Nota: ¿Sexo implícito? Posiblemente. ¿Te influenciaste por un fanart SatoShou? Claro.


Las tentaciones no surgen sólo porque sí.

Las tentaciones siempre tendrán un motivo o razón, independientemente de si esta es lógica o ilógica. Pues las tentaciones son meros deseos, correctos o incorrectos, morales o inmorales.

Los deseos, deseos son. Siendo sólo la sociedad y tal vez, uno mismo, el que califique de bueno o malo.

De blanco o negro. Cuando en sí, somos grises en distintas tonalidades de nuestra vida (camino).

Es entonces donde uno se pregunta: ¿Por qué? ¿Por qué quiero esto? ¿Por qué deseo hacer esto?

Y aunque mayormente las tentaciones están ligadas al sentimiento de culpa, remordimiento. Existen ocasiones en las que solamente piensas Al diablo todo, lo estoy gozando como no tienes idea.

¿Y a qué viene tanta palabrería? Simple: A Shouko le han ofrecido el fruto prohibido, y quien se lo proporcionó fue su mejor amigo Satoru.

Siendo él el que le tentara (a pecar) y de paso, siendo él ese fruto prohibido.

Pues, a pesar de que Shouko fuese consciente de lo bien dotado que era él. Y que a veces, sólo a veces, su mirada lo siguiera; no quería que sus pensamientos escalasen a más, y por ello trataba en la medida de lo posible, el desviar su atención a otras cosas que no fuesen Satoru Gojō.

Sin embargo, ¿Qué hacer cuando el objeto de un deseo (que no debe ser) es el mismo que te tienta?

(Que le susurra en el oído que está bien pecar –y que de ser así, con gusto le acompañará en el infierno, castigo–).

Y tal como Eva cedió a la tentación porque, oh Dios, la carne es tan jodidamente débil.

Y…

Dios perdónanos por no sentir remordimiento.

Caer en la tentación, pecar. Es tan fácil y jodidamente dulce.

(¿Pero estás dispuesto a aceptar las consecuencias después del placer momentáneo?)