Hola chicos, espero que les agrade un poco esta historia. Tenía un poco descuidada a Ellen, aunque de hecho le hice un Fan Art.

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Ellen y el vino

(Shidou and Ellen)


Basado en la obra de Kōshi Tachibana.

Ellen y el vino

—Ya no más vino, Ellen.

En la residencia Itsuka, una discusión había comenzado. El chico que sellaba espíritus por medio de un beso se hallaba en una pelea con la maga más poderosa. Desde que Ellen fue traicionada por Wescott, vivir con los Itsuka era una comedia.

—Me odias, eso es lo que haces, odiarme—las palabras de Ellen hicieron eco en el joven, pero ella no pararía ahí—, además siempre me ignoras… ¡Nunca tienes una cita conmigo! —sus palabras parecían fuera de lugar y esto era algo que Shidou veía a simple vista.

—¡Eres mayor que yo! —exclamó Shidou—. Sí llegamos a hacer eso, te verán con malos ojos. No puedo permitirme que eso pase.

—¡Mientes! —gritó Ellen con dolor—. ¡Prefieres a las Nibecol al igual que el estúpido de Ike!

Estaba borracha. No había otra forma de explicar la condición en la que se encontraba Ellen. Debía entenderla un poco, la traición de Wescott fue mucho para ella y el no tener un lugar dónde dormir la orilló a tragarse su orgullo y buscar un auxilio en el joven al que siempre buscó asesinar.

Los sollozos de la mujer no hacían más que incomodar el ambiente. Parecía que tuvieron una discusión de pareja, pero era algo más. El hecho de que Ellen nombrara a las Nibecol dejaba muy en claro que era insegura.

Podía pedir socorro a su hermana, pero no sería útil. Ella no era un espíritu, era una maga. Fue por muchos años la mano derecha del hombre que hirió a Tohka, solo para ser desechada por las Nibecol tras sufrir una derrotada a manos de una mujer llamada Artemisa. Era triste y deprimente.

—Ellen, por favor—Shidou se recostó a lado de Ellen, retirando algunos mechones de cabello que cubrían su rostro—, no quiero que llores, pero tampoco deseo que te pierdas en la bebida.

—Soy una mujer inútil, ni siquiera soy capaz de entender que Ike jamás me amó.

—Ellen…

Shidou necesitaba una idea para cambiar el ánimo de la mujer.

Viéndola más de cerca, se dio cuenta de que los ojos amatistas de su vieja enemiga eran tan lindos como los de Tohka. Si ambas fueran similares, podría usar la comida para alejar esas tristezas que ella tiene en la cabeza. En verdad odiaba verla tan decaída en la bebida.

Justo en ese momento recordó lo que le había dicho al inicio. Ella quería una cita, pero no podían tenerlas por ciertas cuestiones. Salir fuera de los departamentos también era arriesgado ahora que ella no formaba parte de DEM, pero eso no le impediría darle al menos un buen momento.

—Ellen… ¿Quieres una cita? —Shidou posó su mano en la mejilla de Ellen, secando algunas lágrimas rebeldes que se quedaron en su rostro.

—No lo sé, Itsuka Shidou—respondió ella—, quiero saber si no me he equivocado en todo este tiempo.

Ellen entendía bien que ahora ya no pertenecía a DEM y la oportunidad que le dio Ratatoskr era una salida de todo ese odio que Ike le demostró. Sus sentimientos aún eran confusos, pero quería aprender de ellos. Lo amaba demasiado y aún faltaría mucho tiempo para sus heridas sanen en compañía de Itsuka Shidou.

—Solo sé que quiero un poco más de vino…

—Ellen…

—Está bien, t-tal vez un poco de helado estaría bien—en eso se giró para ver a otro lado evitando mostrar su sonrojo—. Y q-quiero que me trates como a los espíritus… ¡Baka!