Prólogo # 0

—Nagisa, mira este lindo vestido que compre. - Dijo sacando de la bolsa un hermoso vestido de tonos lilas. —Mis padres jamás me permitieron usar faldas a la rodilla si no eran del uniforme, pero estoy segura que se te verá maravilloso.

Nagisa miró su reflejo, su cabello largo, su cintura pequeña, su cadera ligeramente más ancha que la de los chicos de su edad, incluso un poco más notoria que la de las chicas, sus grandes ojos celestes, incluso si voz, que aunque no era muy femenina, tampoco era varonil, estaba en un punto medio. Pero eso solo jugaba más a favor de su madre.

Hiromi Shiota había crecido en un ambiente casi perfeccionista, lo único que tenía permitido era estudiar, cada que quería dejarse crecer el pelo, sus padres le argumentaban que el cabello largo sólo era un distractor, por lo que la obligaban a cortarlo, la ropa era simple, nada de faldas cortas, nada de blusas solas, y por supuesto, nada de salidas. Al final, jamás se enfocaron en lo que ella quería y en lo que era buena, lo que terminó por volverse un muro contra la chica ya la vez le hizo distorsionarse bastante.

Ejemplo de ello, era su hijo, Nagisa, Hiromi anhelaba una hija, para que está viviese lo que ella no, pero por el contrario tuvo un varón, los primeros años de Nagisa no eran tan malos, salvó algunas normas de su madre, pero todo empeoró cuando entró a la primaria, sin contar que las discusiones con su esposo escalaron a niveles en los cuales vivir en la misma casa se convirtió en un tormento.

La demanda de divorcio fue puesta por el padre de Nagisa, argumentando que su esposa no estaba bien y que no podía seguir con ella, y tampoco podía permitir que su hijo se quedará con ella, sin embargo, la madre de Nagisa tenía un mejor empleo que él, por lo que el juez decretó que el menor debía quedarse con Hiromi.

Cosa que hizo que la mujer hiciera su santa voluntad con el pequeño.

...:::: POV Nagisa ::::...

Mamá dejó de verme, por el contrario, cada que me paraba frente a ella, sentó que estaba viendo un objeto, no fui consciente de ello hasta hace poco, jamás entendí cómo es que de verme como un chico, ella comenzó a tratarme como una niña.

No sólo en la forma de hablarme, sino también en la vestimenta e incluso en los modales, los pocos juguetes que se me dieron de pequeño ... Tuve que esconderlos bien o de lo contrario ella los hubiese tirado.

Sólo es en mi cuarto en donde puedo ser "un chico", porque incluso entre las paredes de casa, sigo siendo visto como una chica.

—Nagisa. - La voz de mi madre hace que alce el rostro, no quería ver mi reflejo con ese vestido, no es que creyera que era malo, sólo ... No era algo que yo quisiera hacer, no era ropa que yo quisiera usar. —He comprado tu nuevo uniforme, la secundaria Kunugigaoka es de la élite, graduarse de ella es el primer paso a una vida exitosa, podrás asegurar tu entrada a esa preparatoria ~. - La preparatoria que ella anhelaba, para ir a la universidad que ella anhelaba y trabajar en la empresa que ella deseaba, básicamente, soy su segunda vida. —Mira, mira. - Ya ni siquiera espere ver un pantalón, sabía que el uniforme era uno femenino. —De acuerdo con el reglamento, no hay un largo predefinido de la falda, sin embargo, tampoco iba a permitir que mi pequeña fuera de una falda diminuta, así que busqué una que no era ni muy larga, ni muy corta.

Yo ... siento que ya no puedo ...