MLB PV: Noche de Lluvia.
"Cuando los diálogos estén entre comillas y las letras estén así son pensamientos"
Cuando los diálogos estén así significan que es un recuerdo o algún evento del pasado
Capitulo Uno.
¡Y POR FIN! ¡AL FIN PUBLIQUE ESTA HISTORIA!
Hablo en serio, creí que nunca iba a poder publicar este fic. Me tomo mucho tiempo completarlo (mucho mas tiempo del que pensé)
Antes de todo, le daré el crédito a quien se lo merece:
La inspiración para este Two-shot me vino gracias a uno de los capítulos del fic Miraculous Ladybug: Esperanza en Paris (que si no lo han leído se los recomiendo enormemente) escrito por Sonrais777 que por cierto también podría considerar otra inspiración para hacer esta historia ya que (en mi opinión) es la mejor autora de fics "Félix&Bridgette" que tiene el fandom y ha ayudado a incrementar mi amor por esos dos personajes.
Ahora sí. Vayan a leer.
La playa paradisíaca….
El cielo azul…
El océano en calma….
...Y los gatitos corriendo y saltando felices en libertad, en compañía de numerosos hámsters de colores con los que misteriosamente se estaban llevando muy bien (es decir, no se los estaban comiendo). Formando así una extraña pero adorable escena que era contemplada desde cierta distancia, no muy lejos, por dos jóvenes adolescentes sentados bajo la sombra de una palmera.
Uno de ellos era el mismísimo Félix Agreste que con su cabello al estilo de Chat Noir, una copa de jugo de maracuyá en su mano derecha y un gato negro en su regazo disfrutaba de la paz y tranquilidad de aquel lugar de ensueño en compañía de su gran amor.
– Esto es perfecto. – murmuró Ladybug con la cabeza apoyada en el hombro del chico rubio mientras miraba el horizonte embelesada con una sonrisa de amor en sus labios.
Vestida con un traje de baño rojo cereza, y un pequeño hámster regordete en sus piernas comiendo fruta de un plato, la heroína entrelazó su mano con la de su novio. Quien correspondió al gesto y apoyó su mejilla en la cabellera negra de su ahora novia…
– Hawk Moth ha sido derrotado para siempre… – continuó diciendo la chica de largas coletas. – … Tu madre está viva y se reencontró con tu padre, tu padre se ha reconciliado contigo, ya no tienes que trabajar como modelo para la compañía, yo me olvidé de ese chico que nunca me valoró y tenemos esta playa solo para nosotros… ¡Es como un sueño hecho realidad!
Félix quiso hablar y decirle que esas eran las palabras exactas que él estaba pensando en esos momentos pero, cuando intentó hacerlo, no pudo.
Se dió cuenta que por algún motivo no podía encontrar su voz pero decidió no darle importancia. No estaba dispuesto a que nada arruinara aquel momento tan idílico que él y su lady disfrutaban de forma merecida luego experimentar tantas batallas y momentos difíciles juntos.
En su lugar solo asintió y permaneció en silencio.
– "A veces es mejor que hablar y arruinarlo todo." – pensó.
Entonces la heroína se separó de improviso de él unos cuantos centímetros y le dedicó una mirada combinada con una sonrisa que hicieron que las mejillas de Félix se ruborizaran en un tono rojizo resplandeciente y su corazón acelerará sus latidos de un segundo a otros.
– ¿Sabes que lo haría más perfecto? – le preguntó a su compañero en un tono que para este fue demasiado seductor.
Con las mejillas más rojas que el traje de baño de su lady, y el corazón latiendole como loco, el muchacho negó con la cabeza.
Su expresión anonada causaron que su novia soltará una pequeña risita…
– Gatito tonto… ¿De verdad no puedes adivinarlo? – inquirió con aquella sonrisa cariñosa todavía dibujada en su lindo rostro. – Bien, te daré una pista: es algo que has querido saber de mí desde la primera vez que nos vimos. Y también es algo que me acabas de revelar hace solo unos momentos…
Los ojos azul grisáceo se abrieron como platos al comprender por fin de lo que su novia hablaba.
El gato negro y el hámster, que hasta hace poco los acompañaban, se retiraron de la escena como si quisieran darles un poco de privacidad…
– Tu… ¿Identidad? – trato de decir pero su voz fue prácticamente inaudible. Por suerte Ladybug no lo noto.
La chica apartó la mirada con timidez y tomó una de sus coletas para peinarlas con sus dedos…
– Se que debí decírtelo hace mucho tiempo pero la situación con Hawk Moth y Mayura no me dejaban ser sincera contigo, además de mis sentimientos por ese otro chico.
Un ligero ceño fruncido marco las facciones de la valiente protectora de París ante el recuerdo del idiota que rompió su corazón. Pero desapareció inmediatamente cuando enfocó sus ojos azul marino en los azul celeste de su novio a quien le dedicó una sonrisa que reflejaba todo el amor que ahora sentía por él…
– Pero ahora que ya no existen más villanos y por fin me di cuenta que aquel al que siempre he amado (aunque no quisiera admitirlo antes) eras tú mi lindo y divertido gatito… ¡Ya no puedo guardarte más secretos!
– "¡My lady!" – pensó Félix con los ojos brillantes de ilusión. Sentía como su corazón se hinchaba de gozo ante cada palabra que salía de los labios de su amada.
Quiso decirle que siempre soñó con que ella le dijera exactamente esas mismas palabras y lo feliz que lo hacía pero permaneció callado. No solo porque todavía no hallaba su voz, sino porque observó cómo su amada luchaba consigo misma para hallar el valor de revelarle su más grande secreto…
– ¡Chat! ¡CHAT NOIR! – gritó. – yo… yo…
– ¿Si? – musitó, preguntándose por qué de pronto lo llamaba por su nombre de héroe.
Entonces Ladybug llevó sus manos a los bordes de su máscara:
– ¡Chat! Mi verdadera identidad es…
– "¡Vamos buguinette! Te amaré sin importar quien seas detrás de esa máscara. ¡Solo dime la verdad!" – pensó Félix mientras tomaba las manos de la chica entre las suyas.
– ¡Chat!
– "¡Buguinette!"
– ¡Chat Noir! – volvió a gritar en un tono cada vez más desesperado. – ¡YA DESPIERTA!
Y entonces la playa, el cielo, el océano, los gatos, los hámsters, e incluso la propia Ladybug, desaparecieron en un instante dejando solo una oscuridad absoluta y un repentino dolor en sus músculos (acompañado por la extraña sensación estar siendo sacudido por algo)…
Vainilla y esencia de flores silvestres.
Fue lo primero que captaron los sentidos de Chat Noir cuando recuperó el conocimiento. Y también, cuando abrió un poco los ojos, que estaba acostado boca abajo en una cama que obviamente no era la suya (las sábanas rosadas en lugar de blancas y la fragancia dulce reemplazando el aroma del jabón y desinfectante se lo confirmaron).
Intentó levantarse pero el dolor de antes se lo impidió. Se sentía como si hubiera tenido un accidente practicando esquí o algo por el estilo.
Todo su cuerpo le dolía y no quería moverse…
– ¡Chat! – dijo una voz ligeramente familiar, al mismo tiempo que sentía una mano posarse en su cabello húmedo (¿Por qué estaba húmedo?)
Miró por el rabillo del ojo y entonces se percató que había alguien a su lado; una chica. O eso era lo que creía ya que debido a su visión borrosa no podía distinguir mucho con excepción de una masa oscura, que suponía era cabello, algo rosado, que suponía era ropa o un vestido, y un rostro ovalado de piel clara con enormes ojos azul oscuro que lo miraban con insistencia.
Volvió a cerrar los ojos mientras las preguntas "¿Dónde estoy?" "¿Qué sucedió?" aparecían en su mente una tras otra al mismo tiempo que trataba de hacer memoria de cómo llegó a donde estaba en primer lugar…
– "Aún tengo la transformación…." – pensó cuando miro sus manos todavía enguantada y el anillo de gato con la joya todavía de un brillante púrpura rosado. – "¿Pero por qué estoy mojado?"
Entonces, tras unos momentos con la mente en blanco, empezó a recordar todo lo que le había sucedido en horas pasadas…
Él y Ladybug habían estado peleando contra un Akuma en el Arco del triunfo...
– ¡Miraculous Ladybug! –
Grito la superheroina de Paris antes de lanzar un par de banderillas rojas con puntos negros al cielo nocturno. Al segundo siguiente dichas banderillas se transformaron en una oleada de diminutas catarinas que recorrieron todos los lugares y cosas que fueron afectados por la pelea de Ladybug y Chat Noir contra el villano de turno transformado por Papillon.
Una vez que todas las zonas alrededor del Arco del Triunfo (incluyendo el propio arco) fueron regresadas a la normalidad, y el villano fue desakumatizado y atendido por los oficiales de policías cercanos, ambos héroes intercambiaron miradas y se dieron su tradicional choque de puños.
- ¡Bien Hecho! – Gritaron al unísono.
De repente, un pitido sonó provocando que Ladybug lleve una mano a su oreja derecha.
- Bueno gatito… - dijo la heroína dando un paso atrás. – Me tengo que ir.
- ¡Espera my lady! – dijo Chat tomando la muñeca de su amor platónico antes de que se alejara. – Antes de que te vayas quería preguntarte si querías… salir conmigo para tomar un helado o quizás… ver una película…
- ¡Lo siento, voy a estar ocupada! – dijo lo primero que se le ocurrió cuando escuchó el segundo pitido de su arete. Entonces, antes de dejarlo decir otra cosa, la chica se soltó del agarre de su compañero y salió corriendo alejándose de él. – ¡Buenas Noches Gatito! ¡Hasta mañana!
Del bolso circular que colgaba de su cintura en un casi imperceptible cinturón amarillo, Ladybug saco un yoyo rojo con puntos negros, con el mismo diseño que su bolso, el cual uso para impulsarse lejos del suelo y columpiarse a través de las construcciones cercanas; dejando a un triste y desanimado gatito negro en el suelo observando la esbelta y grácil figura de su compañera alejarse hasta que desapareció de su campo de visión.
– (suspiro) "Bueno… tampoco debería sentirme tan mal. A estas alturas esto ya es una rutina entre nosotros dos: yo le coqueteo y ella me rechaza. Ya debería estar acostumbrado" – Pensó mientras tomaba el bastón plateado de uno de sus cinturones, luego de estar varios minutos de pie en el mismo lugar deprimido y decepcionado. – "Lo mejor será volver rápido a casa antes de que Natalie,Gorila o incluso padre noten mi ausencia"
En esos momentos un relámpago iluminó la zona pero el adolescente no le prestó atención, al igual que a las nubes de tormenta que comenzaban a cubrir el cielo, y a los pocos segundos abandonó la zona con ayuda de su bastón.
Todo iba bien, saltaba de tejado en tejado con el mismo entusiasmo que lo caracterizaba al transformarse en su alter ego, hasta que de repente un trueno resonó sobre su cabeza; causando que se paralice y ponga los ojos como platos por la sorpresa…
Tres gotas cayeron sobre su nariz, mejillas y cabello, multiplicándose paulatinamente, hasta segundos más tarde convertirse por fin en una lluvia ligera.
– Perfecto. – bufo Chat Noir con el cabello pegado a la cabeza y el agua filtrándose por su traje de vinilo.
Al ser inicialmente solo una pequeña llovizna, el superhéroe decidió ignorarla y continuar con su camino diciéndose a sí mismo que un poquito de agua no lo asustaría y que mientras más rápido llegará a casa más pronto estaría de vuelta en su seca y confortable habitación para darse una ducha caliente y luego ponerse un pijama e irse a dormir.
Pero a medida que avanzaba en su camino, la lluvia comenzaba a empeorar volviéndose más violenta y agresiva. Dificultando así la vuelta a casa del héroe con orejas de gato (que por obstinación se negaba a detenerse para buscar algún refugio temporal).
En momentos como esos Félix agradeció que Plagg estuviera dentro de su anillo y no a su lado, ya que no tenía ganas de escuchar, mucho menos en esos momentos en los que prácticamente estaba luchando contra la madre naturaleza, su chistes estúpidos y burlas sobre su mala suerte que por lo general incluían imitaciones de muy mal gusto de Ladybug preguntándole si quería un besito.
– Gato estúpido… – murmuró, ignorando los truenos que retumbaban sobre su cabeza.
Al recordar al gatito negro miniatura obsesionado con el queso que tenía por kwami y la maldición de mala suerte a la que estaba atado mientras poseyera el miraculous de la destrucción, sentimientos de impaciencia volvieron a invadirlo así como también de frustración…
– El beso de Ladybug es lo único que necesitas para quitarte y sacarte el anillo las veces que quieras y volver a ser un adolescente con suerte promedio como todos los demás… – recordó que le dijo Plagg el día que se conocieron (antes de zamparse un trozo de queso). – ...Hasta entonces tendrás que acostumbrarte a vivir con un hechizo de mala suerte sobre ti y con un anillo atascado en tu dedo.
Solo un beso de su lady era lo que necesitaba para librarse de aquel irritante kwami, su apestoso camembert, y la mala suerte que pesaba sobre él desde que se puso el anillo.
Oh ¿Por qué?...
¿Por qué su lindo bichito era tan cruel y lo castigaba a estar atado no solo a una mala suerte eterna sino también a una criaturita apestosa de Camembert que no hacía más que contar chistes de mal gusto y burlarse de sus desgracias?
Pero inmediatamente se retractó de aquellos pensamientos al darse cuenta de lo exagerado e injusto que estaba siendo con su amada.
Ya que, después de todo, Ladybug no sabía nada sobre el indeseado don al que estaba condenado mientras tuviera puesto su anillo (el cual no se podía quitar ¡Literalmente!) Y que la única forma de liberarlo (tanto del hechizo como de su miraculous) era un beso suyo.
Y tampoco planeaba decírselo...
Claro, que probablemente si le explicaba todo ella comprendería y le daría su tan deseado beso. Pero al hacer eso corría el riesgo de que su linda buguinette malinterpretara todo y creyera que todo este tiempo la estuvo utilizando y seduciendo para satisfacer sus propios intereses. ¡Y eso no era cierto!
Bueno… tal vez, un poquito...
Tenía que admitir que sus intenciones eran esas al principio; pero todo cambió cuando la conoció aquella noche en la que lucharon contra su primer akuma…Se había enamorado de ella.
Él, Félix Agreste, estaba loca y perdidamente enamorado de Ladybug.
Amaba todos y cada uno de sus aspectos. Amaba su compasión, su generosidad, su nobleza, su bondad, su valentía, su inteligencia, su ingenio, su astucia, lo segura que era de ella misma y su capacidad para encontrar una solución a los problemas sin importar que tan difícil fuera la situación… ¡Incluso amaba su terquedad!
Y no solo era bondadosa, inteligente y divertida, también era hermosa…
Con esa esbelta y grácil figura de bailarina, aquellos brillantes ojos de zafiro, esa sonrisa brillante capaz de competir con el sol, y ese largo y sedoso cabello oscuro como la noche.
En resumen, ella era maravillosa. Y por eso no se rendiría en nada para ganar su corazón. Haría lo que fuera para que su lady se enamorara de él, porque quien quiera que se encontrara tras esa máscara roja debía ser la chica más fascinante y asombrosa de toda Francia.
Tan concentrado en sus ensoñaciones sobre Ladybug estaba el joven héroe que no se dió cuenta, hasta que fue muy tarde, de que su mala suerte volvía a atacar…
Dicho de otra manera: por estar distraído y no mirar por dónde iba, Chat Noir piso mal un tejado mojado y se resbaló.
Por "suerte", y gracias a sus veloces reflejos, el héroe de París pudo reaccionar a tiempo y usar su bastón para detener su caída antes de tocar el suelo y luego saltar hacia un balcón que sus ojos captaron en el último minuto...
Aterrizando así sobre una silla rosa plegable sobre la cual rebotó como una pelota de goma para luego estrellarse en el suelo mojado (en realidad, la silla se cerró sobre él como una planta carnívora y segundos después lo "escupió" al piso).
Luego de aquello, lo último que recordaba era haberse intentado levantar (a pesar de que todo le daba vueltas), haber escuchado un agudo chillido, y a continuación ser golpeado con algo muy duro directo en la cara tornando todo de color negro...
– ¡Chat! – Escuchó que lo llamaban de nuevo y Félix volvió a mirar por el rabillo del ojo a la chica que lo cuidaba.
Mientras su visión se enfocaba, pensó en el balcón donde aterrizó… Aunque no lo pudo ver con detenimiento, el corto vistazo que le dió tras caer de la silla rosada fue suficiente para que el sitio le resultará muy familiar.
– ¿Chat Noir? ¡¿Estás bien?! ¡Por favor, dime algo! – suplico la chica de cabello negro al borde las lágrimas.
– ¿Quien…? – intento decir, pero las palabras se perdieron en su garganta cuando su visión al fin se aclaró y pudo ver con claridad el rostro de la chica que estaba a su lado (poniendo los ojos como platos al ver de quién se trataba).
El balcón le era familiar porque era el balcón de la panadería Dupain-Cheng.
Y su salvadora era nada más y nada menos que la hija del matrimonio Dupain-Cheng y su fan número uno:
– ¡Bridgette! – exclamó, sentándose de golpe en la cama olvidándose por completo de sus dolencias.
La franco-china al ver a su compañero de batalla por fin despierto y levantado, ignoró su reacción de shock y se lanzó sobre él para darle un gran abrazo de oso sin importarle lo mojado que estuviera (de todas formas ella también tenía la ropa húmeda por estar bajo la lluvia)...
– ¡Al fin despertaste! ¡Me tenías muy preocupada! – Exclamó la chica mientras derramaba lágrimas de alivio.
Pero lejos de escuchar las preocupaciones de la chica, Félix internamente (y físicamente con los ojos muy abiertos y sin corresponder al abrazo) no paraba de negar y preguntarse porqué de todas las personas que existían en la ciudad tuvo que caer en manos de Bridgette Dupain-Cheng. Y entonces una sensación de pánico lo invadió al imaginar un escenario en el que su anillo se quedaba sin energía en ese preciso momento y lugar revelando así su identidad…
En su cabeza, Félix imagino como su transformación desaparecía y lo dejaba en su forma civil justo cuando Bridgette terminaba de abrazarlo.
Y la pequeña, al ver que su superhéroe preferido era también su ídolo y amor platónico más grande, soltaba un chillido agudo de felicidad capaz de rivalizar con las notas agudas de Ariana Grande en su cover de Emotions….
– ¡No puede ser! ¡¿Siempre fuiste Chat Noir?! ¡KYYYYYYYAAAAAAAAAAAHH! ¡FÉLIX! – chillaba la chica, aferrándose al asustado modelo cuan boa constrictora. – ¡Desde ahora vivirás en mi cuarto! ¡Ya verás…! Te alimentaré, te vestiré, te bañaré, te cuidaré… ¡Y cuando cumplamos la mayoría de edad nos casaremos y viviremos felices para siempre en una casa grande con un gato, un hámster y tres hijos! ¡Oh Félix! ¡Todo será perfecto! ¡KYYYAAAAHHHH!
La horrible fantasía de su posible cautiverio se detuvo en la parte en la que su versión imaginaria de Bridgette comenzaba a pensar en los nombres de sus futuros hijos, cuando la chica dejó de abrazarlo y recordó que en su reciente batalla no había usado su "Cataclismo". Por lo tanto su transformación iba a durar indefinidamente mientras no usará su poder especial…
Esto le hizo soltar un suspiro de alivio, pero su pequeña sonrisa se esfumó al ver que su anfitriona y salvadora lo miraba con los brazos cruzados, el ceño fruncido, y su mechón de cabello, en la forma de un rayo, apuntando hacia él….
– ah… ¿Princesa? – musitó Chat Noir con incertidumbre.
– ¡¿SE PUEDE SABER QUÉ RAYOS HACÍAS AFUERA TODAVÍA CON SEMEJANTE TORMENTA CAYENDO SOBRE LA CIUDAD A ESTAS HORAS?! – le cuestionó Bridgette, enfurecida, al gato negro (que derrepente sentía que la franco-china había crecido 100 veces el doble de su tamaño original y él se había encogido hasta ser más pequeño que su kwami).
– Brid- Señorita, t-tranquilícese por favor… – intento decir Chat Noir, temblando, pero la chica era inconsolable.
– ¡¿TIENES IDEA DE LO PREOCUPADA QUE HE ESTADO LOS ÚLTIMOS 30 MINUTOS?! – grito Bridgette haciendo que el héroe rubio se encogiera más en su lugar. – ¡NO DESPERTABAS Y NO TENÍA IDEA DE QUÉ HACER!
– ¡No despertaba porque esa cosa que me lanzaste me dejó fuera de combate! – replicó
– ¡Me asustaste! ¡No sabía que eras tú! – explicó, con una sombra rosa cubriendo sus mejillas al recordar la cabeza de maniquí que le lanzó a Chat Noir al verlo agazapado en el suelo de su balcón como una figura oscura de ojos verde brillante. – Pensé que era un ladrón… ¡Pero ese no es el punto! ¡¿Qué hacías en mi balcón a las 3:00 a.m cuando afuera está cayendo un diluvio?!
– Estaba haciendo mi patrulla. – respondió lo primero que se le vino a la mente. Félix dudó un poco sobre si a pegarse a la verdad o decirla a medias. Pero a la final optó por esto último: – Estaba patrullando por la zona cuando la tormenta se desató sobre mí de repente. Y como la lluvia entorpecia mis maniobras para desplazarme por los edificios, decidí esperar un poco hasta que la lluvia se detuviera; y al ver el balcón de la panadería pensé que sería el lugar perfecto para hacerlo. Luego tú gritaste, me lanzaste esa cosa dura como una roca y quedé inconsciente. Eso es todo.
– Pero escuché gritos y también un fuerte estruendo. Por eso es que subí a ver qué sucedió… – dijo Bridgette sin tragarse esa historia que su compañero acababa de decir. En especial porque ella misma sabía que esa noche no habían acordado hacer ninguna patrulla.
– Ah… debió ser el viento. – respondió. Entonces, antes que el interrogatorio continuara, se levanto de la cama (la cual noto había sido cubierta con un tipo de tela gruesa para probablemente evitar que el agua que escurría de su traje la mojada) y se puso en pie sobre esta. – Bueno princesa, te agradezco mucho tus cuidados y tu ayuda pero ya es hora de marcharme.
– ¿Qué?
– Este minino ya debe irse a casa, pequeña princesa. Lamento las molestias causadas… – dijo haciendo una sutil reverencia. – Buenas noches.
Pero apenas sus garras rozaron la cerradura de la escotilla que conducía al balcón, un fuerte jalón en su cola le hizo caer sobre su trasero de vuelta al colchón sobre el que estaba de pie. Y al mirar sobre su hombro, vio a Bridgette con una mano apoyada en la cintura y la otra sosteniendo con firmeza la cola de su traje mientras le daba una mirada de reproche.
– No te irás a ninguna parte hasta que la tormenta se detenga. – declaró Bridgette, para temor y miedo del héroe, antes de agregar: – Podrías resfriarte. O peor aún, sufrir un accidente.
– E-E-Esto… agradezco mucho su preocupación señorita, pero no es necesaria. Soy el gran Chat Noir: el protector de París, y una pequeña lluviecita cómo está no me hará ningún rasguño. A-Además, no quiero ser una molestia y…
– No eres una molestia. – le interrumpió Bridgette, sin percatarse del repentino nerviosismo del rubio. – Ya has venido antes a la panadería y sabes que tu y Ladybug siempre son bienvenidos. Además que si te dejo salir afuera con el clima cómo está en estos momentos y luego me entero que te ocurrió algo malo me voy a sentir muy mal.
Esas palabras, más la expresión de auténtica preocupación que se reflejaba en el rostro de Bridgette, casi convencieron al joven héroe de aceptar la hospitalidad de la chica de coletas. Pero al recordar que se trataba de Bridgette Dupain-Cheng, su principal acosadora personal y la chica más irritante de la escuela (después de Chloe), hicieron que lo pensara mejor…
– Princesa… se que quieres hacer una buena acción y tus intenciones son nobles, pero tienes que confiar en mí cuando te digo que estaré bien.
– Pero… – intentó decir Bridgette pero el dedo de Chat calló sus labios.
– Lo siento señorita Bridgette, pero ya debo irme a casa. No es correcto que un gato callejero como yo esté en la habitación de una dama que no es mi novia a tan altas horas de la noche y… – entonces Chat Noir le dió unas palmaditas en la cabeza a la franco-china. – tú debes irte a la cama porque no es bueno que los niños pequeños estén todavía despiertos a estas horas… de lo contrario no crecerán correctamente.
Aquello rompió una delgada cuerda que representaba la paciencia de Bridgette.
Agitando los brazos, y siendo contenida por el héroe rubio que aún tenía su mano sobre su cabeza mirándola con burla, la chica gritó furibunda que no era una niña pequeña. Estuvo a punto de iniciar una discusión con su terco compañero de batallas cuando una idea cruzó por su cabeza y decidí intentarla….
Con una expresión neutral en su rostro, tomó la muñeca de la mano enguantada sobre su cabeza y la apartó. – De acuerdo. – dijo con un tono carente de emociones y alejándose del héroe qué, tal como imagino, se descolocó un poco ante su actitud repentinamente tranquila. – Puedes irte.
– ¿Eh? ¿D-De veras? – inquirió Chat, parpadeando sorprendido por lo rápido que la chica de coletas cambió de opinión – ¿Hablas en serio?
– Sí – contestó Bridgette asintiendo, dándole la espalda todavía. – Márchate
Una sonrisa cruzó por el rostro enmascarado del modelo al ver lo rápido que logró su objetivo, y estuvo a punto de abrir la trampilla para marcharse de aquel lugar y nunca más volver (excepto para comprar pan y croissants en la panadería) cuando algo inesperado lo detuvo…
– Lo siento.
– ¿Eh?
– Lamento haber sido una molestia. – dijo Bridgette. – Lo único que deseaba era tener un gesto de hospitalidad y agradeciendo con uno de los superhéroes más importantes de Francia (después de Ladybug, claro).
Disimuladamente giró su cara hacia Chat Noir poniendo su mejor expresión de pena (que era una combinación de sus ojitos de cachorros triste y sus mofletes ligeramente inflados) y al ver que su truco estaba funcionando decidió continuar con su actuación…
– Tu y Ladybug siempre están arriesgando sus vidas constantemente para mantenernos a salvo de los akuma y los amoks enviados por Mayura y Hawk Moth; así que sentí que lo mínimo que podía hacer como ciudadana para mostrar mi agradecimiento era darle comida y un refugio cálido a uno de nuestros amados héroes en esta horrible y húmeda noche de tormenta…
– Ah, Bridgette… – musitó Chat Noir, desorientado por el inesperado discurso.
– ¡No! No digas nada… – le interrumpió Bridgette, bajando la mirada como si estuviera a punto de llorar. – Te entiendo muy bien. El chico que me gusta también piensa lo mismo que tú. Piensa que soy una molestia. Me considera fastidiosa, irritante, insistente…
Y la lista de términos despectivos que Félix generalmente usaba para describirla continuó al grado de lograr que el modelo sintiera algo que nunca pensó iba a sentir: culpabilidad.
En parte porque nunca imaginó que la franco-china fuera consciente de cómo ella era vista a través de sus ojos…
– … pero en fin. (Suspiró) Supongo que con tantos rasgos negativos era inevitable que incluso el fantástico Chat Noir pensara en mí como alguien desagradable para estar en su presencia. Y aún más para ser su anfitriona… – Bridgette entonces comenzó a bajar las escaleras. – Bueno, creo que lo mejor será que me vaya a terminar mi tarea. El chocolate caliente con malvaviscos y las galletas con chispas de chocolate también pueden comerse sin compañía ¿verdad?
La sola mención de aquellas delicias (más el breve vistazo que obtuvo, a través de una de las ventanas, del desastroso temporal que acontecía afuera) fueron todo lo que se necesitó para terminar de convencer a Félix de que quedarse un rato en compañía de su compañera de clase, hasta que la lluvia amainara, no le haría ningún daño.
Así que de un salto se precipitó hacia las escaleras (las cuales Bridgette ya casi había terminado de bajar) y tomó a la chica del hombro…
– ¡Espera Bridgette! Esto… al oír tus palabras y ahora que lo pienso mejor…. Quizás a este gato no le haría ningún daño aceptar la hospitalidad de una princesa hasta que el clima mejore afuera.
Al escuchar aquello los ojos de la chica brillaron con la forma de dos estrellas doradas y sus labios se curvaron en una sonrisa de triunfo.
– ¡¿Lo dices en serio?! – exclamó Bridgette girándose a ver a Chat con una gran expresión de felicidad en su cara. – ¡Bien! ¡Entonces espérame aquí… – dijo mientras hacía que el rubio se sentara en la silla giratoria de su escritorio. –…mientras voy a la cocina a buscar los bocadillos! También iré por algunas toallas y a cambiarme de pijama.
– Uh, de acuerdo. – Chat asintió, pensando en lo fácil que era animar a la muchacha de coletas con solo unas pocas palabras.
Bridgette sacó una muda de ropa de uno de sus cajones, para cambiarse el pijama mojado que traía puesto, y luego bajó por la trampilla del suelo que estaba a unos centímetros de donde él se encontraba sentado.
– Quédate donde estás. Justo ahí. – le ordenó Bridgette antes de desaparecer bajo la puertecilla púrpura.
Continuara...
Bueno, aquí está la primera parte de esta historia. Es mi primera fic de Miraculous Ladybug así que espero que les guste. Originalmente este Two-shot iba a ser un One-Shot pero debido a que la escritura estaba resultando muy extensa y a que yo soy muy impaciente tome la decisión de publicar esta primera parte que ya tenía lista y publicar luego la segunda parte cuando la termine de escribir.
