¡Habemus post-Rebellion! Luego de lo que para mí ha sido una noticia bastante buena y sorprendente, de pronto se me enciende el foco para subir esto. Apenas una noche me ha bastado, y a ver qué les parece xD. En todo caso, y antes de empezar con el OS, les invito a pasarse por mi perfil y checar la encuesta que he subido para subir un fanfic largo para julio. Las votaciones están abiertas para que elijan en caso de que haya alguna opción que les interese.

De parada

Madoka se despierta de golpe, notando que el autobús que había montado estaba haciendo una parada.

Era algo bueno, pues de ese modo podría bajar un rato, estirar las piernas y respirar algo del aire puro que le pudiese proporcionar la noche en aquel puesto de gasolina a mitad de la nada. La verdad es que no soportaba el aire acondicionado de los autobuses. La ponían bastante mala, y eso junto al movimiento constante la hacían marearse con extrema facilidad. Menos mal que su madre siempre tenía listas unas cuantas bolsas por si acaso Madoka tuviese que vomitar, aunque el hacer esa parada le permitía deshacerse de todo ese malestar y, de paso, le daría las fuerzas necesarias para aguantar otro rato de viaje.

Era un dolor tener que pasar por eso, pero en el pueblo en que viven sus abuelos no había ningún aeropuerto cerca, así que ir en autobús era lo más rápido que la familia Kaname se podía permitir para visitar a los abuelos. Madoka los quería, los quería muchísimo, pero a veces no podía evitar el impulso de negarse a viajar por lo mal que le caía el solo acercarse a esos autobuses que olían rarísimo y que tenían un aire acondicionado fatal. Para los demás puede que no sea la gran cosa, pero para Madoka las cosas eran así, sin derecho alguno de réplica por parte de nadie que la confronte. Sinceramente Madoka esperaba ser capaz de ver algún día que surjan autobuses más rápidos para que no tenga que aguantar tanto tiempo de viaje, o al menos que intenten que el aire acondicionado no sea tan nefasto.

Estaba pasada la media noche, pero Madoka no tenía sueño. Estar dormida desde las siete para mitigar los efectos del viaje le servía también para aprovechar al máximo la parada, que supuestamente sólo iba a durar media hora. Tiempo suficiente para pasarse por el abasto y el restaurante de la gasolinera. En realidad sólo tenía pensado llenarse la boca con snacks, pero no haría ningún mal ver qué cosas podía ofrecer el lugar.

Las luces brillaban en su máximo esplendor, la música sonaba suavemente, entonando algunos temas folklóricos intercalados con otros más modernos. Incluso le pareció haber escuchado un famoso tema de algún grupo de idols mientras pagaba por las frituras que había seleccionado. Era un sitio agradable. No le molestaría en absoluto si la parada llegase a durar toda la noche, aunque debía tomar en cuenta lo que eso significaría para el resto del viaje. Toma asiento a las afueras del abasto, dejando que la música acariciara sus oídos un rato, mirando la penumbra de aquel paraje agreste más allá de la carretera. A Madoka le parecía ver que algunos animalillos pasaban por allí, miraban un rato y después se iban, como si alguien se acercara y los espantara.

Una vez que se acaba la primera bolsa de snacks, Madoka se pone de pie, aunque sólo era para dar una vuelta por el lugar. Apenas había transcurrido la mitad del tiempo de escala, así que todavía tenía la oportunidad de ver el lugar y fascinarse por las sorpresas que le pudiese deparar su exploración. Nota que otro autobús había hecho una parada también, y eso se veía confirmado al ver a personas nuevas deambulando de ida al restaurante o al abasto. Madoka se sintió de pronto tentada a regresar a aquel lugar para ver cómo fluía la gente en los establecimientos, cuando en eso se tropieza con alguien, cayendo en el proceso.

Resulta que había chocado con una chica, al parecer de su misma edad, de un largo cabello oscuro atado en dos trenzas, lentes de un grueso armazón rojo y una mirada que denotaba indefensión. Madoka sin pensarlo dos veces la ayuda a levantarse.

─ L-lo siento muchísimo. No vi por dónde iba...

─ N-no pasa nada, en verdad. No me duele nada ─ asegura la chica de cabello negro, aunque Madoka seguía mostrándose preocupada ─ ¿Y qué me dices tú? ¿Te encuentras bien?

─ Pues yo estoy bien. Mi caída no fue tan aparatosa ─ una vez que Madoka fue capaz de fijarse mejor, no pudo evitar sentirse interesada por esa chica. Tal vez era ese aire de indefensión que transmitía, o era el modo en que juntaba sus brazos por el nerviosismo, pero la cosa es que esa chica se veía interesante ─. Oye, ¿estás viendo el lugar mientras estás de parada? ─ la pelinegra asiente tímidamente ─ ¿Y qué tal si exploramos el sitio juntas?

─ ¿Explorar? ¿No suena eso un poco infantil? ─ dice aquella chica con temor y sutileza, como si temiese recibir alguna represalia.

─ Sólo se trata de ver el lugar, y no tenemos que ir a ningún lado que esté prohibido o que se vea peligroso ─ Madoka tiende su mano a la desconocida ─. Oh, y se me estaba olvidando. Mi nombre es Kaname Madoka. Es un gusto.

─ Akemi Homura ─ responde atropellando las palabras y haciendo una reverencia algo exagerada ─. El placer es mío.

Una vez dadas las presentaciones, Madoka sonríe dulcemente y agarra una mano de Homura para que juntas diesen una vuelta. A la pelinegra parecía ponerle nerviosa ese contacto, pero al rato se relaja y hasta sonríe, como si ese contacto le hiciese feliz. Durante el breve recorrido que tuvieron juntas habían sentido como si hubiesen dado la vuelta al mundo juntas, contentándose con cada cosa nueva que hubiese en su camino.

Pero lo que ninguna quería había llegado finalmente. Madoka escucha que estaban llamando a los pasajeros de su autobús para retomar el camino. Era una lástima, quería entretenerse un poco más al lado de su nueva amiga, pero parecía que no iba a ser. No quedó de otra que soltarla, y tanto ella como Homura sintieron un frío vacío en sus palmas tan pronto como se había cortado ese contacto.

─ Lo siento, Homura-chan, pero tengo que volver con mis padres. Realmente lo siento.

─ No te preocupes, Kaname-san. No puedes evitarlo de todos modos ─ dice Homura con tristeza.

Ni siquiera tenían nada a mano para intercambiar números, pues Madoka había dejado su teléfono en el autobús, y tal parecía que Homura era un caso similar al suyo. Era algo bastante desafortunado, y Madoka no evitó sentirse tonta por no haber tomado ninguna previsión. Tal vez no para guardar el contacto de eventuales amigos que haga de pronto, pero sí en casos de emergencia. Pero ya estaba todo hecho. Madoka sólo puede sacar una bolsa de papas fritas y se la ofrece a Homura, esperando a algún día encontrarse nuevamente.

─ Adiós, Homura-chan.

Madoka se va corriendo, pues pudo escuchar a Junko llamarla con insistencia desde la puerta del autobús. Y Homura parecía que quería decir algo, pero las palabras simplemente no habían salido de su boca.


Al día siguiente

Luego de un par de retrasos por dificultades climáticas a horas de la madrugada, el autobús había llegado finalmente a destino. Finalmente Madoka estaba libre de ese autobús, al menos hasta el día en que deba hacer el viaje de vuelta. El campo alrededor nunca dejaba de impresionar a Madoka, a pesar de que cambiase poco o nada entre visita y visita. Con las maletas bajo su cuidado, Madoka estaba esperando a que sus padres regresaran para decirle que ya habían conseguido un taxi. Al menos Junko tenía consigo a Tatsuya para no cargar a Madoka con más responsabilidades.

Sus padres recién se habían ido para buscar el taxi, pero Madoka estaba bastante aburrida. Había revisado ya todos los mensajes que le habían enviado Hitomi y Sayaka la noche anterior, y esa mañana, pese a que no era tan temprano, no había recibido ninguna noticia nueva. Decide guardarse el teléfono, y al levantar la vista se encuentra con algo que le hizo pensar que estaba delirando: Homura se encontraba deambulando cerca, cargando con dificultad una maleta mientras miraba de un lado a otro con nerviosismo y desconfianza, y sobresaliendo de su abrigo estaba la bolsa de papas que le había ofrecido horas antes. Madoka no se lo podía creer ¿Habían estado viajando ambas en el mismo autobús y no se habían dado cuenta? Lo estaba viendo y no lo creía. Un sentimiento bastante fuerte va tomando forma y crece dentro de su pecho hasta que no lo aguanta más y se dispone a llamarla alegremente.

─ ¡Homura-chan!

La aludida reacciona con un sobresalto. Tal vez Madoka la asustó, pero a Homura eso no pareció importarle, pues se acercó llevando su maleta a rastras hasta llegar a ella.

─ ¿Por qué no dijiste que estabas en el mismo autobús que yo, Homura-chan? ─ Madoka no la estaba regañando, sino simplemente manifestando su asombro.

─ L-lo intenté, pero todo pasó muy rápido, así que no pude ─ responde Homura bastante apenada, y Madoka no puede hacer otra cosa que reír ─ ¿Hm? ¿Qué se te hace tan gracioso?

─ Es que creí que nuestro encuentro de anoche iba a ser el único, pero resulta que no ─ Madoka vuelve a reír, esta vez contagiando a Homura ─. Y antes de que se me pase, compartamos nuestros números, Homura-chan.

─ E-está bien, Kaname-san...

─ ¡Nada de Kaname-san! ─ Madoka pone los brazos sobre sus caderas y mira a Homura con ligero reproche ─ Ahora que somos amigas, ¿qué tal si intentas llamarme de forma más cercana? Vamos, que anoche te dije mi nombre.

─ D-de-de a-acuerdo ─ Homura estaba bastante sonrojada y no sabía hacia dónde mirar ─ ¿T-te parece bien si te llamo Madoka?

La pelirrosa sonríe dulcemente. Le alegraba bastante haber conocido a esa chica tan peculiar. Definitivamente no querría jamás perder contacto con ella. Y aquel iba a ser precisamente el punto de partida para una amistad que, estaba segura, sólo iría a mejor a medida que avance y evolucione.

─ No me parece bien, sino perfecto, Homura-chan. Me hace feliz que me llames de esa manera, y espero que nos podamos ver muchas veces más.

─ S-sí. Yo también lo espero ─ le responde Homura, evidentemente igual de feliz.

Fin

Algo casual, de elaboración exprés, pero creo que no salió tan mal xD. Pues ahí lo tienen, un OS para conmemorar la buena noticia del anuncio de la cuarta película de Madoka. Ya sólo quedaría esperar qué nos trae esa película, y si llega a marcar el final de esa línea, pues lo que queda en ese caso sería pedir por más contenido del Side Story e incluso por la animación de Oriko Magica, ¿no les parece?

Hasta otra