Disclaimer: Los personajes no son míos, pertenecen a Riichiro Inagaki & Boichi, al igual que cualquier referencia al manga.


CAPITULO 1

Un nuevo empleo

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Cuando su jefe tiro los papeles en su rostro y había proferido en voz alta que era una inútil. Kohaku entendió que la vida era como una sentencia, en la cual no siempre se salía victorioso. No había opciones ni salidas, tampoco existían las segundas oportunidades. En ocasiones solo quedaba la resignación absoluta de la persona ante su trágico destino.

Y es que parte de su camino se había visto siempre entorpecido por piedras, las cuales cada vez eran más grandes, impidiendo de esta manera que avanzara hacia sus objetivos.

Respiro profundo y miro con una mueca la caja con sus pertenencias, menuda mierda en la que estaba envuelta ahora. Aguantando un sollozo, comenzó a caminar por las calles de la ciudad en dirección a su casa. Pensaba en todo un mundo de posibilidades, pero todo recaía en que seguía siendo una buena para nada, sin estudios o conocimientos de algún tipo que pudieran ayudarle a conseguir un empleo con mayor facilidad.

Era casi un milagro que hubiera mantenido su empleo anterior por tanto tiempo, y en parte se debía a que Ruri siempre estuvo ahí para apoyarla.

Pero ella ya no estaba.

Y ahora se encontraba sola y a la deriva.

—¿Por qué tenías que marcharte en un momento como este? — su vista se dirigió al cielo sobre ella, sin importarle que la gente que pasaba a su alrededor la mirara con confusión —. No sé cómo estar sola…hermana.

Cerro sus ojos, en una forma de menguar aquel dolor, que estaba por desgarrarle el pecho. Las emociones volviéndose cada vez más intensas y desgastantes. Ya no quería llorar, pero parecía casi inevitable detener las lágrimas una vez que estas comenzaban a salir. Ruri era la única que podía guiar su camino, jamás habían estado separadas, y es que desde siempre fueron las hermanas más unidas. Pero aquella terrible enfermedad termino por arrebatarle a la única persona que más amaba en su vida.

La partida de Ruri había dejado demasiadas heridas en todos su conocidos, amigos y familia.

Kohaku se sintió vacía durante meses. Acostumbrada a escuchar a su hermana todas las mañanas y noches, los días dentro de su hogar comenzaron a volverse un infierno cuando el silencio se adueñó de aquellas paredes. No lo soportaba, lo odiaba. Sin embargo, tendría que aprender a vivir con el dolor de su ausencia por un tiempo.

—Al menor ya no tendré que ver la estúpida cara de Homura todos los días— musitó con tranquilidad recordando los malos momentos que la chica le había hecho pasar día tras día —Pero ahora…¿de qué viviré?

Sino encontraba un empleo pronto se vería en la necesidad de abandonar su casa. No podía permitirlo, todos sus recuerdos estaban en aquella casa celeste, con una cerca color blanco y grandes arboles de durazno. Incluso aquel columpio improvisado de su padre seguía colocado en el mismo lugar. Eran tantas las cosas que deseaba mantener intactas, que la sola idea de perderlo también terminaría por destruirla.

Se pego al costado de la acera siguiendo su camino, el frio apenas comenzaba y el ligero viento del día estaba entumeciendo sus dedos descubiertos. Las hojas de los árboles ya comenzaban a adquirir ese característico tono anaranjado y el calor del verano comenzó a desvanecerse hacia ya un tiempo. El invierno estaba cada vez más cerca, y parte de ella deseaba que jamás llegara.

Esa época le había arrebatado a su hermana.

Camino por un tiempo más hasta que logro divisar su calle a lo lejos. Kohaku detallo nuevamente su casa como cada día, esperando que alguien la recibiera después de un día tan duro como había sido ese. Pero nadie saldría por aquella puerta, ya no. Suspiro con cansancio y abrió la pequeña puerta de la cerca.

Kohaku sacudió la cabeza en un intento por deshacerse de aquel pesado sentimiento que comenzaba a formarse dentro suyo, pero no podría detenerlo por más tiempo. Dejo la caja a un lado de la entrada, sabiendo que desharía de todo más tarde. Tomo una bocanada de aire mientras dejaba salir toda la frustración en un grito ensordecedor.

Cayo de rodillas en aquel angosto pasillo de la entrada. Sus manos temblaban y gruesas lagrimas comenzaron a bajar por sus mejillas, sentía una presión en el pecho que no tenía intención de desaparecer. Queriendo que su hermana estuviera ahí. Kohaku estaba sola, y aquello dolía aún más, sus sollozos continuaron sin una señal de que fueran a detenerse pronto.

—¡¿Por qué me dejaste?! — grito al silencio de aquel lugar— ¡No estaba lista! ¡Te necesito hermana! — sus puños golpearon la madera debajo de ella, golpeo hasta sentir como sus nudillos comenzaban a sangrar y sus lágrimas caían mezclándose con la sangre en el suelo— ¡No puedo hacer esto sola! No puedo… mi vida siempre ha sido una mierda…lo único bueno que tenía…ya no está…ya…no está…

Los ojos de Ruri siempre fueron cálidos, mirándola con preocupación y afecto cada vez que algo malo pasaba. Su voz suave y aterciopelada que solía aconsejarle cuando era víctima de sus malas decisiones. La había cuidado durante demasiado tiempo, siempre siendo propensa a las enfermedades. Pero Ruri jamás se dio por vencida, vivió en completa armonía hasta su final. Y es que para Kohaku, lo más importante en su vida siempre seria su hermana mayor.

Quizá lo peor fue comprender que ya nada sería igual, estaba tan harta de todo, de las miradas de compasión que sus compañeros y amigos. No soportaba las miradas desilusionadas de su padre, ni las preguntas insistentes de todos aquellos que pensaban que ella terminaría sin un rumbo fijo. Pero odiaba más admitir que ellos estaban en lo correcto.

Cuando sus sollozos se calmaron pudo ponerse de pie y caminar hasta su habitación, quería tomar una ducha y dormir durante todo el día. Al menos aquello le daría un poco de tranquilidad en lo que restaba del día.

Solo que nada de eso fue posible cuando escucho unos golpes en su puerta.

Quiso ignorarlos pero estos continuaron de manera insistente.

Soltando un suspiro de mero agotamiento decidió atender al llamado. Con lentitud abrió la puerta, revelando el rostro agotado de Chrome.

—Chrome…— comenzó pero este no la dejo terminar.

—Supe lo de la oficina— se apresuró a decir mientras entraba en la casa—. Tu jefe era un verdadero idiota y…— Chrome se detuvo a mitad de la oración cuando su mirada choco con la suya, quizá fue el mal momento en que el decidió visitarla o el hecho de que sus ojos estaba excesivamente hinchados debido al llanto. Cualquiera de las dos cosas puso en alerta al castaño— ¿Qué sucede Kohaku?

Kohaku solo estaba allí, viéndolo con una expresión vacía. Aquello solo ponía aún más nervioso al castaño.

—Puedes contarme lo que sea Kohaku…sabes que estoy aquí para ti— aseguró, tomando a la rubia entre sus brazos, dejando que recargara su cabeza en su pecho y dejara salir nuevamente aquel llanto desgarrador—. También me duele su partida Kohaku, pero jamás estarás sola en este dolor.

Estando en la misma posición durante varios minutos, Kohaku dejo escapar una temblorosa exhalación, dejando por fin libre al castaño. Chrome también tenía algunas lágrimas en sus ojos. Ambos siendo víctimas de aquel dolor que causaba la partida de un ser amado.

—Tengo una propuesta para ti…si es que te interesa— Chrome la tomo de la mano, mientras caminaba hacia el sofá de color blanco de su pequeño recibidor—. Se trata de un nuevo empleo para ti y creo que estará perfecto.

—¿Un empleo? — preguntó confundida.

Chrome asintió entusiasmado.

—Se trata de un amigo— explicó con suavidad—. Trabajamos durante un tiempo juntos en el laboratorio, es una de las mentes más brillantes del mundo y es idolatrado por muchos. Es considerado el científico del siglo.

Kohaku se sintió confundida. ¿En que podría ayudar ella si no tenía ni la más mínima idea de lo que conllevaba la ciencia?

—¿En qué parte entro yo?

—Necesita de alguien que lo cuide— soltó bajito con algo de indecisión. Kohaku se preguntaba qué era lo que realmente pasaba con aquel hombre—. Su nombre es Ishigami Senku, hace un año hubo un terrible accidente y desde entonces tuvo secuelas en su cuerpo, lo que ocasiono una debilidad en sus piernas. Esta en recuperación y no dudo que este ideando algo para recuperar la movilidad de una manera más rápida.

—¿Entonces porque necesita de alguien más?

—Necesita ayuda con sus experimentos— Chrome se encogió de hombros—. Me pregunto si conocía a alguien que pudiera llevar a cabo tareas exhaustivas y además creo que sería una oportunidad muy grande para ti…Senku está dispuesto a pagar una gran cantidad de dinero porque le ayuden algunas horas a la semana.

—Chrome…

—Vamos Kohaku, acepta— insistió el castaño con una pequeña sonrisa—. Sabes que necesitas salir de estas paredes…es tu casa y también era la de ella. Pero creo que Ruri no quería ver cómo te autodestruyes a ti misma— tomo su mano y le dio un ligero apretón —. También la extraño como no tienes una idea, me es difícil saber que ella simplemente ya no está a nuestro lado y que jamás recibiré de nuevo una llamada por parte de ella dándome ánimos cuando comenzaba un proyecto nuevo… lucho con el dolor de su ausencia, y no quisiera perderte a ti también…

Con aquella verdad no pretendía negárselo directamente en su cara. Sus palabras tenían algo de razón en ellas y no tenía el valor de hacerle creer que se encontraba bien. Chrome podía leerla como un libro abierto.

Se quedo en silencio durante algunos minutos mientras su mente trabajaba con la propuesta de Chrome. Pronto tuvo su decisión.

—Acepto.

Chrome la miro sorprendida y después de mucho tiempo, una pequeña sonrisa se asomó por los labios de Kohaku.

—Me encantaría tomar el trabajo.

—Sabía que lo harías…gorila.


Hello~~

Vengo aquí con una historia mas, la cual tengo pensado que sea un long fic. Esto me estaba matando mientras que lo escribía. Quería una historia con un toque un poquito mas trágico. Así que esta idea salió un día de la nada y pensé en compartirla con todos ustedes.

Se preguntaran ¿La chica de las acuarelas para cuando?

Para este fin de semana.

Tuve semanas muy difíciles en el trabajo y siento que me drena de vida. Pero también tenia que actualizar novelas en la plataforma naranja.

Es capitulo podrán disfrutarlo este fin de semana. Quisiera poner un calendario de actualización pero sinceramente no me quiero comprometer y luego fallarles.

Espero puedan darle su amor y cariño a esta historia así como a las demás.

Hasta luego~~