Disclaimer: KHR No me pertenece, sino a la hermosa Akira Amano. Yo solo los tomo para j0tear un rato con ellos.
Bueno, agradezco a la hermosa Pao Molina por inspirarme (finalmente volvió a mi esta desgraciada) a escribir este pequeño shot de nuestra pareja favorita. Así que sin más que agregar espero les guste.
Creditos imagen a 1013_1014RT en twitter
Evitar R27
¿Por qué lo estaba evitando? No lo sabía, sin embargo, eso no evitaría que él consiguiera la respuesta a esa incógnita. Tsuna era su compañero de cuarto desde que había llegado como estudiante de intercambio a Italia, era un joven precioso y el no sentía vergüenza en reconocerlo porque él era la viva reencarnación de la belleza, prueba de ello eran sus constantes conquistas tanto de hombres como mujeres.
Pero con Tsuna había sucedido un poco diferente, tenía algo que sencillamente evitaba que fuera por él libremente. Se vio obligado a acercarse lento, ya que su origen japonés lo hacía naturalmente tímido y desconfiado de su persona; más aquello no lo desanimo. Lentamente con el pasar de los días esa gran brecha que los separaba él se encargó de acortarla con detalles y amabilidad que lo acercaron lo suficiente al castaño.
Llego a pensar que estaban en un nivel decente para decir que eran "amigos" y entonces sucedió…
Comenzó a evitarlo
¿Acaso había hecho algo mal? ¿fueron sus atenciones? ¿demasiados presentes? ¿muy empalagoso? No lo sabía a ciencia cierta, pero todo aquello fue dejado de lado, poco a poco sus acciones comenzaron a nacer de lo más profundo de su ser. Deseaba ser cercano a Tsuna en el poco tiempo que tenían juntos. No podía evitar aprovechar cualquier oportunidad para tocarlo, mimarlo, estar junto a él, era el sentimiento que comenzó a calentar su corazón. Era normal entre amigos ¿verdad?
Fue entonces cuando cansado de sus evasivas lo encontró sentado en una de las tantas banquetas que estaban al aire libre, su mirada perdida en el horizonte, su cabello se movía al compás del viento, mientras el sol lo iluminaba con bellas tonalidades naranjas características del atardecer, fue algo que le estrujo el corazón de buena manera. Decidió que era el momento de confrontarlo de una buena vez.
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Había escapado una vez las clases habían finalizado, tenía muchas cosas que pensar y que la razón de sus profundos pensamientos lo estuviera buscando no ayudaba de a mucho a calmar su agitado corazón. Entendía que Reborn al principio cuando se conocieron lo tratara con gentileza y amabilidad, total él era un extraño en tierras completamente desconocidas para su racionamiento, por lo que tenerlo a él como primer contacto y ayudarle a adaptarse al ambiente que lo rodeaba fue algo que agradecía infinitamente del azabache.
Sin embargo, las cosas fueron escalando a una velocidad que lo tomo completamente desprevenido y es que para Reborn podían ser normales, pero para él estaban comenzando a despertar sentimientos en su interior que no comprendía correctamente ¿se estaba haciendo ideas equivocadas? Probablemente, pero no sabía cómo llegar a aclararlas de manera adecuada ya que cada vez que se encontraba en compañía del azabache de patillas rizadas, las palabras se le escapaban de la boca y su mente era un completo caos.
Reborn era el sueño de cualquier persona que lo quisiera como pareja, él lo sabía y le daba un poco de vergüenza admitirlo, pero es que tanto su belleza como sus actitudes lo hicieron quedar flechado instantáneamente de él. Reborn era la viva imagen de un amante italiano perfecto. Por esa misma razón era que ahora se encontraba en la banqueta de las afueras del colegio debatiendo seriamente que hacer con sus sentimientos.
Nunca se había puesto a pensar en si le gustaban los hombres ya que era prácticamente un tabú en su país, a pesar de que su madre fuera abierta de mente temía por lo que pudieran decir los demás de él, de su familia, además también estaba el asunto de cómo se sentiría Reborn al momento en el que lograra confesarse (cosa que dudaba) No quería perderlo ya que era su primer amigo y por sus sentimientos erróneos terminaran por separarse. Era algo que lo tenía angustiado.
Suspiro pesadamente, bebiendo un poco de agua de la botella que había traído consigo ya que aunque estuviera atardeciendo estaba acalorado, tanto que la fina camisa de lino se le pegaba a la piel por el sudor que salía de su cuerpo, cosa extraña ya que él nunca se había sentido de ese modo. Experiencias nuevas que adquiría a medida que disfrutaba su intercambio.
Venir aquí fue una de las mejores decisiones que había tomado en su vida, no lo negaría pero aun así ¿Cómo enfrentar de manera adecuada a Reborn si no era capaz de mirarlo a los ojos? —Esto es un desastre ¿Cómo le voy a decir esto? —. Fue entonces que unas manos lo atraparon con suavidad por la cintura, mientras apoyaba su rostro en el hueco de su hombro y hablo con suavidad cerca de su oído. —¿Decirme que? —. Pregunto el azabache, aprisionándolo sin darle oportunidad alguna de escapar.
Solo basto un segundo para que todo su ser reaccionara a su toque, su piel se erizo, su cuerpo se tensó por completo y se vio incapacitado para responder a su pregunta mientras sus miradas se encontraban, miel contra obsidiana —¿Tsuna? —. Pregunto Reborn, en el momento en que pudo sentir con sus manos como el corazón del castaño latía como si estuviera corriendo una maratón y sus mejillas se tornaban de un tierno color rosa.
En ese momento lo supo, que no era el único que deseaba ser algo más para el otro.
Aquí esta una pequeña cosita que nació, aprovechando para desempolvar la página. La motivación me va llegando de a pocos, así que paciencia. Si es que aún hay gente que me siga por acá.
