CAP.1 TACTO
Todos los personajes le pertenecen a la maravillosa y asombrosa Rumiko Takahashi
-¡Maldición! estúpido y asqueroso youkai - dejo salir exhasperado mientras se sacudía la sucideda del horrendo youkai que acababa de derrotar. Cuando se incorporó por completo no pudo evitar un quejido ante el movimiento -¡Kuso!- se enojó más al tener que aceptar que la pelea le había dejado adolorido.
-¡InuYasha! - la vio corriendo hacia su dirección oliendo a preocupación y miedo. Decidió esperarla ahí, en lugar de ir a su encuentro esperando que la tensa sensación en su columna desapareciera. Si lo veía quejarse no se la acabaría.
-¿por qué no me esperaste, pude haberte ayudado?-le dijo preocupada mientras sentía como lo recorría con la mirada en búsqueda de heridas o sangre, para entonces debería estar acostumbrado a la hormigueante sensación que le producía estar bajo su escrutinio pero no era así, no pudo evitar sentir como la sangre subía a su rostro cuando sintió como intentaba quitar su ahori en busca de heridas. Se alejó bruscamente huyendo de su toque. -arghh-ante el abrupto movimiento una punzada de dolor lo atravesó nuevamente.
-Estoy bien-le dijo reprimiendo una clara muestra de dolor.
-¿y esperas que crea eso? - le dijo claramente molesta. Aunque no podía verla podía imaginar su ceja levantada y sus manos en su cadera en esa pose que le encantaba hacer cada vez que se enojaba.
-Fhe! es solo un tirón, sanaré en una horas, ¡te recuerdo que no soy un débil humano! -le dijo irritado
-¿Nadie está diciendo eso o sí? -le contestó igualmente molesta. -arghh ¿cuándo aprenderás a no actuar tan impulsivamente? -continuó con su rabieta mientras tomaba el el fragmento de la perla que había expulsado del youkai y se encontraba en un charco de sangre que se purificó ante su toque.
La vio meterlo en el pequeño recipiente donde los recolectaba para después intentar poner la pesada mochila en su espalda.
-¡Oe espera deja eso, yo lo llevo! -le dijo terco ignorando el punzante dolor al pararse.
-¿estas loco si crees que dejaré que te lastimes más solo para complacer tu orgullo…¡o gran poderoso InuYasha no me duele nada! -le dijo regalándole una sarcástica sonrisa -
-Kagomeee…-la llamó en ese tono amenazante que a cualquier otro ser, asustaría.
-InuYashaaaa…-la escucho imitarlo para su sorpresa mientras empezaba a caminar.-Vamos, pronto anochecerá y quiero tener un techo, ¿puedes usar esa nariz tuya para encontrarnos un lugar seguro? -le pregunto mientras lo veía empezar a moverse.
-Mhhp- le contestó molesto mientras se incorporaba con dificultad y se adelantaba intentando mantener su postura pese al dolor -¿qué le pasa? ya sé que está molesta por no dejarla ir con Miroku y Sango a ese dichoso festival pero sí había un rumor del fragmento debíamos seguirlo ¡y estaba en lo cierto! - se dijo intentando tranquilizarse. Si hubieran esperado una noche más como querían en la aldea, se habría alejado mucho más y quien sabe si habría sido tan fácil. -bueno no tan fácil -se dijo sintiendo el tirón en su espalda baja.
El camino a la cueva que olfateó no fue muy largo pero así lo pareció por el tenso silencio entre los dos, podía sentir aún el calor de su enojo y su mirada fijamente en su nuca además de que el olor a molestia la cubría por completo, odiaba cuando olía así, su dulce aroma se perdía y le hacía sentir miserable.
-Aquí no hay nada -la escuchó decir al ver que solo había parado frente a un gran risco.
-Es porque está allá arriba -le dijo señalando con una temblorosa garra al sentir otro pinchazo de dolor.-volteo a verla…
-Ni lo pienses -le dijo leyendo su mente
-Es solo un salto corto - le dijo
-Puedes engañarte a ti mismo si quieres, pero sé perfectamente que sientes dolor en este momento y cargarme hasta allá solo empeorará. ¡Nos quedaremos aquí!-le dijo terca como solo ella podía ser.
-¿Mujer, por qué eres tan testaruda?, ¡si digo que estaré bien, es porque estaré bien! -no le dio tiempo a reaccionar y en un rápido movimiento la tomó en brazos y saltó. Solo escuchó el gritillo de sorpresa al verla aferrarse a su cuello.
Apenas la soltó escuchó un crack y un punzante dolor recorrerlo hasta que...
-¡InuYashaaaa! -su nombre envuelto en pánico fue lo último que escucho antes de que todo se volviera negro.
Estaba acostado y su cuerpo dolía, no tanto como la última vez que recordaba pero dolía - el grito de Kagome resonó en su memoria, abrió los ojos de golpe preocupado intentando ponerse de pie. Pronto Kagome estuvo en su rango de visión y exhaló aliviado al verla, por un momento había pensado lo peor.
-¿Qué intentas hacer? recuéstate por favor -la vio pedirle con un claro tono de preocupación. -¿qué había pasado? ¿se había desmayado? - el toque de las suaves pero firmes manos de la azabache lo regresó a la realidad, Kagome estaba tocando su piel -espera un momento...dónde está mi ahori…-podía sentir el calor acumularse en su rostro.
- tuve que quitarlo estaba completamente sucio y tenía que revisarte, por suerte tenemos un riachuelo al fondo de la cueva, tranquilo se está secando -le dijo mientras le indicaba con la mirada como su prenda se encontraba descansado sobre una roca.
-Kagome…¿Qué pasó? -le preguntó confundido intentando no prestar atención al hecho de que una de sus manos aún se encontraba descansando en su hombro...tragó pesadamente….el inconfundible aroma a enojo empezó a emanar de ella…-tal vez no fue una buena idea…-
-¿Qué qué pasó InuYasha? -le dijo claramente molesta removiendo su toque. - ¡ignoraste mis advertencias, como siempre,! sabías que estabas lastimado y aún así saltaste no solo llevando mi peso sino el de mi mochila…-la vio apretar sus puños un frío escalofrío le recorrió de pensar en escuchar las temidas palabras. Cerró los ojos esperando sentir el peso del conjuro pero no llegó. - ya sé que te vuelves aún más impulsivo cuando se acerca la luna nueva pero pudiste haberte lastimado más gravemente -¡claro! ya sabía que algo no estaba bien, un youkai de su calaña no me habría hecho daño si mis poderes no se hubieran debilitado-pensó asombrado de que algo tan importante se le hubiera pasado- y…¿Qué hubiera hecho si esto hubiera sido más grave?, tu cuerpo no habría sanado lo suficientemente rápido y como humano….-volteó a verla y pudo ver la profunda preocupación en su rostro, además de oler ese horrible aroma a tristeza que empezaba a envolverla. Sus labios temblaron mientras intentaba decir algo más, pero lo que sea que quería decir se quedó en eso, un intento, pues sacudió su cabeza y le dijo: -revisé tu espalda, estoy segura que fracturaste tu columna, pude sentir como los huesos claramente no estaban en su lugar, tienes suerte de que la luna nueva sea mañana -la azabache seguía hablando mientras buscaba algo en su mochila, pero él solo podía imaginarla acariciando su espalda mientras estaba inconsciente. Kagome fue la primera persona que atendió sus heridas después de su madre, pasaron decenas de años para que pudiera volver a sentirse a salvo y seguro en las manos de otro ser. Por supuesto que Miroku y Kaede también atendían sus heridas cuando Kagome no podía, pero nunca lo hacían con el cuidado y el cariño que sabía solo ella podía darle. Se sintió como un estúpido por no escucharla, por hacerla enojar y por arriesgarlos a los dos tan cera de su noche humana.
-¿InuYasha? ¿InuYasha? -la vio llamarle mientras sacudía su mano frente a él tratando de atraer su atención -¿en qué estabas pensando?, te fuiste por completo.-le dijo ligeramente preocupada.
-Fhe! estoy bien. ¿Qué quieres? -le dijo fingiendo molestia demasiado acostumbrado a levantar su barrera para no mostrar sus verdaderos sentimientos cuando estaban solos, sobre todo ante una situación incómoda o íntima. La vio suspirar de esa forma que siempre provocaba cuando hería sus sentimientos. Ahí estaba la mujer que para nada debía encontrarse en ese mundo, que se exponía a incontables peligros, quién se preocupaba por él, le protegía y curaba cuando necesitaba y lo único que hacía era herirla cada vez que abría la boca.
-Te he dicho que ¿Cómo te sientes? ¿crees que puedes darte la vuelta por ti mismo o necesitas que te ayude? , necesito revisar nuevamente tu espalda, estuviste inconsciente varias horas creo que ya debes mostrar una mejoría. -
Reprimió el impulso de decirle que no se preocupara, que él no era un debilucho humano pero se contuvo y decidió obedecerla, se concentró en su cuerpo, dolía, pero sentía que podía moverse con mayor facilidad, intentó girar despacio y exhaló un pesado suspiro cuando por fin pudo ponerse boca abajo, su espalda, sobre todo la parte baja, se sentía tensa y dolorida pero podía sentir su cuerpo sanando.
-De acuerdo, ahora, no te muevas -
No era la primera vez que le revisaba o le tocaba sin embargo, cuando sus manos hicieron contacto con su piel un escalofrió que nada tenía que ver con dolor lo recorrió de pies a cabeza. -mmm -se escuchó proferir avergonzado.
-¿te lastimé?-le preguntó asustada y removiendo su tacto.
-no-fue su seca respuesta mientras volteaba su cara para no tener que mostrarle su avergonzado rostro ante aquel desliz.
La escuchó acomodarse y volver a empezar a revisarle desde el inicio de su columna, sus dedos bajan en forma descendente asegurándose de que estuvieran en su lugar. No pudo evitar sentir un alivio inmediato ante su malestar con el simple hecho de sentir su toque, Kagome siempre le hacía sentir bien tan solo con tenerla cerca.
-tu piel está más caliente de lo normal -el comentario lo sacó de su ensoñamiento -pero no tienes fiebre, significa que tu cuerpo está haciendo su trabajo para sanar, es una buena señal -la escucho decirse más para si misma que a él. Cuando sintió sus dedos presionar en su espalda baja otro vergonzoso sonido se le escapó -mmhaa- era donde más estaba adolorido y aquello se había sentido dolorosamente delicioso, era difícil de explicar el alivio que había sentido aún con los rastros de dolor.
-¿InuYasha? -la escuchó llamarle cautelosa.
-E..estoy bien…-fue su única contestación. La azabache continuó con su revisión yendo más abajo. Agradeció no estarla encarando porque seguramente su rostro era un tomate -¿hizo eso cuando estaba inconsciente? -se preguntó al sentir como los dedos de sus pies se curlaban ante la nueva sensación de sus manos en el filo de su hakama. -pero que demo…-se quedó helado al sentir como cierta parte de su anatomía empezaba a despertar. -kuso…¿por qué ahora? -
-Bueno, parece que todo está alineado, solo debes descansar -le dijo dejando de tocarle.-ya puedes darte la vuelta. -pánico nuevamente le recorrió. ¿Cómo podía darse la vuelta cuando su...estaba...no no podía. Si Kagome le veía en ese estado solo pensaría que era un pervertido pero que Miroku...y tal vez lo era, por reaccionar de esa manera a lo que sabía perfectamente era un cuidado puramente sanador.
-ehh..creo que me quedaré así por un rato...mi espalda aún está adolorida…-se excusó aún sin verla.
Extrañamente olfateó el aroma a nerviosismo empezar a emanar de ella. Quiso voltear pero su cara aún se sentía caliente. Estaban muy cerca así que podía escuchar su corazón más claro de lo normal, sus latidos se habían disparado de un momento a otro. La duda lo estaba poniendo incómodo, estaba a punto de preguntar qué le pasaba cuando la escuchó:
-¿Te gustaría...un masaje?-eso sí que no se lo esperaba. La ojicafé nunca antes le había ofrecido un masaje por más adolorido o herido que estuviera. Su lógica le decía que debía rechazarla, que no era sensato tras la situación en sus pantalones la cual no parecía querer desaparecer, pero Kagome le estaba pidiendo que le dejara tocarlo nuevamente y él quería sentir sus manos sobre su piel otra vez, sabía que estaba siendo egoísta y aceptar significaría reconocer que era un débil adolorido que necesitaba su ayuda pero…-qué más da, seguro es por estar tan cerca de la luna nueva -se dijo en un intento de racionalizar la súbita necesidad por sentir sus manos sobre él.
-entonces…¿ya no estás enojada?-le preguntó cuidadoso.
-InuYasha…-le dijo en ese tono que sabía era mejor dejar el tema.
-C..omo sea…-le dijo intentando sonar despreocupado y esperando que entendiera que aquello significaba que claro que le encantaría que lo tocara nuevamente.
Escuchó el femenino corazón acelerar su ritmo y el suyo responder ante aquella reacción con igualdad. Una pequeña risa dejó su boca y la imaginó sonrojada y sonriendo por haber accedido. -quiero verla…-pensó, pero se reprimió considerando que no estaba listo para que viera cómo todo eso le estaba afectando y sabía que en el minuto en que sus miradas se cruzaran Kagome vería a través de él y no podía dejar que eso pasara.
-De acuerdo, he traído unas cosas de mi tiempo por si se presentaba la oportunidad - ¡¿ella esperaba la oportunidad de darme un masaje?! -¿qué demonios estaba pasando? ¿Cómo había terminado en esa posición?, solos al anochecer en una cueva, el semidesnudo y esperando ser masajeado por Kagome. La pervertida sonrisa del bonzo pasó como un flashazo por su mente y se sintió avergonzado por el rumbo de sus pensamientos. Kagome era una sacerdotisa, nunca había conocido a alguien más generoso y con un don natural para la sanación ni siquiera Kikyo, si había ofrecido aquello era porque estaba preocupada por su salud, no porque simplemente quisiera tocarlo a él...un Hanyou. La emoción por la anticipación del acto de amabilidad que iba a recibir se fue desvaneciendo hasta que sintió la familiar tristeza que conllevaba recordar su pasado. Su mente se concentró en esos recuerdos, a lo lejos quedaron los sonidos de Kagome, sacando y preparando cosas de su mochila.
Recordó cómo se había sentido feliz cuando la sacerdotisa le había permitido caminar a su lado, viajar y acompañarla a exterminar demonios. Nunca nadie le había dejado acercarse tanto por miedo, repulsión y odio. Sin embargo ella caminaba a su lado, e incluso mantenían conversaciones - no puedo creer que llegué a pensar que aquello era la felicidad- se dijo melancólico - A pesar de todo eso, sabía que no estaba bien tocarla, en una ocasión, incluso la había escuchado decirle a la pequeña Kaede que si llegaba a tocarlo debía pasar más tiempo purificándose por su youki, que aunque era un youkai bueno seguía siendo eso un hanyou y mantener contacto con él teñía su pureza. Recordó haber sentido esa familiar punzada en su pecho tras el rechazo, pero aún así se quedó a su lado, porque había pensado que eso era lo mejor a lo que podía aspirar. Había limitado su distancia permitiéndose estar cerca de ella pero sin tocarla. Cuando aquello había sido inevitable, la escuchaba darse largos baños en el río y cuando terminaba cualquier rastro de su olor en ella había desaparecido. Como InuYoukai, sabía que el aroma era un aspecto importante para reclamar a los miembros de su manada y a su hembra. Así que cada vez que ella eliminaba su aroma de su cuerpo no podía evitar sentir la desilusión de todo aquello.
Kikyo era una sanadora y a pesar de la persona o los pecados que estas cargarán, siempre había ofrecido su ayuda y atención, sin embargo aunque preguntaba por su bienestar, a él nunca le había ofrecido sus manos sanadoras, siempre pensó que tenía que ver con su youki pero ahora eso parecía una estúpida excusa sobre todo si entre ellos se suponía existía un sentimiento de pareja. -que estúpido -se reprendió.
Y Kagome...Kagome le había tocado desde su primer encuentro, incluso se había ofrecido y empeñado en curarlo- sonrió recordando la escena -le había llamado por su nombre desde un inicio, había permitido que la llevara en su espalda, ahora que lo pensaba, Kagome le tocaba todo el tiempo y nunca la había visto rehusar su toque o eliminar su aroma, de hecho Kagome olía mucho a él...como si fuera suya. -mía- saboreó como se escucharía, decir algo como eso en voz alta. La azabache había sido la primera persona en curar sus heridas y desde entonces siempre buscaba su atención aunque Miroku o Kaede estuvieran disponibles, prefería ir con ella. Kagome le había tomado de la mano y caminado a su lado más de una vez. Se sonrojó solo de recordarlo. Y por todo eso, hacía mucho había decidido que se quedaría a su lado. Lo haría hasta que los días de recolectar los fragmentos terminaran, se quedaría a su lado incluso si decidía dejarlo y vivir en su tiempo, él esperaría hasta volver a encontrarla en el futuro…¿seguro podría vivir 500 años cierto? ya había pasado los 200 y aún no alcanzaba su madurez como Hanyou.
-InuYasha…-la escuchó llamarlo muy cerca de su oreja lo que hizo que se sobresaltara ante la sensación de su aliento sobre la peluda superficie. - ¿Qué te sucede? ¿no te golpeaste también la cabeza verdad? -le preguntó preocupada mientras sentía como sus dedos se perdían en su cabello erizando su cuello por lo placentero de la sensación. -no siento ningún chinchón. -terminó diciéndole tras su rápida inspección.
-eh..no solo recordé algo...no tiene importancia -le dijo intentando zanjar el tema.
-Bueno, eh..voy a comenzar -el nerviosismo regresó a su voz y él mismo pudo sentir tensarse expectante al contacto.
-nh- fue su única contestación, suficiente para que prosiguiera.
La escuchó abrir algo y una fragancia parecida a el jabón que utilizaba en su cabello se hizo presente. No era abrumadora ni demasiado dulce, se sintió relajar, era casi como si estuviera en el cuarto de Kagome...tantos olores tan familiares de cerca. -Voy a utilizar un aceite para no lastimarte mientras realizo el masaje, si te molesta en cualquier momento debes decirme ¿entendido? -solo movió su cabeza afirmativamente. -muy bien, aquí vamos -la escuchó echándose ánimos.
Previamente había removido su larga cabellera cuando lo había inspeccionado así que tenía acceso total a su espalda. Sintió los pulgares en su cuello empezar a hacer un movimiento ascendente hasta la base de su cabello, -mmm-se escuchó emitir sin poder contener su gemido de satisfacción ante la placentera corriente que experimentó. El sonido de su risa lo hizo tensarse en vergüenza. Aún con rastros de nerviosismo en su aroma le dijo con calmada voz. -Está bien, solo estamos tu y yo y prometo que no le contaré a nuestros amigos, es normal dejar salir nuestra tensión así que...no te contengas y deja salir lo que se sienta natural, además me ayuda a saber si lo estoy haciendo bien ¿ok?.-Avergonzado y agradecido de que su cabello cubriera la mayoría de su rostro volvió a asentir. -muy bien, ahora, intenta relajarte -le pidió reanudando el movimiento.
-se siente bien…-por su puesto que antes había masajeado sus brazos o sus piernas después de una ardua pelea en todo sus años caminando por el peligroso mundo que era en Sengoku pero nunca había experimentado tal alivio como el que sentía en ese momento.- tal vez es porque alguien más lo está haciendo...tsk...a quién engañas...es porque KAGOME lo está haciendo -pensó deleitado mientras sentía como bajaba dejando su cuello para empezar a masajear sus hombros. De un momento a otro paro.
-tsk - se escuchó emitir frustrado lo que le valió una divertida risa de la azabache.
-tranquilo que aún no termino -la sintió moverse hasta verla de reojo hincada a la altura de su cabeza, estaba tan cerca que casi podía sentir sus piernas con la punta de sus orejas. -¿te gusta he? -continuó claramente complacida. Prefirió no contestar -es obvio - el masaje de hombros se realiza mejor si estoy en esta posición -acto seguido reanudó el contacto, esta vez las manos se deslizaron desde su cuello hasta sus hombros -mmmg-dejó escapar ante lo delicioso que aquello que había sentido, gracias al aceite que utilizaba el movimiento era fluido y constante permitiéndole disfrutar simultáneamente en toda el área que estaba tocando. -Imaginaba que tendrías algunos nudos, pondré un poco más de presión, si te lastima o no te gusta debes decirme - movió su cabeza en respuesta. Esta vez hizo un movimiento circular en esos lugares donde había sentido un poco de incomodidad, el lugar donde se concentró se sentía tenso a pesar de sus esfuerzos por relajarse y aunque sintió un poco de dolor mientras se deshacía de aquella tensión una vez que lo lograba la sensación de alivio y ligereza que dejaba valía la pena. -deshacer los nudos en nuestro cuerpo puede ser un poco doloroso, no era muy buena al principio, pero he practicado lo suficiente, y ahora puedo decir con confianza que los elimino con rapidez tratando de infringir el menor daño posible. -La escuchó segura y contenta con su logro. El mismo no pudo evitar sentir un deje de orgullo al saber que ponía todo su esfuerzo en todo lo que hacía. -espera…¿con quién ha practicado?...¿Quién le ha enseñado?...¿no será ese patético humano...Hobo-bobo? -los celos se hicieron presentes solo de imaginarla tocando a otros hombres. ¿Cómo si no hubiera practicado para hacerlo tan bien?
-Kagome…¿Quién te enseñó…-se calló antes de hundirse más en su patético intento de reprimir la clara desilusión en su voz.
Nuevamente la escuchó reír quedamente ante la pregunta - en la escuela, hay un nuevo club sobre todo tipo de masajes...pensé que con tantas peleas, ayudaría tener algo más para aliviar el dolor cuando no hay medicamento o hierbas que podamos utilizar… los masajes son conocidos por tener muchos efectos curativos sabes…
Sintió su pecho inflarse de gratitud hacia esa mujer, siempre buscaba la manera de ayudarlos y cuidarlos. Por supuesto que era una noción demasiado loca pensar que habría aprendido solo para él, ella había dicho a todos sus amigos. Pero solo de imaginarla tocando a Miroku, Koga o a ese tonto humano le hervía la sangre.
-InuYasha...intenta relajarte...has vuelto a tensarte, si no me ayudas no será igual de efectivo. -le animó.
-¿con quién practicaste? -le soltó más seco de lo que hubiera querido y sin dejar a dudas de que aquello era más un reclamo que una pregunta.
-¿por qué quieres saber? -le preguntó divertida. -no iba a decirle? ¿Qué estaba ocultado? ¡Seguramente si tocó a ese patético humano! - no se molestó en reprimir el gruñido de molestia que dejó salir. La ojicafé parecía divertida con su frustración, estaba a punto de alejarse de su toque frustrado y enojado cuando la escuchó.
-Solo he practicado con mis amigas, el abuelo, mamá y sota...aprendí...aprendí para ti…-sintió su corazón querer salir de su pecho -aprendió para mi...para mi….-y..emm Sango, y Shippo...tal vez pueda enseñarle a Sango como hacerlo...no creo que sea buena idea sugerirlo a Miroku ¿no crees? -le preguntó divertida.
-¡que ni lo piense! -dejó salir sin querer -
-ha?-la escuchó decir parando el masaje ante su reacción.
-yo...quiero decir...no es una buena idea...ya lo conoces…-quiso excusarse rápidamente, hundiendo más la cara en su cabello para que no viera su sonrojo.
-hem..si-le contestó nerviosa.-Bajaré un poco más, sé que estás más sensible por aquí así que lo haré más suave - continuo mientras ponía un poco más de aceite y deslizaba sus manos justo hasta el inicio de su cintura.
Esta vez no fue solo su espalda la que sintió el efecto de sus manos, si pensó que su miembro regresaría a su estado natural gracias al ataque de celos, estaba muy equivocado, solo había bastado ese nuevo movimiento para que despertara por otras circunstancias habría huído pero no podía moverse sin demostrarle lo mucho que le estaba afectando todo eso.
-creo que será mejor desde el otro sentido…-la escuchó decirse a sí misma mientras se movía. La sintió hincarse en sus pies. -Puedes abrir un poco tus piernas…-le pidió nerviosa.-es solo...que así tendré mejor accesos a tu espalda baja…-antes de que su mente pudiera procesar las palabras sus piernas se movieron en automático dándole acceso. Por alguna razón esta posición se sentía mucho más íntima y eso aumentó su nerviosismo.
Las suaves manos reanudaron el toque, esta vez más suave, cuidando la presión en esa parte más delicada. Sentía sus manos tan cerca de su trasero, rozando la tela de su pantalón lo estaba volviendo loco. Luchaba por reprimir el impulso de empujar su cadera para liberar un poco la presión que se acumulaba en su miembro. Recordó el último sueño que había tenido tenido...ese donde Kagome le ayudaba a resolver su problema con esas mismas suaves y tibias manos. -kuso..deja de pensar perversidades...eso no ayuda…- se repetía constantemente tratando de desechar las imágenes sin éxito.
Todo había sido culpa del hentai de Miroku por supuesto. La última vez que habían ido a una aldea por provisiones dejando a las chicas en el campamento el bonzo se había desaparecido unos minutos y había regresado con un escandaloso e indecente pergamino que contenía imágenes de lo más provocativas, con mujeres realizándoles todo tipo de cosas...a los...de...los hombres… por supuesto que lo había destruido en parte por los nervios, en parte por el peligro que suponía llevar eso de vuelta al campamento y una de las chicas lo descubriera, pero las imágenes se habían quedado grabadas en su cabeza y ahora los sueños que hasta ese momento había protagonizado con Kagome, sueños lindos de ellos caminando tomados de la mano, abrazándose, besándose tiernamente, comiendo juntos y disfrutando de su compañía se habían vuelto todo lo contrario, ahora se despertaba más agitado con un gran problema en sus pantalones cada vez que aparecían pues Kagome ya no le besaba con calma, no, le besaba con ansia, le tocaba en ese lugar y le pedía que lo dejara besarlo ahí también...y cada vez...cada vez que se lo pedía...él cedía y entonces cuando estaba a punto de verla tomarle entre sus labios...despertaba.
Jamás en todos sus años sobre esa tierra había tenido ese tipo de sueños, Kikyo nunca se apareció de esa manera y él realmente nunca pensaba en ella de esa forma cuando la veía. Solo Kagome, desde que la había conocido su cuerpo respondía de las maneras más extrañas a su presencia, a su toque, a sus fantasías. Sabía que la amaba, la amaba como nunca había pensado que podía amar a otra persona, como nunca amó a Kikyo, y la deseaba, deseaba su tacto, su compañía...su cuerpo.
Kagome era la mujer más hermosa que había visto, y había visto muchas a lo largo de sus años, las mujeres acostumbraban bañarse en grupos en los ríos así que no era ajeno al cuerpo desnudo de una mujer, pero nunca una fémina le atrajo o le hizo sentir deseo por su cuerpo hasta aquella vez que la espió antes de que todo lo de la resurrección de Kikyo se diera, recordó como se había molestado al ver lo que le había hecho a su amigo solo por haberla mirado. Había estado muy confundido pero debido a los rápidos acontecimientos lo había desechado en el fondo de su memoria hasta que cada vez que veía su cuerpo reaccionaba de la misma manera. Pero sabía que solo podía quedarse con eso, con sus sueños, sus fantasías y los toques meramente sanadores que proporcionaba a su cuerpo. Porque...aún si Kagome mantenía sentimientos por él estaba claro que no pensaba en él de "esa manera" ¿cierto? no...Kagome no podía imaginarse entregándose a un hanyou como él de esa forma. Y él podía con eso. Se conformaría con estar a su lado, con tocarla de esa manera pura y sin la mancha del deseo. Cuando todo esto terminara, cuando derrotaran a Naraku podría compartirle sus sentimientos y entonces, tal vez… ella le seguiría queriendo a su lado.
-ahhhm-su propio gemido lo sacó de sus pensamientos -pero..qué...demo...nios-se paralizó al sentir como apenas las yemas de sus dedos rozaban el inicio de su trasero- ¿en..en qué momento...aflojó mi hakama…? -hasta ese momento no se había percatado de lo suelta que la sentía, su miembro pulsó dolorosamente, su espalda era la última de sus preocupaciones.
-¿Lo siento, te lastime? -le preguntó preocupada.
-¡Kag..ome…¿qué...quiero..es ...dón..de estás..tocando?! -soltó con mucha dificultad mientras intentaba verla desde su posición, poco pensó el sonrojado rostro que estaba mostrando. Una ráfaga de un cargado aroma de vergüenza mezclado con uno que no podía identificar le hizo fruncir la nariz ante la incómoda situación en la que se había puesto.
-¿qué..yo..solo..lo bajé un poco…- la veía evadir su mirada mientras jugaba con sus manos nerviosamente. -es normal...en mi tiempo...el masaje...tiene…-cuando levantó la vista vio lágrimas en sus ojos, claramente por el susto y la vergüenza que sentía por su reacción. -InuYasha...lo siento...no pensé...que..te molestaría...yo...perdón…-La vio esconder su rostro tras una pequeña toalla que había tomado de un costado y frenar un sollozo.
-Oe...Kagome...no llores, arghh soy un idiota ya lo sabes...solo...me sorprendí...es todo...no te pongas así…- en un arrebato por calmar la situación se había levantado rápidamente e hincado frente a ella lo que le valió una buena ráfaga de dolor que gustosamente recibió por su torpeza. -no llores por favor...jamás...nadie había hecho por mi esto antes...por eso...soy un tonto...todo lo que me hiciste se sintió increíble...de verdad…-continuo intentando que lo mirara.
-¿d..de..verdad? - la escuchó decir tras la , la tomó de los hombros suavemente.
-de verdad...me siento como nuevo…-le dijo intentando animarla.
Cuando salió tras su escudo y vio la llorosa sonrisa que le dedicaba dejó salir el aire que no sabía que estaba conteniendo. Le sonrió de regreso.
-entonces...snif…¿te gusto? -le preguntó más tranquila -si supieras cuanto...espera..-la realización cayó demasiado tarde.
-oh! -fue lo siguiente que escuchó cuando siguió la sorprendida mirada que le estaba dedicando justo en su parte baja. Entre ellos, la clara y evidente muestra de cuánto había disfrutado de sus atenciones se mostraba erguido dentro de su tienda de campaña.
Le dio la espalda inmediatamente intentando esconder su inconfundible estado y espero escuchar el temido conjuro...pero este nunca llegó en cambio…
-Inu..Yasha..no...tienes por qué… avergonzarte...es normal...seguro...estabas pensando en Kikyo verdad…-su voz cada vez se iba apagando -¿Kikyo...acaso está demente? -te dejaré a solas para que...bueno…-la escuchó decir completamente decaída mientras intentaba ponerse de pie. Se apresuró para impedir que se alejara. La oji café le regresó una confundida, triste e incómoda mirada.
No podía dejar que esto se quedara así, ya tenía suficiente con cada vez que pensaba que Kikyo era más importante para él que ella solo porque recababa información y necesitaba asegurarse de vengar su muerte. -tal vez si hubieras hablado y sido honesto con ella desde un principio...baka- No..estaba pensando en ella-le dijo sonrojado intentando mantener su mirada. La incredulidad en el rostro de la azabache le decía que tenía que ser más explícito.
Tomó aire - s..solo..pensaba en ti...por eso...con Kikyo nunca me pasó esto...solo tu…
Las lágrimas pronto volvieron a aparecer en su rostro y se sintió entrar en pánico -por supuesto que está horrorizada de que pensarás en ella de esa manera -Kagome...que...lo siento...soy un bastardo...lo sé...sé que es algo sucio...tu eres una miko...no debería...kuso...maldición - Lo siguiente que pasó no se lo esperaba. Los brazos de Kagome le rodearon afectuosamente cuidando de no lastimarle. Aspiró profundamente su aroma...no había miedo..o asco...o enojo...Kagome estaba feliz..¿feliz?... -¿no...estás...enojada? -se animó a preguntar confundido. Solo sintió como negaba contra él.
-Estoy feliz...no pensé...creí que nunca me verías de esa forma...como una mujer…-le confesó sorprendiéndolo -¿está bien…? ¿Ella quiere que la vea de "esa" forma?
-Tonta…-le dijo correspondiendo al abrazo -si eres lo mas hermoso que he visto…-se quedó helado al sentir como sus pensamientos habían salido sin freno alguno. Se tensó asustado.
-InuYasha…-le llamó de esa manera tan dulce y encantadora que solo utilizaba cuando estaban solos y no la hacía enojar. mientras tomaba su rostro entre sus manos -para mi también...eres lo más hermoso que he visto- Los colores rápidamente volvieron a pintar su rostro, ¿acaso había escuchado bien, Kagome le estaba llamando algo...hermoso...a él un Hanyou?
-Pero..qué dices…¿estás loca?...solo soy un simple..hany…-los suaves dedos aún impregnados de ese dulce aroma se posaron en sus labios para impedirle continuar.
-Para mi solo eres InuYasha...mi InuYasha…-le dijo hermosamente sonrojada. La vio relamer sus labios y antes de que pudiera asimilarlo se encontró inclinándose en busca de ellos.
Comentarios Finales:
Espero que esto no se borre otra vez, aargg tuve problemas para subir este cap. En fin, ya sé que me he tardado en actualizar Ni el tiempo ni es espacio...pero actualmente estoy en un pequeño impase ahí, necesitaba distraerme de esa historia porque ya le había dedicado muchas horas al nuevo cap. y simplemente no me queda como quiero así que estaba...mas bien estoy un poco frustada, mientras leía otros fanfics en búsqueda de despejar mi mente me topé con el fin de Touch de la autora GreyCatsidhe es de la pareja SasuSaku, está en inglés pero es hermoso y desde que lo leí no dejaba de pensar en algo parecido para nuestra parejita así que aquí lo tienen. Serán solo dos capítulos. Espero esta misma semana subir el segundo porque ya casi acabo. Deseenme mucha inspiración y tiempo para terminar el próx. cap. de Ni el tiempo ni el espacio, ya quiero terminarlo para poder centrarme en SesshRin.
Por cierto, la imagen que utilizo de cover es de la grandiosa Len Barboza a la cual pueden encontrar en pixiv punto como como Len, o en su página Aquaspirits punto es y en facebook como LEN-AquaSpirits vayan a darle su amor también, si no la conocen tienen que, tiene los mejores doujin que he visto y sus ilustraciones son otra cosa.
Espero que todos estén cuidándose y llenos de salud.
Nos leemos pronto.
Mate ne!
