Disclamer: Todo lo conocido es de Horikoshi Kohei.
Historia escrita para el primer día del KiriBakuWeek 2021...
Prompts: Cumpleaños de Bakugou y Mejores Amigos.
Portada: mha_kokonotori en Twitter.
NdA: Los eventos pasan cuando los estudiantes regresan para empezar su tercer año en U.A.
Se estaban regresando del gimnasio gamma, Bakugou estaba caminando más rápido de lo usual; se sentía realmente cansado y quería llegar lo más rápido posible a darse una ducha. Ya llevaba un par de semanas, gracias a las vacaciones, sin entrenar tanto con Kirishima, además, lo veía nervioso y tenso desde que le había pedido que lo acompañara al gimnasio esa tarde. «Está muy raro… y no me ha felicitado aún, ¿se le habrá olvidado?». No le quiso preguntar nada mientras estuviesen fuera; Bakugou estaba esperando a que estuvieran solos en la tranquilidad de su habitación para hacerlo.
Cruzaron hacia el pasillo de entrada al dormitorio y Kirishima se detuvo frente a él rápidamente. Lo tomó de la mano, entrelazó sus dedos con fuerza y empezó a correr con él hasta la puerta, abriéndola de golpe, dejando a sus compañeros impactados hasta que se dieron cuenta que él estaba bajo el marco, con una ceja alzada y los brazos cruzados frente al pecho.
—¡SORPRESA! —gritaron todos los presentes, dejando lo que estaban haciendo—. ¡FELIZ CUMPLEAÑOS, BAKUGOU-KUN!
—¿Qué se supone que es esto? —preguntó Bakugou, observando a todos lados antes de dedicarle una mirada más larga e intensa a su novio.
—¡Feliz cumpleaños! —exclamó Kirishima, emocionado, con esa expresión en el rostro que denotaba que estaba a la espera de saber qué era lo que él estaba pensando.
—¿En serio? —murmuró, casi rindiéndose, caminando hacia la multitud reunida en medio del patio—. Gracias, supongo.
—Vamos a comer —dijo Denki, trayendo los platos para que se sirvieran—. ¡Muero de hambre!
«Esto explica muchas cosas». Kirishima lo haló hasta la esquina de la mesa donde estaban los platos vacíos, le preguntó que qué quería comer; dándole a entender que él le serviría la comida. Bakugou igual intentó quitarle el plato de las manos o, agarrar otro y servirle a él su porción pero su novio no lo dejó, alegando que era el cumpleañero y que sólo quería verlo sonreír.
Observó los recipientes con diversas delicateses culinarias. Vio a Todoroki llenar su plato hasta arriba de fideos. «¿Es que acaso mitad y mitad no come otra cosa que no sea soba?». Se sorprendió cuando vio a Sato sirviéndose una mezcla bastante extraña de legumbres. «Al menos no todo lo que come es dulce». Sacudió la cabeza cuando su mirada se detuvo en un platillo que reconocería dónde fuese, se le desviaron los ojos hacia los de su novio, dedicándole una mirada de reojo y viéndolo sonreír coquetamente, confirmando lo que pensaba.
—¿Cómo llegaste a prepararlo sin que me diera cuenta? —le preguntó, acercándose más a él y ladeando un poco la cabeza.
—Tengo mis métodos —respondió, alzando los hombros y guiñándole un ojo.
—Entonces, ya deberías saber muy bien lo que quiero comer. —Bakugou observó a su alrededor a ver si alguien los estaba viendo—. Al menos por ahora —gesticuló en silencio; vio a Kirishima erguirse lo más que pudo, manteniendo la cabeza gacha para esconder el sonrojo que cubría su rostro causado por la pena.
Su pareja le sirvió una cucharada del plato de pollo y se lo tendió; parecía esperar que Bakugou tomara el plato pero, en su lugar, lo que él hizo fue cruzarse de brazos y mover la cabeza haciéndole entender que le pusiera un poco más. Sonrió momentáneamente a espaldas de su novio, una extraña felicidad lo invadió al sentirse el consentido de Kirishima.
—Ei, ¿tú qué vas a comer? —interrogó, agarrando su plato y dando un corto paso hacia atrás para intentar darle más espacio a su novio.
—Ahí hay unos trozos de carne con una salsa blanca que se ven muy buenos —murmuró, estirándose hasta llegar a dicho recipiente, acercándolo hacia donde ellos estaban—. ¡Proteínas!
—Tú y tus cosas masculinas —dijo Bakugou, colocándose a su lado, rozándole el brazo al querer apoyar su plato en la mesa—, debe ser por eso que eres tan gay.
—Vamos a comer —murmuró Kirishima, riéndose antes de tomarlo de la muñeca que tenía más cerca y conducirlo al único mueble que seguía vacío en la sala común.
Bakugou se quedó viendo a su novio un momento, antes de probar su pollo picante con la mirada clavada en los ojos rojos de Kirishima; enseguida supo que sí había sido él quien lo había preparado.
Cada uno de sus compañeros se había servido un poco de cada cosa. «Los extras lo dan todo por una fiesta… Recién empezamos clases hace un par de días y todos acá disfrutando de reuniones a mitad de semana».
Él no lo aceptaría en voz alta pero sí se había emocionado al verlos a todos juntos para celebrar su cumpleaños. «Tiene que haber sido Eijiro quién les dio la idea… o el nerd, ese también piensa en estas cosas».
—¡Hey, Bakugou! —Escuchó que alguien decía su nombre detrás de él.
—¿Qué quieres, orejas? —responde, girando la cabeza y encontrándose con un par de ojos negros demasiado delineados para su gusto.
—Voy a poner música, —le preguntó, enrollando un dedo en su cable derecho—, ¿algo especial?
—Ya sabes, lo de siempre —dijo, regresando a su posición inicial para dar por terminada la corta conversación; pudo escuchar el bufido de Jirou sobre su cabeza.
Sintió a alguien sentarse a su lado, en el puesto que había quedado vacío del sofá. Reconoció el cabello verde vibrante y no tuvo que esperar mucho para escucharlo balbucear, hablando más alto de lo usual para poder hacerse oír, sobre su amistad, sobre cómo sería un gran héroe cuando terminaran, sobre lo asombroso que eran sus nuevos movimientos especiales y lo feliz que lo hacía poder seguir estudiando con él.
Hacía mucho que se había acostumbrado a los murmureos de Deku pero eso no los volvía menos exasperantes. Lo vio de reojo, notó su plato casi vacío y decidió que había encontrado la forma de callarlo por el momento. Agarró el último bocado que le quedaba del pollo y se lo metió a Midoriya en la boca, disfrutando del inmediato silencio hasta que lo oyó quejarse de lo que había hecho mientras se abanicaba la boca. «Es más que obvio que el nerd tiene muy poca resistencia a lo picante».
Se levantó del sofá, seguido de Kirishima, que lo miraba con los ojos como platos y se disculpó con Deku en su nombre cuando llegó Todoroki a su lado, quien se dedicó a observarlo con los ojos entrecerrados por lo que le había hecho a su novio. «¿Cómo puede aguantar tanto al nerd?». Dejó su plato sobre la pila que empezaba a formarse en una esquina de la mesa y fue interceptado por Mina, halándolo hasta una silla al lado de un grupo de cajas.
—Ábrelos —le dijo; parecía estar a punto de dar saltitos por la emoción.
Observó a todos acomodarse alrededor para poder verlo pero faltaba alguien. «¿Y Eijirou?». Mina sacudió ambas manos frente a sus ojos, llamando su atención; ella seguía sonriendo demasiado en júbilo para su gusto. «Capaz fue al baño, ya vendrá».
Abrió los regalos de uno en uno, volteando de cuando en cuando hacia todos lados, intentando dar con su novio. Una mezcla de molestia y preocupación comenzó a crearse en su interior cuando terminó con los regalos y se dio cuenta de que ya habían pasado más de quince minutos desde que se había sentado en medio de la sala y había perdido de vista a Kirishima.
—Subió las escaleras hace rato —murmuró Todoroki, entendiendo, sorpresivamente, lo que le pasaba por la mente.
Bakugou corrió escaleras arriba hasta el cuarto piso, como si su vida dependiera de ello, saltando tres escalones con cada movimiento. Veía rojo delante de sus ojos cuando llegó a la puerta de la habitación de su novio, casi la tumbó pero no encontró a nadie ahí. Sin pensarlo siquiera un segundo salió y dio el par de zancadas que lo separaban de su propio cuarto, le dio una patada a la puerta semi-abierta y encendió la luz.
Comenzó a respirar tranquilo cuando lo vio sentado en medio de la habitación pero había un pequeño problema: Kirishima escondía algo; tenía ambos brazos hacia atrás y lo observaba con la sonrisa más grande que él hubiese visto antes.
—Eijirou, ¿qué haces? —interrogó, cerrando la puerta detrás de él.
—¡Feliz cumpleaños, Kat! —murmuró, levantándose del suelo; seguía escondiendo algo.
—¿Y qué es eso? —preguntó Bakugou, señalando hacia él.
Estiró el cuello y se puso de puntillas, cuestionando lo que su novio estaba haciendo. «¿Por qué se mueve tanto? Ya estoy aquí… que me lo muestre de una vez». Terminó por acercarse a él para verlo. Kirishima levantó una mano en el aire, indicándole que detuviera su intento de saber lo que él tenía detrás.
—Kat…, —Los ojos de Kirishima brillaron más—, sé que no eres el más fanático de las cursilerías y te estresa que todo el mundo vea tu lado dulce, pero…
—¿Qué compraste, Ei? —Bakugou respiró hondo.
—Sé que hoy es tú cumpleaños pero pronto estaremos cumplimos un año de novios…, —Kirishima se mordió el labio, nervioso—, bueno, —Tragó saliva y sacó lo que tenía escondido—, ¡te quiero mucho, Katsuki!
Un peluche marrón claro estaba frente a él, parecía ser algún tipo de perrito. Bakugou estaba sorprendido pero, más que eso, su regalo le pareció dulce y gracioso a la vez.
—Angry pomeranian —suspiró, estirando un brazo hacia el suave objeto—, fuiste el primero en decírmelo y me terminé acostumbrando a que lo repitieras tanto.
—¿Te gusta? —Kirishima tenía los ojos vidriosos; estaba aguantando las lágrimas.
—Ven aquí. —Bakugou tomó el peluche con una mano y con la otra rodeó la cintura de su novio—. ¿Qué crees? —le susurró al oído.
—¡Feliz cumpleaños, mi angry pomeranian! —murmuró Kirishima, envolviéndolo en un fuerte abrazo.
Bakugou se separó un poco de él y le sostuvo el rostro con la mano que estaba rodeándole la cintura.
—Te quiero —musitó, casi sobre sus labios, besándolo justo al terminar la frase.
Kirishima atesoraba esos momentos tan dulcemente románticos que compartía con Bakugou; no le importaba que tan pocos fuesen, él los adoraba todos y cada uno de ellos.
¡Fin!
Y así le damos inicio a mi intento que participar en algo del fandom de este mundito...
Espero que les haya gustado, los leo en la cajita de comentarios!
