Nueva historia de DxD, esta vez sera algo diferente, una historia con un contenido menos explicito por decirlo de alguna manera, es decir, sin ero, bueno esta vez no sera el tema principal, los protagonistas serán Issei y Akeno, la historia girara en torno a ellos y esta inspirada en una canción de la vieja escuela que escuche, espero que la disfruten y se la gocen.

Descargo de responsabilidad: High School DxD no me pertenece, es propiedad de Ichiei Ishibumi, yo solo creo esta historia para entretener.

- Es la persona a la que amo - Persona hablando

"Mi mente lo sabe, pero mi corazón no lo entiende" Pensamientos

"- No tienes de que preocuparte cariño -" recuerdo o fantasía.

Lazos

Capítulo 1: Sin salida

Dolor, un sentimiento tan común, difícil de ignorar, aun mas de sentir, pero aun así es un sentimiento tan favorable, te hace saber que estas vivo, que hay cosas que se deben evitar, un gran maestro y no por eso lo hacía mas fácil de soportar, no, por el contrario, solo te hacía sentir que te desgarraba por dentro cuanto mas profunda es la herida que te lo causa.

Y ahí estaba ella, corriendo a todo lo que daba su cuerpo, incapaz de detenerse, porque sentía que si lo hacía, ese dolor del que intentaba escapar la alcanzaría y entonces, se cobraría su osadía de intentar evadirlo.

Pero, que mas podía hacer, la última noticia que recibió fue la cúspide de una vorágine de caos y desesperación en la que ella misma por gusto propio se había metido cuando se enamoro de ese hombre, que pese a saber lo que sabía de él no evito que volviera a sus brazos una y otra vez, que pese a las advertencias y consejos de su padre, hizo oídos sordos para volver con el dueño de su corazón porque ahí y solo ahí se sentía segura.

Que pese a lo mucho que su mente le recordaba que lo que hacía estaba mal, lo mucho que se esforzaba para evitar aumentar la profundidad del agujero en el que inevitablemente estaba cayendo, al final no podía negarle a su corazón su ingenuo deseo, pese a que ella sabía la verdad, no pudo importarle menos y feliz cometía lo que a ojos de otros solo podría ser el mas atroz de los horrores, que feliz le entregaba a su verdugo el arma con el que la mataría de dolor y lo peor es que no se arrepentía de ninguna de las ocasiones en que estuvo con él, pese a que ahora sentía que su mundo se derrumbaba a su alrededor por la misma razón.

En ese momento su instinto era uno y solo uno, correr, quería huir, no importaba a donde fuera, solo quería huir, alejarse de los problemas, de todo lo que en ese momento le estaba causando ese desasosiego y la rompía por dentro, simplemente correr lejos de todo y de todos, pero la pregunta persistía, ¿cual era su destino? y la respuesta llegaba tan rápido como la pregunta, no importaba a donde, solo importaba que pudiera alejarse, irse lo mas lejos que pudiera, donde pudiera estar sola, tranquila, donde pudiera pensar con claridad.

Irónicamente sus pies la llevaron a un lugar en especifico y se sorprendió cuando noto el lugar al que había acabado llegando, aunque si lo pensaba bien, ¿realmente era tan sorprendente estar justo en ese lugar?, es decir, ahí, en ese parque, junto a ese árbol, paso muchos de sus mejores momentos con él, con el hombre que para bien o para mal, aun ahora era dueño de su corazón, de su alma y de su cuerpo, en síntesis, era dueño de su ser.

Ese lugar era para su desgracia, el lugar que mas calma le daba y por desgracia en ese momento, también era el lugar que ahora le estaba rompiendo aun mas el corazón, cuatas veces no estuvieron ahí, acostados a la sombra del árbol que infantilmente reclamaron con suyo, cuantas veces bajo la sombra del mismo no habían disfrutado días de campo y jugado como dos chiquillos mientras se declaraban amor, cuantas veces había recostado su cabeza contra su pecho ahí mientras él la arrullaba hasta que se quedaba dormida confiada de que al despertar él seguiría ahí velando su sueño y protegiéndola de todo.

Ahora todos esos recuerdos le resultaban dolorosos revivirlos y por ello se derrumbo en el lugar, cayó de rodillas mientras lloraba amargamente y cubría su boca con su mano para evitar que los sollozos que querían salir escaparan de su boca, porque por mucho que lo intentara, esos recuerdos no dejaban de reproducirse en su mente, aumentando su dolor, lacerando su alma, toda esa felicidad que ahora solo le dejaba penas.

- No es justo - fue su sollozo mientras dejaba que sus lagrimas continuaran cayendo, necesitaba soltar todo lo que sentía en ese momento, pero la realidad era esa, lo que le ocurría era todo menos justo, - simplemente... no es justo - no lo aceptaba, ¿por qué cuando finalmente creyó encontrar la felicidad se la arrebataban de esa manera?, no lo entendía, quería que alguien se lo explicara.

En ese preciso momento, mientras ella continuaba derramando sus lagrimas en ese lugar donde otrora planificara toda una vida al lado del hombre que amaba con todo su corazón, gotas de agua empezaron a caer y la fuente de las mismas no eran sus ojos, primero unas cuantas y conforme pasaba el tiempo la frecuencia y la cantidad que caían solo iba en aumento hasta que finalmente esas pocas gotas se transformaron en una fuerte lluvia.

Era como si el cielo mismo llorara por su tragedia, como si quisiera acompañarla en su dolor o tal vez lo que deseaba era lavar las penas que la embargaban en ese momento, no importaba cual fuera el motivo, ella simplemente no pudo evitar sonreír con amargura ante tal hecho.

En ese momento, la escena parecía sacada de la mas dramática de las novelas de romance, "que escenario mas cliché", pensó con amargura la pobre mujer al considerar las cosas, "pero... supongo que igual y es perfecto para mi situación", de repente sus pensamientos empezaron a tornarse mas y mas lúgubres, como castigándose por hechos que no eran su culpa o escapaban a su control, pero en su estado actual parecía no comprender o simplemente no querer hacerlo.

¿Qué iba a hacer a partir de ahora?, esa era la gran pregunta, en este momento estaba sola, esto no se lo podía decir a su padre, mucho menos a su madre, eso la mataría de dolor y suficiente era con el dolor que ella sentía y la única persona fuera de sus padres con la que se sentía segura y a salvo, era precisamente la raíz de todo el problema, sabía que si iba con él, gustoso la recibiría y que la cuidaría, sabía que la amaba tanto como ella a él, pero no podía ir con él, no era buena idea, cedería a los designios de su corazón y suficiente daño ya se había hecho y le había hecho a él.

Porque sí, al final de la historia, lo que mas le dolía era precisamente eso, la que termino con todo entre ambos fue ella y al hacerlo su corazón se rompió, con cada palabra de despedida sentía su ser desgarrarse, rogarle que se retractara y que lo besara cuando lo vio sufrir con su separación, abrazarlo prometiendole que nadie los iba a separar cuando lo vio rogándole con sus ojos que no se fuera de su lado y lo dejara solo ante el mundo.

Pero era necesario, por el bien de ambos debía hacerlo, ya había perpetuado demasiado una relación que sabía no estaba destinada a ser desde que supo lo que supo y que aun así continuo pese a sus esfuerzos por evitarlo, pero que finalmente la llevaban de nuevo a él, al amor que le profesaba, pero que si no quería que ambos sufrieran, ella debía de terminar, aunque la felicidad se escapara de su vida al hacerlo.

Porque ella sabía un secreto que el no y que cuando se enterara solo les traería desgracia a ambos al no saber como comportarse a partir de ese momento y que el amor pronto se convirtiera en otra cosa y esa historia tan bonita que tenían se convirtiera en un suplicio para ambos, no, ella no quería dejarlo y sabía que él tampoco quería dejarla a ella, pero alguien tenía que hacerlo, por el bien de ambos.

El problema fue que quizás tardo demasiado en hacerlo, cada caricia ahora estaba grabada en su cuerpo, cada beso aun quemaba sus labios, no sabía que hacer, tenía miedo, mucho, mucho miedo de lo que estaba por venir, se sentía desolada, sin ayuda y en ese estado cualquier locura era una solución si la sacaba de su miseria.

Entonces sus ojos miraron hacia el cielo que implacable dejaba caer la lluvia sin un atisbo de que cesaría pronto, pero eso no era lo mas impactante de la escena, no, lo que era verdaderamente impactante era la mirada que la chica le dedicaba al cielo con sus violáceos ojos, estaba vacía, tanto llorar, tanto dolor, en ese momento la tenían agotada, su mirada se hallaba mirando hacia la nada, perdidos en el infinito, sin mostrar un atisbo de las emociones que ahora plagaban a la mujer que solo miraba al cielo buscando una respuesta sobre que hacer a partir de ese momento.

Pero claro, la respuesta fue el silencio, tal vez estaba esperando mucho, quizás simplemente ella no era digna de ayuda divina luego de haber roto tantas reglas y no arrepentirse en ningún momento de ninguna, era ingenuo pensar que alguien le tendería la mano para salvarla del destino que en ese momento le azotaba y que sabía a la perfección, ella misma se había labrado y eso solo le hacía querer llorar aun mas.

Lo único bueno de esa lluvia que no amainaba, era que al menos de esa manera, su propio llanto se perdía, se escondía del mundo y evitaba que cualquiera viera su dolor, lo ultimo que quería era que alguien le tuviera lastima, eso si que era algo que no iba a permitir, no quería la lastima de nadie, aunque eso solo le cerrara la oportunidad de recibir ayuda a causa de su orgullo.

- T-Tal vez... - una idea cruzo por su mente mientras el agua aun mojaba su delicado y agraciado cuerpo, pero tan pronto cruzo por su mente la desecho, - no, ya no se trata solo de mi - cuando a su mente llegó ese recuerdo, fue todo lo que necesito para apartar toda idea de terminar con su vida para dejar de sufrir de una vez por todas.

No, aun tenía por qué vivir, no podía ser egoísta, pero aun así las cosas no cambiaban por completo en los demás aspectos, aun estaba ahí, sola y sin siquiera un plan de acción por delante y eso era lo que mas la asustaba, que era lo que iba a hacer a partir de ahora entonces.

Lo peor es que el agua no amainaba, caía con fuerza y furia sobre ella, enfriando su cuerpo completamente y aunque sabía que debía moverse por su salud, se sentía tan débil, tan cansada, tan harta de todo y de todos, simplemente tan hastiada que aunque su cerebro le decía a su cuerpo que se moviera, que buscara refugio y con que calentarse, este simplemente se rehusaba a obedecer.

De repente una pregunta le asalto la mente, ¿cuanto tiempo llevaba ya en ese lugar bajo la lluvia?, tan sumida en sus pensamientos, en su desesperación y en su desconcierto se encontraba que había perdido la noción del tiempo, pero por lo frío que sentía el cuerpo, por lo entumidos que sentía los músculos y por lo secos de lagrimas que sentía los ojos, ya había pasado un rato, ya no podía seguir mas tiempo ahí, pero entonces su realidad le golpeo de nuevo.

¿A donde iba a ir ahora?, su situación era algo que era difícil de entender para cualquiera, ella misma la estaba viviendo y aun así no terminaba de entenderla, eso la asustaba, se sintió desamparada y en un acto tal vez para auto confortarse o tal vez solo para ahuyentar el frío de su cuerpo se abrazo a si misma mientras se encogía en su lugar y temblaba.

- Alguien... por favor, ayúdeme - rogó, no quería la lastima de nadie, pero en esas circunstancias si no sentía que contaba con alguien, se iba a volver loca y aunque sabía que nadie respondería a su llamado, aun así continuo pidiendo lo mismo mientras a su espalda solo sentía el desolador azote de la lluvia dejándole en claro que nadie vendría en su ayuda ni le extendería la mano en ese momento.

Fue entonces, solo cuando se había rendido y aceptado que lo que fuera que vendría, debía enfrentarlo sola, que sintió de un momento a otro que la lluvia dejo de caer sobre ella, pero era extraño, porque al ver hacía el frente, la lluvia aun continuaba cayendo, no, de hecho, la escuchaba caer sobre ella, pero algo evitaba que la alcanzara y cuando miro hacia arriba con sus aun cansados y vacíos ojos se encontró con una tela negra que obstruía el paso del agua e impedía que continuara mojandole, sobre ella había un paraguas, ¿pero quién? fue la pregunta que llego a su mente.

Fue viajando con su mirada hacía abajo, movida solo por la curiosidad de quien podría ser la persona que había llegado a su lado y le había resguardado de la lluvia y cuando finalmente se encontró con su rostro, dejo de respirar, de todas las personas que se esperaba encontrar en ese momento, esa era la última y la única que de verdad no quería ver, no sabía como tratar en ese momento con él.

- Issei - lo dijo como un simple susurro cuando sus ojos violetas y vacíos se encontraron con los fuertes ojos color miel de él, estaba sorprendida y francamente no entendía que era lo que el estaba haciendo ahí.

- Akeno - le respondió el hombre ante ella sin dejar de verla, aunque en su mirada se notaba el dolor de verla así de devastada, no era la habitual mujer que conocía y de la que se enamoro.

Un silencio se poso sobre ambos, pero no era incomodo, la verdad era que ambos estaban desconcertados, ahí estaban ambos, viéndose fijamente como tantas otras veces lo hicieron, pero a diferencia de en el pasado cuando se miraban con amor mientras planeaban toda una vida juntos, ahora simplemente trataban de encontrar las palabras que decir a continuación.

- Qué... - la pobre mujer no termino su pregunta, su cuerpo al verlo ahí recibió el shock que le faltaba para finalmente ceder y termino cayendo al suelo completamente inconsciente.

El destino, cosa curiosa, en ocasiones podía ser el mas desgraciado de los manipuladores.

- CONTINUARA -


Lista la nueva historia de DxD que como se podrán dar cuenta tendrá como protagonistas a Akeno y a Issei en una historia diferente a las que creo que ya los tengo acostumbrados, sera mas dramática, mas emotiva, mas emocional, bueno, al menos esa es la idea, a ver como me sale y eso significa que esta historia no tendrá ero, bueno tal vez si lo tenga, pero sera mas bien algo que estará en un segundo plano, así que si es que llega a haber no sera nada guarro ni nada, sino algo mas... pasional.

Esta historia como dije al principio nace de una canción que escuche hace no mucho en la radio, es de la vieja escuela así que a la mejor ni la conocen, pero tampoco es que la deban conocer para disfrutar la historia, que por cierto, nada mas escuche esa canción y la idea para la historia me llego de golpe y rondo mi cabeza hasta que me hizo escribirla para poder sacarla de mi sistema y bueno, así es como este capítulo piloto, que sirve como prologo de la historia finalmente vio la luz.

Inicialmente tenía pensado en que los protagonistas fueran Issei, obviamente y Rias, pero me encontré con un problema en ese caso que implicaba que debía de dar un mayor y mas innecesario numero de explicaciones mas adelante, así que tome a Akeno que dicho sea de paso es mi heroína favorita de DxD, aunque eso ya todos lo saben, para que tomara el lugar de la protagonista femenina.

Sin mas que decir por ahora, espero que disfrutaran de la lectura, les haya emocionado y les haya dejado con la intriga de que es lo que paso, pasa y pasará.

Hasta la próxima mis amigos.