Aclaración El mundo y personajes de One Piece no me pertenecen, y el dibujo de portada tampoco. Créditos a sus respectivos autores.

Advertencia Intenté reflejar sus personalidades lo mejor que pude e intentando encajarlos en un ambiente más... ¿familiar? Sí, creo que ese es el término. Más nada. Así que...

¡Disfruten de la lectura!


Sellar una alianza


— ¡Maldita vieja!

Lanzo la botella que traía en mis manos contra el espejo de enfrente haciéndolo añicos. Me paso una mano por la cara, frustrado y malhumorado.

¿Quién mierda se cree?

Este es mi territorio, mi maldito territorio. Elegí uno de los terrenos más alejados al de ella por la justa razón que no quiero tenerla cerca.

Sé, y ella también lo sabe, que no podemos estar juntos en una misma habitación sin agarrarnos a puños.

De solo imaginar su cuello en mis manos y lo tan fácil que sería quebrarlo… Claro, si ella fuera alguien normal.

Exhalo el aire por la nariz cual toro furioso. Me hierve pensar que está en mis dominios sin siquiera darse la molestia de pedir invitación.

No se la hubiese dado, pero el que piense que puede venir aquí como si no fuera el territorio de uno de los piratas más temidos, me jode y mucho.

Cuando llegue aquí la confrontaré, pero de venir acompañada por uno de esos perdedores a los cuales hace llamar esposos, la sacaré a rastras sin importarme las consecuencias.

A ver como la salva su ejército o, mejor dicho, sus mocosos.

Creer que puede formar una tripulación de guerreros con sus propios hijos me da asco. Y no por tener subordinados de su propia sangre sino por la facilidad con la que se embaraza.

Esa vieja no tiene vergüenza.

Usa a cuanto hombre le parece de características notables para engendrar a sus descendientes. Según ella para ser la matriarca de una nación multicultural.

Pura mierda.

Solo quiere tener poder suficiente para atraer la atención de los gigantes y emparentar con ellos. Su estúpida obsesión de niña.

Me desplomo con brusquedad en mi sillón individual y exijo: — ¡Sake(1)!

No pasan ni cuatro segundos cuando seis subordinados cargan un jarrón con la bebida que tanto me gusta. Tomo el recipiente y estos se van de inmediato con el rostro aterrorizado.

Sonrío mientras bebo.

Así debe ser y será con el mundo entero. Sabrán cual es el nombre del Rey de las Bestias y temblarán de miedo horrorizados ante mi presencia.

Solo debo acabar con los molestos de Newgate y Roger. Ese par me tiene hastiado. No entiendo lo que buscan.

¿Tener una familia?

¿Ser el hombre más libre?

Y yo que creía que la vieja bruja estaba loca.

Azotan la puerta contra el muro y recién ahora me doy cuenta lo borracho que estoy, no sentí su presencia hasta cuando la tengo parada frente a mí.

— Kaido.

Con sus ojos fijos en mi persona, me dispongo a levantarme, pero tambaleo y caigo de nuevo sentado en mi sitio. Veo una sonrisa formarse en su rostro y, antes de que diga algo, me levanto de una dando un pequeño traspié hacia el lado.

No voy a dejar que se burle de mí en mi territorio.

— ¿Qué haces aquí, maldita bruja?

Pero en vez de responder a mi pregunta, me echa una ojeada de pies a cabeza.

— Sé que tus lacayos te avisaron de mi llegada —sonríe con socarronería—, ¿no puedes enfrentarme sin una botella de sake, Bestia?

Lo último lo dice con burla. Como si no pudiera borrarle la sonrisa con mi kanabo(2), un golpe bastaría. No por nada me llaman el Rey.

La cabeza fría, Kaido. Primero, debes saber qué la trajo aquí.

— Te pregunte: ¿qué haces aquí? —doy un paso decisivo hacia ella—. No me vengas con evasivas porque sino—

— Sino, ¿qué? —me interrumpe provocativa mientras da un paso hacia delante, quedando frente a frente y sin mucho espacio entre medio—. ¿Me golpearías con tu juguete? —sonríe—. Vamos, Kaido. Entre nos, ambos sabemos la diferencia de nivel y, de comenzar una pelea, quien ganaría.

Malhumorado, chasqueo la lengua para luego dar un trago amargo a la botella, la cual termina igual que la anterior: estampada en el muro con cientos de trozos en el piso.

— Dije, ¡¿qué quieres?!

Ni mi acción ni mi tono de voz parecen inmutarla y, como prueba de ello, vuelve a dar un paso hacia mí.

Su mirada no se aparta de la mía, ya sin ese brillo burlón. Y, si bien, mi ánimo no ha mejorado, si ha bajado cinco escalones de la furia que sentía hace unos instantes.

Ella no se queda quieta y cada paso que da es firme y audaz. Por un momento, es como si dejara de ser la burlona pirata que conozco de hace un tiempo a alguien precavida que mide todos sus pasos para no errar.

Con solo dos pasos está a un palmo de mi persona. Sus dedos tocan mi abdomen y lo acaricia. Me estremezco y antes de que siga, me propongo detener su tacto. Pero ella es más ágil.

Con un leve empuje de sus dedos y, junto a mi poco equilibrio, caigo de vuelta al sillón. Solo que con un peso extra.

Linlin está sobre mí, sentada en mi regazo. Con sus uñas delinea mis músculos definidos. Mi cuerpo reacciona y un nuevo estremecimiento me recorre de pies a cabeza.

¿Qué estás haciendo?

Ella parece darse cuenta de mi interrogante. Con ambas manos sube por mi torso desnudo y se reacomoda encima de mí, ahora nuestros pechos se tocan sin el más mínimo pudor.

— Escuché que Shiki planea algo grande —juguetea con mi cabello detrás de mi nuca— y tiene pensado involucrar a Roger —me mira a los ojos—, tú sabes lo que eso significa.

Claro que lo sé, no soy imbécil.

Shiki hace mucho que quiere conquistar los Blues y con el paso del tiempo ha reunido a hombres, ciencia y armas. No dudo que dentro de poco forme una gran flota. Tampoco me interesa, puedo hacerle frente sin problemas.

Lo que me preocupa es el otro tipo.

Roger.

Si él llegase a obtener apoyo de ese nivel, se me complicarían las cosas.

Linlin parece perdida en sus pensamientos y deseo volver a ser su centro de atención.

Pero cuando vuelve al presente y no dice nada, su mirada tan penetrante me incomoda. Por lo que echo la cabeza hacia atrás y miro hacia el techo para evadirla.

— ¿Y? No sería nada nuevo que dos piratas se unieran para un mismo fin.

Intento sonar despreocupado y a la vez seguro de mí mismo.

Al parecer ella se da cuenta de mi fachada y revela una información que jamás creí que le diría a alguien, menos aún a mí.

— Tengo un road poneglyph(3) —dice con voz despreocupada concentrada en sus uñas.

Casi me disloco el cuello de tan rápido y repentino movimiento que hago. Cuando ella posa su mirada en mí, busco algún rastro de broma o engaño, más solo soy capaz de ver que no está jugando.

Ella tiene un jodido road poneglyph.

— ¿Se lo—

— No le daré acceso a él.

Guardo silencio sin entender porqué me revela tal información. Debería saber que haría lo que fuera para obtener uno de esos.

— Tú—

— Si.

Y de nuevo me corta, ya me está fastidiando esto. Responde antes de yo decir una palabra. Como si supiera lo que estoy pensando.

— Porque así es.

La miro inquieto, ¿acaso...

— Claro que no, burro. Deberías saber que no puedo, ya poseo el poder de una. Y no soy estúpida como para arriesgarme y comer de otra fruta para terminar patéticamente muerta.

Suspira.

— Los años pasan y tú sigues siendo el mismo —voltea los ojos—. Nos conocemos hace tiempo, simplemente sé cómo piensas y con qué saldrás. Eres demasiado predecible, Kaido.

Eso me molesta.

— Entonces, si sabes que soy tan predecible, ¿por qué me dices que tienes un road poneglyph? —le rebato sarcástico— ¿Acaso no sabes que iré a por él?

— Sí, lo sé.

Eso me descoloca, ¿a qué está jugando?

Linlin solo voltea los ojos y se entretiene, ahora, toqueteando mis hombros. Recorriendo con su palma su ancho y grosor.

— Sé que has estado involucrado con los últimos incidentes...

Me paralizo.

¿Cómo sabe eso?

A ella parece divertirle mi reacción.

Maldita bruja, lo tiene todo pensado.

— Y pensé que mi ayuda te vendría como anillo al dedo.

Sonríe, pero yo sé que esa sonrisa oculta algo más.

— Suéltalo, ¿qué quieres a cambio?

— ¿Qué podría querer de ti?

Armamento, no.

Linlin, al igual que yo, ha sabido usar bien las influencias que tenemos en la banda de Xebec. Aunque debo de admitir que al ella ser una mujer ha tenido otras puertas...

Si algo compartimos es que ambos queremos poder, de distintas formas, pero poder, al fin y al cabo.

Nos hemos hecho un nombre y nuestras recompensas van en aumento. Tenemos territorios, a pesar de nuestra corta edad en el mundo de la piratería. Los subordinados nos llegan a montones, ¿quién no quiere pertenecer a una gran banda pirata?

Ella me está ofreciendo cuidar mis otros tratos y me desconcierta. Más al decirme que tiene un road poneglyph. Es como si me estuviera... ¿provocando? Pero, ¿qué ganaría ella?

Enfrascarnos en una guerra no tiene sentido. No porque no valga la pena sino porque destrozaríamos nuestros territorios, acabaríamos con nuestros recursos y sería una lucha de nunca acabar.

En otras palabras, sería una pérdida de tiempo para ambos.

¿Por qué haces esto, Linlin? ¿Qué quieres a cambio?

Y la respuesta no tarda en llegar.

— Un hijo —la miro incrédulo—, ¿es enserio?

Ella entorna los ojos para luego asentir con desgana.

— Que lento eres, a veces dudo de tu capacidad mental.

Gruño, malhumorado.

No tiene sentido preguntar para qué, eso es evidente. Pero sí me intriga el porqué yo.

Nos llevamos como las pelotas. Ni la relación entre perro y gata nos define, y creo saber la razón...

— De seguro te estás preguntando porqué tú, pues, no te creas tan especial porque no lo eres —hace una pausa—. Simplemente quiero tener un hijo tan monstruoso que pueda nombrar oficial en mi tripulación.

— ¿Ya das por sentado que diré que sí?

Sonríe.

— Kaido, no mientas —define mi rostro con sus dedos—. Sé reconocer cuando un hombre se siente atraído por mí —presiona mis labios con su índice—. Y tú, Bestia, desprendes ese olor por los poros —dice mientras baja su dedo por mi mentón, pecho, abdomen hasta llegar al borde de mi shimenawa(4).

No lo voy a negar.

Sí, varias veces me emborrache tras ver como ella se enrollaba con cualquiera. Por no ser yo en quien se fijaran sus ojos más que solo para burlarse. Con cuantas no me metí para ahogar el deseo que siento por ella.

Y ahora la muy desvergonzada admite haberse dado cuenta y aun así prefirió pasar de mí como si de un perro sarnoso se tratara.

— Además —continúa ella—, saldrás ganando porque si él decide abandonarme y optar por ti, te cederé el road poneglyph sin oponerme en lo más mínimo.

Arqueo una ceja.

— ¿Cederlo? ¿Así sin más? Eso no es propio de ti.

— Pues ya vez, cuando quiero puede ser complaciente.

Desquitarme las ganas que tengo y obtener el poder que ansío. Por fin tendré lo que quiero y solo basta que acepte.

— Nadie sabrá de esto, solo tú y yo.

— ¿Eso es un sí?

— Te arrepentirás de habérmelo propuesto.

Coloco una mano en su nuca y la jalo hacia mí para estampar mis labios sobre los suyos. Sin darle opción a replica ni a mando. Despertando así el deseo negado por años que nos estaba consumiendo y por fin estamos liberando.


(1): Bebida alcohólica preparada de una infusión hecha a partir del arroz y conocida como nihonshu en Japón, de donde es originaria.

(2): Báculo de hierro o acero que era utilizado como arma por los samuráis durante el Japón feudal. Era construido a partir de madera de roble a la cual se le daba un recubrimiento metálico desde el extremo hasta su parte media, lo cual lo hacía de un peso considerable, y al cual le añadían estoperoles de acero incrustados.

(3): Su significado literal es "ruta del texto de la historia". Es un tipo de bloque de piedra que lleva inscrito la historia (del mundo One Piece) con extraños caracteres. Son cuatro en total, de color rojo oscuro y como su nombre lo revela, cuando se unen las cuatro localizaciones, indican la ruta hacia Laugh Tale.

(4): Cuerdas de paja de arroz usadas para la purificación ritual en el sintoísmo, pero que Kaido utiliza como parte de su vestimenta a modo de cinturón.


Nota de la autora:

Kaido y Linlin, ¿quién lo diría?

Y yo que pensaba que se odiaban a muerte, ¡ja!

Ahora, esto no ha terminado. Continúa en un próximo y último escrito. Esperen el siguiente capítulo para saber en qué terminará esto. Aunque, bueno, la imagen de portada ya les puede dar una pista...

Espero lo hayan disfrutado tanto como yo, pensar en estos dos interactuando me ha parecido de lo más fascinante, ¿y a ustedes? ¿qué les pareció? Háganmelo saber en los comentarios ;)

Nos vemos en un par de días más...