Esta es la historia de una chica normal con una vida aburrida.

Ella era de estatura medio un 1,64 cm de alto de tez morena y pelo rubio clarito casi albino acompañado de unos ojos color azul clarito. Su cuerpo era muy desarrollado para su edad que eran 15 años. Su nombre era Jean Di Angelo y era mitad española y mitad italiana. Su padre Marcos Di Angelo y su madre Eliane Martínez, eran jefes de un importante buffet de abogados.

Jean tenía pocos amigos, más bien ningún amigo. Era muy tímida y le costaba socializar con los demás. Además de que se metía en muchas peleas.

Y que era poco femenina; por ejemplo el uniforme que llevaba al instituto era el masculino, nunca llevaba faldas o cosas muy de chicas. Siempre llevaba pantalones ya sean largos o cortos. También nadie se le acercaba a ella porque era una otaku aunque eso a ella no le importaba. Y si se metían con ellas iban a saber lo que era que le dieran una paliza.

Era lunes, ya había acabado por hoy la escuela y se dirigía a casa pensando que haría hoy.

_ *Haber, no tengo deberes que hacer y el próximo examen es dentro de dos meses. Así que me pondré a ver el anime de Rozen Maiden y leer el manga de Katekyo Hitman Reborn y de Fairy Tail leer algún que otro fic*_ pensó fantaseando.

Mientras pensaba eso no se dio cuenta de que cruzaba una carretera pero que por suerte estaba en verde, pero un conductor que iba muy rápido no pudo frenar e iba directo hacia Jean.

Cuando Jean quiso darse cuenta ya era demasiado tarde, lo último que vio fue la luz del auto dirigirse hacia ella.

Dolía, le dolía todo el cuerpo.

¿Qué había pasado? No lo recordaba. Entonces al intentar moverse recordó el auto y con él el accidente.

_ *¿Estoy muerta?* _ pensaba mientras intentaba moverse o, por lo menos abrir los ojos.

Mientras pasaba el tiempo el dolor iba menguando y empezó a abrir poco a poco los ojos. Cuando los abrió completamente se fijo de que no había nada ha su alrededor salvo una puerta de color blanco.

Se levantó con esfuerzo y se dirigió a ella, cogió aire y la abrió. Allí en medio había un despacho con muchos documentos y en medio de todo había un hombre de unos veinte años tez blanca y pelo negro al igual que sus ojos.

El hombre alzó la vista y vio a Mai mientras fruncía el ceño.

_ ¿Quién eres tu?_ preguntó el hombre poniéndose de dirigiéndose a un cajón.

_Jean_ contestó nerviosa.

_Jean¿qué?_ preguntó de nuevo mientras miraba en un fichero.

_Jean Di Angelo_ respondió.

_Jean, Jean ¡Ah! Aquí estas. Pero que..._ empezó ha decir_ Oye, ¿recuerdas algo antes de llegar aquí?

_Bueno, recuerdo que iba dirigiéndome a casa cuando un conductor se saltó el semáforo y creo que me atropelló. ¿Acaso estoy muerta?_ preguntó finalmente asustada.

_Bueno pues si, estas muerta. Pero no deberías, aquí dice que tendrías que morir dentro de setenta años de un ataque al corazón_ explicó leyendo el informe.

_ ¿Y tú cómo sabes eso?_ preguntó frunciendo el ceño.

_Cierto no me he presentado. Me llamo Muerte, Erte para los amigos_ contestó mientras sonreía de lado.

En eso Jean se empezó a poner pálida ¿muerte? *Esa muerte * pensaba mientras se sentaba en el suelo con los ojos como platos.

En eso su mente hizo click.

_Alto el carro. Tu acabas de decir que tendría que morir dentro de..._ empezó a decir intentando hacer memoria.

_Setenta_ dijo Erte.

_Eso setenta años. Entonce ¿qué coño hago aquí?_ exclamo enfadada.

_OH, pues eso es fácil. Por un error tu estas muerta en vez de otra persona. Por eso estas aquí_ explico manteniendo la sonrisa torcida en la cara.

_Un error... ¡UN ERROR! ¡A ti te parece que hacer ha gente por error sea divertido! ¡Quiero volver!_ gritó desesperada.

_Lo siento, pero no puedo_ dijo serio.

_Como que no, eres La Muerte ¿no? Si puedes quitar la vida puedes devolverla_ dijo ya al borde de un colapso nervioso.

_En teoría si, pero por desgracia cuando el auto te atropelló la mayor parte de tu cuerpo quedó destrozado y en esas condiciones no puedo devolver el alma. Lo siento_ dijo poniendo una mano en uno de los hombros de Jean intentando reconfortarla.

_No es justo, ¡NI SIQUIERA DI MI PRIMER BESO! ¡Ni acabe de ver anime, ni leer mangas!_ se volteó hacia Erte con una mirada furibunda_ ¡Vas ha hacer que vuelva a la vida si o si! ¡Ha sido tu culpa que este así, así que si no quieres que me convierta en tu peor enemiga más te vale devolverme a la vida!

_Ya te dije que no puedo, aunque...

_ ¿Aunque? _preguntó con un poco de esperanza.

_Aunque podrías ir a otra dimensión. Tendrías el cuerpo de una infanta 2-3 años. Conservarías tus recuerdos._ finalizó Este

_Ya veo y ¿qué dimensión, mundo o lo que sea sería?

_Pues la que tú quieras también podrías ir a un mundo anime_ objetó.

_ ¡EH! Seria eso posible_ preguntó ilusionada

_Si solo tendría que hablar con Vida y Tino_ contestó simplemente

_ ¿Quién es Tino?_ pregunto Jean

_Tino, es la abreviatura de Destino Jean_ explicó Erte.

_Ya veo, pues vamos donde ellos aunque... ¿Cómo se llega allí?_ pregunto finalmente.

_Pues hay que pasar por la puerta por la que viniste antes pensando que quieres ir donde ellos_ explicó.

_OK_ se dirigieron hacia la puerta_ "quiero hablar con Vida y Destino"_ pensó.

La puerta cambió de tamaño, ahora era más grande y de color azul clarito.

Abrió la puerta y allí en medio había dos personas tomando té y hablando.

La mujer tenía el pelo de un color plateado, tez blanca y ojos de un color tipo oro líquido. Llevaba un vestido blanco de seda que se ataba al cuello.

El hombre era robusto, tez morena y ojos y pelo de color castaño oscuro. Llevaba un manto brillante de color azul oscuro.

Ambos se giraron y miraron a Erte y luego a Jean empezando a fruncir el ceño.

_Erte ¿Qué as echo esta vez?_ pregunto la mujer mirándolo mal.

_Yo nada, solo ha sido un error. Y necesito de vuestra ayuda Tino, Vida_ explicó mirándolos.

_ ¿Y esta?_ preguntó Tino señalando a Jean

_Oiga, ¿No le han dicho nuca que es de muy mala educación señalar a la gente? Y no soy esta soy Mai_ dijo frunciendo el ceño mientras Erte reía.

_Bueno Tino ella es el problema o error. Al parecer no tenía que haber muerto y no la puedo devolverla a la vida, ya que su cuerpo en el accidente donde murió, quedó la mayoría destrozado_ informó mirando a Jean y luego a los otros dos.

_Déjame adivinar, vas ha mandar su alma a otro mundo para que Tenga una segunda oportunidad ¿no?_ preguntó Vida mirando a Erte de soslayo.

_Exacto y necesito vuestra ayuda para eso_ dijo sonriendo.

_No se..._ comenzó Tino.

_Oiga que el sea un patán...

_ ¡Ey!_ exclamo Erte ofendido.

_No significa que yo no tenga derecho a vivir, ni siquiera me he enamorado, ni dado mi primer beso. Quiero vivir, tener una familia, una vida con amigos es que es tanto pedir. No es justo..._ acabo de decir empezando a llorar cayendo de rodillas tapando con las manos la cara_ No vale...

_Jean..._ dijo Erte mirándola_ Tino, Vida se que es mucho pedir pero ella no ha hecho nada malo en su vida, ni un pecado. Además de que esto en parte es mi culpa, por favor ella merece vivir.

Tino y Vida se miraron y suspiraron al mismo tiempo, Vida se acercó a Jean agachándose hasta quedar a la altura de esta y haciendo que ella la mirase su rostro. Vida vio el rostro de Jean llenos de lágrimas y miedo en sus ojos haciendo que la mirada de Vida se enterneciese.

_ ¿Estas segura? ¿Es tu decisión final?_ preguntó Vida mirándola fijamente a los ojos.

_Si, quiero vivir_ dijo ella mirándola con decisión y determinación.

_Bueno y has pensado ha que mundo querrías ir_ preguntó Tino mirándola.

_Pues... la verdad es que he pensado y he decidido ir a un mundo anime_ dijo finalmente poniéndose de pie y secándose las lágrimas.

_ De acuerdo. Y ya que por culpa de este patán estas aquí te daremos un poder especial. Pero primero que mundo anime eliges_ preguntó Vida.

_Yo... elijo... ir al mundo de... Fairy Tail_ dijo finalmente_ *Espero haber elegido bien*

_De acuerdo, como en ese mundo hay muchos tipo de magia te daremos unos 6 núcleos de magia, te daremos una vida 'divertida' además de que dejaremos al cuidado de unos 'amigos' que te ayudaran a entrenar_ explicó Erte.

_Y ¿cuáles sería?_ preguntó Jean interesada.

_Eso lo descubrirás con el tiempo_ dijo Tino con una sonrisa enigmática.

_V-vale *Espero no haberme metido en un lío*_ pensaba mientras un escalofrío le recorría la espalda.

_Bien, acompáñanos_ dijo Vida levantándose y dirigiéndose a la puerta que había cambiado el color a un verde clarito y el tamaño un poco más pequeño que el de antes.

Cuando la abrieron la puerta había un gran salón, pero no había nada más que un círculo y un pentágono dibujado dentro del círculo en medio de la sala colocados.

_Ponte en medio del pentágono y relájate. Eso sí, recuerda que aun con un cuerpo de bebe seguirás siendo tu misma_ explicó Tino mirándola fijamente.

_Lo sé, Erte me lo explicó_ dijo Jean poniéndose en el interior del pentágono.

_Bien, buena suerte Jean y espero no verte hasta dentro de muchos años_ dijo Erte con una sonrisa en la cara.

_Lo mismo te digo y gracias_ le respondió también sonriendo.

De repente el pentágono empezó a brillar de un plateado intenso mientras que el círculo de un dorado más suave.

Todo comenzó a dar vueltas alrededor de Jean mientras que se iba perdiendo en la inconsciencia hasta que de un haz de luz Jean desapareció.