Descargo de responsabilidad: No soy dueño de Naruto.
Prólogo
Konoha:
Se veía a un niño rubio de aproximadamente 5 años caminando por las calles de la aldea en el cual nació. El niño vio que varios aldeanos lo veían con odio y miedo. Desde siempre ha sido así desde que nació sin saber la razón, pero la razón era porque él es el jinchuriki del Kyubi.
Teniendo suficiente e fue a su departamento solitario donde se recostó en su cama y comenzó a llorar en silencio recordando cómo se veían las familias felices y juntas.
" ¿Algún día podre tener gente así?" - pensó.
Suna:
Se veía a un chico pelirrojo en los columpios con un oso de peluche y con arena a su alrededor, por ser jinchuriki del Ichibi, triste con gente susurrando a cerca de él.
" Míralo no sé porque aún está aquí".
" ¿Por qué simplemente muere?"
" Escuchaste que hubo otro accidente".
" Si, debe deshacerse de él antes de que allá otro accidente"
El chico se fue triste hacia la mansión del Kazekage, su hogar, donde el único que estaba con él era su tío Yashamaru, ya que su padre no les permite a sus hermanos acercarse a él.
Iwa:
Un hombre de aproximadamente de 20 años con una armadura roja, caminaba con un hombre mayor pelirrojo. Entre ellos la gente empezaba a murmurar oa alejarse por miedo.
"No les hagas caso Han". -dijo el hombre mayor.
"Es difícil no hacerlo Roshi". -dijo fríamente Han.
"Recuerda que no eres el único por el que murmullan". –Respondió Roshi con un suspiro.
Ya que ambos empezaban a fastidiarse por ello, pero no podían hacer nada porque la mayoría se pondrían en su contra debido al Yonbi y al Gobi.
Kiri:
Un adolecente de 17 años que fue traicionado por su maestro al intentar extraerle el Rokubi, ya que si lo lograba él hubiera muerto. Decidió huir de su hogar aprovechando que no hubo un Mizukage por años y la aldea se fueron debilitada. Saliendo solo pensó en una cosa.
" Espero encontrar gente que me entienda". –Pensó mientras se iba.
Taki:
Una niña peliverde con piel bronceada iba a su hogar a las afueras de la aldea, debido a que los aldeanos no la quieren cerca de la aldea debido al Nanabi. Mientras llegaba a su hogar se preguntó:
"¿Abra gente como yo?" –Se preguntó a sí misma.
Isla no ubicada:
Un hombre estaba meditando en esta isla en su exilio auto impuesto, después de la masacre que lo obligaron a hacer en su aldea que todos los días lo atormentaba. En medio de su meditación pensó.
" Juro que algún día te encontrare y te voy a hacer pagar por manipularme." –Pensó el hombre con apariencia infantil.
Kumo:
Una chica rubia de 19 años se vieron saliendo de su aldea, ya que la mayoría la odiaba o la querían usar simplemente como un arma por ser jinchuriki del Nibi, pero decidió huir y buscar a sus hermanos jinchurikis para demostrar
Pero mientras se estaba cerca para salir se encuentra al otro jinchuriki de Kumo, el hermano menor del Raikage, Killer Bee.
"Un poco tarde para una misión, no numero dos". –Dijo Bee tratando de hacer un rap.
"¿Sabes lo que voy a hacer?" –Pregunto Yugito, recibiendo un asentimiento de Bee. - "¿Planeas detenerme?" –Volvió a preguntar.
"Planeabas buscar a los demás jinchurikis." –Dijo Bee, recordando que ella siempre quiso conocer a los demás jinchurikis. - "Y no me invitaste". –Dijo Bee con una sonrisa.
"¿Me vas a acompañar?" –Pregunto una Yugito sorprendida.
"Si vas a buscar a nuestros compañeros, necesitas al más fuerte". –Dijo Bee intentando hacer un rap.
"En primer lugar recuerda que no eres el único que controla a su bestia". –Dijo Yugito con una sonrisa, pero luego se puso seria. - "Y segundo porque vendrías conmigo, sabes que dejarías a tu hermano y nos volveríamos nukenins".
Bee se puso serio como lo hacía muy pocas veces.
"Porque al igual que tu quiero demostrar a los otros que podemos ayudarnos entre nosotros". –Dijo Abeja.
"Entonces que esperamos". –Dijo Yugito con una sonrisa que Bee copio,
Nota del autor: Este es el prologo de mi primera historia que se pudo notar se tratara sobre los jinchurikis y como hubieran sido las cosas si se conocían desde antes. Intentare subir los capitulo diario y un poco más largo.
Y sin más que decir, hasta la próxima.