—¡Vivan los novios!—gritaban los invitados de la fiesta, la pareja bailaba en el centro de la pista ignorando las ovaciones. Después de mucho tiempo por fin estaban juntos Seiya por miraba con infinito amor a esa dulce chica la cual ahora era su mujer
—Seiya este es el día más importante de mi vida así como también el más feliz—hablo dulcemente la nueva señora Kido
—El mío también Miho desde ahora todo será felicidad para los dos mi amor te lo prometo—respondió su esposo besando su frente cariñoso. Ya habían sufrido mucho por estar enamorados, pues Seiya era unos de los herederos del poderoso Mitsumasa Kido su padre... El cual no aceptaba que su hijo se casara con una simple maestra de preescolar y por eso no estaba presente en la boda y aunque le doliera un poco la ausencia de su padre Seiya realmente disfrutaba la celebración.
De pronto una mujer evidentemente ebria irrumpió la fiesta, todos voltearon a verla pues llevaba consigo una pistola en la mano y apunto a los novios
—Ustedes no podrán ser felices mientras yo esté viva—amenazó quitando el seguro al arma de fuego
—Shaina cálmate por favor y dame esa pistola, no hagas una locura—trató de razonar Seiya
—¡CÁLLATE! que tu eres un maldito mentiroso dijiste que me amabas y ahora estas celebrando tu boda con esta mosca muerta—la mujer apunto esta vez en especial a Miho
—Shaina fuiste tú la que me engaño con otro lo recuerdas?—dijo Seiya protegiendo a su esposa en todo momento
—Pero te pedí perdón mil veces, me humille por ti para conseguir tu amor nuevamente dime que quieres que haga para que volvamos a estar juntos Seiya dímelo—suplico la ex al momento que era detenida por Shun el hermano de Seiya, quién actuó mientras el recién casado razonaba con la mujer. Detuvieron a Shaina qué no dejaba de gritarles a los esposos maldiciendo ese matrimonio. Después de el incidente todo pasó con calma Miho se asustó cuando vio a la ex de su esposo sacar el arma, pero Seiya la tranquilizo de inmediato. Así la pareja pudo tomar el vuelo para ir a su luna de miel en las Bahamas...
Siete años más tarde
Miho veía decepcionada la prueba de embarazo otra vez era negativa. Esta era la cuarta vez que daba el mismo resultado. Suspiro mientras salía del baño para encontrar a su marido ansioso por saber si iba a ser papá
—Otra vez salió negativo Seiya no estoy embarazada—dijo con tristeza corriendo a los brazos de su querido esposo
—No te preocupes mi cielo, ya habrá tiempo para tener un diablillo—río el
—Seiya por favor ambos sabemos que ya no somos jóvenes como para esperar a tener un hijo tenemos casi 35 años—dijo llorando Miho—y si soy estéril? Si no puedo darte un hijo, quizás lo mejor... —pero un beso la calló inmediatamente. Seiya no soporta ver a su dulce y frágil esposa abatida. Si bien era cierto que ya habían intentado varias veces que ella quedara embarazada, para el lo único que importaba era estar con Miho.
—Crees que tengo senos pequeños?—le preguntó a su amiga
—Saori, deja de pensar en tu cuerpo por un momento si? Estoy deprimida—
—Otra vez te enamoraste de uno de nuestros clientes?—su amiga asintió—Fler cuando vas a entender que eso no se puede hacer ah—
—Lo siento pero no puedo evitarlo es tan guapo—dijo soñadora su amiga
Saori rodó los ojos, por eso ella no salía con nadie. Por el contrario de Fler ella tenía claro que ningún hombre se tomaría en serio una relación con una mujer que trabaja en un casino.
Por la mañana en la casa Kido, Seiya se despedía muy amoroso de su esposa pues ambos tenían que ir a trabajar
—Te espero para cenar, ya sabes para seguir intentando tener un bebé—dijo coqueta Miho
—Mmmm eso me agrada mucho señora—y la beso apasionado—nos vemos entonces—se despidió, pues ya iba retrasado por una hora
Iba conduciendo feliz este día pintaba tan perfecto. Tenia la vida más feliz y tranquila que cualquier hombre pudiera desear. Sus pensamientos fueron interrumpidos por una llamada de su mejor amigo Hyoga
Seiya tienes que ayudarme tengo un problema muy grande
Fue lo primero que escucho en cuanto contesto. Ese Hyoga siempre en problemas de faldas.
