó de lado en la cama y apagó la lámpara de noche―, no es tan difícil...
Susurró convencido de su plan.
...Pero aún así, apenas y pudo dormir...
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[ G & J ]
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Lo intentó.
De verdad que lo intentó.
Mas para su desgracia, su madre había criado bien a su hijo y por más que intentó ser un idiota en la cita, no pudo serlo correctamente.
¿Quién diría que era tan difícil comportarse como un idiota?
De verdad, quienes lograban serlo simplemente no tenían ni empatía ni la más mínima decencia humana.
Gray intentó varias cosas:
Llegar tarde: pero Juvia vivía frente a su casa así que ella simplemente salió cuando lo vio salir.
Olvidar su billetera: pero Juvia estaba feliz porque la última vez que salieron en grupo él le había prestado dinero y ella aún no se lo había devuelto.
Criticar el almuerzo que ella hizo: pero Juvia asintió a sus críticas y le dijo que ella también le pareció que esa receta no le había salido tan bien como creía y le agradeció su honestidad porque eso la ayudaría a mejorar.
No prestar atención al lugar: pero Juvia amaba la vida marina y cada que llegaban a una exhibición ella le contaba datos interesantes y él, sin darse cuenta, terminaba haciéndole muchas preguntas.
Mirar a otras chicas: pero Juvia solo lo miró afligida y él se sintió un total imbécil y luego del primer intento se excusó diciendo que le había llamado la atención el helado que la chica comía y ella alegremente lo invitó a comer helado.
Dejarla pasar frío: pero Juvia estornudo una vez y él de inmediato se quitó su chaqueta y se la puso en los hombros, haciéndola sonrojar hasta las orejas.
«Soy tan... idiota»
Y es que ese era parte del problema, él tal vez podía llegar a ser un idiota, si de verdad lo deseaba, pero para hacer sentir mal a Juvia se requería ser un imbécil irredimible y él no podía llegar a tal nivel.
Tal vez con Natsu o Gajeel sí, pero esos se lo merecían.
Al final terminó siendo una cita divertida, y aunque él nunca había tenido una cita de esa índole, no podía más que calificarla como una cita exitosa lo que a la vez la hacía una cita totalmente fracasada.
El dilema.
Mas Gray se aseguró que la próxima salida iba a ser diferente, en primer lugar porque estaba más decidido, y en segundo lugar, porque estaba vez el elegiría el lugar.
Y así llegó el día de su otra cita.
Al cine.
Esta vez Gray pagó las entradas y las palomitas porque hacer que Juvia pagara todo otra vez era algo que su conciencia no podía cargar de nuevo, pero igual pensó que no importaba porque esta vez iba a ser un éxito de que su cita fuese un fracaso, sonrió maligno cuando la película empezó, después de todo, no había manera de la tierna Juvia disfrutara de esa película:
"Drip. Drip. Drop: La venganza de la sangre maldita que salpica"
«¿Qué chica tan tierna como Juvia que disfruta horneando y cosiendo muñequitos adorables disfrutaría de una película de terror como esa?»
Ese fue el pensamiento de Gray cuando lo planeó.
Sin embargo, su plan fracasó.
Y es porque Gray Fullbuster no sabía que Juvia secretamente disfrutaba del cine de terror, era algo que ocultaba de los demás porque de pequeña muchas personas se burlaron de ella por eso, y por ello lo mantenía a un nivel súper confidencial, nadie lo sabía, pero bajo los cajones de bordado había un comportamiento secreto donde guardaba varios discos con sus películas de terror favoritas.
Juvia, en ese momento en que Gray se felicitaba por adelantado, se sentía increíblemente sorprendida y admirada de que su Gray Sama adivinara uno de los secretos de su corazón, en ese momento y sin saberlo, Gray solo logró reforzar los sentimientos que Juvia tenía por él.
De verdad que ser un idiota no era fácil.
Al final la cita fue éxito.
Y otro fracaso para Gray.
En especial porque por estar pendiente de su plan para ser un "IdiotaTM" una escena lo tomó desprevenido y terminó sujetando la mano de Juvia como si su vida dependiese de ello. Y sí, probablemente también gritó, porque por algo los que estaban cerca de ellos estaban riendo como se dio cuenta cuando la adrenalina del susto le permitió centrarse en lo que estaba ocurriendo.
Fue tan vergonzoso.
Incluso Juvia le miró preocupada y le palmeó la cabeza, eso sin contar que cuando iban en el autobús de vuelta, Juvia le regaló un pequeño muñequito hecho a mano para que no tuviese pesadillas en la noche.
Gray sintió su cara roja y lanzó su cobija al suelo.
Y se aseguró a sí mismo que el siguiente plan para fracasar sería exitoso.
Mas no fue así.
Ni ese tercero, ni el cuarto, ni el quinto, ni el siguiente, ni el siguiente.
Gray no supo en que momento, pero ocurrió que sin darse cuenta hacía planes para fracasar como una excusa para tener una cita con ella, y cuando tenían citas espontaneas, Gray juraba que las aceptaba porque eran oportunidades para arruinar su imagen ante ella, pero eso solo duraba hasta que la veía sonreír, porque cuando veía su sonrisa, cuando tomaba su mano, o cuando la escuchaba decir su nombre, Gray en lo único que pensaba era en lo linda que era, en lo mucho que disfrutaba estar a su lado...
Y en otras cosas más.
...Como que el texto errado no lo era tanto ahora...
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[ G & J ]
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Y así habían pasado unos seis meses.
Y por ello Gray estaba ahora enfrente de esa puerta.
Gray pensaba que solo su madre sabía el motivo de que él estuviese allí, pues él había conversado con ella sobre lo que había ocurrido en esos seis meses, algo que la hizo feliz a ella y le quitó un peso de encima pues no quería que Gray y Juvia llevaran una relación basada en un error, por eso ella le había dejado tomar flores de su cuidado jardín, unas flores que Gray traía ocultas a su espalda, y que les dejaba claro a todos los vecinos que pasaban y lo veían, que un joven enamorado estaba por ver a la chica que le gustaba.
Y él mirón del barrio que más lo disfrutaba era el hombre tan similar al chico nervioso, un hombre mayor que grababa desde una ventana con su móvil.
Un padre orgulloso de su hijo que había llegado a la primavera.
Aunque igual se estaba empezando a desesperar, su hijo llevaba media hora ahí y no había tocado la puerta aún, a ese pasó las hermosas flores de su amada Mika se iban a marchitar.
―¡Vamos Gray! ―lo apoyó desde lejos mientras Mika se reía de su esposo y lo grababa con su móvil, sin duda Gray era su hijo y no se lo habían cambiado en el hospital, los dos podían ser igual de densos y adorables.
Pero en fin, volviendo al chico azabache con flores tras la espalda, este respiró hondo una vez más y acercó su mano a la puerta y luego la volvió a bajar, y luego lo intentó otra vez, y otra vez, y estuvo a punto de intentarlo otra vez, cuando fue tomado por sorpresa.
―¿Gray Sama? ―la voz muy conocida para él lo tomó por sorpresa e inmediatamente se volteó intentando esconder las flores que cualquier persona normal y no idiotizada por el amor sabría que ya no tenía sentido esconderlas―. ¿Sucede algo?
Gray negó con la cabeza varias veces con más fuerza de la debida pero al menos eso generó un poco de viento que aplacó el calor de sus mejillas.
―¿Gray Sama?
―Amh... yo... esto... ahm.. yo... para...ehmmm ―Gray balbuceó varias veces, intentó dar un paso hacia ella, se detuvo, se rascó la mejilla, intentó poner una cara de indiferencia, carraspeó, intentó hablar y terminó frunciendo el ceño.
Juvia entendió perfectamente el complicado lenguaje de Gray Fullbuster.
―¿S-son para Juvia, las flores? ―preguntó con una sonrisa tímida.
Gray no pudo evitar asentir y sintiéndose un completo fracaso, extendió las flores hacia ella.
―Juvia piensa que son hermosas... ―dijo ella recibiéndolas con una emoción que desbordaba su corazón, esa mañana había salido temprano al salón de belleza y jamás esperó una sorpresa así―. Muchas gracias, Gray Sama.., a Juvia le gustan mucho...
Ante esas palabras, Gray sintió de nuevo el peso del enredo del mensaje de texto, y la razón por la que había ido ahí, quería explicarle lo sucedido y decirle lo mucho que había ocurrido en él desde que eso pasó.
Pero las palabras no salían.
―¿Gray Sama?
El chico la miró con seriedad, repasó sus rasgos, pensó en sus días juntos, en lo mucho que se divertía y disfrutaba a su lado, en la manera en que ella podía entenderlo a pesar de que la mayoría lo consideraba una pared de hielo, en las formas en la que ella lograba hacer que él se esforzara por comunicarse mejor y no se frustrase al ser incomprendido.
Ella era como agua fresca en la boca de un sediento.
«Se cortó el cabello...» pensó de pronto y se sorprendió de haberlo notado, apenas y se notaba porque solo habían sido un par de centímetros.
Se burló internamente del Gray de hacía seis meses que pensó que los hombres no notaban esas cosas.
«De verdad estoy totalmente...»
Su pensamiento no lo terminó porque sabía que debía expresarlo, y fue así que una idea pasó por su mente, una idea que puso en acción antes que sus nervios lo hicieran quedar como un idiota.
Sacó su móvil del pantalón, escribió un mensaje y lo envió.
―Pu-puedes leerlo... y tu cabello se ve bonito―le dijo a una sorprendida chica.
Ella sacó su móvil y se sonrojó furiosamente.
"Te amo"
Decía ese texto.
...Y esta vez, no había ninguna equivocación en el mensaje...
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Gracias por leer.
Recuerden hacer feliz a una ficker dejando review
nwn
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Rincón De La Escritora En Proceso:
Soy cursi, sí. Soy noña, sí. Como, respiro y exhalo, fluff, obvis, pero aunque me juzguen, lo disfruto y sé que la superviviente del barco Gruvi Gruvi lo entenderá. QwQ
Me encanta meter al metiche Silver, en serio, me encanta que moleste a su hijo. xDD Y obvio, a Mika para controlarlos. Este prompt que me tocó en la rifa necesitaba de ellos dos para poder crear una historia. NwN
Y sí, Jerza descarado por ahí, ¿cómo me van juzgar? Ya saben que Jellal con su fetiche por cabello escarlata es mi fetiche. ¡No pueden condenarme!
LOL.
Espero que lo hayan disfrutado.
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Gracias por leer.
Adieu!
.o./
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