No me alcanza
Debería bastarme con ver tu mirada dorada en esta vieja y arrugada fotografía, con el recuerdo de tus manos firmes recorriendo mi espalda, imaginar el peso de tus piernas enredándose entre las mías, tu aliento cálido en mi oído pidiéndome entre susurros que guarde este secreto.
Elijo pensar que son tus dedos los que se humedecen en mi boca y que es tu mano la que me masturba con fuerza.
Pero tus manos son suaves, tus dedos son largos y mucho más expertos.
Con el recuerdo…
— ¡AAAAAH!
...no me alcanza.
Oh, mierda. Manché tu cara y arruiné otra fotografía.
Por suerte tengo entre mis reservas esa aburrida revista de finanzas con tu "sonrisa" en la portada, hombre precavido. Con el celular no es lo mismo.
Me frustra pensar que aún en la distancia continúas causando este tipo de situaciones, pareciera que el tiempo no cambió nada. Detesto recordar que no supe negarme a tus propuestas egoístas, a tus ganas de tenerlo todo, a tus verdades a medias. Pero lo que más me altera es ver mi propio rostro gesticulando ante la cámara frontal de mi teléfono, sosteniendo con malicia tu foto recién manchada entre mis dedos pegajosos.
Presiono el botón. Enviada.
Un romántico.
Quiero ver tu frente arrugada cuando la abras, tus orejas coloradas, tu breve sonrisa y tus torpes esfuerzos por borrar mi imagen del registro de tu celular, porque si ella se entera de lo nuestro su cálida sonrisa se transforma en un incendio y yo no estaré allí para apagarlo. Ni quisiera.
Me conformo con reír en la distancia y causar esas pequeñas peleas, o es lo que me obligo a pensar ante la imposibilidad de tenerte entre las sábanas, besar tu cuello, abrir tus piernas y desgarrarte por dentro… Ya te dije, me gusta el romance.
Ante este vano sentimiento mi única esperanza son tus promesas falsas.
Pero con eso no me alcanza.
La espera provoca un vacío que ocupo limpiando mis manos y otros lugares un poco más privados, aunque los minutos pasan tu respuesta no llega. Quizás estoy siendo demasiado ansioso pero siempre es lo mismo contigo. Me provocas, me defiendo, sigues presionando, yo cedo y me quedo esperando.
Entonces pienso en terminar todo y salvar el orgullo que me queda, quizás me sirva para algo. Si me retiro ahora sé que no saldré lastimado porque aunque finjo que me creo tus mentiras la verdad es que no basta.
El teléfono se enciende y un mensaje de número desconocido me confirma que has recibido mi imagen.
"Idiota. Te extraño demasiado."
Y me trago mis palabras. Aprieto con fuerza el pañuelo entre mis manos intentando contener mis ganas de mandarlo todo al carajo, porque ahora lo que sigue es el impulso de salir corriendo, subirme a un avión y acorralarte entre mis brazos. Así de fácil parece todo.
Repaso tu mensaje imaginando tu cara al escribirlo, mi cuerpo se tensa sintiendo una corriente recorriendo mi espalda. Aquí vamos de nuevo invocando a los fantasmas, deseando que seas más valiente aunque me contento con que seas menos tacaño. No te costaba tanto enviarme una foto o un mensaje de audio.
Como puedo acerco la revista ubicándola bien cerquita en el suelo, buscando el dorado de tus ojos y recordando que la última vez que los vi prometimos dejarlo, pero al poco tiempo comenzaron los textos. Para ti tampoco fue suficiente.
Ahora te tengo sólo cuando te convoco en mi baño, sabiendo que te comparto. Me guste o no esto es lo que me toca y no quiero perder mi pedazo. Mi respiración se agita y se me nubla la vista sintiendo como tus mentiras alimentan esperanzas vacías, sin jurar amor eterno y sin lloriqueos falsos. Sólo somos tu foto y mi mano junto al perpetuo recuerdo de ese último revolcón que pareció durar tanto y aunque no baste tendré que conformarme porque para ir a verte, chino querido, el dinero tampoco me alcanza.
Hola queridas personas.
Traigo esta tontería inspirada en la canción homónima de Dulce y Agraz, por algún motivo vive en mi cabeza hace unos días. No soy tan romántica y la letra no me toca pero no puedo dejar de cantarla.
Espero que les haya gustado 3
