* Disclaimer: Los personajes de Dororo (2019) pertenecen a Osamu Tezuka, Tezuka Productions y Studio Mappa, yo los utilizo solo para realizar este fanfic.
Saludos, espero que todos se encuentren muy bien.
Me hace muy feliz estar iniciando una nueva historia de Dororo. Tal vez algunos se sientan decepcionados de que de nuevo estoy escribiendo una historia de universo alterno ubicado en la época actual, y no una con temática canon o ubicada en la época antigua. Lamento si esto es así, pero por ahora esta es la única inspiración que ha logrado llegarme.
Deben entender que las historias con esta temática son más fáciles de planear pues las que son de una época antigua conlleva mucho esfuerzo e investigación, créanme que no es cosa fácil.
Tenía esta historia en el tintero desde hace algunos meses atrás, y ya que últimamente me han llegado muchas ideas para la misma decidí que era un buen momento para empezar a publicarla.
Lo que leerán en la introducción es solo una pequeña probadita de lo que podrán esperar de esta historia.
Esta historia, a diferencia del otro AU en el que también me encuentro trabajando actualmente (Saga Notas), tendrá una trama mucho más ligera y agradable. Esta es del género comedia romántica. Mi principal intención es enternecerlos y hacerlos reír, aún así, tendrá algo de drama en menor medida, lo necesario para mantener al lector interesado en la historia.
En este entendido para darle un toque más cómico, opté por la narración omnisciente en tercera persona. Pero para darle más originalidad, el narrador estará rompiendo la cuarta pared de vez en cuando, en busca de sacarles una que otra risa. Espero que esto les agrade.
Antes de cualquier otra cosa, dejo en este apartado unas cuantas advertencias de la historia para que sepan si esta será o no de su agrado, o si aun sabiendo esto se animan a seguir leyendo.
Advertencias generales
* De todas las historias que he escrito hasta ahora, está será la que tendrá personajes más OOC (out of character). Esto quiere decir que no actuarán tan acorde a sus personalidades de como son en la obra original. Esto lo pensé mucho, pero es necesario para esta historia. Aún así, intentaré lo mejor posible que no abandonen sus rasgos principales más característicos.
* De todos los Hyakkimarus que he escrito (esto sonó gracioso y raro xD), este será sin duda el más inocente, ingenuo, pasivo y dulce que haya escrito hasta ahora. Tal vez pudieron notarlo en la introducción, pero este será también un Hyakki hasta cierto punto muy infantil. Esto tiene su razón de ser, la cual la descubrirán en el primer capítulo.
* Dororo y Tahomaru también presentarán cambios importantes en su personalidad. Estoy segura que Dororo les va a exasperar en muchas ocasiones, y el papel de Tahomaru en esta historia será más bien de antagonista, pero descuiden, que esto estará bien fundamentado. Saben que soy una autora que estructura bien sus tramas y nunca deja ningún cabo suelto ;)
* Siempre hago esta advertencia pero creo que es necesaria para que sepan lo que les espera. Busco plasmar los personajes más realistas posibles, es por esto que para poder darles las reacciones más humanas posibles, los diversos personajes de esta historia tendrán tanto sus defectos como sus virtudes.
NO me gusta hacer personajes perfectos, eso me aburre como no tienen idea. Es por esto que en esta historia los personajes se equivocarán, tomarán decisiones erróneas, los exasperarán ,etc. como cualquier persona normal lo hace.
Se que esto desespera a muchos lectores, pero lo lamento. No pienso cambiar mi forma de narrar ni estructurar personajes solo para tener muchas lecturas y votos, convirtiéndola de esta forma en una historia sosa y plana. Prefiero hacer una historia lo mejor construida posible, así solo la lean cinco personas.
* Esta historia está clasificada para público joven, aún así, dada la edad de los personajes (los cuales están a mediados de sus veinte), tendrá contenido sexual. No tendrá mucho, saben que no suelo basar mis historias en esto, pero aparecerán de cuando en cuando, tanto insinuaciones sexuales, como escenas sexuales explícitas. Cuando este sea el caso, pondré las advertencias correspondientes.
* Por lo antes mencionado, esta historia tendrá lenguaje vulgar y/o agresivo leve, así como algún chiste sexual o de doble sentido de cuando en cuando. Por otro lado, también estaremos manejando un sentido del humor algo ácido y sarcástico.
* Estaré actualizando esta historia de forma lenta. Si bien tengo la idea principal de esta historia ya elaborada, la historia aún tiene ideas que debo desarrollar, por lo cual no podré actualizarla tan seguido. Aún así, saben que no suelo ser una autora que se desaparece años sin actualizar, esto sería más que nada cuestión de meses.
Si a pesar de lo antes dicho, aún así deciden leer mi historia, no puedo más que agradecerles por su apoyo e interés en leer este nuevo proyecto. Les aseguro que nos espera una historia divertida y con escenas muy dulces y tiernas. Pondré lo mejor de mí para lograrlo. Espero de corazón que les guste.
Blue Lullaby
Introducción
Sus orbes caramelo van y vienen desde los dos mismos puntos. De la puerta de esa habitación a la pantalla plana de la televisión en la sala una y otra, y otra vez. Ha perdido la cuenta de cuantas veces lo ha hecho a lo largo de esa ya casi media hora que lleva sentado en ese mullido puf con forma de dona.
En un intento por deshacer la angustia que se arremolina en su pecho, el joven de brillante cabellera azabache toma rápidamente el control de la televisión para encenderla, lo cual logra con movimientos torpes. Casi siempre es así, sus pésimas habilidades motoras hacen que las cosas se le resbalen o caigan de las manos.
Él cree que viendo televisión un rato podrá distraerse y dejar de sentir esa espantosa preocupación que no ha dejado de atormentarlo desde la madrugada. Comienza a cambiar compulsivamente los canales, por desgracia sus ojos lo traicionan, dirigiéndose de nuevo a esa puerta con diversos dibujos de estrellas y lunas, esa puerta que él pintó y que a ella tanto le gustó el resultado final.
— Dororo…
No puede evitar que ese nombre escape de sus labios en un angustiado murmullo. Revisa su reloj de pulso con diversos dibujos de Charmander (su Pokémon inicial favorito), el cual le indica que ya son casi las dos de la tarde y su mejor amiga sigue sin salir de su habitación.
"Otra vez la rechazaron". Ese pensamiento surge en su mente mientras avanza a pasos lentos hacia la puerta de su habitación. Está a punto de tocar para preguntarle cómo se encuentra, pero se detiene, sabe perfectamente que no le gusta que la molesten en esas circunstancias.
Hyakkimaru Daigo deja escapar un frustrado y prolongado suspiro antes de darse la media vuelta y regresar a la sala. En ese ademan obsesivo suyo que tanto lo caracteriza, toma un lápiz y comienza a morder nerviosamente su goma de borrar. Esto en un intento por tranquilizarse, cuando menos un poco.
No podía estar equivocado, conocía los patrones de su querida mejor amiga, era más que obvio lo que había pasado en su cita de la noche anterior, pues siempre que sus citas salían mal o un nuevo novio terminaba con ella lo hacía.
A lo largo de los ya casi cuatro años que llevaban viviendo juntos en el mismo departamento, siempre había ocurrido lo mismo, esos mismos patrones que percibió en la madrugada. La escuchó entrar a eso de las dos de la mañana, arrastrando los pies y sollozando en voz baja.
"Eres tonta Dororo ¿Cuándo podrás dejar de ser tan lamentable y patética?" La escuchó murmurar con impotencia mientras se dirigía a su habitación para encerrarse y comenzar a llorar con una voz más alta.
Y como muchas otras veces antes, ahí estaba él. Sentado en su amado puf de dona, hundiéndose en su impotencia de no poder hacer nada por evitarle todo ese sufrimiento a su tan amada amiga.
Ese incondicional amigo, el cual no podía hacer más que ver como su mejor amiga sufría por sus relaciones amorosas fallidas, aun cuando él estaba perdidamente enamorado de ella desde ya hace tantos años atrás.
Desafortunadamente, sabía perfectamente que su amada Dororo solo lo veía como eso, su mejor amigo y nada más. Sabía que nunca se atrevería a confesarle su sentir, y por ende no podía más que sufrir cada derrota amorosa junto con ella. Maldiciendo una y otra vez que los hombres que la dejaban no pudieran apreciar la extraordinaria mujer que era ella.
"Si Dororo fuera mi novia, nunca la lastimaría de esa manera". Ese dulce pensamiento surge en su mente, el cual ocasiona que cubra su rostro de la vergüenza y todo este se tiña de un lindo rosado. Sus habituales ilusiones de él y su amada Dororo como pareja se interrumpen cuando finalmente, tras una tormentosa espera, la puerta de lunas y estrellas se abren.
De la habitación sale una hermosa jovencita de cabello café oscuro, y grandes ojos color chocolate. Está desaliñada, parece que se puso lo primero que encontró en su armario. Lo cual resultó ser una vieja sudadera color rosa, la cual por cierto está al revés, así como unos holgados pants manchados de lo que parece ser jarabe de chocolate.
Sus brillantes ojos, los cuales casi siempre se muestran alegres, están enrojecidos, señal que le demuestra a Hyakkimaru que tal como se lo imaginó, ella estuvo llorando toda la noche.
— Dororo…
El joven de cabello azabache no puede evitar ponerse de pie de un salto. Su corazón se llena de alivio apenas se percata de su presencia. Se acerca a ella con paso presuroso. Siente unos intensos deseos por abrazarla, pero se contiene. Sabe que en su estado anímico actual debe respetar su espacio personal.
— Aniki, buenos días…—Saluda la deprimida muchacha sin ánimos.
— Tardes…
— ¿Eh?
— En realidad son tardes. —Levanta su brazo, mostrando su reloj de pulso—. Charmander dice que ya son las dos de la tarde.
— Ah, sí claro…—Dororo se deja caer desinteresadamente en el sofá. Añade con ironía—: Ese maldito Charmander, siempre echándome en cara mi impuntualidad.
Como siempre, Hyakkimaru es incapaz de captar la ironía en su voz. Se sienta en el extremo del sofá, intentado ignorar los fuertes latidos de su corazón y a las traviesas mariposas revoloteando en su estómago. Toma unos segundos para serenarse antes de preguntar con calma:
— Dororo, puedo cocinar para ti… ¿quieres que te haga algo? Puedo hacer esas salchichas asadas con forma de pulpo que tanto te gustan, o si quieres algo más dulce, puedo hacerte panqueques felices.
Dororo esboza una pequeña sonrisa al recordar esos deliciosos panqueques que Hyakkimaru le prepara desde que son unos niños. Los adorna con diversas frutas para formarles ojos y una linda sonrisa. Aunque en verdad adora la deliciosa sazón que tiene su amigo de la infancia, su estado anímico es tan bajo que casi no tiene apetito.
— Te lo agradezco Aniki, pero ahora no tengo tanta hambre. Iré a ver que puedo asaltar de la alacena o el refrigerador.
La voz de Dororo se percibe débil y triste. Para Hyakkimaru nunca ha sido sencillo el comprender los sentimientos de los demás, pero conoce a Dororo desde hace dieciséis años, por supuesto es capaz de comprender que en verdad está deprimida. Incluso más que otras veces.
En la cocina, Dororo tiene la suerte de encontrarse con un paquete con diversas galletas y golosinas. Deja salir una baja y cansada risa cuando lee el letrero que Hyakkimaru le colocó con un post it: "kit de emergencia en contra de la tristeza".
"Esta en verdad es una emergencia". Piensa la jovencita, sintiendo como sus ojos humedecen. Los seca rápido y con disimulo para tomar el kit de emergencia y dirigirse a la sala a atiborrarse de glucosa.
— Dororo… ¿no quieres que hagamos algo divertido? Podemos ver alguna serie o anime, jugar algún videojuego, salir a caminar, ver una película… podemos hacer lo que tú quieras.
Hyakkimaru se atreve a preguntar tras unos minutos en los que su mejor amiga devora impacientemente unas quince galletas con chispas de chocolate. Dororo observa con aprecio esos tiernos ojos caramelo llenos de angustia y preocupación. Sabe que su mejor amigo intenta animarla, pero en verdad se siente tan deprimida que no quiere siquiera moverse del sofá.
— Amiki… em medad amecio muncho…
— ¿Eh? —El joven de cabello azabache frunce sus cejas, confundido—No entiendo nada de lo que dices. Sabes que no hablo "Dororiano".
Dororo hace un esfuerzo sobre humano para tragar rápidamente la masa de las quince galletas que se metió a la boca. Cuando lo consigue, es capaz de reír más animadamente tras escuchar esa broma que Hyakkimaru siempre hace cuando le habla con la boca llena.
— Aniki, en verdad aprecio mucho que quieras animarme, sin embargo, no tengo deseos de salir a ningún lado. Yo solo…—Muerde su labio inferior en un intento por contener sus lágrimas— Solo quédate a mi lado, por favor.
Ella no le da tiempo de responder. Se acerca a su lado en el sofá, lo abraza por la cintura y deja apoyada su cabeza en su hombro. Un estremecimiento lo recorre de la cabeza a los pies cuando la calidez de su amada Dororo lo invade. Reacciones que su cuerpo siempre experimenta cuando la tiene muy cerca, aun así, tras tantos años de amarla en secreto, él ya ha aprendido a disimularlos con maestría.
— Por supuesto, sabes que siempre podrás contar con mi ayuda, siempre estaré para ti, mi querida Dudu.
Dororo se aferra más al abrazo cuando escucha el dulce apodo con el que Hyakkimaru la llama en ocasiones desde que son unos infantes. Continúa comiendo sin separarse un centímetro de su apreciado mejor amigo.
Los minutos pasan, el silencio los sigue invadiendo. Dororo necesita su compañía, lo que hace más que obvio para Hyakkimaru que él no se moverá ni un centímetro de donde está.
Desea preguntarle qué pasó, que la tiene en ese estado tan deprimido y angustiado. Comienza a recriminarse un montón de veces internamente por no ir con ella a la fiesta de aniversario de editorial Daigo. Si la hubiera acompañado, está seguro que fuera la catástrofe que se vivió en ese evento, hubiera podido evitarlo.
Desafortunadamente, las reuniones sociales y él simplemente no se llevan bien, debido a su condición es algo que detesta con toda su alma. Por otro lado, sabía perfectamente que Dororo iba a asistir como la cita de Saburota Hisashi. No quería torturar a su corazón al verla en brazos de otro hombre, ya no era capaz de resistirlo.
"Saburota me va a escuchar esta vez. O acaso… ¿de nuevo fue culpa de Tahomaru?". Está reflexionando, aprieta su mandíbula y su sangre comienza a hervir. Solo puede dejar su enojo a un lado al sentir como Dororo se mueve un poco su regazo.
Baja su vista, ve que ella ha dejado el kit de la tristeza a un lado, al parecer por fin se cansó de comer como una maniaca. Se ha decidido a preguntarle que pasó en la fiesta de la editorial, sin embargo, Dororo se lo impide cuando le habla con un tono apagado:
— Aniki… Lo he pensado mucho y ya lo he decidido. Estoy cansada de todo esto. Estoy cansada de los hombres y sus estupideces. A partir de este día, dejaré de salir con hombres.
— ¿Dejarás de salir con hombres? —Pregunta Hyakkimaru contrariado—Eso quiere decir que… Dororo ¿a partir de ahora saldrás con mujeres? ¿Vas a intentar hacerte lesbiana?
— ¡Aniki idiota, claro que no! ¡No me refiero a eso!
Le reclama dándole un golpecito en el abdomen, acción a la que Hyakkimaru reacciona sonrojándose ante el contacto, no puede evitar parpadear confundido.
Dororo lo observa un tanto frustrada y molesta ante su ingenuidad, pero sabe perfectamente que su mejor amigo no es bueno para comprender las emociones de los demás, él lo capta todo de forma literal, por lo cual debe ser más específica.
Se aleja de él lenta y cuidadosamente. Hyakkimaru no puede dejar de mirarla con un gesto mezcla de preocupación y confusión.
Dororo toma sus manos, deja sus ojos clavados en los de su preciado amigo. Percibe los intensos latidos de su nervioso corazón en su garganta, casi incluso obstruyéndole la respiración.
Ella lo sabe perfectamente, sabe que lo que está por pedirle a Hyakkimaru es algo descabellado y completamente fuera de lugar. Pero está ya tan desesperada y lastimada que está convencida de que es la única solución a sus penurias.
— Aniki…—Comienza a decirle, pronunciando cada palabra con calma y un inmenso cuidado—Me cansé ya de mis relaciones amorosas fallidas y de no encontrar al hombre adecuado para mí. Veo que los años pasan, y siento que todo solo empora. Tengo veinticuatro años, creo que ya es demasiado tarde. Estoy cansada de esta soledad que no deja de perseguirme y burlarse de mí. Por eso tras pensarlo mucho ya me he decidido…
Quiero tener un bebé, y quiero que tú seas el padre. Por favor, Aniki… ¡ayúdame a tener un bebé!
Alto, alto, ¡alto!
Ya sé, sé lo que deben estar pensando todos ustedes ¿por qué estos dos estúpidos muchachos no se dan cuenta que están hechos el uno para el otro, y que están destinados a estar juntos amándose por siempre y para siempre jamás?
Si, sin duda Hyakkimaru Daigo y Dororo Ueno son dos idiotas ¿pero que los llevó a esta situación tan bizarra y complicada en la que están a punto de meterse?
Para comprender esto, debemos empezar desde el comienzo. Debemos remontarnos a dieciséis años atrás hasta ese día. El día en que los Daigo y los Ueno se conocieron.
