[Géneros: Aventura, gore, horror, sobrenatural, acción, fantasia, misterio, psicológico.]

Capítulo cero.

Caía nieve, hacía frió y todo estaba en un espantoso silencio. Nunca nadie se había preparado para los monstruos, los guerreros de los pueblos y guardias estaban más preocupados por los bandidos, que por las historias y rumores de monstruos.

Nadie en el pueblo creía en los monstruos, hasta que un monstruo apareció de pronto, y destruyo el pueblo enteró.

La nieve cae en la plaza principal del pueblo, un pueblo insignificante sin nombre, que no tenía una gran fuerza de defensa. Todos, hombres, mujers, niños, ancianos, todos murieron masacrados por el monstruo. Todos, menos uno.

En medio de la desolada plaza, junto a pilas de cadaveres, había un niño. Un niño que con sus pocas fuerzas, estaba cavando algunas tumbas para los pueblerinos. Ellos no tenían la culpa de que el monstruo los haya matado, tampoco tenían por que haber muerto, es solo que el monstruo los mato por que tenía hambre.

El niño aun con la nieve y la temperatura casi congelante, seguía con su tarea, colocando los cuerpos en las fozas. Luego les hecha tierra encima, y seguía con su monótono trabajo sin paga y casi sin sentido.

Para los misteriosos hombres de negro, era muy extraño encontrar tanta resistencia y disiciplina espartana en un niño de su edad, apenas como de seís años. Era extraño y muy raro verlo trabajar de noche, en medio de la nieve y la soledad, colocando los cadáveres de los habitantes del pueblo uno por uno, y luego continuar con su trabajo.

Los hombres de negro no entendían qué impulsaba a este niño a seguir, a pesar del frío, de lo desolador de su trabajo, así como lo horrible que es cavar tumbas en la nieve. Uno de los hombres de negro se acercó, con una antorcha, y pudo iluminar a la pequeña y frágil figura que trabajaba en la obscuridad...

El niño se voltea al notar la luz, y el hombre de negro que traía puesta una mascara, vio de cerca al niño, el cual era un niño como cualquiera, solo que con facciones y cabello muy parecidos a los de una niña. Su cabello era rojo escarlata, su piel blanca, y sus ojos azules, y lo impresionante era ver las manchas de sangre en su rostro, cuerpo, y ropa sucia.

-¿Por qué entierras a toda esta gente, niño? Pregunta el hombre de la mascara, y el niño contesta sin sonreir. -Primero enterré a mi hermana, Lain, y luego enterré a mis padres, y cómo aun tenía energía decidí seguir cavando y enterrando, hasta desfallecer y morir, o hasta congelarme. Dijo el niño de lo más casual, y los otros hombres de negro se sorprenden de sus palabras, y el hombre de la mascara se acerca.

-¿Odias al monstruo por quitarte a tu familia? ¿Quieres vengarte? Pregunta el hombre de la mascara, y el niño lo piensa y contesta con una gran sonrisa. -¡No lo odio! Tenía hambre, comprendo eso. Mi hermana me cuidaba mientras mis padres hacian trabajar a los granjeros, hasta el cansancio o la muerte. Lain era mi única verdadera familia, es a ella a la que llore y a la que extraño, pero, tampoco podía dejar a los demás sin enterrar. Hasta a mis padres no los podía dejar así, aun que hayan sido tan crueles, yo debía enterrarlos, ¿o no? Dijo el niño de cabello rojo sus ojos tenían algo, el hombre de la mascara podía ver una muy rara y despierta inteligencia en él.

-Toma. Dijo el hombre de la mascara, y le lanza una espada envainada, y el niño la toma en el aire en sus delicadas manos, y al momento de tomarla, un tajo le abre el pecho.

El niño colapsa en el piso de rodillas, y escupe sangre, y alza su rostro, el hombre de la mascara con una velocidad impresionante lo había atacado. -Que eso te sirva de lección niño engreído. Ahora ve y reunete con tu familia en el otro mundo. Dijo el hombre enmascarado disgustado por el comportamiento de aquel niño, y se da la vuelta.

Pero, el niño apretó la espada contra su pecho, y entonces dijo. -Espera. Dijo el niño, y el hombre enmascarado junto a sus compañeros, se detienen y voltean. Lo que ven los deja sin aliento, el niño apretaba la espada contra su pecho, y lloraba mientras tenía un rostro indescriptible. -¿Esta mal no odiar al que te quito a tu familia por hambre? ¿Es que era mejor dejar a los demás y solo enterrar a mi familia? ¿Por qué existen los monstruos? Si ellos no existieran todo sería mejor, viviríamos en paz y no tendríamos miedo de nada salvo de la muerte de viejos. ¿Es que nuestra vida solo sirve de alimento con la muerte a los monstruos? Pregunta el niño pelirrojo cosas que no tienen respuesta, llorando, apretando la espada envainada contra su pecho, con la nieve manchada de sangre, lo mismo que su rostro lleno de manchas de sangre, con todo el aspecto de un espectro come carroña.

El niño alza su rostro para ver directamente a los hombres, con una expresión que los dejo helados. Sus ojos pulsaban vida e inteligencia, su rostro hermoso de pupilas brillantes, su boca distorcionada en una mueca extraña. -Estoy solo. Ya no tengo nada ni nadie, ni el monstruo ni ustedes me pueden quitar algo más, por que ya lo perdí todo. Salvo mi vida, que es mía, y ni aun con una tonta venganza recuperare lo que he perdido, estoy solo en medio de la nieve y la obscuridad, pero no tengo miedo. Por que finalmente he comprendido que Yo soy la Obscuridad. Dijo el niño con una espantosa mueca, con un brillo en los ojos, a la luz de la antorcha se veía lo mismo que un monstruo, uno de verdad.

Solo que era un monstruo que lloraba por su hermana muerta, y que prefería cavar tumbas no solo para su familia, si no para el resto de los habitantes muertos durante el ataque. A pesar de haberse quedado sin nadie, el niño impulsado por su nobleza le dio una correcta sepultura a los más de cien pueblerinos, él solo.

Los hombres cuando se dieron cuenta de la proeza asombrosa que realizó este niño, se quedaron estupefactos, durante las horas de la noche, aun con la nieve y el hielo que congelo la tierra, este niño logró enterrar a todo el pueblo.

Esa noche los hombres de negro, trajeron de vuelta al niño, al que curaron de la herida, y lo llevaron al este, al sitio conocido como staff. Aquel niño había superado por mucho las expectativas de los hombres de negro, que desde hace un tiempo están reclutando niños para su siguiente experimento...


Nota del Autor:

Esta es una historia de Claymore, usando un personaje de mi amiga Lovely Pixie, ella me dio el permiso para hacer mi historia dónde se explica más del pasadon y personalidad de Xerxes.

Esto ocurre en la primera generación de los guerreros masculinos, y tendrá paralelismos con la historia de Lovely Pixie, es decir que ella se realizará la historia desde el punto de vista ee Sigurd número uno de la organización , y yo me concentraré en Xerxes número dos de la organización.

Espero que les guste esta historia, ya que se pondrá muy buena, aparecen otros guerreros y más personajes, luchara contra formidables oponentes, y se hará de su propia leyenda.

Espero sus comentarios, y gracias a Lovely Pixie por darme el permiso para usar a uno de sus personajes.

Gracias por leer, y hasta la proxima.

Yog fuera...