Nota: ¿Cómo se me ocurren estas parejas crack? No sé, pero están muy divertidas y pues, quería emparejar a Utahime con alguien más (que no sea Gojō). Muchas gracias por leer uwu y una disculpa por el fuera de personaje.
La mujer nuevamente está enojada, y también, borracha. Muy borracha.
- ¡Maldito imbécil! – era lo que balbuceaba Iori, acostada en la mesa del comedor. Él ya sabía quién era ese maldito imbécil, por lo que solamente la dejó escupir cuantas maldiciones quisiera mientras hojeaba una revista de kimonos –, ¡Como lo odio, lo detesto! ¿Acaso me ve cara de juguete!
- Sabes que Satoru Gojō es un payaso.
La escucha refunfuñar y no pasa ni cinco minutos y la escucha reír. Y lejos de sorprenderse o ver qué está haciendo, Sukuna pasa la página de la revista; ya sabe que va a hacer la pequeña mujer.
- De esta no te salvas, Satoru Gojō – nuevamente la escucha reír, e incluso puede jurar, que está sonriendo mientras marca al número de su mejor amiga –. A ver si esto es de tu talla.
La mujer podía ser diabólica cuando quería, sobre todo si estaba ebria. Y eso le resultaba divertido y entretenido a Sukuna.
Sonrió levemente, pasando otra página de la revista.
O ese era el plan hasta que escuchó un ruido sordo, haciéndolo suspirar.
Otra vez, la mujer se había desmayado por excederse con la bebida. Lo más probable, es que se desmayó en medio de la llamada; por lo que, dejando la revista a un lado, se levantó a donde ella estaba y tomó el celular, contestando.
- Tomó demás otra vez – respondió, mirándola de reojo, divertido –. Y otra cosa, ¿Podrías controlar a tu payaso?
- No te preocupes, le tengo el castigo perfecto preparado.
Sukuna sonrió.
- Bueno, es todo, adiós – colgó, sin esperar respuesta. Guardó el celular de Utahime en su bolsillo del short para luego cargarla como una princesa y llevarla a su habitación.
Lo más seguro es que le diera resaca mañana.
