¿Por qué el tiempo avanzaba tan lento? Solo cinco minutos más y ya podría ir al lugar donde realmente era necesaria su presencia.
—Rápido maldita sea .-ya tenía todas sus cosas guardadas, no le importaba que el profesor siguiera dictando su clase, después de todo él ya era lo suficientemente inteligente como para entender de lo que hablaba.
Al fin, sonó el timbre y tomo su mochila para salir casi corriendo del salón de clases, apenas despidiéndose de sus amigos, quienes ya sabían a dónde iba con tanta prisa. Necesitaba llegar rápido, necesitaba ocupar todo el tiempo posible que le dieran.
Tomó su bicicleta fuera del establecimiento y pedaleó lo más rápido que pudo rumbo al gigantesco edificio de varios pisos. Hizo lo mismo de siempre, se registró en la recepción y tomó el ascensor que lo llevará al lugar indicado.
Mientras caminaba a su destino se encontró con Ruri, tenía una mirada triste y las ojeras se notaban en su cara. Llegó en el momento justo al parecer.
—Senku .-la rubia de cabello liso le dio una sonrisa, la cual no llegaba del todo a su rostro.
—Hola .-se acercó a la chica quien se levantó para recibirlo-. ¿Cómo está?
—Está en quimioterapia en estos momentos .-bajo la mira un poco, su rostro demostraba cansancio-. Se alegrará de verte.
—Ve a tu casa, me quedaré esta noche .-su respuesta no era lo que quería escuchar, definitivamente no era lo que quería escuchar.
—Oh, pero todavía llevas el uniforme del colegio... No es necesario yo pue-...
—Necesitas descansar. Si la leona te sigue viendo así se enojará y se preocupara por miedo a que tú tengas una recaída .-ignoró a la chica solo para volver a caminar de nuevo al lugar al que quería llegar.
Ruri suspiró, era verdad lo que decía el chico. No tenía caso discutir, necesitaba una buena ducha y un descanso después de estar tres días seguidos allí.
—Gracias. Cualquier cosa, por favor llámame .-habló aún a sabiendas que posiblemente el albino con puntas verdes ignoraría esa petición, para que ella pudiera tener un buen descanso. Si es que podía.
Senku simplemente siguió caminando por el pasillo, el sonido de todos los aparatos médicos y el sonido de las sillas de ruedas o camillas era constante en ese sector del hospital. Una que otra vez le tocó ver cómo se llevaban a alguien con una manta blanca cubriendo todo el rostro, y todas esas veces se desesperaba y corría a la habitación a la que quería llegar, con miedo de no verla allí.
Ese pensamiento lo asustó, nuevamente así que apresuró el paso para poder llegar a la habitación de ella.
"401, Yamaha Kohaku"
Tomó la manilla de la puerta para abrirla lentamente y solo pudo soltar todo el aire acumulado en sus pulmones cuando la vio recostada en la cama, observando hacia la ventana en silencio, pero al sentir como la puerta se abría giró la cabeza para poder encontrarse con los ojos de él. Y él vio como el brillo en sus ojos azules volvía, dedicándole una sonrisa. Esa sonrisa que siempre lo hizo sentir cómodo y feliz.
—Senku .-su voz ya no era la de antes, o por lo menos ya no era con el mismo ánimo de antes.
—Leona ¿Qué tal la quimio? .-cerró la puerta tras de sí y caminó hacia el sillón al lado de la cama de ella. Demasiado lejos para su gusto.
—Bien, me tiene agotada .-otra sonrisa en su rostro, una sonrisa que no llegaba a sus ojos, aunque quisiera-. ¿Qué tal las clases?
—¿Te dijeron algo nuevo? .-ignoró la pregunta. Ruri no le había dicho nada, esperaba que ella le diera más información.
—Lo mismo de siempre. Te pregunté algo, bastardo.
Ah, allí estaba su leona de siempre.
—Bien .-abrió la mochila y se acercó a ella para entregarle un pequeño muñeco el cual tenía la forma de ella-. Yuzuriha te manda esto. El grandulón de Taiju te manda saludos gritones, Tsukasa y Minami dijeron que vendrían a visitarte mañana.
Kohaku tomó el muñeco entre sus manos acariciándolo suavemente. Era un muñeco muy lindo, tenía el uniforme de Kendo puesto y una pequeña espadita en la mano derecha. Yuzuriha se produjo esta vez.
—Diles gracia a todos de mi parte, por favor .-su vista seguía fija en el muñeco que hizo su amiga. Como deseaba volver a entrenar.
—El viejo y Lillian también te mandan saludos. Esperan venir a verte lo más pronto posible .-no se volvió a su asiento. Quería estar cerca de ella.
—Diles que no es necesario, ellos igual tienen que hacer su vida.
Se produjo un silencio tenso en la habitación de aquel hospital.
Hace dos años que Kohaku había comenzado a manifestar síntomas de anemia, pero para ese entonces ella estaba más al pendiente de la salud de Ruri, la cual había caído en una Neumonía mal cuidada, pero milagrosamente su hermana se curó gracias al tratamiento.
Ella no corrió la misma suerte, a fines de ese año fue diagnosticada con Leucemia, había desarrollado un cáncer mal tratado por todo el tiempo que no se cuidó, pero ella jamás se sintió derrotar, no hasta que comenzaron las quimios y tuvo que internarse en el hospital, de eso hace siete meses.
Siete meses en los que Senku llevaba yendo a diario. No tenían una relación, solo eran amigos, pero todas sabían de los sentimientos que tenía el futuro científico hacía la rubia Leona, sentimientos que él había ocultado muy bien desde que se dio cuenta y todo fue porque ella estaba más preocupada por su hermana, no tenía tiempo para lidiar con sentimientos ilógicos y él mucho menos, estaba más ocupado con la escuela y sus investigaciones. Todo valía para entrar al programa especial de la NASA.
—El doctor dijo que mi cabello comenzará a caerse .-Kohaku habló mientras volvía acariciar el muñeco-. Bueno, no importa. Es solo cabello .-levantó la mirada, otra vez encontrándose con los ojos de Senku-. Así ya no podrás decirme Leona.
Contuvo la respiración un par de segundos nuevamente. ¿Ella sin su melena? El cabello de Kohaku era un de las cosas que más le gustaba en la vida, esa coleta extraña que dejaba parte de sus cabellos rubios igual a una melena de un León.
No supo en qué momento su cuerpo había reaccionado de manera automática porque ahora una de sus manos había atrapado uno de los mechones a los lados del rostro de la chica.
—No importa .-nuevamente su respiración había vuelto a funcionar. Sonrió un poco mientras llevaba su mano hacia la frente de la Rubia para darle un pequeño golpecito juguetón-. Sigues siendo una Leona con o sin tu melena.
—Eres un bastardo ¿Sabías? .-Kohaku sonrió tocando su frente mientras la acariciaba.
—Sí, me lo dices a diario .-volvió a sentarse en el sofá para sacar sus cuadernos y un lápiz, debía realizar sus deberes-. Ya duérmete. Tienes una cara de cansancio en estos momentos.
—¿Te quedarás? Mañana tienes cla-...
—Leona, duérmete. Estaré aquí cuando despiertes.
Kohaku dudo un poco, pero era verdad que su cuerpo ya no del cansancio... Pero no quería dormir, sabiendo que había una posibilidad que al despertar Senku ya no estuviera allí o que ella... No, debía hacer caso y dormir, así que se tendió mejor en la cama arropándose y en el momento en que su cabeza tocó la almohada ella simplemente se durmió.
Después de que terminará sus tareas, se levantó para salir de la habitación y llamar a su padre, para que avisarle que se quedaría allí esa noche.
—¿Necesitas que te lleve algo? ¿Ropa? ¿Comida?
—¿Una manta? .-la voz de Lillian no sonaba tan lejos, seguramente su padre lo tenía en alta voz.
—No, gracias. Tenía planeado quedarme aquí desde la mañana así que traje lo necesario.
—Está bien hijo... Dale mis saludos a Kohaku-chan de mi parte.
—Dile que tiene todo nuestro apoyo y que la iremos a ver el fin de semana.
—Está bien. Adiós.
Y cortó la llamada para poder volver a mirar a Kohaku.
Estaba más delgada, su cara ya no era la misma y su piel era de un tono más blanco, mucho más de lo que era antes.
No daba indicios de que fuera a despertar, por lo menos no hasta el día siguiente cuando volvieran a llevarla a una nueva sesión de quimioterapia.
—Tienes que recuperarte Leona .-tomó su mano con delicadeza, sintiendo como está la presionaba aún en sus sueño-. Puedes salir de esta idiota. Tienes que salir de aquí Kohaku.
El no creía en ninguna divinidad. Solo en la ciencia, sólo la ciencia podía salvar a Kohaku.
Y por eso había cambiado su decisión de estudios hace tiempo, porque él estaba enamorado de ella. Porque Kohaku simplemente lo más importante que tenía en ese momento, porque no quería perderla, por eso si había una mínima posibilidad de ser de ayuda, él lo haría. Iba a hacer hasta lo imposible por salvarla y poder confesarle sus ridículos y molestos sentimientos.
Continuará...
Soy bien pinche jodida con ustedes xD
Esto será solo un Three Shot, lo actualizaré cuando tenga tiempo porque estoy trabajando en mi tres fics principales y quiero tratar de terminar por lo menos Suika Life antes de comenzar con otro proyecto de fanfic. Porque Incubos y Not Family aún tienen para rato xD
Gracias por leer y espero les guste, ando con penita y por eso es tan cortito y tristecillo.
Perdón las faltas de ortografía y demás.
¡XOXO!
