Hoy y siempre

Los personajes de Glee le pertenecen a RM, Fox y otros

Los años habían permitido que el dolor fuera un algo con lo que se podía seguir respirando. A veces todavía veía detalles que le encantaban y hacían sentir eufórica y todavía tomaba el celular para llamarle. A él.

A Finn.

A pesar de todos los cambios en su vida, incluso cuando llevaba ya tres largos y hermosos años casada con Jesse, todavía pensaba en Finn primero. Afortunadamente, su dulce esposo lo entendía, sabía que era una relación entre tres y que, si bien ella lo amaba, y vaya que lo amaba, el amor de su vida era y siempre sería Finn.

Era inevitable.

Por eso, cuando vio el resultado de su prueba de embarazo esa mañana, ella tomó su celular y, con el corazón en la mano, estuvo a punto de marcarle a ese número eterno donde ya no cabía ni un solo mensaje de voz más. Porque ella y Kurt y Carole y muchos en Ohio solían marcar para escuchar el "hey, soy… Finn y deja tu-tu mensaje" seguido de una risa de ella misma ante el balbuceo inesperado de ese chico de gran corazón.

Sin embargo, se detuvo un instante y observó el número en la pantalla, tomó un respiro y sonrió, tomando otra decisión en su lugar.

Tenía otra alternativa, otro número que siempre estaba disponible y entre sus favoritos. Un número que, tras solo unos segundos de espera, daba paso a un gran abrazo que siempre la reconfortaba. Siempre sentía esos brazos largos y fuertes sosteniéndola, ayudándola a mantenerse en pie.

—Hey, Carole… ¿Adivina qué…?

Hace 7 años que no escribía nada, so... here is.