Nota: Continuación de "¿Podemos intentarlo?".
I.
Fumika, no sabe si debería arrepentirse o no al despertar y ver a Aoi, desnuda, a su lado.
No hace falta forzarse a hacer memoria, pues las imágenes de ayer vienen a ella como una cinta de película. Que la hacen enrojecer y cubrirse el rostro, ignorando la resaca que ahora le golpea sin piedad.
Estaban bastante ebrias, y sin embargo… Se dejaron llevar.
¿Qué iba a hacer ahora?
II.
Aoi se despertó, y casi de inmediato, resintiendo la resaca de ayer. Se sentó en la cama, sin prestarle atención por el momento a su desnudez al estarse sobando el tabique por el dolor de cabeza.
Solamente al escuchar el sonido de la puerta crujir, se tapó con una sábana. Y frunciendo el ceño para encarar a quien había osado entrar su tocar, se sorprendió al ver a Fumika; quien traía un vaso de agua y posiblemente, pastillas para el dolor de cabeza.
Mitarai sonrió tenuemente al verla.
- Buenos días, Kuchiba-san.
E inmediatamente, recuerdos de la noche anterior llegaron a su mente. Haciéndola enrojecer.
Había pasado la noche con Fumika.
III.
Una vez Aoi salió del baño del cuarto, cambiada y aseada. Tomó asiento a su lado en el borde de la cama, tomando distancia; Fumika le sonrió un poco divertida.
- Kuchiba-san, no tienes por qué sentirte avergonzada. Nosotras…
- E-Eso no debió haber pasado, Fumika – respondió interrumpiéndola, avergonzada por sus acciones de ayer. No atreviéndose a mirarla a la cara –. Estábamos ebrias…
- Mmm, es verdad pero… Aun así, a mí – miró sus manos, nerviosa pero determinada a decir la verdad –… Me gustó lo que pasó.
Aoi sintió su rostro enrojecer otra vez.
- Pero, ¿Qué hay de ti, Kuchiba-san?
VI.
(A pesar de haber dicho que no debió haber pasado, lo disfrutó.
Y dentro de ella, estaba el deseo de volver a repetirlo).
V.
-… A mí… A mí también – murmuró.
- ¿Eh?
-… Que a mí… a mí también me gustó.
(Tú sobre mí.
Tu dedos, tu boca, tu lengua…)
IV.
Una relación surgida de una noche apasionada, no siempre funcionaba…
Sin embargo, esta sí podía funcionar… ¿No?
