One-Shot

"Si Yo No Lo Hubiera Hecho"


Torre de astronomía

Hogwarts Colegio de magia y hechicería

Inicios de Septiembre de 1999

En lo más alto y alejado de la torre de astronomía se encontraba un joven rubio sentado y mirando el paisaje, perdido en sus pensamientos. La guerra por fin había finalizado el año pasado, apenas este año Hogwarts retomaba sus actividades académicas con normalidad. Desde luego, todos los pertenecientes a la generación de Harry Potter que habían perdido su último año escolar a causa del alboroto de Lord Voldemort fueron invitados a venir nuevamente para recuperar sus estudios de séptimo año. Solamente tenían dos días desde que habían arribado al colegio todos los alumnos.

Sus amigos, su novia y él habían sobrevivido a la guerra. Incluso San Potter había logrado alzarse con la victoria para el bando de la luz. Obviamente, a pesar de haber pertenecido el rubio al bando oscuro no todo estaba perdido, después de todo el fungió como espía para la orden del fénix. Todo gracias a su novia Hermione Granger, con la cual llevaba saliendo desde inicio de 5 año. Hasta el momento todo debería marchar mejor para el joven heredero Malfoy, pero no todo era perfecto en esta vida.

Su padre hasta el momento se empeñaba en hacerle la vida imposible. De alguna manera se había enterado de la relación secreta que mantenía con la princesa de gryffindor y como ya esperaba él no había aceptado a la chica en su familia. Cuando terminó la guerra, Draco tenía la ligera esperanza de que su progenitor fuera a cambiar sus ideales en cuestiones de la sangre por todo lo vivido, pero esa esperanza se había ido al caño.

Ahora lo amenazaba con desheredarlo y al mismo tiempo le privaba de la compañía de su adorada madre. La condición era romper con Hermione y aceptar que su padre le buscara esposa. Quería mandar todo a la mierda y ser feliz con su adorada castaña, pero no tenía el suficiente valor, además de que no quería que volvieran a alejar a su madre de su lado. Por otro lado, existía una amenaza implícita en la seguridad de Hermione. Sabía que si no aceptaba romper su relación con ella, Lucius Malfoy buscaría la forma de deshacerse de la chica dorada.

Suspiró resignado y se incorporó de su asiento derrotado. Lo había decidido, sacrificaría de nuevo su felicidad por el bien de su familia. En ese momento irá a la torre de premios anuales y terminaría su relación amorosa con Hermione Granger. Solo bastó dar un paso de su posición inicial para que una luz brillante lo cegara parcialmente.

Cuando finalmente la luz se disipó, pudo apreciar que frente a él se encontraba una persona con una gran túnica de color negro. Su cabeza estaba cubierta por la capucha de la túnica y al parecer tenía una especie de encantamiento que le impedía ver la cara de aquella persona. Rápidamente al realizarle una análisis, Draco llegó a la conclusión de que se trataba de un hombre, debido a que su altura era ligeramente mayor a la de él y su musculatura concordaba con la del sexo masculino.

— Por Merlín, ¿Qué carajos acaba de suceder?— Habló levemente sorprendido el rubio mirando con desconfianza a la persona encapuchada.

— ¿Qué clase de modales son esos niñato? — Contestó de mala gana la persona misteriosa.

— ¿Cómo se supone que debería comportarme cuando una figura desconocida aparece ante mí después de dejarme ciego con aquel brillo? — Respondió dramáticamente el rubio. Con satisfacción alcanzó a escuchar como la figura suspiraba con resignación.

— No puedo decirte quien soy. Además no estás ciego, deja de exagerar. — gruñó en respuesta aquella persona.

— ¿No quieres o no debes? — Preguntó astutamente el rubio platinado alzando una ceja.

— Los dos, efectivamente. En realidad eres tan impertinente como te recordaba. — Dijo socarrón el hombre capucha. Draco solo bufo molesto. — Puedes decirme Sombra, creo que es lo más apropiado. — Añadió con tranquilidad.

— ¿A qué se debe el honor de tu presencia? ¿Nos conocemos? — Cuestionó curioso Malfoy. Aquel hombre había mencionado que lo recordaba, pero ¿De dónde?.

— Tengo una misión que depende de tu futuro y de tus seres más cercanos. — Contestó con superioridad la sombra. Draco seguía mirándole imperturbable. — Vengo a mostrarte las consecuencias de tu decisión de terminar tu relación con Hermione Granger. — Explicó seriamente.

Draco alzó sus cejas sorprendido.

— ¿Conoces a Granger? Es más, ¿Qué tanto conoces de mi? — Preguntó sorprendido el joven Slytherin. — ¿Acaso estoy soñando? ¿Cuáles consecuencias?

— Te conozco demasiado, pero no puedo decirte quien soy serpiente testaruda. Deja de hacer tantas preguntas. — Respondió fastidiado el hombre sombra.

— Se ve que no eres muy amigable. — Dijo el rubio arrastrando las palabras.

— Tu tampoco. — Contestó de igual forma el misterioso. — Será mejor irnos. Y no hagas preguntas. — Dijo la sombra mientras tomaba fuertemente del brazo al rubio.

— ¡Oye suéltame! —

Fue así como de repente, Draco sintió un fuerte tirón en su estómago. Era una sensación similar a la que producían los trasladores, solamente que aquí podía distinguir que mientras tenía esa sensación a su alrededor todo era de un brillante color blanco. No podía distinguir absolutamente nada, más que el toque de su acompañante.


Malfoy Manor

Salon principal

2005

Draco y Astoria Malfoy

La sensación que Draco había experimentado parecida al traslador, ya no estaba. Ahora se encontraba junto al hombre sombra en una esquina del salón principal de Malfoy Manor. Frente a ellos se encontraba un Lucius Malfoy sentado en un sillón leyendo su periódico despreocupadamente. Frente a él estaba su madre y una Astoria adulta. Las dos brujas se veían molestas a simple vista. Draco inmediatamente miró a la sombra escéptico.

— ¿Entonces esto es el futuro? — Cuestiono demandante el rubio a su acompañante.

— Si, seis años en el futuro. Cállate y sigue viendo. Ellos no pueden vernos. — Contestó con seriedad sin mirar a Draco.

El rubio platinado decidió prestar atención a la escena que se presentaba frente él. Al parecer su madre y Astoria se encontraban en una disputa acalorada.

— Todo esto es tu culpa, jamás debí haber permitido que te casaras con mi hijo. — Dijo Narcissa Malfoy regalandole una mirada helada a la joven castaña. Claramente se veía el odio en sus ojos azules.

Draco arqueó sus cejas sorprendido, pero no dijo nada al respecto.

— No tengo la culpa de nada. Si alguien es responsable es la estúpida de la sangre sucia amargada solterona y del cobarde de tu hijo. — Contestó burlonamente Astoria. — Después de todo, era la mejor opción para Draco. No todos los días se puede conseguir una bruja de mis cualidades. — Añadió sonriendo con superioridad.

Draco solamente en ese momento fue capaz de pensar en desorden. ¿Había llamado solterona amargada a Hermione?. ¿Qué le había sucedido a Tory? Ella no era aquella joven amiga de la infancia que era tan dulce como las plumas de azúcar.

— No te atrevas a insultar la memoria de mi hijo. — Hablo Cissy con advertencia. — Tienes razón, no todos los días se puede ver una bruja de tus "cualidades". — dijo petulante mientras sonreía de lado mirándola de abajo para arriba. — Ahora entiendo porque él te llamaba Astrozorra.

— No voy a permitir que me insultes Narcissa. — Contestó de mala manera la bruja castaña, fulminando a la otra con la mirada. — No tienes derecho, no fuiste lo suficientemente buena como la señora Malfoy. Pariste un heredero débil, esteril e inepto.

El rubio platinado sí que estaba viendo algo irreal. ¿Por qué le odiaba tanto Astoria? ¿Cómo se atrevía a insultar a su madre de esa forma?. ¿Acaso le había dicho estéril?

— Él era maravilloso, por tu culpa pasó todo. Además, no fueron capaces de concebir un heredero debido al alto porcentaje de endogamia. Lo sabes perfectamente. — siseó tratando de guardar la compostura la menor de las Black.

— Era un débil e inútil que nio siquiera fue capaz de embarazarme, además no supo ser feliz sin su asquerosa sangre sucia. Era un estúpido, que no encontró mejor escape que suicidarse el cobarde. Cómo él no fue capaz de tomar el control, ahora yo soy la cabeza de esta familia, quieras o no querida suegra. — Contestó sacando todo su veneno de víbora la Greengrass, sonriendo triunfante.

— ¡ Es todo, me voy! No puedo seguir escuchando a esta perra. — Gritó encolerizada la bruja mayor, pero antes de salir le dedicó unas palabras a su esposo. — Debes estar muy orgulloso de lo que hiciste. Siempre puros, ¿No es así? — Dijo fríamente la señora Malfoy mirando de la peor manera a su esposo antes de salir del salón. Su esposo ni siquiera se inmutó.

Rápidamente la escena frente a los ojos de Draco se desvaneció. Ahora el hombre sombra y él se encontraban en una estancia de color blanco pulcro. El príncipe de Slytherin estaba mudo de la impresión. Toda la información que había recibido había sido demasiado para digerir.

— Yo me suicide, pero ¿Por qué fue la verdadera razón? Dudo mucho que haya sido porque no pude tener un hijo. — Preguntó en un tono muy bajo el rubio platinado.

— Estate atento a lo que voy a explicar. — Contestó el hombre encapuchado. — Todo comenzó cuando terminaste a Hermione Granger. Lucius estaba siendo manipulado por Garret Greengrass, para casar a alguna de sus hijas contigo. Ellos obtendrían la fortuna Malfoy, mientras que tu familia volvería a tener el renombre de los sagrados veintiocho que se había esfumado por su participación en la Guerra. Inmediatamente, tu padre te comprometió en matrimonio con Astoria Greengrass. Tu no le amabas, está más que obvio que nunca fue así, por lo tanto no fuiste nunca feliz y decidiste acabar con tu vida. — Explicó seriamente.

— Entiendo esa parte, pero ¿Por qué Astoria se volvió tan perra? No lo entiendo, se supone que Tory es una persona amable, bondadosa y pura. Ni siquiera era partidaria de la supremacía de sangre. — Preguntó desesperado el de ojos plata. — ¡Es tan buena que a veces me cuesta creer que no sea una Hufflepuff! — Añadió incrédulo el chico pasando las manos por su cabello con desesperación.

— Antes de casarse contigo, a Astoria se le negó el permiso para casarse con cierta persona (que no puedo decirte quien es por el momento). A partir de ahí, su padre le empezó a meter ideas basura en su mente. Le habló sobre los beneficios de convertirse en la señora Malfoy. De todo el poder, riqueza y reconocimiento que podría obtener si sabía jugar bien sus cartas en el juego. En ocasiones ella se negaba y resistía a ser partícipe. Ya sabrás como terminaba la situación, un poco de tortura ahí, por haya. Poco a poco contaminó su alma, aprovechándose del corazón dolido de su hija. El colmo para ella fue que nunca fuiste capaz de aceptarla como tú esposa, debido a que tú seguías amando profundamente a Hermione Granger, eso le dolió mucho a tu amiga y no supo lidiar con la situación. El punto final de la desgracia fue que nunca pudieron tener un hijo. La pequeña Tory que conociste ya no existe en este futuro, ahora es aquella bruja en toda la extensión de la palabra. —

Joder, que futuro tan sombrío le esperaba a la familia Malfoy y a su amiga. Nuevamente había perdido su felicidad gracias a su padre. Aunque también era culpa del patán del padre de Astoria. Por culpa de ese par, Astoria y él se terminarian odiando hasta la muerte. Por otro lado, se imaginó la sensación de vacío provocada por la ausencia de su amada leona. Era obvio que no podía vivir sin ella, pero no debía ser egoísta, quizás ella sí había logrado encontrar felicidad en otra parte.

— Estás muy silencioso después de la gran explicación que te ofrecí. — Habló con curiosidad la sombra, esperando alguna reacción del joven rubio que se encontraba inmovil a su lado.

— ¿Qué pasó con Hermione? — Preguntó con voz estrangulada el sangre pura.

Tenía miedo. Quizás algo realmente grave le había sucedido a la leona debido a su causa. Estaba muy preocupado ante la idea de que quizás ella también estuviera muerta.

— En serio después de todo lo que te dije sobre tu familia, ¿Solo vas a preguntarme por ella? — Contestó con frustración el hombre.

— Es una de las personas más importantes para mí. — Contestó con sencillez, pero sin flaquear Malfoy.

— Bien, sujétate de mi brazo y no te sueltes. Te llevaré a verla. — Suspiró cansado el hombre túnica.

Otro tirón y luz cegadora los envolvió a los dos.


Hogwarts Colegio de magia y hechicería.

Salon de transformaciones

2005

Hermione Granger

Ahora el lugar que le daba bienvenida al par de hombres era el salón de clases de transformaciones. Ellos se encontraban hasta el final del lugar. Frente a ellos se encontraban varios chicos sentados en las mesas del lugar chucheando entre ellos, esperando seguramente a que iniciara su clase.

— ¿Hogwarts? ¿Seguro que no te has equivocado? Pensé que iríamos al ministerio, su casa o algo así. — Preguntó Draco desconfiado observando cauteloso el lugar.

El rubio sentía que ese no era el lugar correcto para encontrar a la gryffindor, ya que él sabía que el sueño de Hermione era convertirse en abogada. Entonces intuía que ella debía estar trabajando para el ministerio y no en Hogwarts.

— Solo cállate y observa. Ahí viene. — Contestó con simpleza el hombre junto a él.

De un momento a otro, la puerta principal se abrió con un fuerte golpe. Los estudiantes ni se inmutaron ante el sonido, parecían acostumbrados a aquello. Draco pudo ver cómo dentro del aula entraba una Hermione Granger adulta. Sus ojos grises casi se le salen de la cuencas de tanto abrirlos de la impresión.

Hermione Granger se encontraba mirando con fastidio a la clase frente a ella. Draco inmediatamente se dió cuenta de los cambios en la chica dorada. Vestía una aburrida túnica holgada de color gris Oxford. Sin gracia ni alegría. Su cabello se encontraba largo e indomable, al parecer era mucho más rebelde y desordenado en comparación al del presente. Este no tenía brillo. Lo más alarmante de todo era sus ojos, aquellos parecidos a la miel dorada. Ya no brillaban con la intensidad del pasado, al contrario se encontraban opacos y sin vida. Draco no podía aceptar que aquella persona era su amada novia, ella no era una copia barata de Su tía bellatrix.

— Quiero un ensayo de 60 cm de pergamino, de la página 630 a la 650. Sobre la transmutación de ratones. — Explicó desganada y fastidiada la joven castaña, mientras se sentaba en su escritorio. — El que no termine en una hora, lo convierto en un jodido ratón como demostración para la clase. Así que será mejor que se apuren. — Canturreo burlona mirando al alumnado con una sonrisa ladeada amenazante.

Rápidamente sus alumnos sacaron frenéticos los pergaminos, plumas y libro para empezar el deber titánico. Desde luego nadie quería ser un ratón, mucho menos estar a disposición de la profesora Granger. Una vez que la joven maestra comprobó que sus estudiantes se encontraban trabajando se dispuso a leer un libro de su escritorio con tranquilidad, aunque su labor fue interrumpida por un leve murmullo al aire.

— Frigida solterona… — Con habilidad alzó su mirada e identificó al granuja autor de tan bonitas palabras. Alzó su varita sin chistar contra el joven sentado en segunda fila.

— Hey, tu. Transform mus dente. — Mencionó con elegancia la profesora Granger mientras de su varita salió un destello. Con rapidez el estudiante se esfumó para convertirse en un pequeño ratón denton que se encontraba en la mesa de su respectivo lugar. Granger se acercó y lo tomó con su mano. — Ya tenemos el primer ratoncito para jugar clase. ¿Alguien más se ofrece voluntario? — añadió en tono dulzón y amenazante la joven profesora mirando retadoramente a la clase.

Sus estudiantes se veían pasmados al igual que Draco. Cálculo que aquellos chicos no tendrían más de 14 años.

— Bien, pónganse a trabajar bola de holgazanes. — Dijo Hermione seriamente mientras aprisionaba al estudiante ratón en un frasco de vidrio en su escritorio.

— Hermione… — Susurró Draco estupefacto sin querer creer en lo que de había convertido la ya no tan dorada chica de oro.

— Creo que ya es suficiente. — Dijo el hombre sombra tomando al rubio del brazo.

Nuevamente el destello los envolvió para después transportarse a la sala blanca inmaculada.

— Yo no entiendo porque ella terminó siendo así. Se supone que ella era pura luz, no una chiflada despechada. — Comentó estupefacto el rubio platinado, a simple vista su rostro se veía consternado.

— Cuando terminaste con ella, intento tratar de olvidarte y seguir adelante. Ronald Weasley aprovechó la situación para intentar algo con su amiga, creyó ilusamente que así olvidaría el rechazo reciente que había sufrido a manos de una bruja sangre pura, pero lamentablemente la gryffindor le rechazó por qué te seguía amando. Debido a su sentimiento de inferioridad del hijo menor de los Weasley, no tomó nada bien el rechazo este nuevo rechazo. Corrió la voz que Hermione al haber salido contigo era una follamortigos y su amistad se rompió... — Explicó seriamente el encapuchado, antes de que la serpiente le interrumpiera.

— Debes estar bromeando, eso no explica porque ella terminó soltera. Dudo mucho que la comadreja haya sido el único pretendiente que tenía Hermione. — Respondió escéptico Draco Malfoy.

— Si me dejas terminar de explicar te lo agradecería. — Contestó grosero la figura masculina. Draco solamente le fulminó con la mirada y guardó silencio. — La comadreja no fue él único que estuvo interesado en ella. Después de un tiempo, Victor Krum intentó conquistar su corazón, pero al parecer Hermione había creado una coraza de hierro en él. Incluso Anthony Goldstein lo intento, pero fracaso estrepitoso. Fue así como los hombres poco a poco huían de la malhumorada de Granger y se fue quedando sola.

— ¿Qué hay de los demás Weasley? No sé suponía que eran su segunda familia. — Preguntó nuevamente Malfoy.

— Como sabrás la muerte de Fred y Percy Weasley daño a la familia. Después de tres años Arthur murió debido a un infarto ocasionado por la angustia que le producía la conducta y actitud de libertinaje y excesos de Ronald y Ginevra. Molly se quedó sola en la Madriguera. Billy y Charlie se fueron del país a hacer sus vidas aparte, se quisieron llevar a la matriarca con ellos, pero ella rechazó la idea ya que debía cuidar a sus hijos más pequeños. Por su parte George tenía sus propios problemas. En resumen, la familia Weasley no podía ayudar a Hermione, ya que tenía que primero lidiar con sus propios demonios. — Explicó tranquilamente el hombre sombra.

— ¿Qué hay de San Potter y Weasylette? No creo que se haya quedado totalmente sola, se supone que ella es una especie de hermana menor para él. — Preguntó esperanzado el de ojos grises.

— Tienes que verlo por ti mismo para entender porqué Harry Potter y Ginevra Potter no forman parte de la vida de Granger. — Dijo a secas el encapuchado tomando a Draco por el brazo para transportarse a otro lugar.

— Espera, yo no quiero ver a esos. ¡Ni siquiera me interesan! — Dijo Malfoy oponiendo resistencia, aunque fue inútil ya que sintió de inmediato aquel tirón que indicaba que se estaban yendo.


Grimmauld place.

Sala

2005

Harry y Ginevra Potter

El nuevo escenario que se ofrecía ante los ojos de Draco era la sala de estar de la antigua casa de la familia Black. Era del conocimiento del rubio que esa propiedad ahora le pertenecía a Potter. En uno de los sillones orejeros se encontraba el anterior mencionado mucho más adulto, mirando un álbum de fotos. Al acercarse el de ojos plata más al elegido, pudo apreciar que eran fotografías de sus tiempos en Hogwarts. En la mayoría pudo ver la presencia de Hermione Granger.

Con cierta curiosidad, la serpiente miró el rostro del león. Este se podía distinguir la añoranza mezclada con la melancolía en sus facciones.

Del otro lado de la sala leyendo un número de la revista corazón de bruja se encontraba al parecer la señora Potter. Ginevra al parecer ya no vestía de aquella manera tan sencilla con la que su familia la había acostumbrado, ahora estaba ataviada con un exquisito vestido casual color rosa pastel, a simple vista lucía muy costoso. Y no era lo único, ya que se veía que la comadreja menor se cuidaba mucho las uñas y el cabello.

— Bien dicen que el dinero no compra el buen gusto. — Murmuró Draco hastiado por la apariencia de la fémina. — Sé que el rojo y el rosa se pueden combinar de alguna manera al vestir, pero Weasylette se ha equivocado.

Draco Malfoy tenía pensado seguir analizando la situación frente a él, pero la voz de Ginny le interrumpió en su cometido.

— ¿A dónde se ha ido aquel hombre que era el elegido? — Preguntó Ginny mirando fastidiada al pelinegro.

— ¿A qué te refieres Ginny? — Preguntó Harry Potter para después dejar ir un suspiro cansado.

— Se supone que eres el héroe del mundo mágico. Es para que salgamos a divertirnos, estemos en fiestas y eventos. Y ¿Qué es lo que hace el niño que vivió en su lugar? ¡Se queda como idiota embobado mirando con añoranza la foto de aquella solterona follamortigos! — Contestó enfurecida la pelirroja, aventando la revista al suelo. Malfoy pudo percibir un toque de celos en la actitud de la chica.

— Era nuestra amiga Ginny. Ella no tuvo la culpa de que Malfoy le abandonara, solo estaba enamorada. Debimos ayudarle a sobrellevarlo. — Respondió el de ojos esmeraldas con tranquilidad. — Si tan solo me dejaras verla, tal vez podría…

— ¡Ni siquiera lo pienses! Sólo estás buscando la excusa perfecta para abandonarme e irte con esa. — Gritó colérica la pelirroja, mientras se levantaba enfurecida del sillón.

— Ya ni siquiera te reconozco Ginny… — Mencionó decepcionado el azabache.

En ocasiones como esa pensaba que divorciarse de su esposa era lo mejor para él, pero no se atrevía ya que Harry Potter tenía miedo de quedarse solo como Hermione. No se sentía capaz de volver a encontrar el amor. Además, su sueño del azabache siempre había sido el de formar una familia y tener un hogar que le fue negado en su niñez a falta de sus padres. Sin Ginny, nunca podría cumplir con ese sueño.

— Así que el salvador del mundo mágico se ha vuelto un cobarde. ¿Dónde quedó el estúpido valor de gryffindor? — Pensó con desagrado el príncipe de las serpientes, haciendo una mueca de disgusto.

Era evidente que Ginny ya no amaba a Harry. Con el paso de los años, el azabache se volvió muy hogareño y tranquilo. Aburrido, según la pelirroja. Ella le daba que merecía a alguien con quien disfrutar de los placeres de la vida, que fuera alguien aventurero y espontáneo. Que supiera sacarle provecho a su fama. Al menos tenía algo de ventaja ser la esposa de Harry Potter. Podía tener todo el dinero que quisiera, comprarse lo que ella quisiera y ser reconocida en el mundo mágico.

— Afortunadamente Astoria y Daphne me abrieron los ojos sobre tus intenciones. Yo soy demasiado para ser reemplazada con aquella sangre sucia, y si te atreves a hacerlo, ya sabes las consecuencias. — Dijo altanera la mujer mirando con fiereza al héroe de guerra. — Ahora si me disculpas, iré a comer al restaurante donde la pobretona de Parkinson trabaja. — añadió dándose la vuelta y saliendo de la casa dando un portazo.

Fue así como Draco Malfoy y la sombra se retiraron de Grimmauld place regresando a la estancia blanca.

— Por Salazar. Que esposa tan amable consiguió San Potter. — Silbó impresionado Draco, rápidamente su rostro se tornó serio. — Entonces el inútil tiene prohibido ver y ayudar a Hermione. ¡Vaya amigo resultó! Herms dando todo por él en la guerra y ese pelmazo a la primera oportunidad de ayudarla se rinde. — Siseó enojado el príncipe de Slytherin.

— No es tan sencillo como parece. El señor Potter está amenazado con su esposa de hacerle daño a Granger si en algún momento decide ir a verla. Aunque no lo parezca Ginevra Potter se hizo de varias influencias. — Contestó la sombra indiferente.

— Hay algo que no entiendo de todo esto. ¿Que tiene que ver Astoria y Daphne en esta historia? — Preguntó confundido el joven Malfoy.

— Astoria en venganza en contra de Hermione se hizo la mejor amiga de Ginevra. Le metió muchas ideas en su cabeza hueca sobre que Potter siempre había estado enamorado de Granger y en cualquier momento él dejaría a la comadreja menor para irse con ella. Fue así como poco a poco hicieron que la actitud de la pelirroja cambiará y se volviera la típica sangre pura caprichosa y berrinchuda que viste. Daphne solamente ayudó un poco a la situación. — Explicó detenidamente el encapuchado.

— ¡Maldito sea Greengrass! Puso de cabeza la vida de todos. — Dijo irritado el rubio platinado.

— En efecto, es una amenaza en potencia. Y eso que no has visto todas las consecuencias que provocó el hombre. — Dijo en común acuerdo el hombre misterioso.

— Weasylette mencionó a Pansy. ¿Por qué le llama pobretona y que tiene que ver ella en todo esto? — Preguntó desesperado el de ojos grises.

En verdad estaba preocupado. Para él existían muy pocas cosas importantes en su vida. Entre ellas figuraban sus amigos. Escuchar la forma en que la comadreja denigró a su amiga le hizo estar alerta de ella.

— Justamente es nuestra siguiente parada en esta historia. Ya lo verás. — Comentó el misterioso, tomando a Draco nuevamente por el brazo para desaparecer con el brillo de la habitación.


Callejón diagon

Restaurante Le millón

2005

Pansy Parkinson

En un bonito restaurante llamado Le millón, se podían encontrar exquisitos platillos, tanto para un buen desayuno, comida o refrigerio. En una de las mesas de la terraza se encontraba sentada Ginevra Potter y Daphne Greengrass platicando mientras esperaban su orden.

En la mesa de frente sin ser detectados y percibidos por ninguna persona, sentados estaban Draco y el hombre sombra.

El príncipe de slytherin alcanzó a divisar que entrando a la terraza venía una joven hermosa de cabello azabache e hipnóticos ojos verdes, que hubiera considerado muy encantadores de no ser porque tenía uno de ellos con un gran cardenal. Al parecer la joven trabajaba de mesera del lugar, debido al modesto, pero elegante uniforme que portaba. Rápidamente el rubio se dio cuenta que se trataba Pansy Parkinson.

— ¿Quien le hizo eso a Pans? Cuando me enteré quien fue del responsable, no vivirá para contarlo. — Dijo Draco Malfoy hablando fría y amenazadoramente al aire.

Aunque nunca lo demostraba en público, Pansy era como su hermana pequeña. En ocasiones podía ser una pequeña granuja y odiosa bruja, pero era su mejor amiga. Jamás dejaría que alguien le hiciera daño.

— Calla sigue observando. Niñato, eres odioso. Se supone que deberías tener paciencia. — Contestó grosero la sombra cruzando sus brazos.

— Oh, claro. Lamento no ser tan paciente en esto. ¿Sabes algo? Es muy sencillo asimilar que una de tus decisiones futuras puede influir tanto en la vida de las demás personas. — Respondió sarcásticamente el slytherin. El hombre misterioso ni siquiera de digno a contestar, por lo tanto, Draco dedujo que había ganado ese encuentro.

Decidió que no tenía caso seguir molestando al hombre sombra, así que enfocó su total atención a lo que se desarrollaba frente a sus ojos. En las manos de Pansy estaban dos vasos de jugo de calabaza fríos. Iba caminando a paso elegante y decidido hacia la mesa de Weasylette y Greengrass, pero antes de poder llegar a depositar las bebidas en la mesa se tropezó ligeramente con sus pies, ocasionado que vertiera el contenido de los dos vasos sobre Daphne Greengrass. La rubia sangre pura pegó un gran grito histérico, mientras que su pelirroja acompañante reía a carcajadas. Por su parte, Pansy las miraba muy asustada.

— Por Salazar, ¡Permíteme ayudarte a limpiar! — Habló rápidamente con pánico palpable en su voz la pelinegra. Del bolsillo de su falda sacó hábilmente su varita y apuntó a la rubia que seguía chillando para ejecutar así un encantamiento de limpieza.

Con éxito pudo comprobar que la gran mancha color naranja había sido removida del sofisticado vestido color crema, al igual que la sensación mojada y pegajosa de la tela. La rubia le miró con frialdad una vez que dejó de gritar.

— ¡Tú! Eres una incompetente. — Dijo molesta Daphne mientras tomaba asiento nuevamente en la mesa. — Me has dejado la ropa hecha un asco.

— Yo lo siento Daphne, fue un accidente. — Contestó Parkinson con nerviosismo notorio mientras jugueteaba con sus dedos. — Permíteme pagar la tintorería de tu vestido en compensación.

— ¿Cómo te atreves a dirigirte a mi por mi nombre? — Expresó la rubia indignada. — Una pobretona ex mortifaga no tiene el derecho ni la posición para poder permitirse tomar esas confianzas con gente de mi posición. — Dijo superior, mientras miraba con asco a la chica pelinegra que empezaba a temblar levemente frente a ellas. Draco solo tensó su mandíbula molesto, más no dijo nada.

— Hey Parkinson. — Le llamó Ginny. — Bonito cardenal, combina con tus ojos. ¿Te lo hizo tu marido? Si es así, felicitaciones a él. Hizo un gran trabajo mejorando tu horrible rostro. — Comentó la pelirroja burlonamente, mirando con satisfacción como la pelinegra agachaba su mirada tímida y se retiraba corriendo de la mesa.

— Ya no puedo seguir viendo esto. Ya tuve suficiente de la vida de Pans. — Habló Draco conteniendo su frustración. Se levantó de la mesa intranquilo.

— De todos modos ya no tenemos nada que hacer aquí. — Contestó serio el hombre misterioso.

De nuevo había tomado al rubio por el brazo y los había regresado a la sala blanca.

— No tienes que hablarme sobre la vida de Daphne, no me interesa en lo absoluto. Quiero saber que problemas tiene Pans. — Dijo seriamente el joven Malfoy.

— A mitad de tu séptimo año escolar en hogwarts, se logró comprobar que los padres de Pansy estuvieron implicados de forma voluntaria con el Lord Oscuro. En consecuencia fueron juzgados y encerrados en azkaba. El ministerio aprovecho la ventaja de encerrar a un par de sangre pura con gran poder económico, así que decidieron que era oportuno decomisar la fortuna de la familia Parkinson, déjando a Pansy desamparada. Antes de que todo se pusiera de cabeza, tu sostenias a la chica con ayuda de Blaise y Theodore, pero por cietgas cuestiones dejaron de brindarle su apoyo. — Explicó analíticamente el hombre encapuchado evaluando las reacciones de su protegido. Pudo apreciar como el rostro de Draco pasaba de la total concentración a la consternación.

Los slytherin nunca abandonaban a los suyos. Él entendía que por su parte no pudo seguir apoyando a Pansy porque había decidido suicidarse en el futuro, pero no entendía la razón por la que Blaise y Theo habían tomado esa elección. Se supone que ellos eran una pequeña familia que siempre se acompañarían en las buenas y las malas. Al parecer el hombre sombra adivino sus pensamientos, ya que rápidamente interrumpio sus pensamientos.

— Blaise y Theo también tienen sus razones. No te martirices que más adelante te las mostraré. — Contestó sabiamente el hombre misterioso, poniendo su mano sobre el hombro del chico rubio en señal de apoyo.

— Ahora me haz respondido porque Pansy está en una situación "delicada", entiendo que por eso trabaja en ese lugar, pero yo la Vi. Ella tampoco ya no es la misma. Se veía tan, vulnerable...— Explicó con melancolia y preocupación mal disimulada el dragón.

— Pansy al perder el apoyo de ustedes tres, se le ocurrió que la única manera de salir de su situación financiera era poner en práctica lo único que le habían instruido sus padres. Contraer matrimonio con algún hombre que pudiera darle al menos una vida cómoda. Desde luego, quedaban descartados la mayoría de sangre puras, ya que las familias pertenecientes a ese estatus la consideraban una ex mortifaga, además que sus padres no le ayudaron mucho con su reputación. El único pretendiente que logro conseguir fue un hijo bastardo de la familia Flint, que no era pobre del todo, pero mantenía a Pansy en condiciones deplorables, negandole todos los derechos de una esposam Incluso se rumoreaba en el mundo mágico que ella era maltratada por él. — Contestó seriamente el hombre encapuchado. Pudo sentir como Draco se tensaba a su lado.

— Maldito, si algún día le llegó a conocer me encargaré de evitar que conozca a Pans. — Comentó Draco furioso.

— Pues esa es otra buena razón para no terminar con Hermione Granger. — Soltó con obviedad aquel guardian tan peculiar del muchacho.

— Te he perdido el hilo, ¿Que tiene que ver eso con esto? — Preguntó confundido el rubio mirando con duda al hombre.

— Me decepcionas niñato. Te consideraba al menos inteligente. — Comentó burlón el hombre. Malfoy a pesar de no verlo jugaría que podía imaginar que este tenía una sonrisa ladeada, no le quedó más que guardar silencio sin dejar de mandarle miradas envenenadas. — Al terminar con la señorita perfección, Pansy no conocería a la persona a la cual estaba destinada. Aquella que le ayudaría a salir de sus problemas venideros. Por su parte ella también ayudaría recíprocamente a esa persona, y al no conocerlo esa persona también termino de mala manera en esta línea temporal. — Explico de manera misteriosa.

— Por Salazar, si me dices que la persona destinada a Pansy es Weasley me suicidó ahora mismo. — Respondió asqueado el rubio haciendo una mueca.

— No estás tan alejado de suicidarte, pero no. No sé trata de Ronald Weasley. — Dijo socorron el hombre capucha. Después de meditarlo un momento, el de ojos plata soltó su respuesta con molestia.

— Potter, ese cara rajada. — Masculló con desprecio el príncipe de Slytherin. — Y pensar que en una ocasión creí que me estaba volviendo loco al creer que las personalidades de esos dos encajaban entre ellos. Por algo a la hora de sus confrontaciones podía ver tanta pasión entre ellos. — Añadió en tono sabiondo mientras se llevaba su mano al mentón, la clásica pose del gran pensador.

— Este mundo es un completo caos. Espero que entiendas la importancia de tus decisiones que tomarás a futuro. — Dijo duramente el hombre tratando de recuperar la atención del chico rubio. Este no dijo nada solo asintió en comprensión. — Bien, ¿Con quién quieres seguir?

— Mencionaste a Theo y Blaise. Supongo que primero será Theo. — Contestó seriamente el joven de ojos plata. — Estoy sorprendido que el siendo una persona tan responsable no haya puesto el orden esperado entre nosotros.

El hombre sombra no le dijo nada y lo llevo con gran rapidez al siguiente lugar.


Castillo Nott

Dormitorio principal

2005

Theodore Nott

Una vez que arribaron al lugar, Draco abrió sus ojos. Lo único que pudo distinguir del lugar fue que se trataba de un gran dormitorio a oscuras, debido a que el gran ventanal se encontraba cubierto con grandes cortinas negras.

— Con respecto a lo anterior que comentaste Joven Malfoy, hasta la persona más retraída y fría en el mundo puede romperse. He aquí una muestra de ello. — Dijo reprendiendo con la voz al rubio que se encontraba a su lado, mientras que con su dedo señalaba una figura en el suelo frente a la gran cama del dormitorio.

Draco Malfoy se sorprendió al no notar con anterioridad la presencia de su amigo Theodore Nott. Se encontraba el hombre tirado en el suelo en posición fetal. Ni en sus más bizarros sueños, el rubio imagino alguna vez presenciar el llanto de su amigo castaño. Y es que en efecto eso se encontraba haciendo el joven Nott, lloraba quedamente en el suelo de su alcoba.

— Theo, ¿Que sucede? — Preguntó dolido Draco malfoy a su amigo castaño como si este tuviera la capacidad para escucharle. En verdad era una escena muy difícil de presenciar para el rubio platinado.

— Tu más que nadie debe saber cómo Theo paso la guerra. — Dijo el hombre sombra.

— Su padre lo mantuvo prisionero en las mazmorras del castillo, todo por negarse a ser un mortifago. — Contestó Draco de forma fría, tratando de disimular su ira.

— Como sabes, ese suceso ocasionó que el problema de misantropia de Theodore empeorará. en algún momento empezará a sufrir ataques de pánico. En este futuro decidió que lo mejor que podía hacer por él era apartarse de todo lo que le rodeaba y dejar de ser una molestia para sus seres queridos. En algún momento supo que podía contar al menos con sus tres mejores amigos en toda su vida, pero tú ya sabes que pasó contigo. Con Pansy decidió cortar todo contacto, ha que no quería traerle más problemas en su vida. Y por último tenemos a Blaise, el marido que se encuentra en la misma situación que Potter. — Explico serio, pero mirando con pena a Theo en el suelo hecho un ovillo.

— ¿Blaise tiene problemas con su esposa? — Preguntó Draco mirando vulnerable a su amigo castaño.

— En efecto. En un momento te lo mostraré, pero aún debo explicarte más sobre la situación de tu amigo Nott. — Respondió con tranquilidad el hombre sombra.

— Te juro que si me dices que por mi culpa Theo está así te arrojó un Avada ahora mismo. — Contestó de forma amenazante la serpiente. — Es más, ¿Nos podemos ir? Ver a Theo asi pone los nervios de punta. — Dijo tratando de contener un escalofrío. El hombre sombra bufo sonoramente.

Con un rápido movimiento de varita fueron transportados de nuevo a la habitación blanca.

— No se porque te molestas conmigo, insolente. Si tú fuiste el que había tomado esa decisión. — Respondió un poco molesto. — Al terminar con la princesa de gryffindor, Theo no pudo ponerse a prueba. Lo que quiero decir es que él debía conocer a los amigos de Granger, así era una forma de vencer sus miedos y tener el apoyo de más personas. Aunque no lo creas, la señoría Granger y Theo en el futuro son muy buenos amigos. Al no haber conocido a la castaña, ella no le pudo presentar a Luna Lovegood. Esa bruja tan peculiar era la encargada de sacar a Nott de la oscuridad por completo. — Le respondió despreocupado el hombre capucha encogiéndose de hombros.

— ¡Lo sabía! Sabía que Theo estaba enamorado de la lunática. Siempre se le notó. — Contestó petulante el rubio.

— No tienes remedio. En lugar de preocuparte por arreglar las cosas estás más ocupado jactandote de tener la razón. — Respondió fastidiado el hombre sombra.

— ¡Bueno basta! Aún estoy a tiempo de solucionar las cosas. Empezas a sonar como Herms. — Añadió indignado el de ojos platas. — ¿Y que fue de mi peculiar prima en esta vida? — Preguntó curioso Draco.

— Después de terminar hogwarts decidió irse a estudiar al extranjero. En uno de sus viajes a América conoció al nieto del celebre magizoologo inglés, Newt Scamander. Sino mal recuerdo se llamaba Rolf. Se enamoraron y casaron. — Explico tranquilo la capucha. — Mmm debo admitir que la señorita Lovegood es la única que ha tenido la fortuna de vivir una buena vida en esta realidad. — Añadió con fascinación la persona misteriosa. — ¿Tendrá que ver qué por sus venas corre la sangre Malfoy? Eso significa éxito asegurado. — Dijo soberbio para si mismo.

Aunque muchos no lo creyeran, la madre de Luna, Pandora Lovegood, antes era una Malfoy. Al parecer fue prima de Lucius Malfoy. Por lo tanto, Luna tenía parentesco con Draco Malfoy. Por su parte, el rubio miró con sospecha al hombre que estaba frente suyo.

— Ese ego insuperable, esa forma de hablar, esa forma de ser insoportable… — Habló con calma y seriedad el chico rubio mientras miraba con sospecha al hombre sombra entecereando los ojos. — ¡Tu! ¿Cómo te atreves a venir a ayudarme si tú ayudaste a causar todo esto en primer lugar? — Preguntó Draco molestó fulminando a la figura.

— Draco, no seas Dramatico. Eso lo arreglaremos en un momento. Aún tengo que mostrarte a Blaise. — Mencionó con fastidio el hombre, aprovechando la distracción del chico para tomarlo por el brazo a la fuerza y llevarlo al siguiente lugar.


Mansión Zabini

Despacho

2005

Blaise Y Daphne Zabini

Draco y el hombre ya no tan misterioso llegaron al despacho de Blaise Zabini. Al parecer llegaron en un momento acalorado, ya que se encontraba una Daphne furiosa insultando al moreno italiano que se encontraba sentado en su escritorio, bebiendo una botella de Whisky de fuego sin inmutarse de la presencia de la rubia.

— Oh genial. Esto significa una jaqueca segura, estoy harto de los Greengrass de esta realidad. — Habló Draco fastidiado mientras se sobaba sus sienes en movimientos circulares con ayuda de las yemas de sus dedos.

— Deseo cumplido y asegurado, te lo garantizo. — Admitió el hombre sombra en tono burlón.

— ¡Argh! No sé cómo pude ser tan estúpida como para desear haberme casado contigo. — Le gritó Daphne con odio al moreno. — ¡He perdido los mejores años de mi vida al lado de un inútil borracho!

—Tu te lo buscaste querida, no pudiste decirlo de forma más clara. Todo porque tu familia y tú se quisieron pasar de listos al robar las acciones de las empresas y negocios de los Zabini. — Le respondió socorron Blaise sonriéndole de lado, pero esa sonrisa no llegaba a sus ojos cansados.

— De haber sabido que te ibas a convertir en esto, jamás hubiera accedido a un matrimonio vinculante. — Le respondió fríamente la rubia.

— Pues ya está hecho. No tenemos otra opción, más que vivir en este infierno Daphne. No sé tú, pero yo prefiero al menos aligerar mi desgracia de estar a tu lado bebiendo. Además me has alejado de nuestros amigos, ¿Que esperabas de mi?. — Comentó duramente el moreno mirándola retadoramente a los ojos. Después de un momento cerró sus ojos y corto el contacto visual con su mujer, para posteriormente respirar profundo y volver a mirarla con pasividad. — ¿Te apetece una copa? — Preguntó con falsa educación el italiano.

— ¡Vete a la mierda Blaise! — Gritó enfurecida en respuesta la Greengrass rubia dándose la vuelta para salir del despacho, azotando la puerta en el proceso.

— No puedo irme a la mierda, porque ya estoy en ella. — Susurró derrotado Blaise Zabini sirviéndose su copa hasta el borde para continuar ahogando sus penas.

— Entonces Blaise se casó con Daphne. Vaya, al parecer es igual que su hermanita menor. — Mencionó con desagrado Draco. — ¿Cómo fue tan ingenuo por dejarse engatusar por aquella ?

— Daphne al igual que Astoria fue instruida para ser una correcta esposa sangre pura. Su codicia le llevó a buscar un buen esposo proveniente de una buena familia. Su primera opción fue Theo, pero por su condición lo descarto con rapidez. Solo quedaba Blaise disponible de sus antiguos amigos. — Explicó el hombre detenidamente.

— Y estoy sorprendido, la personalidad de Daphne es muy diferente de lo que solía ser. Se supone que ella era reservada, pero con nosotros era muy graciosa. Pensé que podría hacer una buena pareja con Blaise desde un inicio por su naturaleza cómica. — Explicó Draco desconcertado.

— "Era", bien lo dijiste tú. Creó el plan de aprovecharse del corazón roto de Blaise, la rubia sabía que él accedería rápidamente a un matrimonio arreglado con ella, todo con la finalidad de olvidar a Ginevra. — Comentó el hombre sombra.

— ¿Weasylette? Vaya, está loco. — añadió Draco burlón.

— Blaise nunca se atrevió a acercarse a la novia del niño que vivió. Todo hubiera resultado mejor si cierta persona necia no hubiera terminado con la señorita Granger. — Dijo burlón el hombre. Draco solo le miró mal. — Por eso se resignó a nunca encontrar el amor y accedió a las peticiones de la familia Greengrass. Fue tan descuidado que no analizó lo suficiente el contrato matrimonial sobre que Daphne podría hacer uso de las acciones de las empresas de la familia Zabini. —

Una vez que terminó de decir aquello regresaron al pasado.


Hogwarts Colegio de magia y hechicería

Torre de astronomía

2 de septiembre de 1999

Draco Malfoy se encontraba abatido. En verdad que sus acciones podrían traer grandes consecuencias al futuro de sus seres queridos. En verdad que no le había gustado para nada el futuro que había visualizado gracias al hombre encapuchado.

— A todo esto, ¿Cómo estás tan seguro de que si continúo mi relación con Hermione y lucho por ella, el futuro no será un caos como en esta realidad ? — Preguntó Draco mientras arqueaba una ceja con duda.

— El hechizo es sencillo. Lo encontré en la biblioteca familiar. Básicamente consiste en poder analizar dos posibles realidades a base de una decisión de una persona objetivo. Draco, tú fuiste esa persona. El otro futuro que tuve la dicha de conocer era mucho mejor. Tú eres feliz. Mi familia era completamente feliz y mejorada. Jamás había visto tanta vitalidad en la familia Malfoy. — Dijo con anhelo el hombre sombra. Draco le miró con palpable asombro reflejado en sus ojos de plata.

— Padre, ¿Hiciste todo esto por nosotros? — Preguntó asombrado el joven rubio.

— Hijo, se que me he equivocado al haberte presionado en dejar a la señorita Granger. Demostré nuevamente cuán egoísta puedo ser, pero después de todo lo que ha causado esa decisión, estoy dispuesto en dejarte el camino libre. — Contestó el hombre sombra bajandose la capucha, revelando su identidad. Nada más y nada menos que Lucius Malfoy. — Vine a enmendar mis errores, para tener un futuro mejor.

— Pero de nada servirá, supongo que tú eres el Lucius del futuro. Tú yo presente es tan obstinado. — Respondió Draco burlonamente. Su padre sonrió de lado petulante.

— Déjalo en mis manos. — Dijo en tono superior Lucius. — Será mejor que vaya a solucionar unos asuntos por ahí. Sigue tus instintos Draco, demuestra que eres todo un Malfoy. — añadió con orgullo el rubio mayor mientras se desvanecía poco a poco frente a los ojos de su hijo.

— Gracias Padre. — Agradeció el príncipe de slytherin con una sonrisa genuina en su rostro.

Una vez que se aseguró de haberse quedado solo, corrió en dirección a la salida, pero una figura le impidió seguir su paso. Frente a él se encontraba aquella chica que había puesto su vida de cabeza. Se encontraba tan hermosa con aquellos rizos sueltos y salvajes.

— Draco, ¿Qué estás haciendo aquí? — Preguntó Hermione Granger acercándose despacio al rubio y sonriéndole.

Draco casi quiso golpearse con fuerza, ¿En verdad él había estado dispuesto a dejarla ir?. Por Salazar, que error tan garrafal estuvo a punto de cometer.

— Vine a pensar un poco. Necesitaba pensar en cómo decirle a mis padres que estamos en una relación. — Le contestó dulcemente el rubio abrazando la cintura de la chica, que le miraba con ojos sorprendidos.

— ¿Estás seguro? ¿Crees que ellos lo acepten ? — Preguntó con duda la castaña.

— Te lo aseguro, aunque no me importa mucho si no lo aceptan. Después de todo es nuestra vida, lo importante somos nosotros. — Respondió con confianza el rubio. Hermione no dijo nada, solo se limitó a abrazar con fuerza a aquel chico.


Mientras en otro lugar…

Malfoy manor

2 de septiembre de 1999.

En el despacho principal de la mansión se encontraba Lucius Malfoy aún más pálido de lo que era. Frente a él se encontraba su versión futura vestido con la capucha negra.

— ¿Quién eres tú? — Preguntó un poco nervioso él Lucius del presente.

— ¿Que no es obvio? Soy tú yo del futuro. Vengo a advertirte de tus errores para que no los vuelvas a cometer. — Contestó con superioridad el hombre del futuro. — Ahora escúchame bien, debes aceptar la relación que tiene tu hijo con Hermione Granger. — Dijo con seriedad y ligera amenaza el hombre rubio.

— ¿Con esa impura? ¡Jamás! ¿Que puede traer de bueno aquella bruja a la familia? — Respondió con desdén el Lucius del presente arrugando ligeramente su nariz.

En ese momento Lucius del futuro se quería golpear. En verdad que podía ser hartante lidiar con él mismo.

— Tengo tanto que mostrarte. Ya verás que al final lo más importante es la familia. — Dijo en tono arrogante mientras se llevaba al Lucius del presente con él para mostrarle el futuro sin Draco y Hermione juntos.