Mala Suerte…

El enredado maleante observo enojado como aquel oficial de policía le daba la mano al conocido héroe Spider-Man. Aunque estuvo muy confuso cuando los policías solo tomaron a su demás compañeros y se fueron, dejándolo a él solo con el vigilante de rojo y azul.

— ¿Qué? No había espacio en la patrulla para mí. —gruño el ladrón con ira, removiéndose en sus ataduras.

—Lo siento mucho, viejo. Es que me dio hambre, aunque para mi mala suerte el poli solo te dejo a ti. Pero tendrás que bastar. —hablo el arácnido acercándose y levantando su máscara a mitad de su rostro.

El malhechor se mostró confundido con aquellas palabras, pero la comprensión y el horror llegaron a él, cuando observo como los dientes del vigilante crecían y afilaban.