Después del adiós

1.- Un alma en pena

Habían pasado 6 meses después de que el destino del faraón había sido decidido por parte de su otra mitad y ambos se habían separado entre lagrimas y promesas de volverse a ver.

Todos habían tomado diferentes caminos y habían apuntado hacia adelante con sus sueños, todos ellos menos un joven de cabello tricolor que aún sentía mucho pesar en su corazón por la partida de quien consideraba más que un colega o un hermano, sino como su otra mitad. Su mitad faltante.

Desde que el gran faraón Atem se fue a descansar a su hogar, Yugi Muto entró en una gran depresión de la cual no podía salir. Se sentía solo y triste como si hubiera perdido una gran parte de su alma cuando Atem se marchó. Comia poco y se dormía muy tarde después de horas de llorar en su cama por esa sensación de vacío que le amenazaba en crecer cada vez que llegaba la noche.

Sus amigos, todos habían intentado hablar con él, hacerle razonar que debía continuar y vivir, sin embargo, todo intento o palabras de aliento que intentaban darle caían en odios sordos.

Tea intentó animarle diciendo que a pesar de que el faraón se había ido, aun estaban ellos a su lado y a pesar de que no fuera lo mismo, lo afrontarían juntos, pero Yugi no quería saber nada, no era lo mismo estar con ellos que estar con Atem.

Tristán, a menudo le invitaba a salir con él en su nueva motocicleta para ayudarle a despejarse del ambiente, que viera otros lugares, pero cada vez era rechazado por el menor negando que no tenía ánimos para salir.

Joey, el más desesperado, intentó todo, animarle, hacerle reír, sacarlo a los arcades, llevarlo a rastras a la escuela cuando no se animaba a salir, incluso le había pegado al tricolor en desesperación de que reaccionara, pero nada servía. Yugi parecía muerto en vida, un fantasma de lo que fue.

Los demás amigos y colegas como Duke, Mokuba, Bakura, Marik e incluso el mismísimo Seto y demás habían ido a visitarle con los deseos de animarle, traían a veces regalos y hablaban de planes de salir como grupo para ver otras partes del mundo, divertirse, pasear. Pero Yugi amablemente les rechazaba bajo los pretextos de que estaba ocupado trabajando en la tienda de su abuelo. Ellos aceptaban esa excusa, después de todo era del conocimiento de todos que el abuelo de Yugi estaba empezando a presentar síntomas de demencia senil, había veces en que confundía los nombres de los amigos de su nieto y se asustaba a veces cuando el chico se ausentaba mucho pensando que este había sido secuestrado o se había perdido.

Todos poco a poco estaban empezando a desesperarse, sabían que Yugi no podía seguir así, podía hacerle mucho daño, incluso podría enfermarse de gravedad si no se cuidaba bien. Sin embargo, la gota que derramó el vaso fue el día en que Kaiba anuncio su nuevo torneo mundial donde se definiría quien era el nuevo rey de los juegos, pero el mismísimo rey del duelo fue el único ausente dentro de una gran variedad de duelistas que habían viajado alrededor del mundo para pelear.

*En la oficina de Seto*

Seto kaiba estaba sentado y molesto en su escritorio mientras contestaba llamadas de molestos fans que alegaban el fracaso que fue el último torneo.

Kaiba(furioso y golpeando la mesa): Esto no puede ser, ya no soporto esta actitud.

Mokuba(preocupado): Seto, sabes bien que Yugi no esta bien.

Kaiba: Mokuba esto ya es molesto, lleva así 6 meses, no puede ser que se encapriche por lo ocurrido.

Mokuba: Hermano…

Kaiba(suspirando): Si Yugi no juega, su título se pierde, pero ganar así… es un insulto para todos. ¿De que sirve ser el mejor si no puedes demostrar lo que vales?

Mokuba(cabizbajo): lo entiendo, pero Seto, todos ya hemos intentado de todo. Yugi no quiere ceder.

Kaiba: Pues haremos que ceda, ya sea por las malas. No puede seguir con estos caprichos, no es un niñito ya.

Mokuba: ¿Qué sugieres hermano?

Seto miró alrededor de su oficina un segundo mientras se masajeaba las sienes para evitar un dolor de cabeza. Vio varias fotos que estaban en la mesa hasta que su mirada se detuvo en un archivo que tenía.

Kaiba: Podría ser…

Mokuba(curioso): ¿Sucede algo Seto?

Kaiba(sacando el archivo): Creo que tengo una idea Mokuba pero ocupare que traigas a todos los amigos de Yugi, incluyendo al perro.

Mokuba(extrañado): ¿también a Joey? ¿Qué planeas Seto?

Kaiba(mostrando el archivo): Creo que si Yugi no quiere salir por voluntad propia, habrá que forzarlo a salir. ¿Y que mejor lugar que este?

Mokuba vio el archivo y la foto adjunta a este y sonrió. Podría ser el lugar perfecto para Yugi.

Mokuba(sonriente): Ya veo, puede ser buena idea hermano.

Kaiba(sonriendo): Mokuba, ve por esos amigos de Yugi ahora para planear esto.

Mokuba(Asintiendo feliz): Enseguida Seto.

Cuando Mokuba se fue corriendo feliz, Kaiba empezó a reír un poco.

Kaiba(sonriendo de forma siniestra): Bien Yugi, ¿No quieres jugar? Pues te obligaré a ello.

Mientras Kaiba reía, se podía divisar que el archivo que tenía en la mano era sobre un gran edificio que estaba en una isla. Y el nombre del lugar era:

"Academia de duelos"