El tener que decirle adiós a Zari es realmente triste para todos nosotros, hace apenas unas semanas nos despedimos de Ray y Nora, ahora también es Zari quien nos deja.

De algún modo, sabemos que seguirá con nosotros por medio del tótem de Behrad, pero no será igual. Ahora mismo tengo sentimientos encontrados, por un lado, me duele no ver más a nuestra vieja Zari y por otro, me siento contenta porque he entablado una relación de amistad muy linda con la nueva.

Mientras veo a Zari regresar al tótem sentí un abrazo reconfortante de Sara y al mismo tiempo, se escuchó a Nate decir que necesitaba algunos tragos, por lo que Charlie mencionó el lugar perfecto para hacerlo. Londres 1977 donde su banda suele tocar.

Así que fuimos al fabricador de ropa para poder encajar en el lugar, cuando Sara y yo tuvimos las prendas que le pedimos a Gideon, fuimos a nuestra habitación para cambiarnos.

—¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes con respecto a lo de Zari? —le pregunté a mi novia.
—Triste, no hay más. Tú sabes que, aunque el inicio de mi relación con ella no fue buena, al final tuvimos una muy buena conexión, era parte de mi equipo, pero también mi amiga y la voy a extrañar. Aunque me siento feliz porque desde que llegó a esta nave, su único deseo fue encontrar un modo de recuperar a su familia y lo logró, ella está feliz con eso, así que yo también lo estoy por ella. Si el sacrificio que tiene que hacer para que los suyos tengan una buena vida es permanecer en el tótem de aire, sé que para ella es un precio menor a pagar.

—Eso es muy cierto bebé, Zari logró su objetivo —dije abrazándola por detrás.
—Y yo, siempre le estaré agradecida porque me dio el pequeño empujón que necesitaba para invitarte a salir —se volteó hacia mí y me besó.

—Creo que nunca le agradecí por eso —dije y acomodé su cabello.
—Pues que te digo, fue algo así como nuestro cupido —dijo y sonrió.

Al verla sonreír, solo puedo pensar en que no hay forma de que haya visto una sonrisa más hermosa como la de mi novia y me siento feliz por esto, porque es la sonrisa que quiero ver toda mi vida.

Entre besos, risas y caricias, por fin terminamos de arreglarnos, nos reunimos con el resto del equipo en el puente y dimos el salto temporal a Londres 1977

Una vez que bajamos de la Waverider, entramos al bar e inmediatamente Charlie se reunió emocionada con su banda The Smell para poder tocar.

Todos estamos disfrutando la música, es un buen momento para relajarnos después de todo por lo que hemos pasado, hasta creo que sería buena idea ir de vacaciones, lo merecemos.

Cuando The Smell terminó de tocar, Sara y yo nos separamos un momento del grupo y fui por unas cervezas para ambas.

—Salud bebé —dije mientras le entregaba una lata de cerveza.
—¡Salud! —chocamos las latas.
—Loco final de un loco año, ¿no?
—¡Hey! Todavía no termina. No tientes al destino.

Sara empezó hablar de lo complicado que ha sido este año para ella, desde la perdida de Oliver hasta al haber recuperado a su Padre. Perder su vista, tener poderes y ver el fin del mundo, este año han sido demasiadas cosas para poder manejarlas.

—Y a la misma vez, sé que ha sido un montón para ti también. Siento que debería de haber estado más para ti, en lugar de eso solo traje más caos a tu vida y lo siento —concluyó.
—Bebé, para, para —no me gusta escuchar que se recrimine eso— Amo todo lo que traes a mi vida. Todo. Todo el tiempo —dije sincera mientras le sonreía.

—Te amo —La escuche decir con el rostro más encantador que he visto en ella.
—Te amo más —respondí con todo mi amor.

—Muy punk rock de nosotras —dijo con tono burlón y yo solo pude reír.
—Supongo que hay algo de tiempo y algún lugar para el caos. No todo tiene que estar etiquetado, codificado y alfabetizado —dije y le di un trago a mi cerveza. De verdad empiezo a creer que no todo debe ser perfecto.

—¡Wow, sí! ¡Ava se volvió salvaje! —dijo mientras reía, tomándome por la nuca acercándome a ella para poder besarnos— ¿Qué te parece, que cuando regresemos a la nave, reorganizamos el closet de armas?

—Me encantaría demasiado, ¡tengo muchas ideas! —respondí bastante emocionada, después de todo, sigo amando el orden.
—Vamos, vamos —me abrazo y me llevó hacía donde está el resto del equipo.

No puedo esperar y llegar a ordenar ese closet con Sara, nos quedamos con todas las armas infernales. Debo decidir si las clasificaremos por año o si las infernales tendrán su propio espacio, además Sara tiene una vasta colección de espadas, cuchillos, navajas, shurikens y sin mencionar las armas de asalto. Sin duda me emociona bastante esa reorganización.

Una vez que nos reunimos con el equipo, me llamó la atención ver que Behrad sacó un par de cigarros de marihuana y todos empezaron a consumirlo, vi a mi novia darle varias fumadas. De hecho, todos estaban haciendo lo mismo, excepto Zari y yo.

—No entiendo que le ven de divertido a fumar esa cosa —dijo Zari acercándose a mí.
—Tampoco lo comprendo, nunca lo he hecho.
—Amor inténtalo, quiero que hoy sigas sacando tu lado salvaje —dijo Sara ofreciéndome su cigarro.
—No lo sé bebé, no creo que sea buena idea que todos perdamos la consciencia mezclando alcohol y drogas.
—Si quieres intentarlo hazlo, yo los cuidaré —dijo Zari.
—¿Ves? Zari nos cuidará.
—Ok, aquí voy.

En mi primer intento me ahogué un poco, Sara me enseñó la forma correcta así que lo intenté varias veces y de algún modo, empecé a disfrutar lo que me estaba haciendo sentir.

Apenas si pude ser consciente y darme cuenta de que todos ya estamos bastante alcoholizados y drogados.

Después de un buen rato, decidimos que ya es tiempo de irnos, así que salimos del bar en camino hacía la Waverider.

—Chicos, puedo saborear la luna —dije sintiéndome bastante drogada, caminando al lado de Sara,
—Suficiente por la noche —dijo Behrad y me quitó el cigarro, tal vez me he excedido con eso.
—Está bien. Llegamos, festejamos y vencimos. Ahora nos vamos, nos vamos a casa —dijo Sara con un notorio estado de ebriedad.
—¡A casa! —Respondimos todos con el mismo tono.

—A decir verdad, chicos. Creo que hasta aquí llego —dijo Charlie de repente.
—Espera, ¿qué? ¿En serio? —cuestionó Sara.

Charlie mencionó que desea establecerse y que es hora de echar raíces, se ve decidida y Sara respetó su decisión, no sin antes recordarle que siempre podrá contar con nosotros y que sabe cómo encontrarnos.

—Una vez una leyenda… —dijo Sara.
—Siempre una leyenda —completó Charlie

Charlie pidió un abrazo y todos nos acercamos a ella para ese gran abrazo grupal, no puedo creer que seguimos perdiendo miembros de nuestra familia, es triste, pero también comprendo sus motivos. Tal vez, algún día Sara y yo, también tomemos la decisión de quedarnos en un solo lugar, aunque por ahora definitivamente no está ni cerca hacer eso en nuestros planes.

Al terminar nuestro abrazo, Charlie se despidió por última vez y nos deseó que disfrutemos nuestras vacaciones, sin duda nos las mereces. Quería proponer Aruba porque la vez pasada no pude acompañarlos, pero creo que otro lugar igual estaría bien, siempre y cuando lo haga con esta bola de inadaptados que he aprendido a querer.

Se supone estábamos de camino a la nave, sin embargo, Nate volvió entrar en su estado de depresión y empezó a decir tonterías como que viajará en el tiempo para ir a conquistar a la mamá de Ray o cualquier parte del tiempo hasta encontrar a una mujer que pueda quedarse con él.

Pobre Nate, sí que la ha pasado muy mal estos últimos años, seguro en algún momento llegará la persona correcta a su vida. En nuestro camino vimos otro bar y decidimos entrar para intentar calmar a Nate.

Después de eso, no recuerdo que más sucedió.

—Oigan perdedores, ¡despierten! ¡Despierten! —Escuché la voz de Mick.
—¿Qué? … ¿Qué pasó? ¿Dónde estamos? —pregunté sintiéndome realmente perdida.

Al reaccionar nos vi a todos sentados recargados unos en otros en la pared del bar.

—¿Qué rayos pasó? —preguntó Nate levantándose— Me duele demasiado la cabeza.
—No tengo idea hermano, pero sin duda la fiesta anoche fue épica —dijo Behrad y también se levantó.

—Todos estaban demasiado ebrios, nos sacaron del bar y ni siquiera tenían fuerza para caminar. Al final, decidieron solo sentarse aquí y a mí no me quedó de otra más que hacer lo mismo —dijo Zari.
—Eso tiene sentido, amor —le dijo John y la ayudó a levantarse.

—Vaya, los subestimé, ustedes sí que saben divertirse —dijo Astra, se levantó y extendió su mano hacía mi para ayudarme a parar.
—Yo, apenas si recuerdo cuando nos despedimos de Charlie —tomé la mano de Astra y una vez arriba empecé a ver a todo el equipo.

—A todo esto, ¿dónde está la jefa? —preguntó Mick— Después de llevar a Lita a casa en la nave auxiliar, regresé a la Waverider y Gideon me dijo que no habían regresado, así que vine a buscarlos, ya quiero largarme de aquí.

—Sara… pues Sara está… —voltee por todos lados— ¡Ay por Dios! ¿¡Dónde está Sara!?

No lo puedo creer, ninguno de nosotros recuerda en que momento dejamos de ver a mi novia, lo peor de todo, yo no recuerdo en qué momento se apartó de mi lado, ¡estábamos juntas!

—¡Gideon! —dije presionando el comunicador— Necesito la ubicación de Sara por favor.
—Lo siento Capitana, no me es posible encontrar la ubicación actual de la Capitana Lance.
—¿Qué? ¿Cómo que no te es posible? Debe estar en alguna parte de Londres. ¡Encuéntrala! —dije con desesperación.

—Hey, tranquila —dijo Nate— Tal vez, solo se quedó atrás, recuerdo haber caminado por esta calle, vamos a recorrerla.
—Capitana, la última ubicación que tengo registrada es afuera del bar donde toca The Smell —escuché a Gideon decirme por el comunicador.
—Tal vez, se regresó con Charlie y está con ella —sugirió Behrad.
—Ves, solo regresemos. Además, es Sara, no te debes preocupar. Yo siento pena por los tipos que se aparezcan en su camino y quieran meterse con ella —bromeó Nate.
—Sí, supongo tienes razón. Regresemos a ese bar.

Una vez que llegamos al bar, ya no había ni un alma alrededor y no puedo evitar el sentirme preocupada. ¿En qué momento perdí de vista a mi novia? ¿A dónde fue? ¿Está bien? ¿Y si algo malo le pasó? Una gran desesperación se apodera de mis nervios.

—Ok, el registro de Gideon marca este punto como la última ubicación de Sara, así que vamos a dividirnos en dos grupos para encontrarla.
—De acuerdo, Behrad y yo nos iremos por este lado y ustedes por el otro —indicó Nate.

Zari, John, Astra y Mick nos fuimos por el lado contrario y empezamos a recorrer todo lo que pudimos tratando de encontrar a Sara.

Después de unas horas, nos topamos con Behrad en el camino, para mi mala suerte sin noticias de Sara, cada minuto que pasa me empiezo a desesperar, no puede ser que no la encontremos y que nadie se haya dado cuenta que no estaba con nosotros, sobre todo yo… no me di cuenta y eso me empieza a pesar.

—Chicos, chicos —llegó Nate corriendo hacia nosotros bastante agitado— Sara… —empezó a intentar controlar su respiración.
—¿La encontraste? ¿¡Dónde está!? —pregunté volteando atrás de él pensado que la vería.
—No, pero ya sé que pasó con ella. Solo necesito que crean en la locura que voy a decirles a continuación…
—Nate, ¡habla YA! ¿Dónde está Sara?

—Resulta que mientras buscaba a Sara, un vagabundo me habló y dijo reconocerme a mí y a mis amigos, o sea, a ustedes. En ese momento no le di importancia, sin embargo, mencionó algo que robó bastante mi atención —dijo dando una gran pausa.

—Nate, empiezas a sacarme de mis casillas, dime de una vez qué pasó —dije molesta.
—El vagabundo dijo "Oye estuvo bastante loco cuando a tu amiga la rubia se la llevaron los malditos aliens" —dijo con voz ronca, simulando la voz del vagabundo.

—¿Qué clase de estupidez es esa? —preguntó John al escuchar a Nate.
—Lo sé, yo también lo creí así, pero luego de pensarlo… santo cielo, nos hemos enfrentado a tantas cosas locas estos años, que los aliens ya no se me hacen un tema tan descabellado. Además, hasta ahora es la única pista que tenemos sobre Sara o ¿ustedes encontraron algo? —yo, solo estaba tratando de asimilar sus palabras.

—Nate, me estás diciendo que mientras todos nosotros estábamos drogados y alcoholizados, mi novia fue secuestrada por aliens… ¡¿Por aliens!? —dije tomándolo de su chaqueta con desesperación.
—Eso parece.

—¡Esto debe ser una maldita broma! —dije sintiéndome perder la cabeza.
—Pues sabemos que los aliens existen, ahí tienes a los kriptonianos, marcianos, los dominadores… —dijo Behrad.
—¡Los dominadores! ¿Y si ellos se llevaron a Sara? —empecé hacer teorías en mi cabeza.
—Por lo que hemos pasado con ellos, creo que tiene sentido —opinó Nate.

—Ok, ok, debemos regresar a la Waverider y hallar la forma de rastrear a Sara. John, ¿crees que puedas hacerlo con algún tipo de hechizo?
—Me insulta que me preguntes eso Sharpie, solo dame algún objeto personal de ella y la encontraré.

Regresamos a la nave y corrí a nuestra habitación en busca de algún objeto de Sara que pueda ayudar a John a rastrearla. Tomé algunos de sus anillos, su traje de Canario Blanco y sus bastones de pelea.

Después de eso, fui con John que estaba en el laboratorio dibujando algo para poder hacer su hechizo. Al terminar el dibujo, me indicó colocar las pertenencias de Sara en el centro y comenzó a decir sus palabras extrañas.

Me di cuenta que repetía la misma frase una y otra vez, cada vez con más y más intensidad, hasta que bajó sus brazos y dejó soltar un suspiro agobiante.

—Lo siento Sharpie, no funcionó… ni siquiera pude sentir un mínimo rastro de ella.

Al escuchar sus palabras, sentí como mis ojos empezaban a llenarse de lágrimas, pero no lo voy hacer, no tengo tiempo para esto. Salí a paso veloz del laboratorio en dirección al puente.

—Gideon —dije al llegar al puente— ¿Crees que puedas hacer contacto con los dominadores?
—Puedo intentarlo, sin embargo, no prometo nada, la tecnología de ellos es más avanzada que la mía.
—Inténtalo, por favor… —dije con voz suplicante.

Después de un par de minutos, Gideon por fin me dio noticias.

—Lo siento Capitana, me fue imposible hacer contacto.
—Y… ¿crees que sea posible comunicarnos con algún otro tipo de especie alienígena?
—Tal vez, pero nos estaríamos arriesgando a encontrar especies hostiles que mal entiendan nuestras intenciones.
—Por un demonio Gideon, ¡SOLO HAZLO! —dije alzando la voz, azotando las manos contra el panel.

—Oye oye… tranquila, no es culpa de Gideon —dijo Nate acercándose a mí.
—Tienes razón, es culpa mía. No debí beber y drogarme, yo no soy como ustedes… yo tengo mis reglas y las rompí al dejarme llevar por el momento, si tan solo me hubiese comportado como siempre, no habría perdido a Sara.

—Parece que no te has dado cuenta, pero la Ava que está frente a mí, ya no es la misma Ava que conocí hace años en el Buró del Tiempo, aquella Ava que nos apuntaba a la cabeza.
—¿Cuál es tu punto?
—Mi punto es que, está bien si ya no te comportas como antes o si rompiste tus reglas, tú sabes que eso te ha hecho feliz, que te hace sentir libre y única.
—Pues eso no me trae a Sara de vuelta —dije agachando la mirada.

—Te prometo que la vamos a recuperar. Además, estoy seguro de que ella no se va a quedar de brazos cruzados y a estas alturas debe estar pateando sus traseros alienígenas, ella también está buscando la manera de regresar a ti y aquí, con su familia —puso su mano sobre mi hombro.
—Gracias Nate —él me abrazó y yo hice lo mismo.
—La traeremos a casa Capi, cuenta con ello —me abrazó más fuerte.

Cuando soltamos nuestro abrazo, dijo que tomará la nave auxiliar e irá a Ciudad Nacional junto con Behrad, para hablar con la DEO y Supergirl, ellos como expertos en temas alienígenas tal vez pueden ayudar. Me ofrecí a ir con él, pero se negó, argumentando que yo debo estar aquí por si Sara encuentra una forma de comunicarse, y se fue.

—Gideon, por favor discúlpame por haberte gritado… me siento muy avergonzada contigo —dije sincera.
—Si la hace sentir mejor Capitana, como inteligencia artificial, no me causa ningún tipo de emoción el que haya alzado la voz conmigo.
—Ya lo sé, pero no es justo para ti. Tú, llevas años cuidando de las Leyendas y a pesar de no desarrollar emociones, sé que comprendes como me siento y la importancia de recuperar a Sara.
—Téngalo por seguro Capitana y cómo dijo el Doctor Heywood, la traeremos de nuevo a casa.
—Gracias Gideon.

Ambas estuvimos buscando la forma de hacer contacto con alguna especie alienígena, sin embargo, después de un par de horas, no tuvimos suerte. Me siento desesperada, no sé qué más hacer, me siento perder la cabeza y mi cuerpo se siente agotado físicamente.

Recargué mis brazos en el panel y sobre ellos dejé descansar mi cabeza, cerré mis ojos, hice ejercicios de respiración para intentar recargarme de energía y seguir con la búsqueda, hasta que una voz me distrajo.

—Necesitas descansar —reconocí la voz de Mick.
—Sabes que no puedo hacer eso —levanté la mirada hacía él.
—Yo… no soy muy bueno para reconfortar a la gente. Solo diré que Sara es mi amiga y tú también lo eres, me has ayudado mucho con Lita y eso te lo agradezco, a pesar de que siempre me porté como un patán contigo, tú no dudaste en apoyarme.
—Necesitabas ayuda, solo hice lo que creí correcto. Tienes una hija maravillosa, Mick.
—Lo sé, ahora… yo creo que… debes ir a descansar, yo me quedaré aquí por si hay noticias de la Jefa.
—Aunque vaya a descansar, sé que no podré hacerlo, mi mente está abrumada por la situación.
—Aun así, deberías intentarlo o tal vez Gideon te puede sedar, así dormirás sí o sí —sonrió de medio lado y yo con él por su loca idea.

—Tienes razón, creo que al menos podría recostarme unos minutos… Gracias Mick.

La necesidad de sentir un abrazo se apoderó de mí, por lo que abracé a Mick y él hizo lo mismo, dándome ligeras palmaditas en mi cabeza. La fuerza que me ayudaba a no llorar, me abandonó y comencé hacerlo de una forma desesperada en el pecho de mi amigo.

—Mickey… —dije entre sollozos— Mickey… —Él solo siguió reconfortándome.

Una vez que me sentí mejor, fui a nuestra habitación. Me senté en la cama en el lugar de Sara, mi vista recorrió todo el lugar hasta fijarse en un portarretrato con nuestra fotografía. La tomé y solo me quedé viendo el rostro de mi novia, mis lágrimas no dejan de caer, siento un vacío horrible en mi corazón, me duele el pecho, estoy privada en llanto y no puedo parar.

Todo este tiempo he tratado de mantenerme fuerte, pero no puedo más, me pesa como nunca el no tener a Sara a mi lado, la necesito, no sé qué voy hacer sin ella. Solo sé que la voy a encontrar y no descansaré hasta que esté de nuevo con nosotros y a salvo.

—Te voy a encontrar amor —dije mirando su rostro en el portarretrato.

Me acosté en la cama, mis lágrimas seguían cayendo y sin darme cuenta, me quedé dormida.

—Bebé, despierta, estoy en casa —sentí una mano en mi hombro.
—¿Qué? —Empecé abrir los ojos.
—He vuelto.
—¡Sara! —me paré de la cama velozmente hasta quedar frente a ella— ¿Pero cómo? ¿Qué pasó?
—Eso ya no importa, estoy bien y estoy contigo, estamos juntas de nuevo —dijo sonriendo tomándome de las manos.
—¡Amor! —la abracé, la abracé como nunca antes— Perdóname, por mi culpa fuiste secuestrada, no tuve cuidado y ellos te llevaron. Yo… te estuve buscando…
—Lo sé, yo sé que si algo malo me pasa, harías cualquier cosa para encontrarme.
—Por supuesto que sí —sonreí para ella con lágrimas en los ojos.
—Deja de llorar bebé, ya todo está bien —llevó su mano a mi rostro para limpiarme.
—Te amo Sara, ¡te amo! —quité su mano de mi rostro y la besé.

Vi que Sara movió sus labios diciendo "Te amo más", pero el sonido no logré escucharlo. Su mano que yo sostenía dejé de sentirla, volteé hacia Sara y la vi caminar hacia atrás, volví a ver que sus labios se movieron y nuevamente no escuché lo que dijo.

—¿Sara?

La imagen de Sara, simplemente se desvaneció.

—¡Sara! —grité y abrí los ojos.

Era un maldito sueño. Me senté en la cama y abracé el portarretrato llevándolo fuertemente a mi pecho.

— Mantente viva, no importa lo que pase, te encontraré.