*~Una grieta oculta~*

Despertó sobresaltado, tenía vagos recuerdos de la noche anterior pero no eran muy lúcidos. La cabeza aún parecía dolerle pero no como ayer, que sentía que le explotaría en cualquier momento. Volteó a su lado izquierdo y se horrorizó.

Como cualquier mañana su pareja estaba recostado a su lado, a quien siempre le gustaba contemplarlo un rato antes de que despertase, perderse en esos cabellos rubios, esa piel acanelada, las pestañas rubias que durante el día adornaban a aquellos ojos azules capri en los que tanto le gustaba perderse. Pero lo mejor de esos minutos de contemplación eran el final, donde acaba sonriendo por la pose poco seductora que tenía su dueño, la boca ligeramente abierta de la cuál se escapaba un hilo de saliva, acompañado de los brazos y piernas abiertos o doblados en forma de "L".

Hoy todo era distinto su pareja dormía de lado con los labios cerrados, uno de ellos mancillado y el había sido el culpable, le había dado un puñetazo en la boca y ocasionó que esté sangrara. No recordaba por qué, sólo que Naruto se había defendido antes de que el atestara un segundo golpe.

Decidió darse un baño, con la esperanza vaga de que eso lo ayudara a disipar sus dudas, aclarar sus pensamientos. Pero de nada sirvió, salió como había entrado, salvó que encontró a su pareja estirándose, preparándose para levantarse y en cuanto lo miró le regaló una sonrisa, con lo que hizo que se sintiera trizas por dentro.

-Lo siento-dijo antes de desviar la mirada y buscar ropa para vestirse.

-Descuida, supongo que he olvidado sacar la basura cuando me toca, acabe con tu paciencia, es comprensible.

Naruto era así, optimista, alegre, relajado, todo lo contrario a lo que era él. Jamás en su vida hubiera imaginado que acabaría saliendo con una persona como así, ya que las personas de su tipo, tendían a irritarlo con facilidad, sacarlo de sus casillas. Tal vez, eso había pasado la noche anterior, por fin Naruto lo había sacado de quicio por completo. Pero eso era imposible, desde el primer día que conoció a Naruto, había logrado eso, sacarlo de su zona de confort, sólo una vez habían llegado a los golpes pero había sido por culpa de los celos enfermizos de Naruto hacia su ex pareja.

Aun recordaba muy bien esa discusión a pesar de que ya había pasado un año. Todo había comenzado desde que Gaara, su ex, lo había buscado para proponerle un negocio, Naruto como cualquier persona normal le había dicho que eso no le agradaba y que seguramente buscaba la forma de volver con él, pero el decidió ignorarlo, seguro sólo era paranoia. Claro que cuando Gaara estuvo a punto de besarlo en el restaurante, todo cambió, además del hecho de que comenzó a enviar regalos a su apartamento.

Naruto se había puesto furioso, ¿quién no lo haría?, le estaban coqueteando como si no tuviera pareja, y el no hacía nada, la verdad era que a pesar de ser muy reservado, le gusta la atención, que lo alagaran.

-¿Aún lo amas?-le había preguntado Naruto cuando apenas llegó al apartamento había encontrado un paquete con un libro y una nota bastante insinuadora.

-No-le respondió tajantemente, mientras hojeaba el libro.

Naruto se había acercado a él, le arrebato el libro de las manos y lo aventó al suelo.

-Cálmate, sólo quiere convencerme para que acepte el trabajo.

-Claro, por eso te invita a comer, luego casi intenta besarte.

-Él no… ¿has estado espiándome?-cuando se había percatado de que Naruto lo había estado siguiendo, fue en el momento en que se ya no pudo mantener la compostura.

-¡Siento unos celos enfermizos, cada vez que vas con él!-dijo Naruto sin sentir pena, sin ocultar sus sentimientos- es obvio que quiere volver contigo, y tú no pareces nada para impedirlo, quieres terminar, bien terminamos.

Fue al escuchar las últimas palabras de Naruto, que le dio un golpe en la cara, fue su forma agresiva de decirle, "eres un imbécil, jamás te dejaría por ese idiota", pero él nunca había sido bueno con las palabras. Naruto le regresó el golpe y así siguieron hasta que se cansaron, se miraron por los minutos y se besaron hasta terminar en la cama.

Pero esta vez había sido diferente, era cierto que sí le había reclamado a Naruto sobre la basura que estaba llena de moscas y que le tocaba sacar y sólo le iba a decir que para la próxima no sería tan condescendiente, y serían dos semanas sin sexo, pero lo poco que recordaba era que había sentido de la nada una mezcla de odio y rabia al ver a Naruto apenado y con esa sonrisa de bobo pero encantadora, que siempre llevaba consigo. Así que para él no había explicación alguna de su comportamiento agresivo hacía su pareja.


Naruto y él no eran la pareja perfecta, a pesar de lo que muchos pensaban, como su madre que no se casaba de decirle que era como si hubiera por fin encontrado a su complemento. Lo cierto, es que como todos, tenían sus discusiones, sus momentos tóxicos y a veces le daba la sensación de que ambos eran muy dependientes uno del otro.

Su relación había comenzado de la manera que jamás hubiera imaginado, acabada de terminar la maestría, cuando su hermano le ofreció trabajo en su empresa, el muy desgraciado sólo le había mencionado el gran sueldo que tendría, nunca mencionó que su trabajo sería en el área de marketing, algo que odiaba, más que nada porque detestaba a las personas de mercadotecnia, a su parecer todas eran escandalosas, sin cerebro y que sólo pensaban en asistir a fiestas.

-Sabes que detesto esa área, no aceptaré el trabajo-le dijo a su hermano completamente decidido de rechazar la oferta.

-Como tú decidas, pero sabes que no encontraras una mejor oferta y tendrás que trabajar para nuestro padre, lo que tanto has soñado-dijo lo último con un gran sarcasmo, sabiendo que ya lo tenía en su bolsillo.

-¿Pero por qué en el área de marketing?

-Porque tampoco te la voy a dejar fácil, si quieres hacer tu propia empresa, debes de practicar como manejar a la gente y que mejor que aprender de los de esa área, son los encargados de manipular a nuestros clientes y los potenciales clientes de comprar nuestros productos, te hace falta mejorar tu trato con la gente.

-Está bien-dijo molesto porque todo lo que decía su hermano era cierto.

Entró al puesto de jefe de mercadotecnia, fue ahí donde conoció a Naruto, un empleado más de ese departamento y que a simple vista reunía todas las características que odiaba de una persona. Así que en un inicio Naruto se volvió su objetivo, quería deshacerse de él a como diera lugar, pero para su desgracia era bueno, tenía excelentes ideas de mercadotecnia, en alguna ocasión su hermano le mencionó que él podría ser el jefe del departamento, pero había unos pequeños problemas, era impuntual, holgazán e irresponsable.

Todo comenzó cuando se vio obligado por su propio hermano a ir con sus empleados por un trago, Itachi le dijo que iba o lo despedía y no le daría buenas referencias.

-Ve, debes socializar con los que están a tu cargo, conocerlos de lo contrario acabarás siendo un tirano y ellos odiándote y créeme no te conviene eso.

Tuvo que ir al bar y soportar las pláticas vacías y simples de sus empleados, intentaba sonreír un poco pero era inútil, era antinatural en él. Se retiró de ahí, después de tomar dos tragos se despidió usando de pretexto que el día siguiente tenía una reunión a primera hora, aunque eso era poco creíble ya que el siguiente día era sábado.

Mientras se dirigía a la salida, se percató de que Naruto también se había despedido de sus compañeros y seguía su mismo camino. Decidió actuar como si no se hubiera percatado de esto, así que solo miraba por el rabillo de los ojos sin mirar hacia atrás. En el estacionamiento, Naruto se desvió y pudo sentirse tranquilo de nuevo, temía que quisiera preguntarle algo o peor que intentará entablar conversación con él.

Encendió el motor de su auto, y de pronto un golpe se escuchó en la ventana, volteó y ahí estaba esa molestia sonriente, Naruto estaba al otro lado, sonriendo como un bobo, se preguntaba que querría, era viernes, debía de querer deshacerse de su jefe e ir a casa. Bajó la ventanilla con la seguridad de que se arrepentiría.

-Siento molestarte, pero mi auto no enciende, vivo a tan sólo unas cuadras de aquí…

Naruto quería que lo llevara, genial. Pensó en decirle "toma un taxi y lárgate", pero entonces recordó las palabras de su hermano, debía de ser amable con su gente. Según él, había sonreído, pero en realidad hizo una mueca de desagrado antes de decirle a Naruto que subirá a su auto.

-Muchas gracias-le dijo el idiota con una sonrisa, como siempre.

-Acaso, ¿siempre sonríes?-ya no podía esconder su apatía por más tiempo.

-Sí, es como un tic-respondió Naruto un poco nervioso-además de que sonreír ayuda a causar una buena impresión.

-Ayudaría más, que fueras más responsable.

Por fin Naruto borró la sonrisa de su rostro, eso alegró a Sasuke, significaba que se sentía incómodo, sería una buena lección por haberlo molestado, él no era el chofer de nadie.

-Levantarse temprano es mi debilidad-de nuevo sonreía y ahora se rascaba la cabeza apenado.

-Deberías trabajar en ello, o perderás tu trabajo.

-¿Me vas a correr?-claramente Naruto estaba preocupado.

-Sí no mejoras tus malos hábitos en una semana, lo haré, no me importa que tan bueno seas.

-Sabes-habló Naruto enfadado- tu puesto sería mío, sólo que ser hermano del dueño tiene sus beneficios.

-Puedes quitarme el puesto cuando quieras.

-Detén el auto-le exigió Naruto-aquí bajo.

A partir de ese momento comenzó una rivalidad entre Naruto y él, que sin darse cuenta acabaría siendo beneficiosa para ambos. Naruto mejoró en sus defectos, aunque a veces seguía llegando tarde. Por parte de Sasuke, debido a que no quería quedarse en el puesto mucho tiempo, ayudaba a Naruto en los problemas que tenía, lo cual a veces terminaba en ir a algún bar o restaurante con sus empleados, incluso ya con el paso de los meses lograba reírse con las tonterías que hacia Naruto.

Un día no pudo llevar su auto, debido a que lo envío a servicio, Naruto al enterarse se ofreció a llevarlo a su casa, en ese momento pensó como cualquiera lo haría, que Naruto se estaba esforzando para que hablara bien de él, o tal vez para generar confianza y luego apuñalarlo por la espalda. Tiempo después de daría cuenta de que estaba muy equivocado y que eso acercamientos y detalles que Naruto tenía con él, eran para cortejarlo.

Cuando estaba por quitarse el cinturón de seguridad para bajarse del auto este se atoró.

-Lo siento, ha estado fallado un poco-dijo Naruto e intentó ayudarlo.

Al ver que Naruto batallaba por zafar el cinturón, comenzó a desesperase –déjame ayudarte-dijo entre dientes sin esforzase por ocultar su enojo.

-No, espera, sólo debo moverle por aquí y listo-decía Naruto sin obtener ningún resultado.

Desesperado metió las manos y lo jaló con fuerza, logrando que el cinturón lo liberara al fin-Lo ves, sólo tenías…-no supo porque en ese momento, pero se quedó sin palabras, cuando su rostro tuve a unos escasos centímetros el de Naruto, a la altura perfecta para poder observarlo con detenimiento. Incluso su ritmo se aceleró un poco y notó cuando Naruto comenzó a acercarse a él-gracias-dijo y se bajó del auto, siendo consciente de lo que hubiera pasado de no hacerlo.

Lo cierto era que Naruto se sentía atraído hacia él, desde el primer día que lo vio, el en cambio comenzó a sentir esa atracción conforme iba compartiendo momentos con él, los cuales eran puramente laborales, pero esa personalidad que irradiaba, le parecía atractiva por más que se lo negara.

Todo culminó en una madrugada, cuando tenían que entregar un proyecto importante a primera hora y aun les faltaba bastante por terminar, de hecho era meramente responsabilidad de Naruto, pero como siempre dejaba todo al último, así que ahora estaba desesperado.

Decidió ayudarlo de mala gana, advirtiéndole que sería la primera y última vez que lo hacía, también estaba consiente que si Naruto se había atrasado era porque había ayudado a otros con sus proyectos, así que esperaba que con esto tuviera una lección para saber priorizar sus actividades y aprender a decir "no".

Terminaron el proyecto cerca de las dos de la mañana, ambos mostraban signos de cansancio. Dejaron todo listo y subieron al ascensor juntos, cuando apenas habían bajado un piso de los veinte que había, hubo un apagón general.

-No puede ser-dijo molesto-lo que faltaba.

-Descuida, entra la planta de energía y listo-le dijo Naruto, tan optimista como siempre.

En efecto se encendieron las luces de emergencia del ascensor, pero este no descendió, desesperado tomó el teléfono de emergencia y llamó a seguridad pero no hubo respuesta.

-Seguro están dormidos-dijo Naruto-es raro que alguien se quede tan tarde aquí.

-Te odio-dijo abrumado.

-El sentimiento es mutuo, descuida.

Se rio al escuchar esas palabras.

-Deberías reírte más seguido, tu rostro se relaja y te ves amable.

-No quiero verme amable-respondió de forma agresiva ante el comentario de su empleado.

-Qué pena, tu rostro se vuelve más atractivo.

No supo que contestar a eso, pues era obvio que se trababa de un coqueteo, pero no ahondo más en el asunto, porque Naruto, quien estaba recargado en la pared, se enderezó y ser acercó a él, estaba consciente de lo que iba a suceder y decidió culpar al cansancio de no haberse movido. Sus labios se juntaron y para su sorpresa, respondió el beso que al principio se trató de un suave contacto, los labios de Naruto eran cálidos y tenían un ligero saber a café, pero después comenzó a tornarse ansioso, como si ambos necesitaran más y no estaban dispuestos a perder la oportunidad. Sintió las manos de Naruto recorrerle la espalda y como sus latidos iban en aumento. Sus manos buscaron hundirse en los rubios cabellos, le dio un mordisco en el labio inferior y fue cuando sintió como la lengua de él acariciaba la suya. Había perdido, ya no era consciente de sus actos, pero cuando ambos sintieron como el ascensor comenzó a funcionar de golpe, se separaron; con las respiraciones entrecortadas y arreglando sus prendas.

Después de aquél encuentro, Naruto fue quien tomó la iniciativa y a cualquier oportunidad que estaban solos buscaba besarlo, el lugar por excelencia era su oficina, con las persianas abajo y el seguro puesto. ¿Qué si llegaron a hacer más cosas además de un simple beso?, si, tanto que en más de una ocasión los pusieron en gran aprieto a ambos.


-¿Qué es esto?-cuestionó a Naruto al ver que le estaba entregando su renuncia.

-Me ofrecieron un empleo y voy a tomarlo.

-Pero sabes que unos meses mi puesto será tuyo.

-Lo sé-dijo Naruto orgulloso de sí mismo-pero también sé que tú amas este trabajo por más que te quejes de él.

-¿Qué?-dijo con un poco de nerviosismo.

-Sasuke, vives quejándote del trabajo, pero adoras pelearte con los otros departamentos, ponerlos en su lugar y callarles la boca, además vi la felicidad en tus ojos, cuando la campaña publicitaria que tú concebiste fue todo un éxito. Sé que llegaste odiando la mercadotecnia, pero ahora la adoras-notó que estaba a punto de defenderse así que continuo hablando-además, ya estoy harto de ocultar nuestra relación-se sentó en la orilla del escritorio, y antes de que Sasuke objetara, tomó su corbato y lo atrajo hacia él, atrapando sus labios.

-¿A dónde te vas?-le preguntó cuándo terminaron de besarse.

-Las empresas Zelda.

Se quedó boquiabierto-sabes que es nuestra mayor competencia.

-Lo sé y por eso pienso que serán aún más divertido, así no sólo pelearemos en la cama.

-Imbécil.


Desde que había llegado a la oficina no podía concentrarse, no podía dejar de pensar en la noche anterior, le asustaba recordar la rabia e ira que había sentido antes de darle ese golpe a Naruto, jamás en su vida la había sentido. Pero eso no era todo, desde hace unos meses, había tenido unos sueños extraños, al principio los consideraba fantasiosos y tal vez producto de que Naruto seguía viendo televisión mientras él ya estaba dormido. Lo que recordaba de ellos, era a Naruto y él enfrentándose con espadas, como si estuvieran en la edad media, la primera vez que lo soñó, pensó que era algo normal, pero últimamente eran recurrentes, y no sólo Naruto aparecía en ellos, también su hermano y su padre.

Lo cierto es que nunca se había considerado alguien con mucha imaginación, por lo cual estaba sorprendido de ellos, pues ahora ya parecían como si le estuvieran contando una historia. Decidió buscar en internet algún posible significado, pero como era de esperarse sólo encontró tonterías como que extrañaba a la persona que amaba o que su actual pareja estaba teniendo cambios repentinos y no sabía cómo afrontarlos, lo cual era ilógico, Naruto seguía siendo el mismo de siempre.

La única explicación que podía encontrar era su rivalidad laboral con él, actualmente ambos estaban compitiendo para ser encargados de lanzar la mercadotecnia de un producto, tal vez por eso su subconsciente lo traducía en peleas de la edad media, porque en la realidad lo arreglaban con sexo, mucho sexo.

No obstante algo no lo dejaba tranquilo, sentía una incomodidad en su interior, algo que lo estaba poniendo ansioso que no le permitía concentrarse, decidió ir al servicio médico de la empresa, el doctor tan sólo le dio una pastilla para ayudarlo a relajarse y funcionó, logró terminar su trabajo del día e irse a casa como siempre.

Pero al llegar a casa, de nuevo la ira inexplicable regresó, vio a Naruto sentado viendo televisión en la sala, como siempre lo hacía y le asustó lo que sintió, por unos breves instantes quiso tomar la botella de vino que estaba en la mesa y rompérsela en la cabeza a Naruto. Asustado de sus pensamientos, fue directo a darse una ducha, debía de ser el estrés del trabajo, además nunca había sido muy buena persona, de vez en cuando le deseaba mal a alguien, como cualquiera, ¿sería acaso que su subconsciente veía que Naruto tenía mucho potencial para ganarle ese contrato millonario, que por eso estaba experimentando esos episodios?

Hubiera seguido luchando con sus pensamientos, pero sintió unos labios rozando su cuello. Naruto se había metido a acompañarlo a la ducha y lo agradeció, porque al menos por ese día, su cuerpo se relajó, su mente se liberó y durmió plácidamente.


**Hola, yo aquí con un nuevo fic, con una idea que he tenido ya desde hace muchos años pero no encontraba como ejecutarla. Espero les intrigue para continuar leyendo y hacer sus propias teorías:)**