Querida:

Al fin hemos encontrado una forma de que puedas volver a Londres, pasaré por ti en una semana, hablare con tus tías para arreglarlo todo, por favor prepara tus cosas.

Leí rápidamente la nota que me envió mi madre, antes de quemarla, estaba segura que no se tardaría en llegar la carta avisando la visita ,al fin y al cabo, era la familia de su esposo, eso no sería extraña. Despedí a la lechuza común nadie debía darse cuenta que Narcisa Black, casada con Lucius Malfoy, mantenía contacto con la sobrina huérfana de Bérénice y Elénore Malfoy.

-Dahlia – llamo Tía Ele con su fluido francés - Baja linda el almuerzo esta listo

-Enseguida tía

Baje por las escaleras con todo el porte de una Malfoy que se podía tener a mis 14 años, incluso en casa no mostrarte con la magnificencia de un apellido de sangre pura era algo impensable, mas cuando fuiste criada por dos mujeres que renunciaron a apellidos igual de importantes, era la cruz que las sangres puras nos tenemos que enfrentar, renunciar a apellidos prácticamente extintos por que prevalezcan otros.

-Linda- me recibió mi Tía Bere- ¿Todo bien?

-Si tía, todo bien

-Dahlia- dijo mi Tía Ele mientras se sentaban a la mesa, con su elegante francés- ¿Por qué tardaste tanto en bajar? - sabía lo que venía- Recuerda una señorita sangre pura…

-Siempre llega puntual o elegantemente tarde, nunca lo deja entre dos aguas-termine para zanjar la conversación, asegurándome de mantener la misma entonación que ella, para no agregar a mi retraso la falta de no hablar con propiedad-lo sé, solo me distraje un poco

Cuando Tía Ele iba a contestar fue interrumpida por una magnifico búho real, que traía una pechera con el escudo de la familia, sabia el mensaje de venia, pero mantuve mi cara de neutralidad.

Apenas la carta fue retirada de su pata, el ave emprendió su vuelo de regreso, el mensaje quedo claro para las tres, no se aceptaban replicas a lo que estaba escrito, mis tías se juntaron para leer el contenido, antes de pasármelo a mi, lo cual me extraño ya que no era común, a menos que esta fuera dirigida a mi como lo eran las cartas del colegio, posiblemente seria preocupante que mis ellas leyeran mi correspondencia pero teniendo en cuenta el cómo llegue con ellas a Rambouillet en medio de su retiro era mejor extremar precauciones, más con cosas que son fáciles de rastrear e identificar, mis cartas personales nunca llegaban de esa manera, por lo que dudosa tome el papel que me ofrecían.

Bérénice y Elénore Malfoy

Ha pasado algún tiempo desde la última vez que las visitamos, por motivos de negocios no podre ir personalmente, pero Narcisa ira dentro de poco a Paris para revisar los libros de cuentas de los negocios que conectan Francia y Reino Unido, no durara mucho antes de volver a casa, por lo que les solicito amablemente que le den estadía en su hogar.

Se despide

Lucius A. Malfoy

Leí con rapidez y casi por instinto busqué como destruirla, pero percibir la pesada mirada de mi Tía Ele me hizo recordar que era una carta que se podía guardar, volví a leer la carta con más calma, aunque el mensaje entre líneas lo había entendido a la primera, quería seguir admirando la elegante letra de mi padre antes de tener que soltarla.

-Entonces…-dije cuando terminé de repasar la carta dejándola sobre la mesa

-Parece ser que te harán ponerte ese uniforme negro – me corto Tía Bere mientras me analizaba- que no te dejara lucir tu lindo cabello

-Bérénice- soltó de pronto Tía Ele- la niña aun no sabe la etiqueta correcta del té y su inglés no es tan fluido y ¿Te preocupa que no podrá lucir su cabello?

-Claro que me preocupa- contesto mi Tía Bere, yo entendiendo la situación me permití ver la carta nuevamente mientras tomaba una tostada de mantequilla para no llamar la atención- mírala la única Malfoy con el cabello ondulado y negro, con el uniforme de la Academia Beauxbatons luce hermoso, pero con un uniforme oscuro, ¿Cómo pretendes que llamé la atención de un inglés guapo? Si no la dejan lucirse

-¿Y cómo pretendes tú que les hable?-contesto rápidamente- Luce como una princesa, pero no entiende su sentido del humor

Este tipo de discusiones no eran raras, Tía Bere, aunque de sangre pura, por malas inversiones habían perdido parte de su fortuna, pero sus rasgos finos y su habilidad de conversación fue suficiente para que uno de los miembros de una de las familias más ricas la tomara como esposa, aprendiendo como llevar la casa y comportarse en la esfera social. Por otro lado, Tía Ele aunque linda, tenia otras tres hermanas que eran consideradas mas bonitas, por lo que se concentro en tener los mejores modales, ser experta en la administración de los bienes de su hogar y dominar varios idiomas, logrando llamar la atención de los Malfoy.

La primera en quedar viuda fue Tía Ele, logrando lo que pocos pensaron y es que una mujer lograr mantener a flote la empresa hasta que su hijo pudiera tomar el mando, que fue cuando se retiro a Rambouillet, a una cómoda casa de dos pisos, poco después Tía Bere se mudo con ella al enviudar, aunque por fuera parecería que sus personalidades las llevarían a estar en una guerra constante, la realidad es que no, ambas entendían lo que era tener que sobresalir para poder tener una posición, y como mantenerse allí. Esto las llevo ha ser la primera opción de mis padres cuando tuvieron que sacarme de Reino Unido, haciéndome pasar por la hija abandonada de una de las hermanas de Tía Ele que justo después de enviudar dejo todo para huir con un muggle, de esta forma pudiendo mantener el apellido de mis padres.

-De cualquier manera- fue la frase que me trajo a la realidad, era como terminaban sus discusiones para llegar a un punto medio, quería saber en qué pasaría la siguiente semana de mi vida- Vamos a reforzar la etiqueta británica, y desde este momento el francés queda prohibido en esta casa

-Bien-acepto Tía Bere- Pero me voy asegurar que por lo menos cuando no este en clase se luzca, aunque la quieran opacar con esa cosa que llaman uniforme.

-Dahlia- alce la vista de mi segunda crepa- Cuando termines de comer ve con tu tía Bere para hacer una lista de las cosas que necesitaras, creo que el uniforme será mejor que lo compren en Londres- Asentí para indicarle que continuara- Tienen hasta la hora de la comida, después de eso, repasaremos tu etiqueta, mañana iremos a Paris temprano a hacer las compras y arreglar el papeleo- por el rabillo del ojo note como Tía Bere dio un pequeño salto de alegría ante la palabra compras- De esta forma podemos dedicar el resto de días para pulir tus modales, ¿Alguna pregunta?

-¿Puedo conservar la carta?

-Claro, libro de cuentas- contesto Tía Bere mientras me sonreía tiernamente- pero apresúrate, dentro de poco podrás verlos.

Ilusionada acabe mi comida, tomando la carta subí a mi habitación, sabía que me había saltado las reglas de esperar a que alguna de mis tías se levantara para seguirla o poder abandonar mi asiento, que había corrido, posiblemente hasta la postura, pero no me importo, incluso podría decir que por primera vez no me llamarían la atención por eso, aunque quería a mis tías por criarme como suya agradecía el que me hubieran contado sobre mi familia y que nunca me ocultaron quienes eran.

Vi por tercera vez la carta de mi padre, la única que había podido conservar, se me había permitido leer un par más, pero no había podido conservarlas para no levantar sospechas, las notas que me enviaba mi hermano o mi madre una o dos veces al mes tenían que ser quemadas a la brevedad, mi padre era mas esporádico, pero siempre me hizo saber que no se olvidaba de mí, ahora después de tantos años podre conocer a mi hermano mayor, y tener a mis padres juntos, sabia que todo era demasiado perfecto, sospechaba del cómo encontraron la laguna legal para que pudiera volver tan repentinamente, pero decidí ignorarla, quería disfrutar mi momento.

La semana de espera había pasado mas lento de lo que hubiera deseado, pero ya que el plazo se había cumplido no podía estar relajada, no sabía a qué hora llegarían pero no podía permanecer mas tiempo en mi cama, por lo que me arregle rápidamente con la ropa que había seleccionado para el viaje, algo simple playera rosa viejo con pantalones grises, esto seria terminado con la túnica del mismo tono que mi playera, pero decidí no ponérmela hasta partir.

Cuando estuve lista, decidí dar un ultimo recorrido por la que hasta ese dia hacia sido mi habitación, blanca como todas las paredes de la casa, con una ventana al jardín trasero, que por el momento unas cortinas celestes no permitían que la luz entrara del todo sobre el escritorio color madera, donde solo quedaba el porta vela y mi varita, continúe con el librero del mismo color que el escritorio para darle continuidad, estaba acomodado para que esa zona fuera la primera en verse cuando se ingresaba a la habitación, al otro extremo estaba el closet donde lo único que quedaba era las túnicas de la academia a la que no volvería o que no me quedaban y la ropa muggle que Tia Bere insistió que no calzaban con el clima de Londres, mi tocador y un espejo de tamaño completo terminaban esa parte ambas zonas divididas por la que fue mi cama.

Había tantos recuerdos dentro de esas paredes, aquí fue donde mis tías me explicaron porque no podía ver a mis padres, y donde vi a mi madre por primera vez, donde había memorizado cada trazo de las notas de mi familia para destruirlas, sentí algunas lagrimas rodar por mis mejillas, pero no me preocupe sabia que eran de felicidad.

Deje mi habitación con la maleta preparada y la varita en mano, para recorrer la casa, recorrí el blanco pasillo que era adornado por un molde caoba hasta las escaleras donde había fotos de la familia , Tía Ele decía que tenía suficiente con el cuadro del estudio de su difunto esposo, como para poner cuadros por el resto de la casa.

Al llegar abajo dude si quedarme en el recibidor, o pasar a la cocina, no tenia hambre, tenia el estomago anudado por los nervios, pero tampoco quería parecer ansiosa al quedarme allí.

-Joven ama Malfoy- dijo una vocecita chillona- Debió decirle a Blink que bajara las cosas pesadas- baje la vista hacia la elfina doméstica, casi no la veía porque a Tía Bere le gustaba cocinar, por lo que Blink se encargaba de otras tareas como sacudir el polvo y ayudar a Tía Ele con la cantidad de papeles que aun debía manejar, pese al retiro- La Señora Malfoy castigara a Blink por dejar que la joven ama cargue cosas pesadas

-Desperté algo distraída Blink- conteste sin más, pero la elfina seguía viéndome con sus enormes ojos azules-¿Pero podrías llevar las cosas a la sala de estar?

-La Ama Bérénice está en la cocina

Sin ninguna otra palabra tomo las cosas, fui a con mi tía que apenas verme entrar me hizo señas de que tomara asiento, que estuviera cocinando tan temprano era raro, asumí que estaba igual de nerviosa que yo, discretamente vi el reloj de mi muñeca que apenas marcaba las 7 de la mañana.

-Tía- solté sin más- ¿Crees que este mal que quiera volver a Londres?

-Linda- dijo caminando hacia mi para abrazarme- claro que no, es tu familia, y aunque sea por distancia siempre cuidaron de ti, desde luego que Elénore y yo te vemos como nuestra nieta, la magia llama a la magia

-Gracias Tía

-Pero prométeme algo- dijo mientras me hacía girar para verme a los ojos– Si te comprometes con un inglés guapo -sonreí ligeramente- por favor llévame a ver el vestido, son capaces de ponerte algo de cuando yo era joven

Nos reímos las dos, pero asentí para que pudiera volver a preparar el desayuno, inconscientemente giraba hacia el recibidor esperando que apareciera la figura alta y esbelta de mi madre pero eso no ocurrió.

Tia Ele no tardo en sentarse a la mesa, aunque noto mi nerviosismo, no dijo nada y solo hablamos de temas triviales, era consiente de que a ellas también les afectaba la separación habían pasado 14 años criándome, pero tal vez eran algo que esperaban, aunque mis padres me dejaron a su cuidado siempre buscaron como hacer que pudiera volver, las separaciones siempre son difíciles.

Para el medio día me encontraba en la sala de estar visiblemente inquieta, pero no abandonar mi asiento que era el que permitía la vista directa a la puerta principal y a la chimenea, no sabia por donde llegaría, por lo que sabia por ser extranjera tenia que tomar un traslador a Le Ministère, donde le daría un permiso para poder aparecerse o usar la red Flu, pero quería estar cuando llegara, el crepitar de unas llamas en la chimenea llamo la atención, por el rabillo del ojo distinguí a mis tías entrar, pero yo seguía parada viendo a la mujer alta de cabellos rubios que salía del hueco del fuego, alguien que no había visto desde mi decimo cumpleaños me abrazo por sorpresa por sorpresa porque seguía procesando lo que pasaba.

-Dahlia- susurro mi madre entre sollozos, lo que me hizo reaccionar y recibir su abrazo- has crecido tanto florecita, y yo lejos de ti- yo solo supe recostarme en su pecho para poder afianzar el abrazo.

-Cissy- interrumpió Tía Ele, por lo que me vi obligada a soltarla, vi como se reincorporaba, para retomar el porte aristocrático que la caracterizaba- ¿Vienes sola querida?

-Si Elénore, Lucius no pudo venir, pero manda saludos

-Cissy no hay necesidad de ser tan educados- agrego Tía Bere para corta esa aura de tensión que se había generado- Toma asiento – continuo mientras ella misma se sentaba, yo regrese al asiento que había ocupado toda la mañana para que mi madre tomara asiento a mi lado

-Blink- por fin Tia Ele tomo asiento, cuando la elfina aprecio a su lado con una reverencia- Trae el té

-Elénore, Bérénice- hablo mi madre cuando Blink dejo el servicio de té en la mesa central antes de retirarse- Saben a que he venido, aunque estoy muy agradecida por que cuidaran a mi hija, agradecería que no se interfirieran

-¿Interferir?-soltó Tía Ele para después soltar una sonrisa condescendiente- ¿Por qué haríamos eso?

-Cissy- continuo Tía Bere- No es algo que nos tome por sorpresa, sabíamos que vendrían por ella- dijo señalándome, me limite a seguir la conversación, a mi también me había extrañado el comentario de mi madre- No te voy a negar que nos duele verla irse, pero sabíamos que pasaría

-No entiendo porque mi sobrino tardo tanto- bufó Tía Ele cuando vio la confusión en la cara de mi madre- Un poco más y la niña se hubiera casado

-Entonces- contesto mi madre después de un sorbo de té para tranquilizarse- ¿No tienen problemas con que me la lleve?, ¿No quieren explicaciones?

-Por supuesto que no querida- Tía Bere respondió haciendo un ademan para quitarle importancia al tema- Es tu hija, sabemos que lo la alejaste por capricho-continuo, vi como mi madre entristecía la mirada- Solo te pido que no le pongas ropa negra, la única Malfoy con el cabello oscuro y no lo puede presumir, con eso si tendríamos un problema

El impulso de torcer los ojos fue inevitable, me arrepentí al instante ya que los tres pares de ojos se volvieron hacia mi por primera vez desde que comenzó la conversación

-Dahlia- Tía Ele fue la primera en hablar- ¿Qué acaso quieres hacernos quedar mal frente a Narcisa?

- ¿Acaso así piensas ser así de grosera con tu familia? - sumo Tía Bere

-Eres una Malfoy- sentencio mi madre- Tienes sangre Black y ¿usas gestos tan simples para mostrar desagrado? - yo mantuve la postura, agachar la cabeza empeoraría las cosas – Sin duda eres hija de tu padre

Las cuatro reímos ante el ultimo comentario, yo más por la alegría que desprendían las mayores que por entender el chiste, cuando nos recuperamos Tía Ele le extendió un sobre con los documentos para que pudiera ingresar a Londres, también estaba el documento donde renunciaba a mi tutela a favor de mis padres para que pudieran arreglar eso en Londres y no tuvieran que viajar a Paris de nuevo.

No puede dejar de sonreír, aunque mi vida en Francia había sido feliz y tranquila, el cargar con la fachada de "la sobrina huérfana Malfoy" heria mi ego, no era huérfana, era una Malfoy legitima y al fin podía decirlo.

-Dahlia- llamo mi madre- Deberías despedirte, en casa nos esperan

-Querida- contesto Tía Bere- si aun has salido a recorrer nada, ¿Por qué la prisa?

-Bérénice- dijo mi madre mientras se levantaba de su asiento alisando su vestido granate- Las relaciones internacionales están tensas por lo sucedido a finales del torneo, a pesar de que claramente pertenezco a la familia la aduana fue insufrible, por ambos lados, no quiero ni imaginar si duro mas de lo que "recoger un libro de cuentas" tomaría

-Linda- corto Tía Ele, para acercarse a mi- escribe cuando puedas- he inesperadamente me abrazo, pero en un movimiento sentí como algo fue colocado en mi bolsillo- Eres una Malfoy, nadie es mejor que tú, pero eso no significa que debes hacérselos saber- lo ultimo lo agrego en un rápido murmullo en portugués antes de separarse de mi

-Bonita- me tomo Tía Bere entre sus brazos- Recuerda que si no voy a escoger vestido para tu boda con el inglés me enfadare mucho- me tomo las manos con eso último, para ver como asentía con la cabeza, volví a acercarme a su cuerpo-Los susurros son gritos que se oyen a la distancia- tomo el pequeño bulto que mi tía había colocado anteriormente mientras murmuraba en el francés más rápido que le daba la lengua

Cuando me separe de ella, les dedique una ultima sonrisa para tomar mi maleta y seguir a mi madre, esos mensajes dichos en secreto me dejaron un tanto pensativa, porque no fue hasta que mencionaron el torneo, recordaban vagamente que después del Torneo de los Tres Magos en Hogwarts había fallecido uno de los participantes, se manejo como un accidente, pero mis tías habían dicho que nada era tan simple, ninguna de las tres quiso indagar mas en el tema para no terminar llamando más la atención.

Al poner un pie en las chimeneas del Le Ministère¸ me puse la túnica de forma de cubrir el bulto que, aunque pequeño, podía llamar la atención si la seguridad era tan rigurosa como lo decía mi madre.

Si para salir de Francia, fue un calvario donde tuvimos que decir varias veces que parentesco teníamos, que hasta el momento yo solo era "la sobrina de", el hecho de tener mas rasgos Black, cuestionaran realmente mi identidad, hasta hacerme nombrar cada persona viva que aun cargara "Malfoy" en su nombre, entrar a Londres lo superó, mi madre tuvo que enseñar el supuesto libro de cuentas por el que había ido y yo tuve que repetir las mismas respuestas que en Paris y presentar los pasaportes, afortunadamente la fila aumento lo suficiente para que no extendieran su interrogatorio.

-No pensé que nos tomara tanto tiempo-dije casualmente, mientras seguía mi madre, en teoría no podríamos viajar juntas por polvos Flu por la limitación de espacio, pero las chimeneas en el ministerio inglés eran enormes, por lo que dudaba que en casa no hubiera una para recibir a dos personas a la vez-¿Siempre fue así?

-No florecita- contesto mi madre sin dejar de andar a paso, a un apresurado que me costaba mantener, hasta el final de la zona de chimeneas-antes prácticamente te aparecías en la aduana para el sello, esto solo lleva dos años desde que comenzó en Reino Unido y desde el fin de curso en Francia- se detuvo en la primera chimenea vacía, dado que las otras tenían personas esperando por usarlas, en el camino varias de ellas llamaron a mi madre pero ella solo inclinaba la cabeza para recibir el saludo- Vamos

Volvimos a tocar suelo firme, pero esta vez me costó reincorporarme, nunca había viajado tanto en mi vida, que este ultimo casi me hace devolver el estómago, pero al alzar la vista vi a mi madre parada junto a dos hombres rubios bastante altos, mi madre no era bajita, y aun así le sacaban una cabeza fácilmente, eran mi padre y mi hermano, al fin estaba con mi familia.

Sentí unos brazos envolverme por la cintura para ayudarme a salir de la chimenea y del estado se shook, pero cuando me iba a girar para abrazar a mi hermano mayor a quien nunca había visto en mi vida, se escuchó un estruendo que puso a todos alerta.

-Pensé que teníamos tiempo- susurro mi padre con una clara mirada de temor, se acercó a nosotros – Dahlia escucha, te daremos los detalles después, ahora iremos a ver al Señor Tenebroso, solo contesta lo que pregunté, no le gusta que lo reten, sabe que estuviste en Francia, pero no menciones el porqué.

Asentí para darle a entender que había procesado sus instrucciones, cuando aún iba por la mitad, sabía quién era el Señor Tenebroso, pero pensé que había muerto, aunque me costaba recupere mi postura altiva para no desencajar con mi familia, era notablemente más pequeña, con solo 1.60 metros mi hermano, quien era quien iba a mi lado con nuestros padres guiando el camino, me sacaba una cabeza y poco mas solo era un año mayor, mis padres se veían armoniosos con él siendo mas alto por poco menos que una cabeza, y por extraño que sonara, el común cabello negro era lo que más desentonaba, había conservado los ojos grises Malfoy, pero no el rubio platinado perfectamente lacio.

Llegamos a lo que parecía un salón de baile bastante amplio con remache en las esquinas de alguna madera preciosa, me hubiera parecido acogedor de no ser porque estaba repleta de personas enmascaradas, vestidas con túnicas negras y al frente en el pequeño templete designado a la orquesta, estaba un hombre calvo con la piel excesivamente pálida dando la espalda, mientras una serpiente enorme hacia círculos a su alrededor, y una mujer, la única sin mascara además del hombre y nosotros, con un cabello negro tan oscuro como el mío, y una mirada psicótica, le decía susurraba algo.

Cuando estuvimos a poca distancia del hombre calvo este giro, pude distinguir que tenia facciones mas semejantes a las de una serpiente que humanas, pero no pude analizarlo bien, porque vi como todos inclinaban la cabeza diciendo "Bienvenido mi señor".

-Lucius- dijo el Señor Tenebroso con una voz silbante- Veo que no mentiste al decir que tu heredera existía- agrego mientras me miraba, la ultima advertencia de mis tías me hizo bajar la mirada, algo me decía que verle directamente a los ojos podía meternos en problemas- Me gustaría verla de cerca, solo si la Joven Señorita Malfoy acepta- concluyo extendiendo su mano inusualmente larga hacia nuestra dirección, aunque el tono en que lo decía parecía mas una burla me adelante hacia él mi padre se coloco a mi lado pero al momento fue detenido- Dije que a la Joven Señorita Malfoy, Lucius

Termine de andar la distancia y tome la mano pálida de aquel hombre, sentí como se me revolvía el estomago cuando tiro hacia arriba para subirme a donde se encontraba, pero no se lo deje ver, la mujer me miro con cierta furia, pero le reste importancia, porque la serpiente comenzó a hacer círculos a mi alrededor y solo paro cuando su amo la delego.

-Dígame Joven Señorita- me hablo directamente sin dejar de hacer círculos a mi alrededor- ¿Cuál es su nombre? No quiero seguir llamándola de forma tan formal, aquí todos somos una familia

-Dahlia- dije con seguridad, oí algunos murmullos que surgieron cuando dijo familia, pero se intensificaron cuando dije mi nombre, aproveche el momento donde giro a la multitud para parar el murmullo para tomar aire- Dahlia Malfoy, milord

-Dahlia Malfoy- dijo haciendo una mueca que, asumí que era una sonrisa, sentí como alguien quiso usar legeremancia conmigo, no era una gran oclumante, pero sabia como defenderme - ¿Dónde estuviste durante tanto tiempo?

-Francia, milord

-¿Por qué una Malfoy estaría tan lejos? – soltó dándome la espalda, y el intento de intromisión se estaba haciendo mayor, por lo que le deje ver lo suficiente para que pensara que me había vencido- ¿Tendrá algo que ver con su familia materna tal vez?

-Fui dejada al cuidado de la familia de mi padre para evitar malos entendidos- solté de pronto, tendría que inventarme una excusa creíble o estaría en problemas- lo único que me distingue como Malfoy son los ojos grises y la marca de mi magia- continúe buscando datos en mi memoria, afortunadamente el legeremante me había dejado en paz- pero en un niño recién nacido esto es vago, para evitar que acusaran a mi madre de adultera, decidieron llevarme a Francia, se lo básico sobre el otro lado de mi familia, siento si no es la respuesta que esperaba milord

-No luces como una Malfoy- los círculos se reanudaron, pero ahora más cerrados- Luces como una Black, ¿No lo crees Bella?

-Si milord- la mujer que había olvidado que estaba allí fue la que contesto - Parece ser que el verdadero linaje gano en mi sobrina

-Dahlia- continuo justo cuando paro de rodearme, la serpiente formo un circulo a mi alrededor, sin moverse- Permití que tus padres te recuperaran , aunque yo Lord Voldemort soy misericordioso- me costaba procesar la información pero me mantuve firme para no perderme ninguna de sus palabras- Espero algo a cambio de este gran favor- me mordí la lengua para no contestarle, afortunadamente el no esperaba una respuesta o confirmación, porque siguió hablando, por el rabillo del ojo vi a mis padres pálidos, pero mi hermano tenia una mirada que de confusión- Ese gran favor es simple y mas para una niña tan linda- volvió a acercarse a mi para tocarme la cara- Solo debes acercarte a Harry Potter, gánate su confianza, sácalo de su escondite, y llévalo hasta mi- estaba confundida, el apellido me sonaba por la primera guerra mágica, pero no entendí que era realmente lo que me estaba pidiendo, parece que mi mascara de indiferencia fallo porque agrego – Tu familia, a la que yo les permití reunirse, te darán los detalles, solo tienes que aceptar para que sigan juntos

-Sera un honor milord

-Mis queridos mortífagos- se dirigió a la asamblea retirándose de mi y la serpiente lo siguió- Hoy han sido testigos de mi misericordia, la reunión de hoy queda disuelta- los enmascarados desaparecieron en un parpadeo-Lucius ven por tu hija, necesita descansar

Mi padre no dudo en acercarse por mi dándome su mano para ayudarme a bajar, cosa que agradecí, no era muy alto, pero entre los viajes y las náuseas que me provocaba el contacto con el "Señor Tenebroso", no estaba segura de poder mantener la firmeza sin su apoyo

-Narcisa- dijo la mujer llamada Bella- Comienza este primero de septiembre, por lo que deberían hacer una cita con el director

Ninguno de mis padres replico la orden, volvimos por el mismo camino que no distinguí bien estaba usando mis fuerzas para mantenerme andando y que nadie notara que realmente necesitaba recostarme, tanta información con el remolino de emociones en tan poco tiempo me estaba sobrepasando, pero me negaba a mostrar debilidad.

Cuando llegamos a una habitación mi hermano me ayudo a sentarme en la cama, de cierta forma esto me hizo entender que estaba a salvo y dejé de luchar para mantener las apariencias y volví el estómago, afortunamente solo era bilis.

-Lo siento Dahlia- oí a mi padre, me gire para verle el se había hincado para quedar a mi altura- No pensé que te utilizaría de esa manera- tomo mis manos de mi regazo, la imagen del patriarca Malfoy de rodillas pidiendo perdón en otros momentos la consideraría impropia, pero no ahora, yo solo veía a mi padre, un padre que buscaba a consolar a su hija- Solo quería a mi familia reunida de vuelta y ahora la he puesto en el ojo del huracán

No entendía del todo cual era el problema con ese tal Potter, pero debía ser algo grave para que mi padre me pidiera perdón, por lo que después de años lo abrace, para hacerle entender que no le culpaba, sentí las mejillas húmedas cuando mi padre recibió mi abrazo.

-Dahlia- llamo mi madre que no supe en qué momento se había acercado a donde estábamos- Tal vez no puedas dimensionar el problema, pero Harry Potter fue la razón por la que el Señor Tenebroso cayo la primera vez, y a finales del año escolar se le escabullo de entre las manos

-No solo eso- gire hacia mi hermano que permanecía sentado a mi lado- En el tiempo que llevamos en el colegio – pauso para finalizar con tono de resignación- No es que tenga una buena impresión de nuestra familia

-Entonces- dije encontrando mi voz y poder poner en orden toda la información que había recibido- Harry Potter es quien termino la guerra, pero tiene la edad de Draco- mi familia asintió, por lo que seguí- Tengo que acercarme a él, pero no soporta a nuestra familia- decirlo en voz alta me hizo armar las piezas del rompecabezas, por algo el Señor Oscuro decía mi posición en esta casa con tono de burla, comencé a reír al darme cuenta, note como se tensaron ante mi reacción, cuando me tranquilice dije con mi mejor cara de póquer- No podre ser la Joven Señorita Malfoy de lo contrario nunca podré acercarme a él.

No percibí cuál era su reacción porque nuevamente comencé a reír, salí de Francia y de la fachada de la "Malfoy adoptada" con la ilusión de ser al fin "La hija Malfoy", y terminé llegando a una guerra, y renunciando a ese apellido que había aprendido a cargar con orgullo, era un precio muy alto para tener a mi familia, sentí como alguien me descansaba en su pecho junto con un lejano "Yo me encargo de ella", poco a poco mi risa se termino pero con ellas mis fuerzas y todo se volvió oscuro.