Ningún personaje me pertenece. La historia fue hecha para entretener.

Que estén bien.

De flores y notas

Zenitsu siempre lo entregó todo cuando se enamoró. No es que le gustara ser así, pero era parte de su naturaleza hacer todo lo humanamente posible, y más, a la hora de darle a entender que le gustaba a alguien.

¿La chica quería un regalo en específico? El juntaba dinero como sea y se lo entregaba.

¿No estaba segura? Él le daba más tiempo.

¿No lo conocía? Pues saltar a los brazos de la susodicha mientras le gritaba que se casara con él era un buen e impactante método para llamar la atención.

Si el primer intento no funcionaba pasaba a las flores, regalos, más flores y más regalos.

Así que si, Zenitsu estaba más que acostumbrado a entregar el 100% de si para poder llamar la atención de esa persona especial. Lo tenía tan asumido que sintió una enorme sorpresa y confusión al ver un girasol acostado cómodamente sobre su cama a la hora de ir a dormir en la finca de la mariposa.

Lo observó por un momento sin entender lo que estaba pasando. ¿Qué hacía un girasol en su cama? ¿Por qué estaba ahí en primer lugar?

- ¡Ah! ¡Entiendo! – No tuvo que pensarlo mucho para llegar a la conclusión más obvia. - ¡Me están jugando una broma!

Tomó la flor entre sus manos y sonrió pensando en la pobre plantita que había tenido la mala suerte de haber sido la broma del día para Zenitsu.

Decidió guardarla a pesar de eso, porque no era culpa gel girasol haber sido cortado para aquel propósito y realmente era hermosa. La acercó a su rostro para olerla, por algunos minutos se imaginó siendo querido por alguien, y que esa persona se la había dejado para llamar su atención.

Cortó aquel pensamiento tan rápido como llegó y finalmente optó por dejar aquella flor bajo la cama.

Tanjirou e Inosuke llegaron minutos después y comenzaron a conversar sobre el entrenamiento del día. Zenitsu escuchó el latido de sus amigos con tranquilidad y un extraño sonido le hizo llevar su atención a Tanjirou, este lo observaba con cierta confusión en su rostro ¿habrá olido sus emociones por haber recibido el girasol? Zenitsu no estaba seguro porque él no poseía el don de su amigo, aun así, el chico solo le sonrió al sentir su mirada y él se la respondió con otra.

Los tres se acostaron en sus camas y rápidamente se quedaron dormidos sin que alguno mencionara la flor.

Zenitsu no evitó soñar con aquel girasol. Tal vez había sido una broma y lo comprendía, pero era la primera vez que le daban algo y su corazón seguía latiendo rápidamente por eso.


Al día siguiente, fue otro girasol junto con algunos dulces los que lo saludaron cuando entró al cuarto después de un horrible día de entrenamiento.

Estaba cansado, adolorido y con ganas de morir, lo de siempre, pero aquellos regalos encima de su cama lo hicieron olvidar todo aquello. Tomó los objetos entre sus manos confuso.

¿Si era una broma cual era el punto de seguir haciéndola? ¿Acaso quería ilusionarlo para luego romperle el corazón? ¿Qué clase de persona haría eso?

Negó con la cabeza. Estaba en un lugar lleno de cazadores de demonios, se suponía que esta gente era seria. Recordó a Kaigaku y dudó nuevamente.

Miró bien los dulces y descubrió que eran uno de sus favoritos. Al menos la persona había hecho bien su tarea.

Dejó la flor junto a la otra y no evitó sonreír. Realmente se sentía bien recibir cosas de sorpresa broma o no.

Cuando escuchó los pasos de Inosuke intentó tragarse el resto de los dulces para que no fueran devorados por el otro. Tal vez era una broma, pero no compartiría aquella delicia con ese bruto. ¡Era la primera vez que le regalaban algo que le gustaba!

- ¡¿Qué estás comiendo?!

- Mafa… - Intentó hablar con la boca llena.

Inosuke rápidamente comenzó a perseguirlo para quitarle su regalo y el no evitó correr para que no lo consiguiera.

Tanjirou los encontró en medio de su loca carrera y los observó con confusión.

- ¿Qué pasa?

- ¡Monitsu no quiere compartir los dulces! – Gritó con rabia el chico con cabeza de jabalí.

- ¡Son míos! – Lloraba Zenitsu aferrándose a sus regalitos mientras el otro jalaba sus ropas.

Nezuko se acercó a los jóvenes para ver lo que Zenitsu ocultaba, el rubio le sonrió y con un rápido movimiento se libró de Inosuke para darle un dulce a la niña. Esta le sonrió en respuesta y luego corrió al lado de Tanjirou para mostrarle el regalo, este le acarició la cabeza con una sonrisa.

- ¡Ahh! ¡¿Y por qué yo no?! – Ahora estaba indignado.

- ¡Te los comerás todos! – Zenitsu intentó meterse los dulces a la ropa.

- ¡El más fuerte se los come!

- ¡Son un regalo para mí! ¡Yo decido a quien darle!

Rápidamente se escondió detrás de Tanjirou y Nezuko. Inosuke se quedó delante con una notoria vena en la frente.

- Vamos Zenitsu, al menos dale uno.

- ¡Después me los quitará todos!

Se aferró a la ropa de Tanjirou con más fuerza, no dejaría que estos dulces se desperdiciaran con Inosuke. Mas dejó de pensar cuando una firme mano se pasó por sus cabellos y llevó su atención a los cálidos ojos de su amigo.

- Al menos uno ¿Si? A mí no tienes que darme nada, pero por favor dale uno a Inosuke.

El rubio hizo un puchero, odiaba cuando Tanjirou lo observaba con esos ojitos de cachorro mientras hacía esos sonidos de tristeza.

Rápidamente sacó uno y lo dejó de mala gana en la mano de su amigo que la llevó a Inosuke. Este se lo tragó de una y luego hizo una mueca.

- Muy dulce.

- ¡Deja de joder!

Inosuke lo ignoró y se acostó en la cama para rápidamente quedarse dormido.

- Gracias Zenitsu. – La gentil sonrisa que obtuvo de Tanjirou le hizo seguir con su puchero.

- Eso fue un desperdicio.

- Pero de esa forma Inosuke se siente incluido.

No quiso responder porque sabía que tenía razón. Él también se hubiera sentido mal si Tanjirou, Inosuke o Nezuko no compartieran algún regalo con él. Eran como una familia, una bien rara, pero familia, al fin y al cabo, lo normal sería compartir.

La mano de Tanjirou continuaba en su cabeza y con una última caricia se alejó. Su cuerpo se movió para evitar aquel maravilloso contacto, pero sabía que no se podía hacer nada por lo que se detuvo.

- Voy a llevar a Nezuko a su habitación.

Zenitsu asintió y dándole las buenas noches a la chica se acostó en la cama. Dejó los dulces que quedaban dentro del velador. Se dedicó a ver el techo antes de sentir los suaves latidos de Tanjirou acercándose nuevamente.

Sonrió al tener aquella melodía a su lado nuevamente y se quedó dormido con el suave y dulce "Buenas noches" que su amigo les dio antes de dormir.


Bien, un día de broma es aceptable, dos, sigue siéndolo, pero qué pensar al ser tres semanas. Zenitsu había recibido una flor cada día por ya tres semanas. ¡¿Qué diablos estaba pasando aquí?!

¡Tres jodidas semanas!

¿Podía una broma durar tanto?

Esta vez era un nuevo girasol junto con una nota los que se encontraban en su cama. Se sorprendió al ver el sobre junto al girasol, eso era nuevo al modus operandi de aquella persona. Observó su velador ahora con un jarró lleno de flores con girasoles, tulipanes multicolores, blancos, amarillos, negros, rojos, dobles y jaspeados. Todas esas flores adornaban y le daban más vida a la habitación con sus bellos colores. Ni siquiera Inosuke se había burlado de las flores y eso ya era bastante raro.

Zenitsu simplemente no entendía que diablos estaba pasando. ¿Si no era una broma qué era?

Tomó la nota y la abrió con cierta duda.

"Sigue esforzándote al máximo."

Era lo que decía con una hermosa letra, se notaba la dedicación que le habían puesto.

La miró, la puso a contraluz en caso de, la olió, pero no tenía un olor en particular, la volvió a leer y se quedó observándola sin entender.

- Vaya.

Saltó al escuchar aquel comentario solo para ver a Aoi en la entrada.

- ¿Eh?

- De verdad no lo creía cuando las chicas me lo dijeron. – La niña lo observó con seriedad. – Pero realmente estas recibiendo flores y cartas de amor ¿Eh?

La chica lo decía como si nada, pero Zenitsu podía escuchar la sorpresa y un poco de envidia en su interior. ¿Ella estaba sintiendo esas emociones porque el recibía cartas y notas?

- ¿No es una broma? – Preguntó aun confundido por la situación tan rara.

- ¡¿Quién perdería semanas de su vida haciéndote una broma?! – Gritó ya pareciendo ser más ella.

- No… lo… es…

Lágrimas se formaron de sus ojos y luego le sonrió a la chica llorando.

- ¡Le gusto a alguien!

- Felicidades. – Suspiró y se golpeó la frente, a veces este niño era demasiado para ella.

- ¡Le gusto a alguien!

Zenitsu rápidamente se acercó a la chica.

- ¿Fuiste tú Aoi?

- ¡Claro que no!

Y alejándolo con fuerza se fue de la habitación. Normalmente aquel rechazo bajaría su estado de ánimo solo que su sonrisa continuaba en su cara al igual que las lágrimas. Abrazó la carta con fuerza.

- ¿Estás bien Zenitsu?

Apenas escuchó los sonidos característicos de Tanjirou y se dio cuenta de su presencia cuando le habló. Se dio la vuelta para sonreírle con mucha alegría ante su recién descubierta admiradora secreta.

- ¡Le gusto a alguien Tanjirou!

El extraño sonido que hizo su amigo junto con los segundos que tardó en responder le pasaron completamente desapercibidos por su alegría.

- Me alegro por ti Zenitsu.

Le sonrió el otro con la misma calidez y Zenitsu simplemente se dejó envolver por aquel hermoso sentimiento.

Nunca pensó que le iba a gustar a alguien.

Realmente se sentía bien recibir cosas. ¡Podría disfrutar del hecho de ser querido para alguien!


Las flores continuaron llegando a su cama sin falta, las notas se demoraban más, pero Zenitsu comprendía que no siempre se podía escribir, además que le faltaría espacio a su velador si colocaba todas las notas y regalos. De por si el pobre mueble ya se encontraba con muchas flores.

Aparte de girasoles y tulipanes, rosas rojas, blancas, rosas, azules, amarillas, lavandas, negras y malvas estaban junto a las otras.

Era como si su admiradora secreta eligiera un tipo de flor en particular y luego se la enviaba en distintos colores.

Ha pasado un mes desde la primera nota, dándole un total de cinco hermosos comentarios para su persona.

"Sigue esforzándote al máximo."

"Me encantan tus sonrisas."

"Por favor no pierdas la fe."

"Deseo una gran felicidad para ti."

"Eres hermoso bajo la luz de la luna."

Se podría decir que recibía una nota por semana y el día en que la recibía variaba por completo por lo que no podía esperar un día en particular para encontrar aquel sobre en su cama. ¡Le encantaba!

El corazón de Zenitsu latía sin control cada vez que encontraba el deseado papel junto con las flores. Incluso despertarse todos los días sintiendo el olor de aquellos regalos le resultaba de lo más agradable. Realmente era un detalle que nunca había recibido de alguien y le fascinaba. Lo hacían sentir querido y especial. Incluso se esforzaba más en los entrenamientos para recibir su recompensa al final del día.

Si tan solo supiera quién era esa persona.

Porque de lo que estaba seguro es que no era una broma cruel y malvada, definitivamente nadie se tomaría casi dos meses de su vida para enviarle flores y escribirle notas. Además, la letra era perfecta, se notaba la dedicación que le ponían a cada escrito.

Se sonrojó con el comentario de la luna.

Nunca se había sentido guapo, mucho menos hermoso. ¿Cómo sería el mundo de aquella chica? ¿Cómo vería las cosas como para considerarlo hermoso?

- ¿Qué ves Monitsu?

Inosuke lo sacó de sus pensamientos y gritó cuando las cartas fueron arrebatadas de sus manos.

- ¡Eso es mío!

- ¡Ya lo sé! – El chico con máscara de jabalí observó las notas, pero al no entenderlas las lanzó sin más a la cama del rubio. - ¡No tiene nada especial!

- ¡Es porque no sabes leer idiota! – Rápidamente tomó los papeles y los guardó dentro del velador. – Un bruto como tú nunca entendería la hermosura de estas cosas.

- ¡¿Qué dijiste?!

Al ver como Inosuke se le acercaba con una clara intensión asesina de la que ni siquiera era necesaria escuchar, Zenitsu no dudó en chillar y dirigirse a la puerta para huir de alguna golpiza, para su fortuna Tanjirou entró y se escondió detrás de este.

- ¡Que no me golpee! – Gritó aferrándose a las ropas de su amigo.

- ¡Te mereces un buen golpe! – Inosuke más que molesto se encontraba herido por haber sido insultado al no saber leer.

- ¿Eh? - Y Tanjirou no comprendía nada porque siempre llegaba cuando el desastre ya estaba hecho.

Pero como era la dinámica de aquellos jóvenes, las malas energías se calmaban y luego los tres iban a sus respectivas camas para descansar.

Inosuke al principio batallaba al no poder golpear al rubio a gusto antes sus palabras idiotas, pero siempre era el primero en quedarse dormido cuando su cabeza tocaba la almohada. Tanjirou les sonreía a sus amigos y con un dulce buenas noches lentamente se integraba al mundo de los sueños. Zenitsu por su parte le encantaba escuchar los sonidos de sus amigos, aunque lastimosamente Nezuko tenía su propia habitación cuando estaban en la finca de la mariposa y no siempre podía escucharla por la bulla del lugar, esos sonidos le calmaban y le ayudaban a tener buenos sueños, ahora las flores junto a las notas se agregaban a la ecuación.

Últimamente las noches eran mucho mejores para Zenitsu, el cálido sonido de Tanjirou junto con el olor a flores le hacían quedarse dormido con una gran sonrisa.


Ahora un aciano se encontraba cómodamente en su cama, lastimosamente no había ningún sobre haciéndole compañía, pero si algunos dulces de su gusto.

Sonrió y comió algunos para su alegría.

"Me preguntó si podré conocerla" Se dijo internamente mientras tomaba la flor entre sus manos para analizarla.

Le sorprendía la dedicación de aquella joven y la gran variedad de flores que podrían existir junto con sus colores.

- ¿Significaran algo en especial?

No evitó preguntarse en voz alta y con gran curiosidad. Nunca lo había considerado y si las flores realmente pudieran significar algo ¿Aquella joven le estaba mandando mensajes con las flores aparte de las notas y él no se había tomado la molestia de pensarlo hasta ahora? Definitivamente era un idiota.

- ¿Por qué tan decaído Zenitsu?

- Tanjirou~~ - Se acercó rápidamente a su amigo mientras expresaba su tristeza. – Creo que soy horrible, moriré de idiota, seguro que sí.

La mirada confusa que recibió por parte del otro le dio a entender que no comprendía sus palabras.

- ¿Las flores tienen significado?

- Oh, claro que sí. – Tanjirou le sonrió con la misma calidez de siempre, también escuchó aquella hermosa melodía volverse un poco más hermosa ¿A qué se debería aquello? ¿Tanjirou estaba contento por su pregunta de las flores?

- ¿Y te los sabes?

- Solo algunas, pero tengo entendido que hay un libro con sus significados en la biblioteca.

- ¡¿Hay biblioteca?! – La sorpresa le hizo abrir los ojos.

- Claro. – Tanjirou señaló con la mano una dirección. – Debo ir a ver a Nezuko, si quieres me acompañas y luego te llevo al lugar, es algo confuso llegar.

Zenitsu le sonrió con alegría, siempre era bueno ver a Nezuko.

- ¡Me encantaría!

Sin más se dirigieron a ver a la chica.


Zenitsu no evitó pensar en todo el universo que era las flores junto con sus significados. Era su segundo día en ir a la biblioteca y aquel libro tan gordo seguía sorprendiéndole. Seguía sin poder creer que las flores significaran algo y no solo eso, sus colores también.

Al fin podía entender el motivo por el que su admiradora secreta le mandaba la misma flor, pero en distinto color. La chica definitivamente era realmente increíble.

- ¿Te ha servido el libro?

Para sorpresa de Zenitsu Tanjirou también estaba allí.

- ¡Si! ¡Gracias!

- Me alegro. – El chico le sonrió y aquello solo hizo que Zenitsu pudiera ensanchar aún más su propia sonrisa.

- Es muy interesante.

- Si y bien completo.

- ¿Cómo supiste del libro?

- ¿Eh? – Tanjirou le vio confuso.

- ¿Qué cómo supiste del libro? ¿Lo necesitabas para algo?

- Oh… - De pronto los sonidos de su amigo eran un poco caóticos ¿Qué estaba pasando? – Si, lo necesitaba para hacer algo.

- ¿Algo?

- Si. – Tanjirou no solo se escuchaba nervioso, también se veía así. Zenitsu entrecerró los ojos.

- ¿Me estas ocultando algo?

El caos siguió escuchándose dentro de Tanjirou, era más que obvio que la respuesta era sí.

- Yo… - De pronto el rostro de Tanjirou se arrugó de forma extraña mientras sus ojos apuntaron al techo. – No te oculto nada.

- ¡Eres un pésimo mentiroso! – Gritó en respuesta mientras lo señalaba con el dedo. - ¡Es obvio que ocultas algo? ¿Qué es? ¿Es malo? ¿Me harás daño? ¡Moriré si no me lo dices!

Ahora el pobre parecía estar en un dilema mientras lo escuchaba gritar. Tanjirou no sabía que responder.

- No es malo… lo siento, no puedo contarte Zenitsu.

- Ya… - La confusión y tristeza del otro lo calmaron un poco.

Prefirió no abordar más el tema, era obvio que su amigo ocultaba algo, pero también que no era peligroso. Además ¿qué se podría hacer al saber sobre el significado de las flores? No era como si Tanjirou fuera a cometer algún cruel acto con ese conocimiento, quizás también deseaba darle a alguien una flor.

- De verdad que no quiero matarte ni nada por el estilo Zenitsu.

- Lo sé Tanjirou. – Suspiró al notar la preocupación de su amigo, de alguna forma le molestaba que el chico le guardara secretos, pero era entendible que todos tuvieran una o dos cosas que ocultar. ¿Pero del libro de flores?

Sus ojos se dirigieron al rostro el otro, se veía la preocupación, la escuchaba, todo en Tanjirou gritaba preocupación y culpa. Culpa por mentirle seguramente y preocupación por su reacción. Optó por sonreírle.

- De verdad lo sé.

El otro se quedó sorprendido por algunos segundos y luego le sonrió con cariño y agradecimiento al no seguir insistiéndole.

Zenitsu siempre se sentía a gusto con la compañía de Tanjirou, podía vivir con algunos secretos por parte de este, al fin y al cabo, él también se guardaba muchas cosas para sí.

Aunque no teme en admitir que le encantaría poder compartirlas con aquel muchacho de tan genial sonido.


- ¿Misión?

Zenitsu no podía creer su mala suerte. Era cierto que ya llevaban tres meses en la finca de la mariposa, pero no esperaba escuchar al cuervo de Tanjirou gritando por una nueva misión.

¡Era horrible! ¡De seguro moriría ahí!

Lo peor de todo era ¡¿Cómo diablos recibiría sus flores diarias o cartas?! ¡Era horrible, por no decir inaceptable! Rápidamente gritó todas sus preocupaciones.

- Ya verá esa persona como hacerte llegar las flores y las notas Zenitsu. – Le respondió Tanjirou con su dulce sonrisa mientras Inosuke lo ignoraba por completo atento a la misión que se avecinaba.

- Tanjirou~~ - Llamó con algunas lágrimas. - ¿Crees que lo hará? ¿De verdad lo crees?

Sintió la mano en su cabeza y observó el rostro sonriente del joven.

- Claro que sí.

¿Por qué siempre que Tanjirou le decía algo con esa expresión Zenitsu sentía que era la verdad absoluta?

- Voy por Nezuko y luego nos vamos.

- ¿Te acompaño?

- ¡No! ¡Prepara las cosas Monitsu!

Como siempre Inosuke no lo dejaba ser feliz.

Con pesar se terminó de arreglar y ya en la entrada observó la finca con pesar al pensar en aquellas flores y notas.

"Ojalá no se olvide de mi" Pensó con tristeza y preocupación mientras marchaba junto a los otros siguiendo al jodido cuervo.


Para su grata sorpresa, su misión no detuvo a su admiradora secreta de entregarle su flor diaria. Zenitsu se acostó la noche anterior con cierto pesar al estar en medio del bosque y en una misión peligrosa. Tanjirou fue el primero en hacer guardia junto con Nezuko, le seguiría Inosuke y luego él.

Se durmió con el suave latido de Tanjirou mientras conversaba con Nezuko, esos hermanos realmente eran personas únicas y no podía evitar sentirse agradecido de tenerlos a su lado. Por su parte, Inosuke roncaba y dormía a pata suelta como si nada malo pasara a su alrededor lo vio con cierta molestia, pero el sonido escandaloso de su amigo también le daba tranquilidad.

La amabilidad de Tanjirou, el extraño sonido de Nezuko y el escándalo de Inosuke le transmitían siempre lo obvio. No estaba solo y tenía una familia. Eso era suficiente para dormirse tranquilamente en medio de la nada con la confianza de que sería protegido si algo pasara.

El movimiento brusco de Inosuke lo despertó de su hermoso sueño.

- ¿Qué? – Preguntó medio adormilado y perdido.

- ¡Es tu turno Monitsu! - Inosuke lo observó con una sonrisa superior. – ¡Tuviste que ser despertado por mí, en cambio yo lo hice por mi cuenta!

- Ya, no grites o despertaras a Tanjirou.

Inosuke comenzó a reír sin importarle el comentario del rubio y luego volvió a la cama para caer en un sueño profundo. A veces Zenitsu no entendía aquella capacidad de quedarse dormido tan pronto.

Miró a un lado para encontrarse con el rostro dormido y tranquilo de Tanjirou, sonrió al verlo así. Muchas veces se había despertado por los sonidos tristes emitidos por su amigo cuando sufría alguna pesadilla o la misión resultaba con más muertos de los esperados. Su corazón se partía con cada lamento de aquel muchacho tan gentil, pero siempre se mantenía al margen al no saber cómo consolarlo y eso lo hacía sentir peor porque sabía que Tanjirou no dudaría en darle apoyo y cariño cuando él se sentía mal.

Tanjirou era demasiado bueno para esta clase de vida, pero a la vez lo suficientemente valiente para enfrentarla con la frente en alto.

Chuntaro lo sacó de sus pensamientos mientras se acercaba a su lado rápidamente.

- ¿Qué haces despierto tan tarde?

El gorrión se fue acercando y para sorpresa del rubio llevaba dos clematis entre sus patas y un pequeño pedazo de papel amarrado en una de estas.

Sintió su corazón latir rápidamente mientras el ave aterrizaba a su lado para depositar las clematis en sus manos y luego dejarse sacar el papel con cuidado.

"Éxito"

Fue lo único que estaba escrito y era comprensible, Chuntaro era muy pequeño, de milagro el papel pudo estar en su patita.

Zenitsu se sonrojó, esto era otro nivel de admiración. Sonrió y lloró al mismo tiempo, realmente se estaba sintiendo bien amado por esta persona.

- Chuntaro ¿tú sabes quién es mi admiradora secreta?

El gorrión se puso a aletear de un lado a otro por su pregunta. Era obvio que aquella ave lo sabía ¡Le traía flores de aquella persona!, pero no entendía nada de lo que le decía ¡¿Por qué el mundo era tan cruel con él?!

Aun así, aunque aún no lo supiera, se alegraba de haber recibido aquellas cosas.

- Si sobrevivo me dedicaré a encontrarte.

Se dijo a su mismo en voz alta y luego señaló al ave.

- ¡Tú debes ayudarme Chuntaro!

Solo recibió un picotazo en su dedo y con lágrimas en los ojos se dedicó a ver su alrededor. A veces observaba las clematis entre sus manos y sonreía tontamente.

Éxito le había escrito, de seguro deseaba que llegara sin problemas de la misión, de seguro lo esperaba en la finca de la mariposa rezando por su bien. Ensanchó más la sonrisa ante aquella idea.

Encontraría a la chica y le pediría que se casara con ella ¡Seria perfecto!

- Me preguntó quién será mi admiradora secreta Chuntaro.

El gorrión lo observó, pero no dijo nada al respecto, si tan solo el rubio supiera la verdad.


Por suerte la misión no pasó a mayores y los tres jóvenes se encontraban caminando hacia otro lugar por pedido del cuervo de Tanjirou.

- Apenas salimos de una y ya vamos a otra. – Se quejó.

- Bueno, no estamos heridos y está cerca. – Le respondió Tanjirou con simpleza.

- ¡¿Cómo que no heridos?!

Zenitsu señaló al chico indignado, Tanjirou tenía una venda en la cabeza por un ataque del enemigo que recibió al proteger a Zenitsu, é solo deseaba golpearse contra una roca ante lo que su amigo había hecho por él. No solo lo protegió, sino que también había salido herido producto de su ineptitud como cazador. El por su parte tenía la mano vendada e Inosuke el pecho por andar de bruto lazándose a los demonios como si nada.

- De seguro será la última antes de poder descansar.

Le respondió con calma el otro, Zenitsu quería gritarle nuevamente, pero al ver el vendaje con un poco de sangre y sabiendo que aquello fue por su culpa le hizo cerrar la boca. Observó la caja de Nezuko y pensó en sus flores que le hacían compañía a la chica demonio mientras seguían su viaje. Por ahora aquella había sido la mejor opción para poder conservarlas y sabía que Nezuko cuidaría bien de ellas.

Chuntaro había llegado cada mañana sin falta entregándole una clematis. Algunas de color morado y otras rosadas, siempre con un color bien vivo y hermoso. Zenitsu solo deseaba saber el significado de aquella flor.

¿Qué le estaría diciendo su admiradora secreta?

Si no llegaban a la finca nunca podría buscarla o encontrarla, no podría casarse.

- Monitsu es idiota.

- ¡No lo soy! ¡Y tú eres bruto!

Tanjirou comenzó a reír al verlos discutir como siempre. Miró la caja en su espalda y la acarició suavemente deseando que su hermana también estuviera al lado de sus amigos para verlos discutir.


La misión los llevó a otra y antes de que pudieran finalmente dirigirse a la finca de la mariposa, habían realizado cinco misiones seguidas.

Muerto ni se le acercaba a como se encontraban los tres en este momento. En cama, acostados, llenos de vendas y completamente exhaustos.

Zenitsu observó su velador con cierta tristeza, algunas flores se habían marchitado, era lo normal, pero no le quitaba lo triste. Tampoco había podido recuperar las otras flores de Nezuko, Tanjirou y ella se fueron a otro lado una vez llegaron a la finca y ahora Tanjirou se encontraba durmiendo, inconsciente del mundo y de las preocupaciones de Zenitsu sin Nezuko.

Al menos las chicas no botaron sus flores mientras estuvo afuera y pudo dejar las 3 notas que recibió entre sus misiones dentro del velador junto a las demás.

"Éxito."

"Ánimo."

"Sigue así."

Podía recordarlas perfectamente, aunque no pudiera leerlas por ahora. Observó nuevamente el velador, como se encontraba con varias almohadas en su espalda si visión era diferente y se sorprendió al ver las flores y detrás el rostro durmiente de Tanjirou, la calma en su expresión, la gentileza en su sonido, las flores a su alrededor le daban una visión única y hermosa que se grabó en su mente rápidamente.

Tanjirou se veía hermoso en ese momento, aunque siempre lo había encontrado atractivo, pero ahora… ahora se veía…

Se sonrojó ante el flujo de sus pensamientos y cerró los ojos con fuerza. ¡Debía recuperarse para encontrar a su admiradora secreta! ¡No en Tanjirou, ni en su cara y su sonido tan bello!

Contradiciendo sus pensamientos abrió los ojos nuevamente para enfocarse en su amigo, la venda en la cabeza seguía ahí y se sintió mal por el hecho de no haberle agradecido el salvarle la vida.

Las flores continuaban rodeando el rostro de su amigo.

¿Verlo algunos minutos más no lo hacía ser infiel a su admiradora secreta verdad? No pasaba nada con ver a su amigo dormir rodeado de flores y escuchando su hermosa melodía ¿verdad? Eran cosas que podían hacer las familias y amigos sin problemas ¿cierto?

"Ojalá ella suene como tu Tanjirou" Pensó antes de quedarse dormido.


Zenitsu estaba decidido a encontrar a su admiradora secreta, ya no podía seguir esperando a que le llegaran flores y notas. ¡Debía encontrarla y pedirle que se casara con ella!

Así que empezó su búsqueda una vez que se comenzó a sentir mejor y le permitieron recorrer el lugar. Tenía una misión que cumplir antes de que algún cuervo los llamara para realizar alguna locura suicida.

Primero consultó con las tres chicas que siempre andaban juntas, estas solo se empezaron a reír y negaron con la cabeza.

- ¿Ninguna de ustedes me envió flores o escribió algo?

- ¡No! – Gritaron a coro Kiyo, Sumi y Naho.

- ¿Y no saben algo?

- ¡No! - Respondieron nuevamente al mismo tiempo mientras seguían riéndose, era obvio que algo escondían así que no dudo en apuntarlas con el dedo.

- ¡Yo sé que saben! ¡Ustedes saben todo lo relacionado a este lugar!

Las tres bajaron la cabeza para observarse entre ellas, pero luego negaron con la cabeza.

- ¡No sabemos nada!

Gritaron a coro antes de salir corriendo para seguir haciendo sus deberes.

Zenitsu suspiró, al menos eso las sacaba de su lista de personas a preguntar. Continuó con el interrogatorio, no se daría por vencido.

Aoi fue la siguiente, pero no recibió mayor respuesta, de por si ella ya le había dicho que no era su admiradora secreta.

- ¡No sé nada! ¡Deja de molestarme!

- ¡Pero tú eres el corazón de aquí! – No evitó aferrarse al brazo de la chica mientras esta intentaba con todas sus fuerzas eliminar el contacto.

- ¡No lo soy!

Con fuerza se deshizo de su agarre y luego lo miró con rabia.

- ¡Es idiota por estar detrás de ti! – Gritó y se fue molesta.

¿Su admiradora secreta era idiota? ¿Qué quería decir con aquello?

Respiró hondo para calmarse, pero le resultó imposible. Era obvio que él no era la gran cosa, por lo mismo nadie en su sano juicio estaría detrás de él, pero daba el caso de que si había alguien enamorada de él.

- ¿Ocurre algo Zenitsu?

Tanjirou, como siempre, lo encontró llorando en un rincón.

- Tanjirou… - Llamó con tristeza mientras seguía llorando y se sorbía los mocos.

- ¿Qué pasa? – Y el otro no dudó en ponerse a su lado para luego acariciarle la espalda con cariño.

- ¿Tú sabes de mi admiradora secreta no?

El corazón de Tanjirou palpitó con fuerza ante su pregunta y eso le causó extrañeza, pero estaba demasiado triste para preguntar al respecto.

- Claro.

- ¿Crees que sea una idiota?

- ¿Por qué lo preguntas?

- Aoi dijo que era idiota por estar enamorada de mí.

- Oh.

- ¿Crees lo mismo?

- No, no creo que sea idiota. – Tanjirou continuó acariciando su espalda mientras le sonreía con cariño. - ¿Tú crees que lo es?

- No sé… no soy tan genial como para tener una admiradora.

- Lo eres Zenitsu.

Observó a su amigo con confusión, la pasión en aquellos ojos lo dejó sin palabras.

- ¡Eres genial, fuerte y valiente!

- Sabes que no soy así, no me mientas.

- ¡Pero si me cuesta mentir!

Tanjirou tenía un punto ahí. ¿Pero cómo podía creer esas cosas de él?

- Protegiste a Nezuko y aun lo sigues haciendo. – Ahora la mano de Tanjirou fue a su cabeza mientras le revolvía los cabellos. – Siempre te estaré agradecido por ello.

Los suaves sonidos de agradecimiento y sinceridad le hicieron quedarse sin palabras.

- Estoy seguro que tu admiradora secreta te quiere mucho y no es idiota.

- Si… es verdad… claro.

Aun no estaba muy seguro de las palabras de su amigo, pero no perdía nada con desear aquello.

Alguien estaba enamorada de él y le mandaba flores y notas al respecto, no debía ser idiota, debía ser una persona encantadora y única como los sonidos de Tanjirou. Se secó las lágrimas y le sonrío al joven.

- ¡Seguiré investigando!

- ¿Investigando?

- ¡Si! ¡Descubriré a mi admiradora secreta y le pediré que se case conmigo!

- Oh.

Ahora los sonidos de Tanjirou eran algo extraños, como si estuviera nervioso. Iba a preguntarle, pero el otro le sonrió en respuesta.

- ¡Buena suerte!

Contaba con el ánimo de Tanjirou, de seguro la tendría.

- ¡Si!

Sin más se marchó para seguir con su búsqueda.


No servía… llevaba una semana y no pasaba nada de nada.

Ahora eran ramitas con flores de cerezo las que se encontraban en su velador. Las primeras que le llegaron ya se había marchitado y se encontraban guardadas en una bolsa dentro del velador, las otras que no pudieron salvarse fueron enterradas en compañía de Tanjirou y Nezuko ya que Zenitsu no deseaba botarlas, ni mucho menos enterrarlas solo.

Estaba triste por las flores y porque su búsqueda no le daba resultados.

Le había preguntado a todo el mundo ¡Incluso a Shinobu! Respecto a su admiradora secreta, pero nadie le había dicho algo al respecto.

- ¡Ah! - Gritó mientras pataleaba y movía los brazos en la cama por tal injusticia. - ¡¿Cómo nadie sabe algo al respecto?!

Tanjirou, Nezuko e Inosuke lo observaron ante su reacción, Inosuke continuó con lo suyo y Nezuko se le acercó para acariciarle la cabeza. Zenitsu sonrió agradecido por aquel gesto.

- ¿Tu admiradora secreta?

- Si, nadie sabe nada… o no me dicen nada.

- ¡Es porque eres un idiota Monitsu!

- ¡Nadie preguntó tu opinión!

Cuando Tanjirou se sentó a su lado se aferró rápidamente a sus ropas.

- ¡¿Por qué no aparece?!

- ¿Eh?

- ¡De seguro sabe que la busco! ¿Por qué no quiere aparecer?

- ¿Timidez? – Contestó Tanjirou, pero con un extraño sonido en su interior. Quiso preguntarle cuando el Inosuke se sentó en la cama de Zenitsu.

- Tal vez no es una chica. – Dijo con una sonrisa burlona. – Tal vez te manda flores y escribe un chico.

- ¡¿Chico?!

La desesperación lo invadió. ¿Chico? ¿Chico? ¿Para qué quería que un chico lo quisiera? Se calmó tan rápido como el pánico lo invadió.

- No creo.

- ¿Eh? ¡¿Por qué no?! – Inosuke lo observó con molestia. – ¡Es obvio que es un chico!

- ¡No le puedo gustar a un chico! ¡Yo también soy uno!

- ¿Y qué?

Inosuke tenía una vena en la frente, Nezuko observaba la discusión con atención y Tanjirou se había quedado mudo de la nada.

- ¿Cómo puedo gustarle a un chico?

- ¡Qué me preguntas a mí! ¡Pregúntale a él si es que lo encuentras!

- Voy a dejar a Nezuko a su habitación.

Susurró suavecito el tercer muchacho mientras tomaba a su hermana de la mano y la sacaba de ahí. Zenitsu se despidió de la chica con una sonrisa y luego volvió a ver a Inosuke con rabia.

- ¡No le gusto a un chico! – Gritó tajantemente, más para convencerse a sí mismo que a Inosuke.

Porque sinceramente hablando, era una opción. Solo había consultado a las chicas y ellas no sabían nada, pero le ocultaban algo y eso lo tenía más que claro. ¿Le ocultaban el hecho de que era un chico y no una chica aquella persona de las flores?

Nunca tuvo problemas en imaginarse al lado de una linda chica, era muy feliz recibiendo flores y notas pensando de una chica, pero… ¿Le gustaba la idea de gustarle a un chico y que fuera su admirador secreto?

No estaba muy seguro, pero tampoco odiaba la idea por completo.

Seguía gustándole a alguien. Una persona todavía lo quería solo por ser Zenitsu.

- ¡Que sí! - Inosuke infló las mejillas y a Zenitsu se le paró el corazón.

- ¿No eres tu verdad? – El otro lo golpeó con fuerza en la cabeza.

- ¡Claro que no idiota!

Por primera vez se sitió agradecido ante las explosiones de Inosuke. Definitivamente no quería al chico como su admirador secreto.

- Qué bueno. – Exclamó con tranquilidad.

- ¿Qué quieres decir con eso? – Y como siempre el otro lo malinterpretaba como algo malo.

- ¡Nada!

- ¡De seguro sería un buen admirador secreto! – Se señaló con el dedo. - ¡Soy demasiado genial!

- No… para mí no.

- ¡Es que eres idiota!

- ¡Y tu un bruto!

Cuando Tanjirou regresó Zenitsu corría de un lado a otro mientras Inosuke lo perseguía con rabia.

- ¡Sería una excelente pareja!

- ¡No para mí! ¡No me persigas!

- ¡Acepta que soy el mejor!

Tanjirou sonrió al verlos tan animados. Parecía que a Zenitsu no le molestaba mucho la idea de que fuera un chico su enamorado. Suspiró con tranquilidad, definitivamente era bueno saber aquello.

Los otros dos muchachos continuaban gritando, ignorando los intentos de Tanjirou por calmarlos hasta que Aoi llegó para amenazarlos.

La noche estuvo tranquila después de eso.


Los girasoles regresaron algunos días para luego pasar a ser claveles de colores rojos y blancos. Estaba contento de que su admirador/a le siguiera mandando tan bellas cosas.

Una sobre se encontraba en su cama junto con una lila de color violeta.

"Solo deseo tu felicidad.

Solo deseo que estés bien.

Aun si no es conmigo.

Aun si solo pueda verte desde lejos.

Seguiré deseándote felicidad."

Había sido una nota muy triste. ¿No se sentía correspondido por él? Bueno, nunca habían conversado. ¿Qué podía hacer para encontrarse con esta persona?

Nadie en la finca le decía algo y algunos eran más que obvios a la hora de mentirle. ¿Por qué no le decían algo? ¿No querían que supiera quien era su admirador?

- Esto apesta.

Se quejó mientras guardaba la carta y regresaba al jardín en donde Nezuko lo esperaba. Tanjirou se encontraba escribiendo algunas cartas por lo que le había pedido que acompañara a su hermana mientras trabajaba en ello.

Zenitsu apenas y le escribía a su abuelo y Tanjirou lo hacía con muchas personas y las veces que tenía oportunidad. Ese chico sí que era dedicado para las cosas que hacía.

- ¡Regresé Nezuko! – Exclamó con alegría a la muchacha mientras la saludaba con la mano.

La chica solo lo observó y asintió con su cabeza para luego sonreírle o al menos eso creyó porque la vio cerrar los ojos y mover la cabeza para un lado. Nezuko era muy tierna.

- Dime Nezuko ¿Tu sabes quién es mi admirador o admiradora secreto?

La niña lo observó atentamente y luego asintió con la cabeza. ¡Al fin alguien que le hablaba con la verdad!

- ¿Me dirías quién es?

Ella señaló con el dedo una parte, ilusionado giró la cabeza para encontraste con un Inosuke entrenando, la expresión cambio a una de rechazo.

- ¿Inosuke? - ¿Por qué el chico entrenaba a estas horas en primer lugar? Ya era tarde, debería dejarlo y descansar los músculos.

Nezuko negó y volvió a señalar a donde se encontraba el muchacho.

- Nezuko, ahí solo esta Inosuke.

La niña se puso a refunfuñar y luego lo tomó de la mano para llevarlo al lugar indicado. El la dejo ser, rogó a todos los dioses o lo que fuera que conociera para que no llegaran a Inosuke, para su suerte pasaron al lado de este, que al verlos correr no dudó en seguirlos.

- ¡Esto es personal, ándate a otro lado! – Gritó indignado.

- ¡Mayor motivo para ir a ver!

Siguieron corriendo, Zenitsu se encontraba tan distraído peleando con el otro muchacho que no notó a la persona al frente suyo hasta que choco con esta. Ambos terminaron en el suelo y el encima de esa pobre alma.

- ¡Lo siento! – Gritó mientras se levantaba para no estar tan pegado al otro cuerpo, un sonido en particular le hizo prestar atención a la persona que se encontraba bajo suyo.

- ¿Estás bien Zenitsu? – Los bellos ojos de Tanjirou lo recibieron.

- Si, gracias.

- ¡Monitsu y Gompachiro son unos idiotas! – Se burló Inosuke mientras Nezuko observaba a los jóvenes aun en el suelo.

Al final Zenitsu se levantó por completo y ayudó al otro a levantarse. Tanjirou comenzó a reír cuando le contó el motivo por el que corría por estos lados.

- ¿Tal vez Nezuko confundió mi pregunta? – Se dijo con desilusión, Tanjirou le sonrió mientras le acariciaba los cabellos rubios. Por su lado Inosuke y Nezuko caminaban más adelante.

- No creo.

La muchacha se giró para ver a Zentisu y le sonrió nuevamente como si hubiera cumplido con su cometido. El pobre no evitó sentirse aún más confundido y los sonidos de Tanjirou tampoco ayudaban.


Una misión llegó, pero fue solo para Tanjirou.

Inosuke se encontraba de malos ánimos porque él no había sido elegido y Zenitsu observaba a Tanjirou colocarse la caja con preocupación.

Odiaba las misiones, pero tampoco que sus amigos se fueran por separado. ¡Las posibilidades de ser atacados eran aún mayores cuando estaban solos! Aunque Tanjirou estaría con Nezuko.

- Nos vemos después.

Tanjirou le sonrió con cariño y luego acarició sus cabellos, Zenitsu se dejó mimar porque realmente extrañaría aquellos toques junto con la melodía del chico.

- ¡Yo también quiero ir!

Inosuke movía de un lado a otro al sonriente Tanjirou, ese chico realmente era un santo al tener tanta paciencia.

- Zenitsu.

La mirada de rabia hacia Zenitsu cambio a uno de duda al concentrarse nuevamente en Tanjirou.

- Dime. - Era extraño escuchar al joven nervioso.

- Me gustaría conversar de algo cuando regrese.

- ¿Eh? ¿Algo? – El pánico se hizo presente ¿de qué quería hablar Tanjirou?

- ¡No es nada malo, lo prometo! – Rápidamente respondió para calmarlo y siguió acariciándole los cabellos, Inosuke a esa altura había regresado a la finca.

- ¿No puedes decírmelo ahora?

- No. – Le sonrió nuevamente con cariño. – Pero no es nada malo, lo prometo.

- Si, te creo.

Tanjirou era demasiado bueno como para decir algo hiriente, así que Zenitsu esperaría el regreso de Tanjirou para poder hablar de lo que sea que quisiera decirle.

- Me voy.

- Que te vaya bien. – Respondió deseándole lo mejor, observó la caja de Nezuko y la acaricio. – Que te vaya bien Nezuko.

Escuchó como la muchacha le respondía haciendo ruidos en la madera. Tanjirou rio y con un movimiento en la mano dio media vuelta para comenzar su camino. El solo se dedicó a observar marchar a los jóvenes hasta perderlos de vista.

- Por favor regresen bien.

Rogó a la nada mientras regresaba a la finca.


Extrañamente las flores ya no aparecían en su cama, sino que Chuntaro las traía entre sus patitas y con notorio cansancio. ¿Acaso aquella persona tampoco se encontraba en la finca? Quizás tuvo que hacer una misión junto con Tanjirou, pero tendrían que haber salido juntos si ese era el caso.

Se preguntó cómo se encontraba su amigo junto con su hermana mientras observaba la rosa roja con tristeza y luego le daba comida al ave como agradecimiento al esfuerzo. Esta voló feliz y luego se alejó, de seguro iría a buscar a su admirador secreto para que le entregara una nueva flor. Sonrió ante el esfuerzo de su ave por entregarle aquellos regalos.

Casi parecía que a Chuntaro le agradaba esa persona por hacer tanto esfuerzo, porque no creía que el gorrió volara con una flor entre sus patas por cariño hacia su persona. Infló las mejillas sin saber que sentir al respecto. Todo el mundo conocía a su admirador menos él, esto era el colmo.


Las flores continuaron llegando y un día una nota se encontraba en una patita de Chuntaro.

"Te amo."

Se sonrojó ante tales palabras. Eran demasiado fuertes para su gusto. Zenitsu nunca había visto a esta persona y ahora recibía un papel con ellas y algunas flores de durazno. ¡Era demasiado para asimilar!

Luego sonrió mientras abrazaba el papel y las flores. Ser amado por alguien realmente era algo grande y único. Por primera vez se lamentó haber perseguido a tanta muchacha gritándole cosas innecesarias para que se quedaran a su lado.

"Creo que yo también"

Pensó aferrándose con más fuerza a aquella nota.

Esta vez detuvo al gorrión y después de mucho llantos y ofrendas de comida, Chuntaro dejó que le pusiera una nota en la patita.

"Quiero conocerte."

Fue lo único que pudo escribir e intentando ser lo más simple posible.

Zenitsu esperó a que llegará el otro día, rogando que su mensaje fuera contestado, pero solo recibió más flores de duraznos como respuesta.

Rosas rojas, blancas, girasoles, narcisos, flores de duraznos y dientes de león siguieron apareciendo en las patas de Chuntaro, pero un día el ave llegó sin ninguna flor entre sus patas y solo aleteaba de un lado a otro sonando con notoria confusión.

- ¿Qué pasa Chuntaro?

El ave siguió volando de un lado a otro para luego quedarse en la cama. ¿Qué había pasado? ¿Estaba bien su admirador/a?

Los días continuaron, pero no pasaba nada, ya no había flores, ni notas, tampoco sabía sobre Tanjirou. La finca se encontraba en silencio y eso lo inquietaba. Shinobu también se escuchaba preocupada y eso solo lo exasperaba aún más.

"Ojalá los tres se encuentren bien"

Pensó una noche observando las flores en el velador con la vista de la cama de Tanjirou vacía, Chuntaro a veces desaparecía y luego regresaba al otro día cansado y sin flores entre las patitas. Era como si el gorrión también buscara a su admirador/a como el sin resultados.

De pronto una tonta idea pasó por su cabeza, si tuviera que elegir entre Tanjirou y aquella persona para que volviera primero ¿a quién elegiría?

Se le llenaron los ojos de lágrimas y se dio vuelta para dejar de pensar en tonteras.

Dejó que los sonidos de Inosuke lo envolvieran, pero no funcionaban tan bien sin los de Tanjirou a su lado.


Zenitsu llegó a la habitación de Shinobu, la mujer parecía preocupada y se escuchaba de la misma forma, por lo que aquello lo asustaba.

- Hola. – Saludó con timidez, la joven se dio vuelta para verlo y le sonrió.

- Buenos días Zenitsu ¿Qué se te ofrece?

Zenitsu se detuvo ante la duda, Shinobu seguía sonando tan extraña como siempre y eso le daba miedo, pero estaba aquí por una razón más importante.

- Me gustaría saber sobre la misión de Tanjirou. - El sonido cambió a uno más oscuro y eso lo alertó. - ¿Le… le pasó algo malo?

El pilar lo observó por algunos segundos y luego suspiró.

- La verdad es que no lo sabemos. – Observó directamente a los ojos dorados de Zenitsu. – Tendría que haber llegado hace días, pero no hemos sabido de él, de Nezuko ni de su cuervo.

- ¡¿Qué?! ¿Desde cuándo?

- Mmm, hace una semana que perdimos todo contacto.

Zenitsu estaba sin palabras y el dolor ante lo que escuchaba le daban ganas de llorar. La imagen de un sonriente Tanjirou pasó por su cabeza para luego cambiar a una de él cubierto en sangre y Nezuko haciéndose polvo. No podía permitir aquello, pero una semana era mucho tiempo, casi similar al tiempo en que dejó de recibir sus flores…

Una semana.

Una idea pasó por su cabeza y temía hacerla por miedo a la respuesta.

- Shinobu… - Dudo al verla. Tragó saliva. - ¿Tu recuerdas a mi admirador secreto?

- ¿Admirador? – Ella lo vio con una sonrisa triste. – ¿Ya sabes quién es?

- Tal vez…

- ¿Quieres que te lo confirme?

Zenitsu dudó. ¿Era importante saberlo ahora? Solo fue una idea tonta con ciertas esperanzas que se le acababa de cruzar por la cabeza sin prueba no sentido alguno. Su admirador secreto podía ser cualquier otra persona, esto era solo una coincidencia y había algo más importante que hacer.

- No. Pero necesito ir al último paradero de Tanjirou, lo encontraré a él y a Nezuko.

- ¿Y crees que te dejaré ir solo?

- ¡Yo también iré! - Inosuke se apareció de la nada sin su cabeza de jabalí. - Monitsu se perderá si no voy con él y lo más seguro es que yo encuentre primero a Gompachiro con mis grandes habilidades.

Zenitsu deseaba alegar al respecto, pero era mejor mantenerse callado por el bien de salir con el permiso del pilar. No deseaba meterse en aprietos, pero necesitaba saber dónde comenzar a buscar a sus amigos.

Shinobu los observó con sorpresa y luego les sonrió aceptando.

- Al menos si hay demonios podrán terminar con ellos.

Su fría respuesta lo dejó sin palabras, sonaba como si Tanjirou… como si el no estuviera.

- Por favor dinos su ultimo paradero.

En ningún momento se le ocurrió pensar por el paradero de su admirador secreto.


Tanto el cómo Inosuke no perdieron el tiempo, tomaron sus cosas y comenzaron a correr hacia el lugar indicado por Shinobu. Las chicas de la finca les dieron comida para el viaje y algunos objetos de primeros auxilios en caso de ser necesarios.

- ¡Por favor regresen a salvo junto con Tanjirou! – Gritaron las tres mientras ellos se alejaban rápidamente siguiendo a Chuntaro.

Corrieron algunas horas antes de que Zenitsu comenzara a sentirse cansado, pero por primera vez se mantuvo con la boca cerrada, para su sorpresa fue Inosuke el que se detuvo bien entrada la noche.

- Descansaremos aquí.

- ¿Qué? ¿Estás loco? ¡Tanjirou podría estar herido y tú quieres descansar!

- ¡No vamos a pelear con mala forma y Gompachiro está bien!

Si observaba bien, podía notar el sonido de preocupación de Inosuke por Tanjirou, también la ira y la rabia por tener que hacer que el cuerpo descanse.

- Solo hoy, pero mañana nos vamos temprano.

El otro asintió y luego se acostaron sin poder conciliar el sueño.

"¡Esto es estúpido!" Pensó con rabia mientras observaba el cielo. Chuntaro ya se encontraba durmiendo y supo, de mala gana, que Inosuke tenía razón.

- Duérmete Monitsu.

- ¡No puedo!

- Gompachiro está bien.

Sonaba más a algo que se estaba repitiendo a si mismo que a Zenitsu.

- Dime algo Inosuke.

- ¿Qué quieres?

- ¿Tú sabes quién es mi admirador secreto?

- ¡¿Ah?! ¿Qué clase de pregunta es esa?!

- ¿Lo sabes si o no?

Inosuke lo observó desde su puesto con rabia, o al menos eso sentía por los sonidos que hacía porque la jodida mascara no lo dejaba ver nada.

- ¡Pues claro que sí! ¡Por algo soy el jefe!

Zenitsu suspiró resignado, estaba más que seguro que todos en la finca lo sabían menos él. ¿Tan idiota era?

- ¿Quieres que te diga quién es?

- No… yo lo sabré pronto.

- Tampoco iba a decírtelo.

Suspirando nuevamente cerró los ojos y pensó en su amigo. ¿Estaría bien? ¿Nezuko se encontraría a su lado? Deseaba tanto escucharlo nuevamente.

Pensó en la sonrisa de Tanjirou junto con su gentil sonido, se dejó envolver por aquellos recuerdos para poder calmarse. Necesitaba estar al 100% si deseaba ser útil.

No se dio cuenta cuando se quedó dormido pero la voz de Inosuke lo regresó a la realidad. Abrió los ojos de golpe y sin quejas se levantó de su puesto. Despertó a Chuntaro y continuaron con su viaje en silencio y con prisa.

Corrieron todo el día hasta el atardecer cuando lograron llegar al último punto en donde se supo de Tanjirou. El lugar olía horrible y no sonaba a nada.

Esa fue la primera señal de Zenitsu para saber que algo malo estaba o había ocurrido en aquel lugar.

- ¿Puedes escuchar algo Monitsu? – Inosuke le preguntó mientras se agachaba y extendía las manos.

- No, yo… - Se detuvo, algo había llegado a sus oídos, pero era demasiado débil para saber su posición o lo que era.

Cerró los ojos y llevó las manos a sus orejas para poder escuchar mejor. Silencio, un horrible silencio. Iba a rendirse cuando lo escuchó otra vez, era pequeño, bien lejano y casi apagado, pero había un latido ahí ¿sería Tanjirou? No podía decirlo con certeza, además faltaba Nezuko.

- Escucho algo por allá, es muy débil y no estoy seguro del lugar.

- Yo también puedo sentir a alguien en esa dirección.

Sin decir más se integraron al bosque. Zenitsu solo deseaba llorar y chillar, pero había algo más importante que hacer.

El sonido lentamente comenzó a hacerse más fuerte y su corazón latió con fuerza al reconocerlo.

- ¡Es Nezuko!

Aumentaron la velocidad hasta llegar a un lago lleno de cuerpos desmembrados y grandes charcos de sangre por todos lados. Se movieron entre aquel horrible paisaje y olor buscando a la chica. La caja se encontraba flotando dentro del lago preocupando a Zenitsu que no dudo en lanzarse al agua para tomar el objeto.

- ¡Nezuko! – Gritó mientras tomaba la caja y la abría, por suerte el interior no tenía agua, pero la caja se encontraba vacía.

Estaba seguro de haber escuchado a la chica ¿Por qué no estaba en la caja?

Se concentró nuevamente y se giró para ver una gran roca a su derecha junto a tres arboles pegado a ella. Le gritó a Inosuke y le indicó la dirección mientras el regresaba a la orilla y con la caja iba a la misma dirección.

Mientras se acercaba comenzó escuchar otro sonido, uno muy familiar y gentil que le dieron ganas de llorar, más al sentirlo tan débil y silencioso. Con razón solo había podido escuchar a Nezuko. Tanjirou sonaba tan apagado que era casi imposible escucharlo.

Inosuke se encontraba en la entrada sin moverse.

- ¿Qué haces?

Intentó llegar, pero un gruñido se lo impidió. Ahí estaba Nezuko, sosteniendo el cuerpo sangrante e inconsciente de Tanjirou entre sus brazos mientras les gruñía con furia ciega.

Inosuke sacó sus espadas, pero Zenitsu lo detuvo para luego pedirle que buscara algún rastro de demonios.

- Nezuko. – Le susurró a la muchacha con dulzura mientras se arrodillaba en la entrada e Inosuke se alejaba para hacer lo solicitado sin quejas. Aquello lo haría gritar, pero su atención se encontraba en la chica al frente suyo y al cuerpo que ella cuidaba. – Soy yo Nezuko, soy Zenitsu.

Le sonrió con calidez mientras le extendía la mano. Nezuko volvió a gruñirle mientras apretaba con más fuerza el otro cuerpo. Zenitsu no evitó las lágrimas ante lo que veía, pero le siguió sonriendo. Aun podía escuchar los latidos de Nezuko, era ella, pero más protectora. Algo había pasado en esta batalla para que ella se mantuviera en aquella cueva protegiendo a su hermano. Tanjirou se veía mal y estaba tan pálido, tan silencioso.

Tembló.

- Por… favor… Nezuko… - Intentó razonar nuevamente, esta vez vio como la joven reaccionaba un poco. – Por… favor… Tanjirou necesita ayuda y…

Comenzó a llorar con más fuerza. Nezuko solo deseaba proteger a su hermano, pero él no podía ayudarlo si ella no lo permitía. Continuó llorando mientras trataba de pensar en algo para convencer a la chica de entregarle a Tanjirou, una mano en su cabello lo detuvo y levantó la cabeza para ver los ojos normales de Nezuko mientras ella lo observaba con tristeza y luego señalar a su hermano entre sus brazos con la mirada.

- Lo ayudaremos Nezuko. ¡Confía en nosotros!

La chica lo vio, luego a su hermano y finalmente acercó el cuerpo de Tanjirou a sus propios brazos.

Silencioso, Tanjirou seguía muy silencioso y pálido.

Rápidamente lo acostó en el suelo mientras sacaba la caja de primeros auxilios, desvistió al otro joven en busca de heridas y contuvo el aliento al ver semejantes cortes. Para su suerte ya no sangraban, pero se notaba que algunas heridas estaban infectadas. Decidió no pensar más en el asunto y se concentró en limpiar y luego vendar aquel cuerpo tan maltrecho junto a la atenta mirada de Nezuko.

- Estará bien, aun lo escucho, el estará bien.

Inosuke se acercó nuevamente dando a entender que no había ningún rastro de demonios.

- Gompachiro y Nezuko los vencieron a todos. – Nezuko asintió fuertemente con la cabeza e Inosuke sonrió.

- Necesita urgentemente ayuda. – Zenitsu acercó a Chuntaro a su lado. – Ve a la finca, dile a Shinobu que estén listos para cuando lleguemos.

El gorrión se movió de un lado a otro y luego voló lo más rápido que pudo.

- También encontré al cuervo. – Inosuke en una mano agarraba al cuervo de Tanjirou sin mucho cuidado.

Zenitsu, para su alivio, supo que estaba vivo, pero que también necesitaría tratamiento. Lo tomó y luego lo dejó dentro de la caja de Nezuko.

- Hay que llevarlo a la finca cuanto antes.

Intentó levantarlo, pero Inosuke se lo impidió de un empujón.

- Un débil como tú no podrá llevarlo ni hasta la mitad del camino.

- ¡No lo soy!

Se detuvo antes de empezar a pelear y dejó que el otro hiciera lo que quisiera, ahora la prioridad era otra. Tomó la caja de Nezuko y se la puso en la espalda. La chica los observó preocupada.

- Vamos Nezuko, si tienes sueño puedes entrar a la caja, espero que no te moleste compartirla con el cuervo de Tanjirou.

La chica negó con fuerza y luego observó con preocupación a su hermano, Zenitsu entendía esa mirada y le acarició la cabeza sonriéndole.

- Duerme, te avisaré cuando lleguemos allá.

La joven asintió con tristeza y se metió dentro de la caja.

Inosuke y Zenitsu comenzaron la carrera de regreso a la finca, tenían poco tiempo para curar a su amigo.

Estaba tan silencioso, tan pálido.

"Resiste… por favor resiste"

Rogaba mientras continuaban con su carrera.


Al final tardaron menos en llegar a la entrada de la finca. Se podría decir que ya era medio día cuando vieron a Shinobu esperándolos en la entrada con el rostro serio junto con las chicas y Aoi. Inosuke llevó a Tanjirou a un cuarto especial junto con Zenitsu y luego ambos fueron sacados por las chicas para tratar al herido.

Ambos jóvenes cayeron al suelo completamente agotados. Habían corrido en tiempo record, pero Zenitsu no se quejaba, si con ello podían ayudar a Tanjirou, nada importaba.

- Llegamos Nezuko, lo están atendiendo, pero es de día así que no salgas por ahora.

Escuchó algunos ruidos en la caja en señal de agradecimiento, también se sorprendió cuando la puerta comenzó a abrirse, rápidamente saltó para cubrir a la chica de la luz, pero esta volvió a cerrarse luego de dejar al cuervo sobre la caja.

- Gracias.

Tomó al cuervo y luego movió la caja para dejarla en una muralla junto a un dormido Inosuke, rápidamente fue a buscar a un veterinario para que atendiera al ave. Chuntaro apareció en su camino y no evitó agradecerle su ayuda junto con ofrecerle lo que más le gustaba como recompensa. El ave voló feliz.


Estaba atardeciendo cuando Shinobu salió de aquella sala, se notaba cansada, pero se escuchaba tranquila.

- ¿Cómo está? – No evitó preguntar.

- Se recuperará. – La sonrisa alegre que le siguió le hizo tranquilizarse.

Tanjirou estaría bien, Tanjirou seguiría a su lado por más tiempo. Lloró sin vergüenza ante la alegría que sentía. Inosuke a su lado también lloraba de forma escandalosa.

- Algunas heridas estaban infectadas, pero por suerte no pasó a mayores por lo que no es necesario amputar. Estaba deshidratado, con pérdida de sangre considerable, las defesas bajas y con alta fiebre por lo anterior mencionado.

Nada de eso sonaba bien para Zenitsu.

- ¿Pero el…? – A pesar de que podía escuchar el sonido de Tanjirou en la otra habitación, aún era muy débil para su gusto. - ¿Se recuperará?

- Lo hará, así que descansen ustedes también.

Shinobu se alejó sin antes darle algunas indicaciones a las chicas sobre el tratamiento de Tanjirou. Zenitsu más tranquilo se acercó a la caja de Nezuko contándole las buenas noticias. Nuevamente la chica hizo un sonido en la caja, pero no salió a pesar de ser de noche, ella también necesitaba descansar.

- Te llevaré a tu cuarto Nezuko.

Otro sonido escuchó en respuesta y sonrió.


Cuatro días ¡cuatro jodidos días le tomó a Tanjirou recuperar la consciencia!

Aquellos días fueron un completo infierno para Zenitsu y Nezuko que siempre se mantuvieron al lado del chico para ver alguna mejoría.

Su corazón seguía en su garganta, por mucho que escuchara la melodía hacerse cada vez más fuerte y normal, no estaría tranquilo hasta ver al otro consciente. La palidez continuaba, pero era menos pronunciada a como lo encontró.

Finalmente, en la noche del cuarto día tanto Zenitsu como Nezuko e Inosuke notaron un suave movimiento en los parpados de Tanjirou para que luego unos hermosos ojos de color burdeos aparecieran frente a ellos.

- ¡Tanjirou! – No evitó gritar mientras se aferraba al cuerpo de su amigo y lloraba sin control.

Nezuko por su parte se acercó al otro lado de Tanjirou y también se acomodó en su cuerpo.

- ¿Zen…itsu?... – La voz de Tanjirou sonaba rara y ronca. - ¿Nez.. – Tosió. Rápidamente le acercó un vaso con agua en una bombilla para que el otro pudiera beber.

Vio la mirada agradecida de su amigo y también sonrió.

- ¡Eres un idiota! – Gritó Inosuke mientras comenzaba a llorar. - ¡Debiste dejarme ir contigo! ¡Hasta Monitsu hubiera hecho algo!

- Lo siento.

Shinobu llegó al saber que Tanjirou había despertado y se encontró a tres niños llorando junto a un sonriente Tanjirou.

Sin esperar más los sacó a los tres para poder ver tranquila a su paciente.


Dos días después Tanjirou volvía a compartir habitación con sus amigos.


Dos días después de eso Zenitsu comenzó a recibir nuevamente girasoles de las patas de Chuntaro.

Zenitsu observó la flor y luego al durmiente Tanjirou.

Tenía miedo, pero en parte nunca le preguntó a su amigo si conocía a su admirador secreto por lo que decidió que era lo único que le quedaba por hacer luego de casi perderlo por una misión.


Tanjirou abrió lentamente los ojos para ser recibido por unos dorados que lo sorprendieron y sonrojaron por igual. Zenitsu estaba cerca, demasiado cerca para su gusto.

- Oye Tanjirou. – Zenitsu sentía sus mejillas sonrojadas, los latidos de su amigo habían aumentado considerablemente al tenerlo tan cerca.

- ¿Si?

- ¿Sabes que tengo un admirador secreto verdad?

- … si. – Tanjirou no se esperaba ser atacado tan pronto.

- ¿Sabes quién es?

- Yo… - Sabía que no podía mentir, por lo que asintió con la cabeza. – Si.

- ¿Eres tú?

- ¡¿Eh?! – Ahora si deseaba morirse. – Yo… yo…

Zenitsu podía ver el sonrojo, escuchar los sonidos de nervios y preocupación, pero por sobre todo podía oír el sonido de cariño hacia su persona. Nunca lo había escuchado antes porque nunca le había tomado la atención necesaria ya que Tanjirou de por si emitía una gentil melodía.

- ¿Lo eres?

Tanjirou lo observó con preocupación para luego cambiarla a una de determinación mientras llevaba su mano al velador para sacar un sobre blanco junto con unas ramas con flores de duraznos.

- Lo soy.

Le respondió con seriedad y completamente sonrojado mientras le extendía el sobre con la flor.

Zenitsu igual de rojo las tomó entre sus manos para luego sonreírle con cariño y abrir el sobre.

"También quiero hacerlo.

Quiero conocer tus miedos y alegrías.

Tus momentos más felices y tristes.

Quiero conocer todas tus sonrisas y lágrimas.

Tus enojos y heridas.

Quiero conocerte como persona, amigo y amante.

Pero si solo puedo como amigo.

También me encantaría.

Porque eres importante.

Porque eres hermoso.

Porque eres Zenitsu.

Y realmente te amo."

Aquellas palabras solo hicieron que las lágrimas se deslizaran con fuerza por sus ojos preocupando a Tanjirou.

- ¿Estás bien? ¡Lo siento! – El pobre chico llevó su mano a los cabellos del rubio para tranquilizarlo. - ¡Podemos ser solo amigos! ¡De verdad no hay problema!

- ¡Idiota! – Le gritó en respuesta para luego abrazarlo. - ¡Yo también… yo también quiero conocerte!

- Entonces. – Tanjirou respondió el abrazo de forma temblorosa. – Tu…

- ¡Si idiota frentudo! – Zenitsu levantó la cabeza para colocar sus frentes juntas y observarse. - ¡También te amo idiota!

El sonido que le siguió por parte de Tanjirou fue inexplicable de expresar. Tanto amor y alegría debería ser ilegal, Zenitsu moriría al recibir tal afecto solo por ser correspondido por él ¡Por él!

Las risas de Tanjirou junto con su hermosa melodía le llenaron el corazón con una calidez que le harían vivir mil vidas más.


Zenitsu siempre fue una persona que daba y daba sin recibir nada a cambio. Siempre lloró por tener un poco de aquello llamado amor, siempre entregó todo para llamar la atención de la chica de turno.

Nunca había recibido regalos, ni elogios, ni nada.

Así que comenzar a recibir aquellas flores y notas le hicieron sentir querido y feliz. Pero ahora, viendo la sonrisa radiante de Tanjirou, escuchar aquellos hermosos sonidos que iban dirigidos por y para él le hacían querer morir de alegría.

No podía pedir nada más, se sentía completo.

Al fin estaba siendo amado por alguien y ese alguien era la persona más hermosa del mundo.

Inicio – 15 – 11 – 19

Término – 17 – 11- 19

Girasol - "Eres preciosa". En el lenguaje de las flores el girasol significa: "te admiro". El amarillo significa "eres mi sol. Solo tengo ojos para ti, y como el girasol, yo me giraré siempre hacia ti" y el naranja es la fidelidad en el amor junto con la admiración.

Tulipan: "Te prometo un amor sincero". En el lenguaje de las flores el tulipán simboliza una declaración de amor sincera. El multicolor, "sueño con un amor loco y extravagante", el blanco es "mi amor por ti es extremo", el amarillo, "estoy locamente enamorado", el negro, "estoy sufriendo enamorado", el rojo, "simboliza amor eterno", el doble, "tendremos éxito como pareja" y el jaspeado, " tienes unos ojos preciosos".

Rosa roja: "Mi amor por ti es muy ardiente". En el lenguaje de las flores la rosa roja es el símbolo del amor pasional, del deseo carnal. El rojo intenso es amor para toda la vida. Las rosas rojas y blancas, "vivamos juntos" o (al contrario), "la pureza de un amor apasionado pero platónico" y un ramo de doce rosas rojas significa, "quiero casarme contigo".

Rosa rosa: "Tu belleza ha florecido". En el lenguaje de las flores la rosa de color rosa simboliza amor verdadero y dulce. Significa: "te quiero de verdad." También es el símbolo de un amor que aún no se ha expresado libremente

rosa blanca: "Eres tan pura...". En el lenguaje de las flores la rosa simboliza el amor, el romanticismo y la fidelidad. Las blancas son inocencia, "mis sentimientos por ti son puros", las azules, paciencia y espera eterna, las amarillas son infidelidad, celos e inquietud amorosa. Las color lavanda son un flechazo, las negras, "mi amor perdurará para siempre" y las malva son tristeza y nostalgia.

Aciano: "Mi amor es puro y limpio". En ellenguaje de las flores, el aciano es el mensajero de los sentimientos puros y delicados. También significa: "No me atrevo a confesarte mi amor", la flor perfecta para los tímidos.

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Diente de león: en la época victoriana, dónde estaba de moda el lenguaje de las flores para comunicar mensajes a las jóvenes y pretendientes, la flor de diente de león simbolizaba fidelidad, felicidad, cumplimiento de deseos, y bienvenidas.

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Clematis: un buen augurio para quien emprende un viaje.

Cerezo: pureza y buenos deseos de felicidad.

Clavel blanco: lealtad.

Clavel rojo: amor vivo y energía.

Lila: Su significado cambia según el color: blancas, indican ingenuidad; violetas, indican enamoramiento y ansia de amor.

Flores de durazno: amor inmortal.

Narciso: el deseo.

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