SÓLO TÚ

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El tráfico era fatal a esa hora de la mañana, llegaría tarde a su clase y estaba seguro que esta vez llamarían a sus padres para informar que últimamente llegaba tarde o que simplemente no asistía a la escuela desde hace una semana; si no quería que su padre cancele sus tarjetas de crédito, como ya le había advertido, tenía que asistir a esa clase en particular y aprobar el examen, cosa que no sería problema para él, pues el joven era muy inteligente y uno de los primeros de su clase, así que sólo debía llegar antes que el profesor.

El timbre que indicaba el inicio de las clases acababa de sonar, y por el pasillo el apuesto joven corría sin mirar a quien empujaba, pues el maestro de la primera clase era el más estricto con la puntualidad y una vez cerrada la puerta ya nadie podía ingresar. Finalmente llegó a su aula, por suerte el maestro aún no había llegado, se dirigió a su silla, saludando a sus amigos en el camino; detuvo su andar al ver que alguien que no conocía ocupaba su silla.

-Este es mi lugar. – dijo a la joven que estaba miraba desinteresadamente por la ventana.

La joven simplemente alzó la cabeza para poder ver a quien le había hablado, lo miró directamente a los ojos, le sostuvo la mirada sin decir una palabra.

-Acaso estás sorda? Te dije que este es mi lugar.

-Pues a mí me lo asignaron cuando llegué, y de eso ya es una semana.

-Pues a mí me importa un…

-Joven Granchester, tome asiento de una vez. – lo interrumpió el docente.

-Eso pretendo; sin embargo hay alguien que está en mi lugar.

-La señorita White ocupa ahora esa silla, así que usted ocupará la última silla de la fila.

Antes de dirigirse a su nuevo lugar el joven la miró fijamente, ella lo ignoró por completo y antes de atender a las indicaciones del profesor, miró por la ventana una última vez.

-Dónde estuviste todo este tiempo? –cuestionó su amigo cuando el maestro hubo recogido las pruebas y salido del aula.

-De viaje. Quién es ella?

-Su nombre es Candice White, la transfirieron hace una semana, desde entonces se sienta en tu lugar.

-Así que Candice White. – murmuró mirándola fijamente.

-Ya déjala. Sabes, Susana te ha estado buscando todo este tiempo, seguro que cuando te vea no te dejará en paz.

-Seguramente. – dijo con fastidio - Qué más sabes sobre ella?

-Vamos Terry, para que quieres saberlo?

-Curiosidad simplemente. – dijo con una sonrisa torcida.

-Sí claro. No sabemos mucho de ella, es nueva y no habla con nadie, en realidad sólo habla cuando los profesores le preguntan algo.

-En serio? –dijo con burla en su rostro.

Las primeras clases pasaron rápidamente sin que Terry apartara la vista de Candy, algo que no pasó desapercibido por sus amigos. Cuando finalmente escucharon el timbre que indicaba la hora del almuerzo, todos los estudiantes dejaron el aula y se dirigieron al comedor, algunos al jardín para descansar la mente de todos esos números, formulas y palabras, que los maestros intentaban introducir en aquellos adolescentes.

-Terry! – la joven rubia corrió para abrazar al castaño.

-Cómo estás Susana?

-Susi. – lo corrigió – ya sabes que me gusta que me llamen así, especialmente tú. – posó su delgado dedo en el pecho masculino al decir lo último.

-Y yo ya te dije que no quiero hacerlo. Prefiero llamarte por tu nombre.

-Terry, que malo eres!- dijo haciendo un puchero - pero dime dónde estabas, por qué faltaste tanto tiempo a clases?

-Salí de viaje, y no me preguntes más que no quiero ser grosero.

La joven ya no dijo más, pues sabía que Terry no mentía y que si ella seguía insistiendo volvería a pasar lo de la última vez, esa en la que él le gritó frente a todos los alumnos en el patio del colegio, cuando ella le reclamó haber salido con una chica de segundo año. Terry no era su novio, él se lo había recordado y si ella quería que eso cambiara tenía que portarse bien.

-Terry, Archie! – los jóvenes dirigieron la vista a quien los llamaba.

-Anthony, Stear, por qué escogieron esta mesa?

-Es la única que estaba libre, deberían agradecerlo.

-Por qué esa cara? – dijo el rubio al ver al castaño con el ceño fruncido.

-Lo que pasa es que Terry tuvo un problema con la nueva de nuestra clase. – dijo Archie con burla al ver la cara de desconcierto de su hermano y amigo.

-Me pierdo una semana y las cosas cambian. – dijo molesto, provocando la risa de sus amigos.

-Qué pasó Terry, acaso no te parece que es hermosa?

-Hermosa? Por favor, es de lo más simple.

-Simple!? – exclamaron al mismo tiempo.

-Terry, creo que estás mal de la vista, ella es realmente hermosa.

-Lástima que no deje que nadie se le acerque.

-Lo intentaron?

-Anthony y Archie lo hicieron; pero los rechazó al instante. – dijo riendo Stear.

-Cállate Stear! Al menos lo intentamos, tú sin embargo te la quedaste viendo como tonto.

-No te enojes Archie, yo creo que deberían intentarlo de nuevo. Tal vez ahora sí tienen suerte.

-Qué les parece hacer una apuesta? – dijo Neal acercándose al grupo.

-Neal, cómo estás?

-Hola Terry. - Saludó Neal. – y que les parece si apostamos, el primero que logre conquistar y llevarse a la cama a la preciosura de White, le daré mi moto.

-Tentador. – dijo Terry con una sonrisa de medio lado. – lástima que no me guste hacer apuestas tontas.

-Tienes miedo Granchester?

-Claro que no, sólo que no me interesa hacerlo.

-Y que dicen ustedes dos? – dijo mirando a Archie y Anthony.

-Yo estoy fuera, no jugaría con una chica sólo por una moto. – dijo Anthony con seriedad.

-Opino lo mismo.

-Vaya que son cobardes.

-Y por qué quieres que la conquistemos? – preguntó Archie.

-Acaso no les molesta su actitud? Yo la conozco bien y es la chica más mimada y soberbia que he conocido.

-De dónde la conoces?

-Ella es de Chicago, su padre es Jonathan White es parte de un bufete de abogados prestigioso; pero su abuelo, Ferbuson Giobsan, un escoces dueño de varios bancos no sólo en Chicago, sino también en Escocia. Ella tiene 17 años y ya vive sola; Candy le pidió a su padre venir a estudiar a Nueva York y que le comprara un departamento y así lo hicieron, uno de lujo.

-Y eso qué? Terry también vive solo. – apunto Stear.

-Sí pero sus padres están en Inglaterra, y los de Candy viven aquí en Nueva York. A los 6 años pidió que le compraran un caballo, Elisa estaba en su casa ese día y vio el berrinche que hizo… una semana después su caballo ya estaba en los establos del club, a los 16 pidió un auto, y que creen le dieron un Maserati GranCabrio , Candy es muy caprichosa, cuando no le dan lo que quiere suele lastimarse a sí misma para que le hagan caso. Elisa era su amiga; pero cuando vio los berrinches y como se comportaba pidió a mi madre que ya no llevarla a su casa, no quería ser su amiga.

-Cómo sea, no me prestaré para esos juegos, así que, sí nos contaste todo eso para convencernos de aceptar tu apuesta de conquistarla, perdiste tu tiempo conmigo. – dijo Terry poniéndose de pie para luego salir del comedor.

Las siguientes clases transcurrieron con normalidad y otra vez Terry había perdido su lugar, trató de llegar temprano al aula para no dejárselo a la rubia; pero ella ya estaba allí. La actitud de la joven era de total indiferencia a todo lo que la rodeaba; ella simplemente miraba con desinterés por la ventana, con una mano reposando en el escritorio y la otra le que le servía de soporte para sostener su mentón. Eso molestaba al castaño parecía que se sentaba en su lugar sólo para molestarlo. Al día siguiente intentaría recuperar de nuevo su silla, lo haría más por orgullo, no dejaría que una niña mimada se lo quite, nadie le quitaba nada a Terrence Granchester.

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-Al ver tu cara, supongo que te fue mal. – dijo el hombre frente a él - y qué, llamaron a tus padres para notificarles sobre tus faltas?

-Claro que no, sólo no tuve un buen día. – dijo tirándose al sofá, empujando con las piernas a quien lo miraba con una sonrisa de burla.

-Pues te comunico que pronto recibirás una llamada de tu padre, al parecer si le informaron que has estado faltando a clases.

-Te llamó? – dijo sentándose de golpe.

-Sí, y no te preocupes, creo que descargó toda su furia conmigo, deberías estar agradecido por eso.

-Para haber vivido tanto tiempo con mi padre, no lo conoces muy bien; ese regaño fue para ti, y si dices que está molesto ya me imagino lo que me espera.

-Tienes alguna buena noticia que puedas darle para calmarlo?

-No. Hoy no pasó nada bueno en la escuela, hay una nueva estudiante en mi clase.

-Quién? – dijo mirándolo atentamente. – Tu querida Michelle?

-Claro que no, no habría sido un mal día, si ella estuviera en mi escuela.

-Entonces?

-Candice White, dicen que es la hija de Jonathan White, un…

-Cómo dices?

-Sí al parecer, la semana pasada la transfirieron y terminará sus estudios en mi escuela.

-Vaya así que ese desgraciado está en la ciudad. – murmuró con interés. – sabes lo que haremos?

-No me metas en tus juegos.

-Somos familia Terry y la familia debe apoyarse siempre.

-Sí claro, eso debes aplicarlo tú también, no sólo mencionarlo.

-Vamos Terry, eres mi único sobrino, acaso abandonarías a tu tío favorito? Y más cuando te necesita?

-Eres mi único tío.

-Por favor sobrino, sólo necesito que averigües ciertas cosas sobre su padre.

-No lo haré y lo sabes.

-Terry… - en ese momento escucharon que el teléfono del apartamento comenzó a sonar y sabían quién era del otro lado de la línea.

-Diga. – contestó el castaño. – padre… - dijo cerrando los ojos y llevándose una mano a la frente, comenzando a masajeárselo en cuanto escuchó el grito de su padre provocando un dolor en sus tímpanos, incluso su tío escuchó la voz de su hermano.

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Era temprano aún y ya casi llegaba, se había propuesto ponerse serio con la escuela, no sólo por las amenazas de su padre; vaya que le gritó por su irresponsabilidad, lo amenazó no sólo con quitarle la última tarjeta que le quedaba para sus gastos esenciales, sino también su auto y ponerlo a trabajar en algún centro de comida rápida; incluso él se dio cuenta que si quería ir a una buena universidad debía aplicarse en sus estudios, en los que había bajado sus notas por irse de parranda y viajes con algunos amigos.

Terry estacionó su auto y después de encender la alarma se dirigió a su aula, al llegar vio su asiento vacío, con una sonrisa de triunfo tomó su lugar esperando el momento en que la rubia llegue y entienda que nadie le quitaba lo que le pertenecía.

-Hola Terry. Veo que recuperaste tu asiento. – llegó Archie.

-No voy a dejar que esa niña me quite lo que es mío. – dijo dándole la mano para corresponder al saludo.

Poco a poco los estudiantes iban llegando, generalmente Terry no prestaba atención al ingreso de sus compañeros de clase; pero hoy era diferente, entonces la vio ingresar al aula, llevaba el cabello suelto, un vestido de tirantes con enormes flores en colores pasteles, era muy juvenil y ligero, le quedaba muy bien, no podía negarlo; mas lo importante era ver su rostro cuando lo vea en su lugar. Que decepción se llevó el castaño al ver a la rubia pasarse de recto hasta la última silla, su mirada era de indiferencia, ni siquiera se dignó a verlo a la cara, simplemente pasó como si nadie existiera a su alrededor.

-Qué le sucede? – murmuró sólo para que Archie lo escuchara.

-No lo sé, desde que llegó se comporta de esa manera, ya te lo había dicho.

-Creo que Neal tiene razón al decir que es arrogante.

-Mira quien lo dice. – rio al ver el rostro de enfado de su amigo. – entonces entrarás a la apuesta de Neal?

-Es posible, necesitaré un transporte, mi padre amenazó con quitarme todo: mis tarjetas, mi auto e incluso mi departamento si sigo faltando a clases y no mejoro mis notas.

-Tan mal están tus notas?

-Imagínate! Anderson está en mejor posición que yo, baje al lugar 12.

-Wow, eso ya es mucho. – ambos jóvenes soltaron una carcajada. – pero enserio bajaste al lugar 12? Tú estabas entre los 5 primeros de la clase.

-Y por eso la molestia de mi padre, si no me quitó todas las tarjetas y el auto desde ahora fue por mi madre. La bruja de Grey es una chismosa, debió esperar a que dé los exámenes antes de comunicarse con mi padre.

-Es la directora del colegio, es su obligación reportar estos casos a los padres.

Terry ya no pudo contestar a su amigo, pues la maestra de idiomas ingresó a la clase, dando inicio con esto las labores educativas de ese día. Se concentró en las pruebas y cuando estas terminaban, antes de salir del aula siempre dirigía una mirada disimulada hacia el último asiento de la fila, donde una rubia guardaba de manera lenta sus pertenencias para después salir del aula y tomar su descanso.

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Hola! Volví con una nueva historia que espero sea de su agrado. Esta tardará un poco más en sus publicaciones, pues estoy con mucho trabajo; sin embargo no pude contenerme en publicar, ya que un día como hoy hace un año me uní a fanfiction como escritora con "Lucharé por ti mi amor"… y bueno, quería celebrarlo publicando una nueva historia que será obviamente de nuestros rebeldes.

Como siempre les mando saludos y espero que se encuentren bien.

Abril, 21 del 2021.