Disclaimer: Como me basé en los libros al escribir esto, diré que J. K. Rowling es la dueña de los personajes que tomé prestados para escribir por diversión. Luego de lanzarles un Obliviate, serán devueltos.
¿Y si el Boggart de Harry hubiera sido algo más además de un dementor? Esta pregunta fue respondida varias veces. Un 20 de abril me llegó la inspiración en el medio de una clase y simplemente comencé a escribir. Recién por la mitad decidí que sería Harry enfrentándose a un Boggart. Y sinceramente, mi idea me pareció original, o al menos no muy conocida. Espero que les guste este resultado final.
El adolescente miró hacia la derecha y luego a la izquierda, buscando una abertura, un posible escape de su actual situación.
Pasados unos segundos, Harry recordó la existencia de su varita, una varita que había resbalado de sus dedos antes tensos e inmóviles y luego temblorosos y torpes en el primer segundo en que, por primera vez en años, sus penetrantes ojos verdes habían vislumbrado a través de viejos anteojos, aquel cuerpo, aquel rostro y aquel furioso ojo.
¿Una varita? Por los desenfocados ojos del chico de cabellos desordenados, casi se podían ver los engranajes girar lentamente, porque aún no asimilaba lo que tenía que hacer con ella después de apretarla en sus manos y apuntarla a algo.
Cuando lo hizo, cuando recordó que luego de aquello debía tener en mente un hechizo (¿cuál era?), no sintió la motivación o fuerza para agacharse y agarrarla. Porque físicamente no podía: estaba paralizado del miedo, y por lo tanto también era incapaz de gritar.
No era capaz de nada más que de mantener los ojos abiertos tanto como su terror le permitía.
No era capaz de nada más que de seguir boquiabierto y soltar un grito que solo el animal más microscópico podría escuchar por lo bajo y silencioso que era.
Toda la situación era horrible, inesperada, extraña y simplemente atemorizante.
Pero Harry no podía entender por qué.
Ni siquiera podía reaccionar correctamente a la criatura que lo miraba con su único y grande ojo lleno de tantos detalles que en la actualidad le parecían estúpidos, porque parecían dibujados por un niño que amaba complicar sus actividades y hacerlas interesantes, atrapantes y casi interminables.
Ahora veía que su entusiasmo en realidad había sido una simple obsesión por mantenerse ocupado en el recreo, así Dudley y sus amigos no lo venían a molestar.
Podrían haber jugado a "Cazar a Harry" al verlo así; pero un día, al ver que se frustraba mientras trazaba líneas y coloreaba una hoja, decidieron no hacerlo. Porque consideraban que solo emociones negativas deberían haber en su presencia, por lo que fueron a perturbar la paz se alguien más.
En el día actual, en la primera clase de Defensa Contra las Artes Oscuras, en la clase en la cual había decidido enfrentar su miedo inmediatamente después de Neville y así terminar lo más pronto posible, Harry estaba frente a su Boggart.
Supuso que no debería haberse sorprendido de lo que su subconsciente había logrado crear. Porque sabía con suma certeza que el ser, que se asemejaba a una gruesa y gris voluta de humo, era real solo en sus extrañas pero luego olvidables pesadillas.
La figura de un solo ojo era solo una copia de aquel antiguo amigo que en su infancia había sido su mejor compañía, y quien, ahora sabía, hacía años había sido dibujado con mucho impetu y esmero para en los siguientes días llegar a instalarse en los constantes pensamientos de Harry y convertirse en su amigo imaginario.
En este instante, la imitación le reclamaba con una mirada cuyo significado solo Harry conocía.
"¿Por qué me olvidaste?, ¿por qué me enterraste en lo más profundo de tu mente para reemplazarme con tu primer amigo real?"
Harry no sabía que los demás que se encontraban en la habitación también oían las palabras retumbando en sus mentes... repitiéndose sin cesar.
En el resto de la clase, ya sin oir la voz, los demás lanzaban Riddikulus con más o menos confianza que otros, y Ron y Hermione lo miraban preocupados y confusos, listos para preguntarle más tarde lo que su miedo significaba.
Harry, en cambio, se hallaba desconcertado, porque él estaba allí, seguía allí aún después de que Ron se colocara delante suyo y gritara un Riddikulus para cortar las patas de una araña peluda y gigante.
Su primer amigo flotaba cerca suyo y no parecía tener planes de desaparecer de nuevo.
