¡Oh sí!, nuevo fanfic, sí, después de mucho tiempo de reflexión, y de que mi cabeza no dejara de molestarme con cientos de ideas para nuevos fics cada 5 malditos minutos, he decidido por fin seguir mi cabeza, (la de arriba, no vayan a ser mal pensados solo por el tipo de mundo con el que relacionado esta historia) y empezar a subir más fics.
La cosa es que me di cuenta, de que aun cuando siempre quise hacer lo de simplemente empezar solo un fic y después que lo terminara seguir con más, ya me di cuenta de que mis ansias y la afluencia de ideas continuas, nunca me permitirían hacer eso, aparte de que es posible que para cuando termine mi primer fic, varias de las ideas que hayan surgido en ese tiempo para otros fics, ya desaparecieran, perdiendo grandes oportunidades de buenas historias que les puede gustar leer y a mi escribir.
Así que aquí tienen, mi nueva historia, que es una que mantuve en mi cabeza por el tiempo que estuve inactivo y que fue el detonante para que suba las siguientes historias que se verán en el futuro a corto plazo.
Bueno, no tengo nada más que decir, así que los dejo con el capítulo.
Descargo de responsabilidad: no soy dueño de Naruto o High School DXD, sus personajes, o cualquier otro personaje que use durante la creación de este fic a menos que sea OC, claro.
Hablando: personajes hablando
Pensando: (personajes pensado)
Comunicándose: Personas comunicándose mentalmente/por radios, llamadas, magia, etc.
Hablando: Seres poderosos, Almas de Sacred Gears hablando.
Pensado: (Seres poderosos, Almas de Sacred Gears pensado)
Ataques: Ataques, Chakra, Magia, etc.
Capítulo 1: El aleteo de una mariposa.
Una cosa que todo el mundo a lo mejor una vez pensó, o más bien, se preguntó, fue ¿Qué tanto valía una sola persona como ellas?, ¿Acaso algunas de sus vidas, o siquiera su existencia, en verdad de alguna manera llego a influir en la larga historia de este mundo?
Una pregunta que normalmente, ellos mismos se contestan con un simple y llano, 'no', diciendo que sus vidas no son tan importantes como las de otras personas que nacieron en mejores posiciones sociales, o con más beneficios que ellos. Y pensando siempre que tienen razón.
Pero, eso puede que se debiera, a que nunca escucharon del, 'Efecto mariposa'. Para aquellos que no saben que es, en grandes rasgos, es una teoría en las que nos dicen, que, si llegasen a ocurrir pequeños cambios, incluso el más pequeño, como el aleteo de las alas de una mariposa, una historia o estado que originalmente debería estar podría terminar con consecuencias o eventos totalmente divergentes, como un gran tornado al otro lado del mundo, o la muerte de un pequeño pueblo.
Entonces, siguiendo esa lógica, ¿Qué pasaría si un niño, que no se supone que debería haber nacido en cierto mundo, naciera?, ¿Y si este niño, perteneciera a una raza, que durante mucho tiempo estuvo aislada, y el saliera de este aislamiento por si solo?, ¿Cómo influiría en verdad este niño en la historia de este mundo?
-Lugar desconocido-
La oscuridad, fue lo primero que vio después de haber muerto una vez más, siempre era así, una existencia un tanto repetitiva y a la vez diferente siempre. Cada vez que revivía, estaba muy cortos periodos de tiempo en la tierra, antes de que algo lo matara, siendo en promedio el mayor tiempo de vida que estuvo en la tierra de los vivos, de unos 18 años, y siendo en la mayoría de los casos asesinado, o por alguno de sus rivales, o alguno de los estúpidos dioses de alguno de los panteones existentes.
Uno pensaría que una vida de 18 años podría ser larga de cierta forma, después de todo, aunque contar hasta 18 era fácil, los días y las experiencias que uno puede vivir en ese tiempo pueden ser bastas y gratificante. Pero para esta persona no, para el si era en cierta forma la cantidad de tiempo, pero como no lo podría ser, cuando en los primeros años de vida tienes que volver a vivir como un niño que no puede hacer nada más que dormir, comer o hacerse en sus pañales, y cuando en especial los últimos, lo puedes recordar con lujo de detalles, no te dan tantas ganas de volver a la vida o tener tan buena memoria como esta persona tenía. Así que, durante esos primero cuatro o cinco años de su vida, procuraba desconectarse para no recordar tantos momentos desagradables.
Y después tener que pasar por quien sabe cuántas veces por la pubertad... solo digamos que repetía el proceso cuando veía los indicios de que empezaba a pasar por ese periodo, lo que le dejaba en realidad con solo un par de años antes de morir. Así que a pesar de vivir unos 18 años cada vez que volvía a la tierra, que viviera en realidad tan poco tiempo, nunca ayudaba para que considerara como buenos esos años de vida que ha estado en la tierra, y menos considerarla gratificantes.
En fin, volviendo al ahora, después de morir tras veinte años de vida, un récord personal, había muerto por culpa de un dios loco, del cual no quería recordar su nombre por ahora. Los dioses siempre querían sus cabezas en cuanto sabían que habían revividos, y todo por el simple hecho de que les tenían miedo por lo que representaban, eso le molestaba, y se estaba hartando de eso.
Porque, aunque sabía que no podría perder la cabeza por su ascendencia que se podría considerar, divina, le estaba empezando a crispar mucho el nervio el tener que volver siempre aquí, solo, para tener escuchar a todos los que morían quejarse de lo cortas o poco gloriosas que fueron sus vidas, o peleas finales antes de venir aquí.
En especial ese par de lagartos gigantes que siempre se quejaban, ya sea de que su pelea termino en empate por que alguno de los portadores del otro era más débil, de que los poderes inventados por sus nuevos portadores eran mejores que el del otro, o quien sabe que más.
Después de las primeras dos resurrecciones, ya se había cansado de escucharlos, y simplemente los ignoraba. Suspirando para sí mismo, se recostó para cerrar sus ojos, y dormir un rato en lo que esperaba a que tuviera que ser llamada de nuevo y volver al reino de los mortales, para de seguro volver a morir a los 15 años mientras trataba de perder la virginidad con alguna diosa cachonda disfrazada de una simple puta.
La espera de seguro sería larga, cada vez que tenía que esperar, el mínimo de tiempo de espera era unos cien o doscientos años, así que tendría que ser paciente, después de todo, apenas llevaba unos cuantos minutos, quizás una hora o dos desde que murió el cuerpo mortal que habitaba.
Ahhh, pero la sorpresa llegaría para esta persona, por qué solo después de 50 o 60 años de haber muerto tras escuchar en las noticias que un tal Adolf Hitler murió, parecía que era hora de volver al mundo.
Y si la intensidad de la luz que lo llamo de regreso era algo para indicar, era posible que su nuevo portador por fin pudiera superar esa marca de 20 años que su anterior portador impulso, en lo personal no se hacía ilusiones, pero en serio quería creer que su nuevo portado lo lograría.
-Montañas de Japón, 10 de Octubre de 1995-
Las montañas, elevaciones naturales del terreno, producto de fuerzas tectónicas, que por lo general ascienden a más de 700 metros, lugar de cientos de animales y plantas que le daban al ambiente un aire calmado y de paz…
"¡AHHHHH!", O se supone que así debería ser, pero los fuertes y continuos gritos de una mujer, que por alguna razón estaba dando a luz en ese momento en las montañas, quitaba todo el aire de calma, para darle uno más serio.
Aunque puede que en realidad esos gritos, y el aire serio, solo se hubiera quedado dentro de la cueva donde estaba la mujer dando a luz, esto gracias a una extraña barrera de color rojo transparente, que estaba justo en la entrada de la cueva. Cueva en donde, al final de esta, una un tanto rudimentaria sala de parto se había montado.
Con dos pequeños muebles, uno cerca de las paredes de la cueva y que tenía varias toallas, mantas de diferentes tamaños y baldes con agua que dejaban sacar un poco de humo, mientras que, en el otro, se encontraban unas cuantas herramientas de operaciones diferentes las cuales parecían sin tocar a excepción de unas pocas. Este último mueble, se había puesto justo al lado una gran mesa, o más bien, cama, hecha al parecer de la piedra de la cueva, en donde en la parte superior tenía una especie de colchoneta un tanto gruesa.
Y encima de la cama de piedra con colchoneta, es donde estaba quien era la fuente de esos fuertes gritos, su origen era una mujer hermosa que aparentaba tener entre unos 20 o 30 años, tenía el pelo largo y rojo como la sangre que le llegaba hasta el final de la espalda. Tenía una cara en forma de corazón y unos hermosos ojos de color morado que se podían ver cada vez que parpadeaba. Tenía unos pechos de copa C y un trasero bastante grande, pero lo más destacable de ella en este momento, a parte del hecho de que estaba vestida con una bata de paciente verde, era la gran barriga que tenía, una barriga de embarazada.
Y en este momento, estaba dando a luz a su posible futuro hijo o hija. "¡Ya casi sale lady Kushina, puedo ver la cabeza, solo puja, puja!", le grito con apronto una mujer de pelo castaño, con tres cuartas partes de su rostro cubierto, la mitad por un cubre bocas, y el cuarto faltante por su pelo que estaba en un flequillo recto, que deja su ojo derecho cubierto, dejando ver solo su ojo izquierdo de color rojo, y vestida con un uniforme blanco de enfermera, que estaba entre sus piernas, mientras le ayudaba a dar a luz a la mencionada Kushina.
La mencionada, después de escuchar entre sus continuos gritos, la orden de la enfermera, le miro con un mal ojo a la mujer, para seguidamente gritarle lo más fuerte que pudo, "¡¿Qué crees que estoy haciendo?!", tras lo cual siguió otro grito, pero de dolor, lo que dejaba ver que estaba sufriendo bastante en este momento.
La enfermera, si le afecto en algo el par de gritos, tanto el entendible, como el inentendible, no lo demostró. Simplemente dejo que se resbalaran, como lo hizo con los cientos de gritos que había escuchado antes, en las horas pasadas de trabajo de parto que fueron acompañadas con más de sus gritos.
"¡Vamos lady Kushina, solo una vez más, un empujón más y saldrá!", exclamo la enfermera al lado derecho de la cama donde estaba acostada la pelirroja, quien era una copia casi exacta de la primera enfermera, solo que su flequillo en vez de cubrir su ojo derecho cubría el izquierdo, y el visible era de color azul. Mientras aguantaba la mueca de dolor que quería salir de su cara, causada por la increíble presión que estaba aplicando a su mano Kushina, en busca de aliviar un poco el dolor producido por el parto.
Y justo en momentos como estos, la mujer agradecía a quienquiera que les hubiera dado a los suyos su increíble resistencia física, si no su mano estaría igual de destruida que los pedazos de piedra alrededor de la cama, que Kushina había sacado de la base de piedra en busca de un punto de apoyo.
"¡Eso, eso es! ¡Ya casi, un poco más!".
"¡AHHHHH!"
"¡Ya está, ya salió!", grito la enfermera, tras lo cual rápidamente tomo unas tijeras del mueble junto a la cama, y corto con estos el cordón umbilical que unían a madre e hijo.
Y con ese último grito, marco el final de las muy cansadas 10 horas de trabajo de parto, junto con los gritos que las acompañaron. Para dejar paso al silencio que solo fue perturbado, por los llantos del pequeño bebe recién nacido y los suspiros de cansancio de la madre.
Después de unos minutos, en donde la enfermera con las dos manos aun funcionales había aprovechado el tiempo para caminar con él bebe hasta el primer mueble con las cobijas y baldes con agua, limpiar al bebe con agua caliente, y secarlo con toallas, para después arroparlo con una manta de un curioso color naranja.
Regresando a donde estaba la madre, ahora un poco más calmada, y con un poco de aire recuperado en sus pulmones. Le ofreció al pequeño bulto envuelto en las mantas naranjas, "Felicidades lady Kushina, es un lindo y sano niño."
Le dijo, mientras la ahora madre, con sus pocas fuerzas, logro tomar a su niño y acercarlo a su cara para apreciarlo mejor. Mirándolo, se le escapo el poco aire que había reunido, al ver por primera vez la cara de su bebe.
En primera instancia, se dio cuenta de que era más pequeño de lo que había pensado que sería, aunque puede que fuera algo esperable, ya que había nacido cuando cumplió los ocho meses de gestación en vez de nueve, y aunque no era mucho, si se dio cuenta de que era un poco más pequeño que él bebe nacido promedio. A parte de eso, viendo sus facciones, se dio cuenta de que su pelo, era una curiosa mezcla entre el suyo y el de su, 'padre'.
Aunque corto en este momento, pudo distinguirse el hecho de que era bastante puntiagudo, y en vez de un solo color, sus mechones tienen una curiosa combinación de colores, siendo el predominante, el color amarillo, (Algo que le molesto un poco a la mujer), y con las puntas de un color rojizo, obviamente, herencia suya. También había heredado la forma de su cara, siendo redondeada, como en forma de corazón.
Pero lo que causo curiosidad, y ternura a la vez, fue que, en cada una de sus mejillas, había tres curiosas, pero lindas marquitas en forma de líneas, que se agruparon de tal manera, que se parecían a bigotes. Sus ojos por desgracia, no sabía cómo eran, pues por sus llantos, no había abierto los ojos, y no parecía que dejaría de llorar en el corto plazo.
"Ohhh, tan lindo mi bebe~", arrullo con cariño, mientras mecía lo más cerca posible a su hijo, el cual, de forma inconsciente, se aproximó al reconfortante calor que emanaba su madre. Mientras seguía meciendo al pequeño bebe, Kushina miro a las enfermeras, que, aunque los veían desde un poco lejos, se podían notar las sonrisas, en sus ahora revelados rostros sin mascarillas, "¿Verdad que es lindo mi pequeño? Y más con esas lindas marquitas en forma de bigotes, ¿Y por qué será que tiene esas por cierto?"
Pregunto, verdaderamente curiosas por el hecho de que algo así nunca se habían presentado en su lado de la familia. "Mmm…. pues, por lo que podemos decir, es que esas, son marcas de nacimientos, unas muy extrañas debo decir, nunca he visto unas marcas que sean tan... simétricas o tiernas que digamos."
¡¿Qué?!, era cierto, esas marcas aparte de ser simétricas, sin duda harían que se viera más lindo, en especial si le vestían con un lindo trajecito de gatito o de zorrito. No podría esperar a ver como terminaría cuando Kushina lo vistiera con uno de esos disfraces, porque sabía que lo haría.
"Sí, ya oíste, tu, mi pequeño y lindo Naruto-chan será muy lindo y único con esas lindas marquitas en la cara."
"¿Naruto?"
"¿Pastel de pescado?"
Al escuchar la segunda pregunta hecha por una de las dos enfermeras, tomo una de las piedras sueltas que quedaron en la cama después del trabajo de parto, y con sorprendente velocidad, fuerza y precisión, para una mujer recién salida del trabajo de parto, se las lanzo de una forma que golpeo en la frente de una, para después revotar hacia la cabeza de la otra, "¡NO SIGNIFICA PASTEL DE PESCADO! ¡SIGNIFICA REMOLINO DATTEBANE!", les grito.
Siempre le cabreaba que le recordaran su adicción al Ramen, o más bien, cuando se lo recordaba y se lo recriminaran a la vez. Y sabía que ellas estaban haciendo lo ultimó, porque se les veía en la cara y en el tono cuando le pregunto sobre el nombre que eligió para su hijo. No era tan adicta al ramen como para elegir el nombre de su hijo por uno de sus ingredientes por amor a Kami…. aunque puede que si influyera…. ¡PERO SOLO UN POQUITO!
El par de enfermeras, a las cuales, después de los golpes con las rocas, se les cayeron lo que parecían ser dos pelucas de pelo castaño que cubría los colores reales de sus cabellos, se estaban sobando las frentes ahora golpeadas, mientras unas pequeñas lagrimas salían de sus ojos por el dolor, "Hai, lo sentimos Lady Kushina."
Pidieron ambas mientras inclinan sus cabezas ligeramente. Asintiendo con la cabeza, la mujer de pelo rojo regreso su atención a su lindo hijo, el cual, después del grito, parecía que se había cansado de llorar, y ahora miraba a su madre, con hermosos y cristalinos ojos azules, los cuales, le derritieron el corazón.
Acercándolo, para abrazarlo lo más cerca posible, pero teniendo cuidado de no lastimarlo o asfixiarlo mientras lo hacía, sonrió cálidamente, a la vez que dejaba que el sueño y el cansancio por fin la reclamaba, aunque no antes de dedicarle por el momento a su hijo unas últimas palabras, "Naruto Uzumaki, sé qué harás cosas grandes cuando crezcas, después de todo, eres mi hijo."
Fue lo último que dijo, sin saber lo ciertas que eran esas palabras, sin saber, como el viento que genero el aleteo de la mariposa, que representaba el nacimiento de Naruto Uzumaki, estaba cambiando el curso de la historia de este mundo, tanto el normal, como el sobrenatural
-Diez años después, Montañas de Toyama, Japón-
Tenía que seguir corriendo, ese era el único pensamiento que tenía y que se repetía constantemente, mientras hacía que sus cortas piernas se movieran lo más rápido que podían.
Para Shirone, una chica de ocho años de edad, con ojos de color dorado, y de un pelo blanco, el cual en la parte delantera lo tiene con dos flequillos largos que van más allá de sus hombros y varios flequillos sueltos colgando sobre su frente, mientras que la espalda lo tiene medio largo, llegándole un poco más abajo de su cuello, vestida solo con harapos de lo que alguna vez fue un bonito kimono de color blanco, y que ahora apenas y se podrían considerar aptos para llamarse ropa, en esto se había convertido su vida.
Una constante persecución, en la cual, con el más mínimo descuido, ella podría ser capturada por sus constantes perseguidores, los demonios. Para un mejor contexto sobre su situación, tendríamos que regresar dos años atrás.
Lo primero que se debe entender de ella, es que, a diferencia de los humanos, ella no podría ser considerada normal. Era única en muchos sentidos, después de todo, solo para arrancar, podía presumir ser una joven de una especie, conocida como Nekoshou, que es una especie rara entre los de su tipo, los Nekomata, seres con apariencia de humano y rasgos de gato como cola y orejas características de esta especie, algo por lo que normalmente era para sentirse orgullosa.
Pero justo esa ascendencia, ahora le estaba causando mucho más dolor y problemas de los que, para su joven mente, valía serlo. Su vida no fue la mejor desde un principio, no sabía mucho de sus padres muertos, aparte de que su padre eran un humano del que se enamoró su madre, una Nekoshou, de nombre Fujimai. Por sus muertes, era obvio el hecho de que era huérfana, junto con la que alguna vez considero su hermana, Kuroka.
Durante algunos años, podía recordar que su hermana siempre la había cuidado mientras vivían en las calles después de que murieran sus padres. Aunque no tenían en verdad una casa a la que llamar hogar, o comida en abundancia, por lo menos se tenían la una a la otra, y estaba bien con eso en ese entonces. Pero todo cambió cuando cumplió ocho años.
Un poco después de que celebraran lo mejor que podían su octavo cumpleaños, un demonio, uno de la casa Naberius, había llegado a ellas con una propuesta. Parecía, que se había interesado en Kuroka por su aparente potencial, por lo que la propuesta fue más concretamente dirigida para su hermana mayor, la cual, por lo que entendió, fue que, si ella aceptaba formar parte de su nobleza, el demonio les daría todo lo que necesitaba para vivir, a ella y su hermana.
Considerando la situación en la que estaban obligadas a vivir, Kuroka no dudo mucho en aceptar su propuesta, convirtiéndose en el alfil del demonio, y obviamente, en una demonia. A partir de eso, su vida había mejorado bastante, el demonio, que ahora era el maestro de su hermana, le proporciono todo lo que siempre necesito y quiso, ropa linda y más cómoda, una cama caliente, una habitación propia, tres comidas diarias adecuadas, etc. Y así fue su vida, durante poco más de un año y medio.
Hasta que Kuroka, durante una sesión de entrenamiento, intento dominar el poder por el que se caracterizaban los Nekoshou, el Senjutsu, siendo la palabra, 'intento', la palabra clave.
Sin saberlo, o aun sabiéndolo, no estaba segura de eso, Kuroka cayó ante uno de los peligros de usar este poder, 'locura', al no poder controlar todo el odio y el deseo de matar que vino junto con el poder de la naturaleza, termino perdiendo el control de su razón, sus acciones y en el transcurso, cometiendo el mayor crimen, que un demonio reencarnado podía cometer…. el matar a su maestro demonio.
Sí bien, la muerte de un demonio de clase alta, por parte de algún integrante rebelde de su nobleza, no es algo que se pueda decir que era muy nuevo o raro, las circunstancias, que implicaron a un Nekoshou ebrio de poder, y la habilidad natural de esta raza para usar Senjutsu, en la muerte de este si lo fueron.
O por lo menos, por alguna razón que estaba fuera de ella, estas fueron lo suficientes razones, como para hacer que toda la comunidad demoniaca, pensara que los Nekoshou, eran una especie peligrosa que debía ser exterminada de forma completa.
Como una semana después de que ella fuera encarcelada, que fue un día después de que Kuroka matara a su maestro, Shirone había escuchado desde su celda, a un par de demonios medio ebrios que eran vigilantes en la prisión, hablar entre ellos de como formaron parte de la aparente casería de todos los de su raza. Así como también los escucho presumir de cómo habían profanado a varias de esas, 'Sucias gatas callejeras', antes de matarlas.
Sí bien, no tenía tanto apego a su raza, por el simple hecho de que, de esta misma solo había conocido a su hermana, enterarse de que era posiblemente la última de los suyos, junto con la ahora criminal clasificada en el rango de doble S, Kuroka, si fue un poco impactante y desgarrador.
Y sabía que, si no hacía algo, terminaría igual que el resto de los suyos, muerta y bajo tres metros de tierra. No queriendo eso, antes de que determinaran el día de su ejecución, planeo y logro ejecutar su escape.
Aun ahora seguía sin poder creer que en verdad funciono, debía agradecer al idiota arrogante, que de seguro la subestimo por ser una niña de 10 años y creyó que sus aun inmaduros poderes de Nekoshou, no ameritaban restricciones mágicas.
Después de que escapo, logro colarse en uno de los trenes de los nobles que viajaba del Inframundo, al mundo de los humanos. En donde empezó su nueva vida, la vida que consistió en correr siempre, escondiéndose y mirando en todo momento por sobre su hombro, con el fin de que nunca la sorprendieran con la guardia baja, porque sabía que aun la perseguían los demonios.
Algo que comprobó hace un par de horas, mientras trataba de robar algo de dinero de algunos peatones, para poder conseguir algo de comer que fuera mejor que lo poco que podía robar de algunos puestos sin que la atraparan. Se había descuidado, y termino robándole dinero a un grupo de demonios que al parecer se habían tomado como tarea personal, el cazar a los restos de su raza moribunda.
Al acercarse mucho al grupo demoniaco para tratar de robarle algo, de alguna manera se dieron cuenta de que era ella, y eso, junto con el que les hubiera robado su dinero, fue básicamente como si les hubiera puesto un gigantesco cartel de, 'cazenme', arriba de su cabeza.
Cartel al que le hicieron caso, lo que inicio una larga persecución. Persecución de más de una hora, que los había llevado hasta las montañas cercanas a la prefectura de Toyama.
Donde estaba ahora, tratando de perder a sus perseguidores por los bosques del lugar.
"¡Vuelve aquí maldita gata callejera!", escucho claramente el grito de uno de los demonios que la perseguían, no sabía cuál de todos era o como se veía, y simplemente no le importaba.
Solo pensaba en cómo perderlos, mientras esquivaba el siguiente árbol, "Ah, ah, ah." solo eso, y respirar podía hacer.
"¡Te dije que viniera aquí, maldita puta!", grito otro demonio, este con un tono más femenino y enojado. Seguido de su grito, vino el ruido como de algo siendo lanzado, junto con el ruido de algo crepitando.
Siguiendo su instinto que le gritaba sobre el peligro como por centésima vez en los últimos treinta minutos, Shirone salto a su izquierda, un poco más lento que en la última ocasión que tuvo que hacerlo, esquivando una gran bola de fuego que por poco quemo su cola, que había sacado junto con sus orejadas blancas de gato, con el fin de aprovechar su poder completo de Nekomata para tratar de escapar.
Sintiendo el calor que desprendió la explosión de la bola de fuego, junto con el fuego en sí, causo que el cansancio que se sentía, el cual de por sí ya era muy malo por la larga carrera hasta las montañas, fuera peor.
El sudor que cubría su cuerpo se multiplico, y su visión empezó a nublarse, pero eso poco le estaba importando a la chica gato. Pasar por esto por el momento era mejor que dejar que los atraparan los demonios detrás de ella, que quien sabe que le harían. Mientras pudiera ver delante de ella y aun moverse, seguiría corriendo.
Después de un rato más moviéndose, por alguna razón escucho que sus perseguidores se detenían. No supo el por qué se detuvieron, pero no le importaba, lo mejor era seguir corriendo y perderlos si les estaba dando la oportunidad. Y sin darle ni una mirada a los demonios, siguió su camino con las fuerzas que aún le quedaban.
"Tch, la estúpida entro a un terreno peligroso.", dijo con evidente molestia una de las 2 demonios femeninas del grupo, la cual, tenía un aspecto un poco mayor al del resto de los demonios presentes.
"Y pensar que se metería en ese lugar, ni siquiera esa chiquilla vale la pena entrar en su territorio.", comento, dando sus propios dos centavos a la conversación, otro demonio con un aspecto un poco mayor en comparación con el resto, que parecían estar entre sus veinte años, mientras que el parecía estar en los finales de los treinta.
"¡¿De qué carajo están hablando?! ¡¿Por qué no estamos persiguiendo a la puta?! ¡Ya casi la teníamos!", rugió en ira y duda el demonio más joven de entre los presentes, uno que parecía apenas haber salido de la adolescencia.
Mirando al mencionado demonio, el más viejo de ellos lo miro de una manera, que le dio a entender que estaba molesto por su aparente ignorancia, algo que lo molesto.
Pero antes de que pudiera decir o hacer algo, el mayor lo interrumpió. "Parece que esta nueva generación es más ignorante de lo que pensé.", dijo, sin impórtale lo grosero que sonaba, en su mente, se merecía esa falta de respeto. Así que, sin cambiar su expresión, dirigió su vista a uno de los árboles al borde del denso bosque en donde entro la nekomata, "¿Acaso no sabes lo que significa eso?"
Viendo el lugar donde estaba mirando el demonio, el más joven se encontró viendo como en un árbol se había tallado en su corteza, la forma de un círculo, con un remolino en su interior, que fue pintado de un color rojo, con un poco de la pintura que se había escurrido, dejando unas líneas debajo del mismo, haciéndolo parecer como si el remolino hubiera sangrado.
"¿Qué? ¿Ese remolino? ¿Eso que tiene que ver con dejar a la gata escapar?", pregunto, pero esta vez la pregunta fue hecha por la otra demonio femenina, que al igual que su compañero, miro con molestia al par de demonios mayor por detenerlos en su casería de gatos.
Mirando de nuevo a los demonios más jóvenes, esta vez los miro con molestia, "Tiene que ver mucho, porque acaba de entrar a un terreno peligroso. Un terreno prohibido para todos, menos para los que aparentemente, alguna vez fueron dueños de este bosque... el clan Uzumaki."
-30 minutos después, en lo profundo del bosque-
Shirone estaba muy cansada, estaba en su último aliento, después de correr por más de dos horas, teniendo que esquivar continuamente ataques mágicos, sin haber comido ni dormido de forma adecuada en más de un día, solo hacía que su condición se fuera empeorando.
Su visión estaba borrosa, sudaba bastante, sus piernas apenas y la podían sostener, le empezaba a doler la cabeza y para rematar, el sol ya empezaba a ponerse en el horizonte, dejando el bosque muy oscuro. Y aunque podía ver gracias a ser una Nekomota, tenía que detenerse, buscar un lugar donde pudiera esconderse de sus perseguidores, en caso de que decidieran aventurarse en el bosque para buscarla y descansar, cualquier lugar sería bueno en este momento.
Mirando a su alrededor después de que se detuvo de su carrera para buscar un lugar más o menos descentre de descanso, su vista se encontró por casualidad con la entrada de una cueva. Puede que fuera cliché, pero era un lugar adecuado, estaba bien escondido gracias a varios árboles y arbustos frondosos, así que, si decidieran buscarla, sería difícil que encontraran ese escondite.
Asintiendo para sí misma, paso por la entrada de la cueva, sin darse cuenta, de como una especie de símbolo casi imperceptible, brillaba en la pared de la construcción de piedra natural, lo que, sin saberlo, hizo su estancia en esta cueva más difícil de lo que podría haber imaginado.
-1 hora después-
Ok, este día puede que fuera el segundo peor de su vida según Shirone, después de entrar a la cueva, se había sentado durante media hora para poder recuperar un poco de sus fuerzas.
Después de esa media hora, un viento le recordó que sus prendas casi destrozadas, no eran las mejores para que pasar la noche en las montañas, donde el frio aumentaba ahora que estaba cerca el invierno. Disponiéndose a calentarse, se levantó y estaba a punto de salir de la cueva para buscar unas cuantas ramas y hojas secas que pudiera usar para empezar un fuego en un lugar más profundo de la cueva.
Solo para ser sorprendida, y no de la forma grata, al golpearse contra una especie de barrera de color rojo transparente, que le impedía salir del lugar. Y después de un buen rato, golpeando, empujando, tratando de hacer un hoyo en alguna pared de la cueva, fue que se dio cuenta de que en verdad estaba atrapada en esta estúpida cueva.
Así que después de resignarse por el momento, se sentó un rato más en la orilla de la cueva, tratando de pensar en alguna otra solución a esta problemática. Solo que después de cerca de tres o cuatro minutos después, se arrepintiera cuando una muy fuerte lluvia callo, lluvia que la empapo, lo que la hizo comprobar que las cosas si podían pasar la barrera, solo ella no podía salir.
Ahora, empapada, cansada, hambrienta, con frio, atrapada sin aparente oportunidad de escapar y sola, la situación podría terminar de una única manera, con ella tan desesperada al creer que nunca podría escapar de esta cueva y moriría sola, termino rompiéndose. Empezó a llorar a lágrima viva, gritando, maldiciendo de una forma que una niña de su edad no debería ni saber, mientras se acurrucaba y abraza a sí misma.
Tras dejar salir todo lo que pudo, el cansancio la invadió tan fuerte, que sus ojos se cerraron lentamente sin que ella pudiera hacer nada, momentos antes de que ella se entregara al abrazo del sueño, formulo un solo pensamiento, o más bien, una oración, una con el deseo de una niña sola en el mundo, una que rogo a cualquier deidad que la quisiera escuchar, que se hiciera realidad, "Por favor…. que alguien me ayude…. que alguien me ayude…. que alguien me quiera…. que me dé…. una familia…"
Con ese ultimó ruego, término de entregarse al sueño, sin darse cuenta de una luz que vino de la entrada de la cueva. Luz acompañada de la voz curiosa de una mujer, "Eh, que raro, esta barrera trampa se activó. Qué raro, hace años que nadie se aventuraba por aquí, ¿Por qué será?"
"Solo podremos saberlo si entramos, a lo mejor siga adentro lo que causo que se activara", respondió a la pregunta de la voz de la mujer, otra voz igualmente femenina, con un tono un tanto similar al de la primera.
Segundos pasaron, en los que solo se escuchó en la cueva el sonido de los pies cubiertos de zapatos chocando con el suelo de piedra. Momentos después, dos figuras, claramente femeninas, con una luz en la mano de una de ellas, que provenía de una especie de círculo hecho de energía, se cernieron sobre la figura aun dormida de la niña de nombre Shirone.
Mirando las facciones gatunas de la chica, una de ellas se preguntó en voz alta, "¿Una nekomata?"
La segunda, que era la que tenía la luz en la mano, se acercó un poco más para distinguir mejor sus rasgos con su luz y confirmar sus sospechas. Al hacer eso, asintió, tanto para así mismo, como para su compañera, "Sí, eso parece, aunque es extraño, pensé que no salían de su territorio, o por lo menos no muy seguido." poniendo dos dedos en la base de su cuello, comprobó que su pulso estaba normal, aunque estaba bastante fría gracias al agua de lluvia que aun cubría su cuerpo.
"Sí, se supone que no salen de sus territorios a menos que tengas buenas razones, y hasta donde sé, no tienen territorios cercanos a Toyama, ¿O sí?", pregunto al final a la chica, que se había detenido de su estudio de la niña con rasgos de gato, y que respondió a su pegunta, con un movimiento negativo de cabeza, "¿Entonces que estará haciendo aquí?"
Guardando unos momentos de silencio, respondió su pregunta, aunque no se esperaba esa respuesta en particular, "… Creo que está escapando." mirándola con una expresión confusa, espero a que siguiera con su explicación, "No estoy segura…. pero creo que es una Nekoshou." eso sí que impacto a la chica que se quedó un poco atrás, ahora miraba a la chica con una nueva luz.
La miraba con tristeza y lastima, aun cuando los demonios trataron de ocultar lo mejor que pudieron el altercado que involucro la, 'pequeña', casería de los integrantes de la subespecie más poderosa de los Nekomatas, la información se filtró en algunos medios especiales, de entre los cuales, uno curiosamente permitió que llegara la noticia con varios detalles, a los oídos de su señora, que a su vez les compartió el datos a las dos, con varios detalles muy desagradables, que cometieron varios de los que en verdad merecían ser llamados demonios, de la mala manera.
Y pensar que la chica que estaba frente a ella, una niña que aparentaba tener entre 9 o 10 años, a parte del hecho de que era seguro que perdió a su familia gracias a esa masacre, la habrían perseguido de forma incansables, y estaba destinada ahora a correr por el resto de su vida de los demonios que querían cazarla a ella y cualquier remanente de su gente, para matarla o hacerle cualquier acto indescriptible que se pudieran imaginar aquellos que los odiaban, era bastante triste lamentable, no era una vida para una niña.
"…". Volviendo en sí, miro a su compañera, y pregunto algo nuevo que se le ocurrió, cuando pensó mejor en la posible vida que viviría la niña, "¿Entonces qué haremos con ella?" al recibir una mirada de duda por la pregunta, siguió con unas nuevas líneas, "Es decir, estamos aquí, con una niña sola que necesita ayuda, y sabemos que a la señora no le gustaría que dejáramos a alguien desamparado si podemos ayudarla."
Ante esa declaración, la otra chica la miro de forma dura, "¿Acaso estas sugiriendo que nos llevemos a esta niña con la señora y el señorito?", respondió a esa pregunta con un asentimiento, "… Sabes que, aunque sea una Nekoshou, y admito que es posible que sea cierto que este escapando. También cabe la posibilidad, de que esto sea una trampa para tratar de llegar hacia nuestra señora y el señorito. ¿Estas dispuesta a hacerte responsable si ese fuera el caso?"
Pensando un poco en esa pregunta, pensó en la razón por la que la dijo eso en primer lugar. Mirando a la niña de pelo blanco, no pudo evitar comparar su situación, la situación en la que perdió casi todo, a la de ella, pues se parecían bastante, solo que en lugar de que su situación hubiera sido causada por ser de una especie considerada, 'peligrosa', para otra, fue más por su, 'defecto de nacimiento', defecto que la dejo sin nada a parte de la compañía de su hermana…. hasta que llego 'ella', y la salvo.
Y ahora ella misma tenía la oportunidad de salvar a alguien, y la ayudaría, asintió como su respuesta a la pregunta, "Sí, yo misma me hare responsable de cualquier cosa que pueda causar el traer a esta niña con nosotros."
Manteniendo su mirada dura, después de un rato asintió la chica con la luz, "Bien, entonces la llevaremos con nosotras, pero solo lady Kushina, podrá decir si se quedara con nosotros."
Sonriendo como única forma de respuesta a lo dicho, se acercó a la niña, y la levanto en sus brazos, parece que la familia Uzumaki, crecerá de nuevo un poco.
-Inframundo, Mansión Gremory-
El inframundo, el lugar donde los humanos tenían la creencia, de que los demonios, así como cualquier humano que hubiera cometido actos atroces, llamaban hogar, un lugar de espacio ilimitado ubicado en el fondo del planeta, en donde siempre está lleno de llamas que ardían sin fin, donde te encontrarías las peores criaturas y pesadillas que te podías imaginar, y escucharías los lamentos de los condenados de la mano con la risa de los demonios que los castigarían…. pero esa imagen solo era lo que los humanos tienen gracias a las escrituras antiguas.
A decir verdad, de todas estas cosas muy pocas eran ciertas, entre esas, el hecho de que los demonios eran los que habitaban en ese lugar, junto con que algunas criaturas que en verdad podían dar miedo, pero de eso en fuera, en realidad nada más alejado de la realidad.
Para empezar, el conocido como Inframundo, obviamente no se encontraba en el fondo del planeta tierra, así que era imposible encontrarlo con una pala y mucha determinación y valor para cavar hasta encontrarlo. Sí querías encontrarlo tendrías que ir a una dimensión completamente diferente, una dimensión limitada también cabe aclarar.
Y tampoco se encontraba lleno de llamas y lamentos eternos, en realidad este lugar tenía más parecido con el mundo de los humanos de lo que uno pensaría por el título. En tamaño, por ejemplo, aproximadamente era del mismo tamaño que el mundo humano, pero con una masa de tierra mucho más grande, ya que no hay océanos, solo lagos. El cielo es color púrpura durante el día y la noche. Y hasta contaba con una luna artificial que se creó, usando poderes demoníacos.
Ahora, dejando de lado por el momento la pequeña explicación sobre el lugar que llama nuestra atención ahora, nos ubicamos en el lugar exacto de este, ese lugar, es la mansión que esta es propiedad de la familia Gremory, una familia o clan de demonios que forma parte de los aún vivos 72 pilares de los demonios considerados puros.
En uno de los varios jardines de esta gran mansión, se encontraba un pequeño sequito de cuatro niñas que rondaban los 12 años, que se rodeaban de algunas sirvientas que les estaban trayendo diferentes comidas y bebidas.
El sequito de niñas consistía, de unas tres niñas de pelo oscuro y una niña de pelo rojo, dos de esas niñas de pelo negro estaban paradas detrás de las otras dos, la que estaba detrás de la de pelo negro sentada, tenía el pelo hasta un poco más arriba de la mitad de la espalda, teniendo un flequillo abierto hetero crómico y ojos castaño claro. Su figura empezaba, aunque por ser niña no era muy curvilínea que digamos, si empezaba a mostrar que sería de buen ver en el futuro. Utiliza una falda de color crema con líneas horizontales de color negro y blancas en medio, que le llegaba un poco arriba de las rodillas, junto con blusa de manga larga negra y unos simples zapatos de color negro, también lleva gafas azules de semi-montura azul con cristales cuadrados.
La segunda chica de pelo negro, y que estaba parada detrás de la chica de pelo rojo, tenía su pelo hasta un poco más abajo de su trasero, que se encontraba atado en una cola de caballo por un lazo de color naranja, sus ojos son de un curioso color violeta. Al igual que la anterior chica, su figura empezaba a desarrollarse de una manera que le diría al mundo que sería una hermosa y posiblemente sexi chica. Su actual forma de vestir consistía en un atuendo tradicional de miko, que consiste en un haori blanco con detalles en rojo, un hakama rojo y un par de zōri con tabi blanco, que se adaptaba bastante bien a su cuerpo.
La niña sentada de pelo negro, lo tenía peinado con un corte bob corto que le llegaba un poco más arriba de los hombros, sus ojos violetas estaban detrás de unas gafas de montura circulares rojas. Su figura en realidad se podría describir cómo más modesta comparándolas con las otras presentes, a diferencia de ellas que mostraban un mayor desarrollo en el área del cofre y sus traseros, ella mostraba un desarrollo en esos, pero no tan grande, aunque si se veía un poco mayor en la zona de las caderas. De ropa su configuración consistía en un simple, pero hermoso vestido de color azul que le llegaba hasta por debajo de las rodillas acompañadas de unas zapatillas blancas.
Y la última chica del grupo, era la chica de aspecto más llamativo, empezando con su ya mencionado cabello rojo, que le llegaba hasta sus muslos, con un solo mechón de cabello que sobresale de la parte superior. También tiene flequillos sueltos que cubren su frente y flequillos laterales que enmarcan su rostro. Su piel era blanca, sus ojos de un azul verdoso y una figura bastante desarrollada para su edad. Para su atuendo, tenía puesto como la niña de pelo negro sentada, un hermoso vestido muy similar al suyo, pero que, en lugar de color azul, era de color rosa claro, y con zapatillas de color negro.
Los nombres de estas 4 niñas en orden son, Tsubaki Shinra, Akeno Himejima, Sona Sitri y Rias Gremory. Una demonio de clase baja rencarnada recientemente de una humana, una niña mitad humana y mitad ángel caído, y dos demonios herederas de sangre pura.
En este momento, ellas estaban tratando de pasar un buen rato de convivencia entre amigas, al tomar un poco de té y disfrutar de las hermosas vistas que daban las bonitas flores del jardín en la compañía de las otras…. aunque, eso se quedó en tratando.
"… ¿Dejaras de fruncir el ceño Rias?", pregunto Sona con su habitual expresión y tono serio, mientras dejaba en la mesa la tasa de té que estaba tomando con calma, para mirar mejor a su amiga, la cual como dijo, estaba frunciendo el ceño con enojo, "Sabes, si no te gusta estar en un contrato matrimonial ¿Por qué no le dices a Lucifer-sama para que lo cancele?"
Esa era la razón de que estaban aquí, en un ambiente tranquilo con las caras amigables, el tratar de calmar a la Gremory menor, después de que, en una reunión reciente, se enterase de que ahora estaba siendo comprometida, y a una de las personas que más odiaba la chica, a un hombre, al cual sus padres le obligaron a estar en contacto, y que después de conocerlo, solo podía decir que era arrogante, prepotente y mujeriego, y que respondía al nombre de Raiser Phoenix.
En lugar de responder Rias la pregunta, fue la que estaba detrás de ella, Akeno la que respondió, "Ya lo hizo Sitri-san.", menciono, haciendo que la atención fuera hacia ella, y que Sona levantara una ceja ante eso. Un poco impactada por que el gran Sirzechs Lucifer, que era conocido por que, al igual que la hermana de Sona, era un gran siscon que nunca le negaba nada a su linda Rias-tan nada, no hubiera ayudado a su hermana menor en algo como esto. "Pero el señor Lucifer, ha dicho que le es imposible interferir con ese contrato de matrimonio. Por qué, junto con el hecho de que es un importante contrato de matrimonio, que ambas familias han estipulado desde hace muchos años. Y que tiene muchos castigos para la parte que decida cancelarlo por alguna razón que no sea válida. También dice que es importante esta unión para los demonios en general, por que traería más demonios de sangre pura en el futuro, que, según los demonios del consejo, se están haciendo muy raros, por lo que es aún más importante para la facción del diablo.", continuo Akeno, lo más seria que pudo hacerlo.
"Oh", solo eso pudo decir Sona, ahora entendía por qué se negaba el Lucifer a ayudarle, o más bien, porque no podía ayudar a su hermana, si bien era el líder de su facción, aun había cosas que él no podía hacer, o por lo menos no sin esperar repercusiones que podrían ser perjudiciales, "Ya veo, siento escuchar eso ¿Cuándo se supone que sería el matrimonio?", volvió a preguntar Sona a Rias, esperando que respondiera esta vez.
Aunque de nuevo, se negó a responder, y Akeno volvió a tomar la palabra en nombre de la que sería en el futuro su maestra, "Pues, en realidad eso es lo bueno, se logró convencer a lord Gremory y lord Phoenix, para aplazar el compromiso hasta que sea mayor Rias-sama."
Ante eso, la pelinegra de lentes con montura roja, suspiro por la negativa de su amiga a si quiera hablar. Si bien, ella logro entender en cierta forma, el disgusto de la pelirroja por ser emparejada por el…. 'hombre', digamos, que se llamaba Raiser, no podía ver por qué seguiría tan molesta como para abstenerse de hablar.
O por que en vez de entrenar y hacer más grande su propio equipo, elegiría quedarse aquí refunfuñando por su mala suerte.
Por qué, sí la ceremonia sería hasta que fuera mayor, según su ver, tiene más que el tiempo suficiente, para tanto entrenar ella misma, como para ir a buscar miembros, que podrán formar parte de su nobleza, volverlos demonios con las 'Evil Pieces' que recibirá hoy, por su cumpleaños 10 como se las daban a todos los demonios de clase alta, y entrenarlos para que en futuro.
Para enfrentarlos con la nobleza de Raiser en un Rating Game, por el derecho a deshacer el contrato matrimonial. De hecho, eso le hizo pensar en una nueva pregunta para su amiga, a ver si esta si se la respondía, "Ya veo, eso es bueno.", dijo primero, para responder a la respuesta que le dio la que supuso, sería pronto la reina de Rias, "Entonces, supongo que tendrás tiempo suficiente para reunir a miembros para tu nobleza, y pelear por tu derecho a casarte con quien quieras en el futuro en un Rating Game contra Raiser. Lo que me recuerda ¿Cuándo iras por tus Evil Pieces? ¿No se supone que te las darían hoy por tu cumpleaños? ¿No deberías alistarte para recogerlas?"
Mirando de reojo a su maestra, Akeno, pensando que volvería a quedarse callada, se había preparado para volver a responder en nombre de Rias, solo que esta vez no fue necesario.
"… No iré a recogerlas." hablo por primera vez Rias, con una respuesta que no aparte de que no se esperaba, confundió a Sona, lo que se mostró en los gestos de su cara, y por lo que, aun ante la negativa que tenía la pequeña Gremory de hablar, decidió decirle a su amiga la razón, "Mis padres…. dicen que no me dejaran recoger mis Evil Pieces…. hasta que cumpla mínimo 15 años."
Bien, eso no se lo esperaba Sona, "¡¿Qué?! ¿Es en serio?", pregunto, medio gritando por la sorpresa al principio, pues no era para menos.
Desde que se había creado el sistema de Evil Pieces, se había estipulado la que se podría decir, que era una regla no escrita, en la que a los niños demonios de clase alta, cuando cumplieran los diez años, tendrían que ser llevados a recoger su propio set de piezas. Con el objetivo, de que aparte de que pudieran empezar a reunir a sus miembros de la nobleza, y crecer con ellos para crear lazos más fuertes. El que también pudieran aprender a saber administrar y controlar, un grupo de personas, para ser un mejor líder de sus casas y saber controlar mejor a sus propios sirvientes.
Y aunque posiblemente no era la opción perfecta, desde que se creó si era de las mejores, razón por la que nunca se había pospuesto o prohibido a los niños a que fueran por sus sets de Evil Pieces.
Al recibir el lento asentimiento de Rias, Sona no pudo evitar preguntar el porqué de eso. "Por el altercado de los Nekoshou de hace un año.", dijo en casi un susurro, que solo pudo ser escuchado por las presentes, gracias a sus sentidos mejorados por ser parte del mundo sobrenatural, "Dicen, que como aun soy muy, 'pequeña' e 'inexperta', es posible que mi juicio no sea muy bueno, lo que podría causar que reencarne a otro en un diablo, que como la 'Gata negra', se volvería en un diablo callejero que tratara de matarme a la menor oportunidad. Y como no quieren que me, 'exponga a esa clase de peligro', lo mejor es esperar, para que sea más, 'madura' y 'experimentada en el mundo', para que me den una responsabilidad como esa.", término, mientras decía varias de las palabras que usaron sus padres, con mucho enojo, que se demostró, al decirlo con los dientes un poco apretados.
"Oh…. ya veo…", solo eso le pudo decir Sona a Rias, la verdad no podía encontrar palabras de apoyo para su amiga, la verdad sí que estaba metida en, como se podría decir…. ah sí, una jodida situación de mierda.
Si bien, llego a entender y estar en cierta forma, de acuerdo con el razonamiento de los señores Gremory, para no darle a su hija su set de piezas malvadas. Por qué, aunque tanto Rias, como la misma Sona, eran consideradas prodigios en el uso de la magia, y en diferentes ámbitos, como en lo académico.
La heredera de pelo negro no era tan arrogante como otros demonios herederos de casas prominentes, y sabía que a pesar de que se les consideraba prodigios, aun eran muy inexpertas en muchos otros ámbitos importantes de la vida, que podrían ser primordiales, no solo en cosas como elegir adecuadamente posibles miembros en sus noblezas, también en otras cosas, como elegir qué lugar sería el más adecuado para esas posibles reencarnaciones.
Sí bien, entendió y acepto eso, también miro el lado de su amiga, y estuvo de acuerdo de que también tenía razones para estar molesto. Ya que además de que estaba perdiendo los beneficios que traía el poseer las 'Evil Pieces' a temprana edad que antes se mencionaron, lo cual ya de por si era malo para Rias, con esa prohibición, también le dejaba con solo unos pocos años para poder encontrar, reencarnar, enseñar sobre la comunidad del diablo, y entrenar, a una nobleza que pudiera ser lo suficientemente capaz, o por decirlo así, decente, como para enfrentar a la que posiblemente en el momento de su pelea por su matrimonio, sería una nobleza completa, entrenada y experimentada, de un pollo arrogante de nombre Raiser.
Ahora era más entendible porque estaba molesta su amiga. Y aunque no era su fuerte, estaba tratando de pensar en algo que pudiera decir, con el fin de ayudar a su amiga a pasar esto de una forma más pasable.
Pero fue salvada de tener que pensar más en algo, y de tener que soportar un incómodo silencio que ahora entendía el por qué, gracias a la introducción de una nueva doncella, "Disculpe que las moleste Rias-sama, Sitri-sama, sé que pidió que no le molestaran, pero acaba de llegar su primo Sairaorg-sama señorita Rias, y dice que le gustaría verla."
"Gracias a Maou por la llegada de Sairaorg…. ¿Pero por qué habrá venido?", fue el pensamiento que tuvo Sona después de que soltó un pequeño suspiro que no sabía que contenía.
Rias, al igual que su amiga Sona, estaba curiosa por la inesperada llega de su primo ex heredero del clan Bael. Aun después de que él, junto con su madre, fueran prácticamente expulsados del clan en todo menos en el apellido, y que su madre le ofreciera su casa para venir si no tenían a donde ir, siempre avisaban sus visitas con antelación, mandando mensajes por medio de sus familiares o alguno de los pocos sirvientes que aun conservaban.
"Déjalo entrar por favor.", dijo simplemente Rias. Recibiendo una inclinación de cabeza en confirmación de la criada, para retirarse, y regresar unos minutos después con un joven apuesto de cabello negro y ojos violetas. Alto, o por lo menos para su edad, llegando a parecer un chico de unos 16 o 17 años, a pesar de que Rias y Sona sabían que tenía solo 14. Junto a su gran altura, tiene una constitución bastante musculosa debido obviamente al entrenamiento extremo que de seguro ha realizado.
En su cara tenía una gran sonrisa con dientes blancos, mientras saludaba a su prima y amiga con una sonrisa y un movimiento de su mano, "Yo, Rias."
"Sairaorg.", respondió el saludo de su primo con una ligera inclinación de cabeza, "No es que no disfrute de tu compañía, o que me moleste que hayas venido, pero aun así tengo que preguntar, ¿A que tenemos que agradecer tu inesperada visita? Que yo recuerde, no hemos recibido ninguna carta o aviso de que vendrías hoy."
Sin dejar de caminar, o de sonreír, el chico de pelo negro respondió, "Pues no es por ser indiscreto, pero mi madre me conto sobre tu situación de hoy, sobre tu matrimonio y tus Evil Pieces, y que a lo mejor estarías molesta, así que vine para tratar de levantarte el ánimo."
Ninguna de las presentes se impresiono mucho porque el joven ex heredero supiera tanto de la situación de la heredera pelirroja. Pues, aparte de que de seguro se hubiera enterado, gracias a que a él clan Bael le interesaría la situación de la chica, por ser en parte del mismo clan por parte de su madre.
Aunque la misma Rias no quisiera admitirlo, era muy consciente de que cosas, como un matrimonio que unirá a dos casas como la Phoenix y la Gremory, y la situación tan particular con respecto a ella y sus Evil Pieces, serían cosas de gran interés para la comunidad demoniaca, por lo que en poco tiempo se habría difundido la información y más de la mitad de los demonios existentes serían conocedores de esta en poco tiempo.
Que su primo fuera de un clan tan poderoso y la relación ya existente entre sus casas, solo facilito que supiera antes que todos sobre esto.
En fin, como estaba curiosa la pelirroja, dejo que esa duda se exteriorizará, "… Entonces, ¿Qué es lo que tienes planeado para, levantarme el ánimo?", pregunto, aunque esta no sonaba tan entusiasta, ya que, en realidad, tanto ella, como Sona y hasta Tsubaki en menor medida, sabían o tenían una mínima idea de que era lo que propondría para ayudarle.
Sin dejar que su falta de entusiasmo le afectara, el ex heredero de pelo negro le respondió, sin que su sonrisa disminuyera en lo más mínimo, "¡Pues claro, con una pelea de entrenamiento!", prácticamente grito, y hasta casi salto en su lugar.
Pero en lugar de recibir sonrisas, o mínimo un aura un poco más alegre que con la que lo recibieron, solo se encontró con miradas más bien de exasperación, confusión y en menor medida, curiosidad, "¿Una pelea de…. entrenamiento? ¿Por qué piensas que un combate de entrenamiento le ayudaría a levantar su ánimo?", pregunto Sona, demostrando cual era la duda que tenía.
"Sí, un combate de entrenamiento, este le ayudara, porque, aparte de que es un medio excelente para poner en práctica lo que has aprendido de tu entrenamiento, es un ejercicio que funciona bien para despejar la mente y deshacerse del estrés, además de que una vez que desgastes la energía, tendrás más espacio en tu mente para pensar en la situación, lo que le ayudara a relajarse un poco después de que descanse de la pelea."
Bien, aun cuando le explico y en parte podrían ver un poco de su razonamiento, las cuatro miradas de duda no se fueron en su mayoría, aun las dos herederas y sus posibles futuras reinas, conservaban sus dudas en que llegara a funcionar este plan tan extraño.
La atención cambio de foco, en el momento en que se escuchó como alguien dejaba salir el aire de sus pulmones, en el sonido característico de un suspiro. Todos miraron a la dejo salir ese suspiro, quien no fue otra que Rias Gremory, después de suspirar, dirigió su vista a su primo, y tras pensar unos segundos, dejo salir una respuesta que Sona no se esperaba.
"Bueno, supongo que podría tratar de probarlo, no creo que eso haga mucho daño. Hagámoslo.", saliendo de su asiento, se encamino a lo que todos creían sería el campo de entrenamiento que tenían en la mansión, por lo que todas la siguieron, sin ser conscientes de los pensamientos que tenía su guía mientras continuaba con su camino, "Aunque bueno, no creo que dure mucho la pelea siendo sinceros, después de todo, yo soy una prodigio", un pensamiento, que no sabía lo errado que estaba.
-20 Minutos después-
Y vaya que fue errado, les tomo como cuatro o cinco minutos el llegar caminando al campo de entrenamiento de su casa, dos el que cambiara/convencieran a Rias de ponerse un atuendo más adecuado para pelear, y otros tres para que se estiraran e hicieran calentamientos antes del posible ejercicio.
El resto de los 10 minutos, se perdieron en una pelea unidireccional, en donde Rias, después de recibir la paliza de su corta vida, termino en el suelo, jadeando, cansada como nunca lo estuvo antes, sudando mares, sin casi poder mágico, la ropa destrozada a tal punto, de que uno de sus pechos en desarrollo, junto con sus pantis de color rosa y medio rotas, estaban totalmente expuestas, y con varios nuevos moretones que empezaban a aparecer en su cuerpo.
Mientras en el otro lado del mismo campo, un Sairaorg apenas cansado, y con solo unas pequeñas heridas en su cuerpo, se veía sonriendo orgullosamente como si esta pelea hubiera sido solo un juego de niños para él.
La imagen, fue por decir lo menos, impactante para todos los presentes, a excepción de Sairaorg claro, que más bien se veía orgulloso por su victoria.
Después de estar recostada en el piso por un par de segundos más, la heredera de pelo rojo trato de levantarse, lo que le tomo bastante tiempo, debido al dolor de músculos que le impedía usar de forma adecuada sus brazos y piernas. Y debido a eso mismo, en lugar de pararse, solo logro sentarse y apoyarse en una pared cercana, que curiosamente tenía un agujero con una forma muy similar a la suya.
Tras recuperar un poco el aliento, levanto la cabeza para mirar a su primo, el cual se había acercado hasta quedar a solo un par de pasos frente a ella, "Hahh, Hahh, Hahh, ¿Cómo…. Hahh… es que eres…. Hahh… tan fuerte?", pregunto entre jadeos de cansancio Rias.
"Sencillo, entrenando todos los días para hacerme más fuerte.", respondió Sairaorg como si fuera lo más obvio, que en parte lo era.
"¿Entre… Hahh… nando?".
La pregunta de Rias se respondió solo con la sonrisa orgullosa de Sairaorg, y aunque él sabía que con eso le habría respondido, le contesto con palabras, "¡Sí! ¡Entrenando todos los días hasta el cansancio!", junto a esas palabras, flexiono sus músculos como para demostrar esos días de trabajo.
Esas palabras se escucharon como un bucle para Rias, un bucle que pareció mostrarle algo. Aunque no quería sonar muy arrogante, (a pesar de ya haberlo hecho hace varios minutos), gracias a su gran fuerza y poder mágico naturales, que incluso se decía que eran increíbles entre los de clase alta, junto con su talento para aprender hechizos mágicos, nunca tuvo la necesidad de entrenar de una forma real, aparte de en las ocasiones que aprendió nuevos hechizos, y medio practico con su 'Poder de la destrucción'.
Y esa oración, esas palabras…. junto con tal vez los moretones, el dolor y el cansancio que le dejo la pelea de práctica, le abrió los ojos. Siempre, en su corta vida de diez años, le dijeron que era fuerte, una prodigio, que sería de las más poderosas de su generación y varias palabras de adulación más.
Palabras que dejo que se le subieran a la cabeza, y por las que nunca vio la necesidad de entrenar de verdad, confiando en los poderes de sus casas, 'El poder de la destrucción' del clan Bael, junto con 'El control de magia' del clan Gremory…. al igual que Raiser y su 'Inmortalidad' del clan Phoenix, se dio cuenta.
Siempre lo criticaba por ser arrogante por eso, por ser condescendiente con todos los que no fueran su familia o de mayor rango que él, por tratar mal a sus sirvientes y los miembros que actualmente tenía en su nobleza. Y aunque ella no trataba mal a los sirvientes y la que pensó sería su reina en su nobleza, se dio cuenta de que, si era arrogante, presumía de una fuerza, que simplemente dejo estancada al no entrenar, por creer que nadie la vencería por su poder de la destrucción, de una fuerza, que solo se ganó por venir de una mezcla de dos poderosos clanes demoniacos…. una fuerza, que se dio cuenta, no era tan grande como pensó que era.
Algo, que ahora que abrió los ojos y se dio cuento de eso, planeaba cambiar. Viendo a los ojos de su primo, Rias mantuvo la mirada por varios segundos, hasta que dejo salir de su boca, unas palabras que asombraron a muchos, y alegro al chico frente a él, "Sairaorg, Hahh…. por favor ¡Entréname!"
-Fin del capítulo-
Guau, la verdad, debo decir que me gusto como quedo este capítulo, si bien, sé que tiene más explicaciones que líneas de los personajes, pero en esta ocasión lo hice más así, por qué, si hay alguno que no esté tan en contexto con el mundo y la historia de 'High School DXD', y solo entro a la sección por curiosidad, que yo mismo le he hecho un par de veces, pues estén más informados.
Pero a partir de ahora, espero que no tenga que escribir tantas explicaciones, pero bueno, para eso tendremos que ver los capítulos por venir, sin más que decir, nos vemos en el próximo episodio, lee, comenta, sigue y recomienda.
¡Ja ne!
