Fairy Tail, sus personajes y las localizaciones no son propiedad mía. No obstante espero que disfrutéis leyendo esta historia corta tanto como yo he disfrutado escribiéndola.

Cualquier comentario de mis lectores será inmensamente apreciado.

Te lo dedico a tí, Moon. Felices 8 años.

HairCut

`Bueno´ pensó con una pizca de incredulidad Lucy `este es definitivamente un final adecuado para una semana como la que hemos tenido´.

Aún no habían pasado más de 6 días desde que la noticia de la publicación de su novela había sacudido el gremio (y solo de pensar que su sueño más antiguo iba a hacerse realidad todavía le hacía sentir como si estuviese flotando sobre los desgastados tablones del suelo de su apartamento), y tras la obligatoria celebración y pelea grupal al puro estilo Fairy Tail, y el consecuente castigo de los involucrados a manos de un sorprendentemente revitalizado Makarov, Natsu la había arrastrado a algo que había bautizado como "trabajo de celebración".

El trabajo en si consistía en la recuperación de unos artefactos de alto valor sentimental para el propietario de manos de unos bandidos, que los habían adquirido de manera "no completamente legal". Y en un sorprendente giro de los acontecimientos el equipo Natsu original (Natsu, Happy y la misma Lucy) habían logrado cumplir todos los objetivos indicados en la solicitud en menos de 5 días, y sin haber causado ninguna clase de daño material. De hecho, Natsu se había asegurado de impedir personalmente la destrucción de uno de los artefactos, un antiguo jarrón cubierto de runas que, por experiencias previas en trabajos similares, debería haber acabado hecho pedazos simplemente por estar en presencia del destructivo mago draconiano.

La publicación de su novela combinado con la realización exitosa de una misión tan delicada había tenido el resultado imprevisto de hacer que los nervios de la maga celestial estuviesen más alerta de lo que habían estado desde la guerra con Zeref y Acnología. Lucy no podía sacudirse la sensación de que su suerte estaba siendo demasiado buena, como un primerizo tirando dados por primera vez y que consigue varias tiradas de dobles seguidas.

Así que cuando la puerta de su apartamento resonó con tres poderosos golpes, se había sobresaltado tanto que casi se tira la taza de té recién preparado (con la esperanza de que ayudase a calmar sus nervios) encima.

`Aunque para ser justos´ se dijo a sí misma, frunciendo el ceño `no es como si conociese a mucha gente que se moleste en llamar a la puerta para entrar en mi casa´

Al final había respondido a la puerta con una mano alrededor de sus llaves celestiales, lista para la pelea que en su mente era inevitable. Mirando por una rendija, la imagen de su compañero más antiguo le había causado aún más tensión, si eso era posible.

Natsu nunca llamaba a la puerta.

Y sin embargo la presencia del mago de pelo color rosa tras la robusta puerta de madera era innegable. Y para finalizar la lista de extrañezas estaba la mueca presente en el rostro de Natsu. Para alguien que históricamente tenía tan poco problema a la hora de invadir su apartamento la incomodidad y timidez que se reflejaban en la cara del mago de fuego estaba completamente fuera de lugar.

Temiéndose que sus sospechas se habían cumplido y que había sucedido algo grave Lucy no perdió el tiempo en retirar la cadena que mantenía cerrada la puerta y abrirla de par en par.

"¿Qué ha ocurrido?" fue lo primero que salió de sus labios.

"No pasa nada" respondió Natsu inmediatamente, su voz con una cadencia que no sonaba a él.

Si acaso el tono suave y calmado del chico solo consiguió poner a Lucy aún más alerta. Estando acostumbrada a la personalidad hiperactiva de su compañero (y a su constante tono solo unos decibelios por debajo de estar literalmente gritando), el cambio de tonalidad solo servía para resaltar otro de los cambios en la rutina que se habían estado produciendo los últimos días, y qué le hacían pensar qué tal vez se había adentrado en un mundo alternativo cómo Édoras.

Tal vez la persona en frente suya era la versión alternativa de su compañero que era capaz de mantener la cabeza fría.

Por suerte las sospechas, sin importar lo locas que sonasen, le ayudaban a mantener la cabeza alejada de los pensamientos secundarios que el tono profundo y casi íntimo qué estaba utilizando su pirómano favorito estaba haciendo despertar en su cabeza, y a ignorar las sensaciones que despertaban en su cuerpo producto de dichos pensamientos.

`Contrólate Lucy´ pensó para ella misma

Y aunque la fugaz idea solo se había paseado por su mente durante unos breves y sugerentes segundos, el sonrojo de su cara consiguió hacer que el ceño fruncido de Natsu desapareciera y fuese sustituido por una media sonrisa.

"Necesito que me hagas un favor" susurró Natsu, con el nuevo retumbar profundo adornando su voz.

Ese fue el momento en el que Lucy se juró que jamás permitiría que Natsu descubriese que, siempre y cuando utilizase ese tono con ella, cualquier favor que le pidiese sería cumplido con la mayor celeridad posible para la maga celestial.

"Necesito que invoques a Cáncer"

Minutos más tarde Lucy observaba asombrada como los rosados mechones de su compañero caían al suelo. De todas las posibles demandas que el mago de fuego podría haber realizado está era la que menos se podía haber esperado. Sentada en su cama asistía con ojos desorbitados al espectáculo que estaba ocurriendo en frente suya. Normalmente era necesaria la intervención de Erza para convencer al joven de que tenía que realizar los rituales básicos de aseo (Lucy sospechaba que la educación recibida al haber sido criado por un dragón no cubría las normas generales de "acicalamiento" en sociedades humanas) y sin embargo estaba ocurriendo justo delante de sus ojos.

Natsu estaba recibiendo un corte de pelo por voluntad propia.

Y no su característico corte de pelo habitual. Lejos de ello, Natsu se había desecho de los habituales mechones que cubrían su cabeza, y en su lugar la mayor parte de su habitual melena rosada había quedado reducido a apenas unos milímetros de cabello que recubrían su cuero cabelludo, siendo la única excepción los mechones que componían el flequillo del mago de fuego.

Sintiéndose completamente fuera de su elemento ante el radical cambio que había presenciado sufrir a su amigo, Lucy casi perdió la oportunidad de despedirse de Cáncer cuando éste, tras contemplar su obra y comentar sus opiniones sobre el nuevo corte (y aportar una lista de no menos de 20 productos necesarios para mantener la salud capilar en estado óptimo) se había excusado antes de regresar al plano celestial.

Quedándose sola con Natsu en su habitación, Lucy se levantó de la cama y caminó lentamente hasta colocarse tras el mago de fuego, que continuaba sentado frente a su cómoda mirando su reflejo en el espejo, frente al cual parecía haberse quedado congelado contemplando la obra del peluquero celestial.

La diferencia era aún más marcada tras haberle visto describir al espíritu celestial el corte que deseaba utilizando amplios gestos de mano para transmitir su entusiasmo.

"¿Y bien?" dijo Lucy sonriendo en el espejo haciendo contacto visual con su compañero "¿A qué se debe este repentino cambio?"

Natsu le dedicó una media sonrisa antes de volver a centrar su atención en su reflejo, girando la cabeza de lado a lado lentamente para observar su nuevo corte desde todos los ángulos posibles.

A una persona con muchísima más fuerza de voluntad que Lucy le habría resultado complicado resistir la tentación, así que la maga celestial no se sintió especialmente culpable cuando extendiendo las manos empezó a acariciar la nuca de su compañero con la punta de los dedos, maravillándose ante el tacto sedoso que tenía el pelo de su compañero.

En un principio, ante el repentino contacto, Natsu había tensado su cuerpo como un animal a punto de salir huyendo. Sin embargo, cuanto más se afanaba Lucy en realizar lentos movimientos circulares por toda su nuca y los laterales de su cabeza más se relajaban sus músculos, hasta dejar al pobre mago básicamente ronroneando ante las atenciones de su compañera.

Este detalle no escapo la atención de Lucy, que formó en su cara una mueca de satisfacción tan grande que prácticamente brillaba en su cara, sintiéndose reivindicada por la reacción que el mago había obtenido de ella al aparecer en el marco de su puerta con su recién descubierto seductor tono de voz.

Con una suave risilla y un ligero tirón en el lóbulo de su oreja (y con un esfuerzo titánico para ignorar la inspiración entrecortada que se le escapó al mago ígneo) consiguió que Natsu se centrase lo suficiente como para responder a la pregunta.

Le sorprendió sin embargo lo serio que se le había puesto el semblante Natsu justo antes de empezar a hablar.

"¿Recuerdas que me quedé inconsciente durante la guerra?"

La repentina pregunta despertó una serie de recuerdos de lo que probablemente había sido una de las peores experiencias en la vida de la joven maga celestial. Aún recordaba la angustia de aquellos momentos, la sensación del cuerpo de Natsu frío contra su piel (algo que todo su cuerpo y mente reconocía como antinatural, como sumergir la mano en agua y al retirarla encontrar que está seca), el miedo de que nunca más volver a escuchar su nombre salir de sus labios, de no volver a ver aquella sonrisa de colmillos afilados, de no escuchar su risa retumbar en el gremio justo después de haber iniciado una pelea más.

El miedo de nunca más volver a verse reflejada en los ojos negros de la persona que se había convertido sin saberlo en el centro de su mundo.

Notando la garganta repentinamente seca y los ojos ardientes con ganas de llorar, Lucy se limitó a asentir con la cabeza esperando que el movimiento en el espejo fuese suficiente respuesta como para hacer que Natsu siguiese hablando.

Al ver la cara de Lucy Natsu conjuró una mueca incómoda y, en un intento de animar a su amiga, inclinó la cabeza hacia un lado apretando el borde de su rostro contra las manos de Lucy, que ante la repentina pregunta se habían quedado quietas.

Componiendo una sonrisa, sí bien forzada, Lucy reanudó sus atenciones en la cabeza de su compañero, mientras él organizaba sus palabras intentando encontrar la mejor manera de explicar su experiencia.

"No fue un sueño cualquiera" intentó explicar "Entré en una especie de trance, y mientras estaba... soñando fui recordando cosas que había olvidado. Entre todos esos recuerdos había uno en el que aparecían mis padres"

"No recuerdo de qué se hablaba, ni qué ocurrió ese día en especial como para que se haya quedado grabado en mi memoria durante todos estos años, pero si recuerdo que mi padre y mi madre estaban hablando, que se miraban entre ellos como si fuesen la cosa más importante del mundo para el otro, que yo apenas llegaba al borde de la mesa, y que mi hermano sonreía una sonrisa de verdad, sin que pareciese que en el fondo estuviese sufriendo."

Lucy escuchaba fascinada. No había tenido ni idea de qué mientras ella hacía lo imposible por ignorar la desnudez de su compañero, mientras se abrazaba a él intentando devolver el calor a su cuerpo, el mago había estado enfrentándose a lo que seguramente había sido uno de los momentos más emotivos de los que tenía memoria.

"Pero lo que no me consigo quitar de la cabeza es la cara de mi padre" continuó Natsu, ajeno a los pensamientos de su rubia compañera "Resulta que me parezco a él. ¿Puedes creerlo? Nunca me había parado a considerarlo porque siempre había pensado en Igneel como mi único padre, pero realmente tengo un padre humano, y resulta que me parezco a él. Zeref se parecía a mi madre, tenían el mismo pelo y los mismos ojos y hasta el mismo tono de piel. Pero yo salí a mi padre. Él también tenía el pelo rosa, y tenía la forma de los ojos como yo"

"Y este" dijo retornando a la vista al frente y contemplándose una vez más en el espejo "Es el mismo corte de pelo que llevaba mi padre en mi recuerdo".

Lucy notaba como sus ojos ardían por las ganas de llorar. Sin embargo fue capaz de sonreír a su compañero, perdiéndose en el reflejo de sus ojos

"Me gusta" susurro, con voz emocionada "me gusta mucho. ¿Piensas dejártelo así?"

Natsu soltó un ruido de indecisión desde su garganta, antes de apretar los labios en un obvio intento de mantener una sonrisa traviesa fuera de sus labios.

"¿No debería tener hijos antes de llevar cortes de pelo de padre?"

Aún notando como las cejas se subían en su frente y la sangre sonrojaba sus mejillas, Lucy no pudo contener su propia media sonrisa.

"Oh bueno" dijo la maga, bajando su propio tono de voz en una cómica imitación del tono que Natsu había usado "supongo que si quiero verte así, tendré que ponerme manos a la obra".

Tal vez fuese la imitación, tal vez la visión de la cara sorprendida de Natsu, o tal vez el tiempo record en el que la cara del mago de fuego se prendió literalmente en llamas, pero las carcajadas de Lucy resonaron en las oscuras calles de la ciudad de Magnolia.

Las de Natsu se unieron poco después.