Disclaimer: El Fandom y los personajes de Owari no Seraph (終わりのセラフ) no me pertenecen. Tampoco la imagen de portada, si esto causa algún conflicto, favor de avisarme y con gusto la retiro.

Es mi primer fanfic para este Fandom, perdón si las personalidades se muestran algo OoC.


Conexión


Es como una conexión, es una conexión; por más que intente encontrarle otra forma de llamarlo, pero se ha rendido ante esto y debe ser sincero con él mismo cuando se da cuenta que esa palabra le gusta en demasía. Porque hay algo que lo hace especial al resto, que le da un tipo de estatus bastante elevado sobre los demás para proclamar a Mikaela como suyo, aunque no fuera con palabras.

No obstante, esa noche no se quiere comportar como un ser egoísta, su corazón duele ante el recuerdo del accidente. Es como una herida abierta que se niega a cicatrizar y Yuu se pregunta si el dolor algún día disminuirá, aunque sea un poco.

Escucha los gritos, se siente arrepentido y se dice una y otra vez que debió hacerles caso a sus padres y no haber cruzado aquella puerta de mal humor, causando que se mostraran preocupados. Tal vez, sólo tal vez no hubieran tenido un accidente sino fuera tan idiota y hubiera escuchado en primer lugar.

«Mika, sálvame» ruega en medio del dolor que amenaza con tragarlo. No es como que Mika este en ese momento, ha viajado con sus propios padres para pasar el fin de semana en familia. Lo había invitado, pero se negó, demasiado abrumado con sus propios sentimientos como para arruinarle el día a Mikaela.

La conexión se hace presente y tan pronto termina de llamar a Mika mientras se abraza a sí mismo, buscando una forma de protegerse de las tinieblas, su celular se ilumina y el nombre del rubio se ve en la pantalla. Yuu tiene que tomarse unos segundos para intentar componerse y garantizar que su voz no sonará quebrada en ese momento.

—¿Estás bien? —No ha dicho ni una sola palabra, pero la persona al otro lado de la línea parece ya saberlo. Yūichirō no dice nada, sorprendido de aquello que lo ha atado con Mika y permite que ambos "hablen" a la distancia.

—Sí. —Miente, con la culpa haciéndole doler el estómago. Mikaela conoce su mentira, pero espera paciente.

—Me llamaste —confiesa y el mundo parece detenerse en ese instante, en esa llamada.

Las tinieblas parecen quietas mientras ambos se comunican, como si Mikaela fuera su escudo protector ante el mundo. La persona que se enfrentaría a todos por protegerlo y Yuu solo puede pensar en que el sentimiento es recíproco. Si Mikaela estuviera en su situación (y él siempre rogara que no), él también lo llamaría para ayudarlo.

—Pienso en mis padres —finalmente le confesó, dejándose envolver en el silencio reconfortarle de saber que tiene a Mika al otro lado de la línea, escuchándolo—. No debí discutir con ellos.

Yuu sabe que, si estuvieran frente a frente, Mikaela estuviera a su lado y él se sentaría junto, recargando su cabeza en su hombro, cerrando los ojos y esperando que los pensamientos se fueran.

—No fue tu culpa —finalmente le dice, como ha estado haciendo desde hace meses, consolándolo con palabras simples—. Sé que extrañas a tu familia —se detiene para pensar sus siguientes palabras y Yuu siente el sueño empezar a envolverle, porque la voz de Mikaela siempre ha tenido ese efecto en él, es tranquilizante, reconfortante como estar en casa.

Yūichirō puede escuchar el viento de la noche y no duda que Mikaela haya salido solo para hablar con él. Debería sentirse culpable, pero solo se siente especial y su corazón late, transmitiendo el calor conocido cuando ambos están juntos.

—¿Dormías? —Es inevitable preguntarle.

—Soñaba contigo —le confesó Mikaela, con voz más baja que Yuu pudo escuchar perfectamente, el mismo tono que usaba cuando algo le apenaba—. Me llamabas. —confiesa.

—¿Era un buen sueño?

Mika duda durante largos minutos. —No —confiesa—, había tinieblas a tu alrededor, querían lastimarte.

Yuu se paraliza, porque es exactamente como se sentía y la sensación en su pecho se vuelve más cálida al pensar que Mikaela despertó solo para salvarlo de las sombras. Para protegerlo. Para ser su luz en medio de la oscuridad.

—Siempre me salvas —suelta, sin pensar.

—Tú también me has salvado.

El silencio que le sigue no es incómodo, como si cada uno recordara las veces que Mikaela ha llamado a lo largo de los meses a altas horas de la madrugada solo para consolarlo. Y las ocasiones en las que Yuu ha tomado un autobús en la noche para llegar exhausto a la casa de Mikaela y envolverlo en un abrazo, sin decir nada. Dejando que su sola presencia sea suficiente para salvarlo del dolor del momento.

Y funciona. Ambos lo saben.

No hay necesidad de un mensaje o llamada, algo dentro de ambos le gritara que el otro los necesita y dejarán todo por ir a salvarlo.

—No creo que tus padres estuvieran enojados —continua el rubio—, tampoco que te guarden rencor.

Yuu siente que su corazón vuelve a doler, pero decide creer en las palabras de Mikaela, porque él jamás le ha mentido y siempre se han cuidado el uno al otro.

—Yo también soy tu familia, Yuu-chan —le recuerda, regresándole las mismas palabras que él pelinegro le había dicho mientras tiraba uno de sus brazos y los pasaba por sobre los hombros del otro.

Yuu sonríe por el recuerdo por primera vez en toda la noche. No quiere ver la hora, pero sabe que es tarde. Tampoco quiere dejar ir a Mikaela todavía.

Antes de que pueda decir algo más, Mikaela vuelve a interrumpirlo. —Estaré ahí mañana —en unas horas, querrá decir. Pero Yuu sabe que lo dice así para protegerlo.

—¡No tienes qué! —Le recuerda—. El fin de semana no termina, disfruta a tu familia.

—Tu eres mi familia —repite y Mikaela no sabe porque disfruta tanto de aquella palabra, se pregunta si sería demasiado decirle a Yuu qué cuando lo nombra familia, se siente más como hablarle a tu compañero de vida, más que a un hermano. O a un mejor amigo.

Se frena un poco, aquellas líneas no son fáciles de cruzar y sabe que ambos tienen tiempo, todavía.Tiene tiempo para transmitirle sus sentimientos a Yuu con calma.

—Y me necesitas —finaliza, sabiendo que no hay oportunidad a replica.

Siente a Yuu reír levemente y el corazón de Mika se calienta al evocar su sonrisa en su mente. Realmente está enamorado.

—Te estaré esperando entonces, Mika. —Promete y sabe que no está mintiendo.

Mikaela puede imaginarse con perfección a Yuu abriendo la puerta con alegría, como si en la noche no lo asaltaran pensamientos tristes; lo ve jalándolo al interior de la casa, desbordando felicidad, haciendo oídos sordos ante el pedido de su tía lejana que guarde silencio y se comporte. Yūichirō la ignorará con facilidad y Mikaela también, porque cuando están juntos, solo son ellos dos.

Los dos protegiéndose contra el mundo real o imaginario que los atormenta.

Mikaela vuelve a la cama, pero ninguno corta la llamada, conformándose con sentirse cerca en la distancia y sabiendo que el día de mañana suena prometedor para estar juntos. Para buscarse al lado antes de dormir y sentir aquella seguridad y calma de que se protegerán. De que usarán esa conexión para cuidarse las espaldas, siempre.

Para ser la luz en medio de la oscuridad del otro, el escudo y espada de ser necesario; pero por esa noche, solo escuchar la respiración del otro es suficiente para mandar a callar al mundo.


Fin.


Desde los últimos capítulos del manga, he amado la conexión que comparten para sentir cuando el otro los llama. ¡Así que mi musa no me dejó descansar hasta plasmar algo similar! ¡Gracias por la oportunidad si llegaron hasta aquí!

30.04.2021