Renuncia de derechos, los personajes que salgan aquí son de sus respectivos autores.
Mil años.
Mil años era el tiempo transcurrido desde que finalizó la última guerra entre ángeles, caídos y demonios, tres bandos que estaban enfrentados.
Mil años era el tiempo que había transcurrido desde que Elohim clavó su espada en el suelo dejando su último aliento tras aquella batalla.
Mil años desde que Grigori perdió a varios originales sólo quedando ocho, siendo liderados por Azazel, el gobernador, y Shemyaza el virrey.
Mil años desde que Arthur Pendragon usó a Excaliburn para dar término a aquella guerra.
Mil años era el tiempo que había pasado desde que los cuatro Maou del inframundo fallecieron a causa de aquella guerra que se llevó a muchos.
Los tres bandos sufrieron numerosas pérdidas, los ángeles perdieron a su Dios y la capacidad de crear más ángeles, y los caídos perdieron a varios Cadres que fueron los primeros ángeles caídos.
Ambos bandos intentaban recuperarse lentamente de las perdidas y estaban en camino de formar un acuerdo de paz, ni Michael ni Azazel querían una nueva guerra que les llevara muerte.
Pero los demonios no; el inframundo perdió a sus cuatro reyes y figuras de influencia, pero sus descendientes querían continuar las labores de los cuatro Maou y retomar la guerra santa.
Pero no fue así para todos los demonios, un bando se rehusó a volver a la guerra y tener mayores pérdidas, asi que formaron su propia alianza bajo el nombre de "facción anti-demoníaca" para oponerse a ellos.
Los descendientes de los Maou obviamente no toleraron aquella falta de respeto hacia sus ideales, por lo que les dieron un ultimátum.
La facción anti-demoníaca no se retractó y por esa razón se retiraron a un rincón del inframundo, no queriendo seguir con la política de los hijos de los Maou, quienes querían continuar la guerra.
Aquello ocasionó el comienzo de una guerra civil entre los dos bandos, una guerra que traería más pérdidas de las actuales para el inframundo.
La facción anti-demoníaca estaba formada por numerosos pilares, entre ellos el Gremory, Sitri, Phenex, Astaroth, Glasya-Labolas, Agares...
Y tenían un as en la manga, un trio de adolescentes cuyos poderes superaban los de un demonio de clase suprema: aquellos fueron llamados "súper demonios" debido a su poder.
Esos tres demonios representaban una nueva generación, una nueva era, una nueva esperanza para el inframundo, por eso la facción anti-demoníaca tenía esperanzas de vencer en esta guerra e impedir un nuevo Armaguedon.
Presente.
"Sirzechs no seas tonto y vuelve"
Un niño con el peinado desaliñado y actitud perezosa comentó aquello mientras bostezaba, todo esto resultaba muy problemático.
-Sshh, sólo quiero oír un poco Falbium mejor vuelve a dormir... -habló un pelirrojo con burla mientras su oreja estaba pegada a una puerta.
El pelirrojo vestía un traje elegante y su cabello estaba atado en una cola, sus ojos eran azules radiantes de curiosidad, su nombre era Sirzechs.
Sirzechs Gremory, el primogénito de los Gremory y uno de los tres súper demonios, su poder de la destrucción le hacía un rival a tomarse en serio.
Ambos estaban en un pasillo en cuyo final había una habitación, Sirzechs estaba con la oreja en la puerta escuchando la conversación del otro lado.
-Es increíble que Serafall se vaya a casar con Revan, todo esto es problemático de entender -habló Falbium soltando un bostezo, el pensaba que Serafall era lesbiana o del otro camino.
Falbium al ser el heredero de los Glasya-Labolas sabía bastante bien que los clanes tomaron la iniciativa de comprometer a sus herederos para garantizar una descendencia que sea demonio puro y que poseyera ciertas características.
-Madre me explicó que el clan Sitri y el clan Phenex han decidido aliarse y el matrimonio de sus herederos simboliza esa alianza -profirió el pelirrojo recordando las palabras de su madre.
-Entonces, ¿qué demonios, nunca mejor dicho, hacemos aquí Sirzechs? -preguntó Falbium ya que su ansiada hora de la siesta se acercaba.
-Quiero saber si en verdad eso es cierto, Goku sólo está interesado en las peleas no creo que haya aceptado -habló Sirzechs con una sonrisa.
-Siempre pensé que en su cabeza en vez de un cerebro había un disco que decía siempre "pelea, pelea" -habló Falbium con una pequeña sonrisa.
-Tal como lo dijo Ajuuka -se burló Sirzechs compadeciéndose de Ajuuka ya que estaba recibiendo lecciones de diplomacia ahora.
Ajuuka Astaroth era el segundo súper demonio además de Sirzechs, era de lejos la persona más inteligente que haya conocido el inframundo.
"El matrimonio se realizará dentro de dos años... o bueno cuando se calme la guerra. ¿Qué piensas?"
Tanto Sirzechs como Falbium abrieron sus dos ojos como platos al escuchar aquellas palabras pronunciadas por la matriarca Phenex, en verdad Serafall sí que se iba a comprometer con él.
La boda tendría lugar después de la guerra civil... pero el caso es que no tenían ni una estimación exacta de cuándo iba a acabar aquella guerra.
Todos ellos tenían dieciséis años pero tarde o temprano tendrían que unirse a las legiones para frenar a la facción de los descendientes de los Maou y evitar que ellos se alcen con la victoria.
A Falbium le daba pereza participar en la guerra pero su clan y concretamente su padre le habían pedido que participara en ella, asi que no tenía otra opción que aceptar aquella proposición.
Sirzechs sabía que era necesario participar en la guerra civil para evitar un mal mayor, desde que era pequeño su madre Venelana y su padre Zeoticus estuvieron preparándole para eso.
Flush.
Sirzechs cometió un tremendo error que fue apoyarse en la puerta y entonces se abrió y cayó de espaldas, pero arrastró a Falbium consigo.
-¡Maldito traidor! -se quejó Falbium cuando Sirzechs le arrastró, pero la mirada del pelirrojo estaba puesta en su madre Venelana.
Venelana estaba en aquella sala junto a Lady Sitri, madre de Serafall y matriarca del mismo clan, y la matriarca de los Phenex cuyo nombre era Reaven.
Venelana quiso hacer un pequeño viaje al territorio Phenex para charlar con su amiga, debido a que Sirzechs y Falbium estaban en plena charla en ese momento aprovecharon en visitar a su amigo, el primogénito de la familia Phenex.
Sirzechs se llevó una decepción cuando vio que su amigo no está mientras que Falbium intentó dormir en un árbol, el pelirrojo decidió saber más sobre el asunto de la boda y decidió espiar.
-Sirzechs Gremory, ¿cuántas veces te he dicho que no espies conversaciones ajenas? -preguntó Venelana en tono inflexible a su primogénito.
-Muchas -habló un chibi Sirzechs bajando la cabeza mientras Venelana le golpeaba con el abanico y Lady Sitri soltaba una pequeña risa.
Serafall era demasiado hiperactiva pero lo de Sirzechs estaba a otro nivel de hiperactividad, lo mejor era tenerle atado con una cuerda para evitar que haga travesuras como de costumbre.
Falbium silbando disimuladamente silbó mientras se alejaba cómicamente, que Sirzechs pagara por el precio de su traición. Muerte a los traidores.
-Tranquila Venelana, dinos pequeño Sirzechs, ¿qué es lo que querías saber exactamente...? -preguntó Reaven mirando al pelirrojo.
-¿Es cierto que su hijo Goku se va a casar con Serafall...? -preguntó Sirzechs con curiosidad viendo a la matriarca Phenex quien asintió.
-Goku no estuvo de acuerdo en casarse con su amiga de la infancia pero tuvo que aceptar para el bien del clan y del inframundo -respondió la mujer atractiva Sirzechs y Falbium se miraron al oírla.
-Cuando Serafall supo que su prometido no era otro que Goku aceptó de primeras... -habló Lady Sitri con una sonrisa elegante en su rostro.
-Típico de la lesbi... -estuvo a punto de decir Falbium pero Sirzechs le codeó en el costado haciendo que soltara un quejido- aparte de ser traidor eres idiota, tks pelirrojos problemáticos.
-¿Dónde está Goku ahora? -preguntó Sirzechs con curiosidad, seguro que estaba luchando en algún rincón del inframundo como lo hacia de pequeño.
Otro lugar.
Un rubio de ojos azules estornudó no sabiendo el motivo de aquello, la hermosa chica que estaba a su lado se acercó con algo de preocupación.
-¿Goku-chan te encuentras bien? -preguntó la azabache de ojos morados que vestía un vestido negro junto a un espléndido collar en su cuello.
-Serafall... no creo que un estornudo me mate por Lucifer, hahaha -se rió Goku haciendo que las mejillas de Serafall se sonrojaran al oírle.
Goku Revan Phenex, primogénito del clan Phenex y tercer súper demonio del inframundo, siendo el más destacado por sus llamas abrumadoras.
Serafall Sitri era la heredera del clan Sitri y de lejos la chica más poderosa de su generación, su magia de agua/hielo lo podía confirmar.
Desde que Serafall supo de su madre que iba a casarse con Goku estaba más emocionada de lo habitual, él era su amigo de la infancia y estaba secretamente enamorada del chico rubio.
Quería ser la esposa perfecta para él, a quien consideraba perfecto. Por ello le sugería a Goku que salieran a dar paseos cada día, que visitaran diferentes lugares, comieran en restaurantes, etc.
Aunque no había fecha oficial para el compromiso ella ya tenía incluso el vestido de novia en mente y todos los detalles, quería que todo fuese perfecto para aquella ocasión.
En cambio Goku no veía a Serafall como ella le veía... era su mejor amiga pero no la veía como nada más, sólo aceptó el compromiso porque era necesario para su clan y para el inframundo.
Cuando Lucifer murió el árbol que sustentaba el inframundo, Qlippoth, perdió la capacidad de seguir produciendo más y más demonios.
Lo mismo para los ángeles, sin Elohim el árbol de la vida Sepiroth era inútil para seguir creando originales, aunque Michael halló una forma de reparar el sistema pero no era tan efectiva.
Eso sumado al hecho de que con la guerra el número de clanes se redujo a menos de la mitad y si seguían a este paso con la guerra civil que estaba teniendo lugar no quedaría nada.
Así que los clanes decidieron que lo mejor era establecer alianzas que implicaran compromisos matrimoniales, de esta forma preservaría el linaje de demonios puros y así no se extinguirían.
Goku tuvo que anteponer aquello a su propia opinión, era mucho mejor evitar que los suyos se extinguieran aunque él no viese a Serafall como una máquina para traer demonios al mundo.
Tendría que participar en la guerra para evitar un mal mayor y para proteger tanto a Serafall cono al resto de sus amigos, aquel era su deber.
-Serafall... ¿cómo crees que acabe esto? -preguntó Goku posando su mirada en el cielo mientras Serafall le veía con curiosidad.
-¿A qué te refieres Goku-chan? -preguntó a su vez la diablesa del clan Sitri queriendo saber el contexto de las palabras de su amado.
-A todo esto: la guerra, el inframundo, tú y yo... ¿cómo terminará todo? -cuestionó Goku, cada vez que intentaba imaginarse el futuro no podía.
-¡Nuestro bando va a ganar y tú y yo viviremos felices con nuestros hijos en el castillo que nos han preparado! -gritó Serafall pero cuando se dio cuenta de lo que dijo se sonrojó enormemente.
-¡Jajaja! -el rubio se rió no por las palabras de Serafall sino por su reacción tras decirlas.
-¡Eres un tonto Goku-chan! ¡No se suponía que deberías reírte! -se quejó Serafall inflando sus mejillas mientras que desviaba la mirada.
-Perdón, perdón, ¿me perdonas? -preguntó Goku conteniendo su risa mientras juntaba las manos.
-Sólo si me llevas a comer mañana -habló una chibi Serafall y un chibi Goku retrocedió varios pasos, esa fue una maravillosa jugada.
-Madre todavía no me ha dado la paga del mes -se quejó Goku enseñando sus bolsillos vacíos y Serafall soltó una carcajada al ver aquel acto.
Entre todos ellos Ajuuka era el más responsable seguido de Falbium alias "perezoso-sama", Goku era el revoltoso, Sirzechs el travieso y Serafall la hiperactiva, sin duda un buen grupo de amigos.
-Tranquilo que yo invito, la próxima te toca Goku-chan -habló Serafall mientras le guiñaba un ojo haciendo que Goku suspire, tocaba pedirle un pequeño préstamo a Ajuuka o bien a Falbium.
-¿Y tú? ¿Cómo crees que acabe? -le preguntó Serafall mientras ambos reanudaban la marcha.
-No sé... no existe un futuro que pueda imaginarme, puede que muera en la guerra y ese futuro que he imaginado no llegue -habló Goku y Serafall le tomó del brazo al escucharle.
-¡No digas eso! No permitiré que mueras, ¡¿me oyes?! Una boda no puede realizarse sin que haya un esposo -exclamó Serafall agitando el brazo de Goku frenéticamente y él sonrió observándola
"Por esto merecería la pena perder la vida"- indagó el Phenex sonriendo al ver a Serafall.
-Definitivamente no pienso morir, me haré más fuerte y superaré mis limites para vencer en esta guerra -habló Goku alzando su puño al aire.
Los ojos de Serafall se convirtieron en dos brillantes estrellas al oír aquellas palabras, ese era su futuro y querido esposo Goku-chan.
Clank.Clank.Clank.Clank.Clank.
Goku abrazó fuertemente a Serafall cuando grandes estacas de hielo cayeron del cielo.
Alas de fuego emergieron de la espalda de Goku y cuando las estacas de hielo entraron en contacto con aquel fuego se derritieron al momento.
-¿Te encuentras bien Serafall? -preguntó Goku soltando a Serafall, quien asintió aturdida- ¿Eso es todo lo que tienen? ¡¡No me hizo cosquillas!!
Serafall abrió sus ojos al ver que una legión de demonios vestidos con túnicas oscuras emergía de un circulo mágico siendo liderados por una hermosa peliverde que sostenía una lanza.
-Tsuufame, ¿soy yo o te veo con muchas más arrugas de lo habitual? -habló burlescamente Goku viendo a la mujer de cabello verde.
Tsuufame Teraku Leviathan era la hija de Leviathan y quien estaba a cargo de la facción de los Maou aparte de los otros tres hijos.
Goku ya había tenido contacto con ellos en varias ocasiones, pero nunca había sido en una batalla frontal como en esta ocasión.
-Pero si es el heredero del clan fénix, el súper demonio que es apodado "verdugo de las llamas" acompañado de la prodigio del clan Sitri -profirió Tsuufame viendo a ambos adolescentes.
La facción de los Maou estaba al día con los cinco prodigios que habian surgido en el bando contrario, serían un problema pero nada que ellos no pudieran solucionar durante la guerra.
-¡Se supone que esta zona fue declarada como neutral! ¿Por qué nos han atacado? -preguntó Serafall recordando el tratado que establecieron ambos bandos al inicio de aquella guerra.
La capital del inframundo, Lilith, estaba bajo el dominio de la facción Maou ya que su área de influencia era mucho mayor que el otro bando.
Se establecieron algunas zonas neutrales pero aun así los dos bandos estaban tan disputados que a veces se olvidaban de aquel factor.
Las batallas siempre se desarrollaban en territorios vacíos como el del clan Valefor, pero aun así la población sufría las consecuencias de la guerra: hambrunas, crisis económica...
-Si puedo acabar con dos importantes miembros de la facción anti-Maou no dudaría en hacerlo... -Tsuufame blandió su lanza mientras sonreía.
-Serafall no tienes que pelear si no lo deseas, puedo encarg... -habló Goku antes de que Serafall le silenciara dándole un corto beso en los labios.
-Me preparé durante años para la guerra, soy fuerte y puedo cuidar de mi misma Goku-chan -habló Serafall creando cuchillas de hielo.
-Lo entiendo... entonces luchemos juntos Serafall -habló Goku sacando una espada de su espalda, sería su primera batalla contra la facción Maou de las muchas que vendrían en el futuro.
Sin esperarlo una sombra de deslizó delante de Serafall tan rápido que no le dio tiempo a reaccionar, giró la cabeza pero la sombra le provocó un corte en la mejilla derecha.
-¡Serafall! -gritó Goku intentando ir a ayudarla pero varios demonios se abalanzaron contra él.
Clink.Clink.Clink.
Izquierda y derecha, los demonios venían por todos lados y Goku intentaba bloquearlos con su espada pero a pesar de ello eran demasiados.
-Bien chicos, hora de tomar el sol -habló Goku guardando su espada y extendiendo sus brazos en un rápido movimiento ante los ojos de ellos.
Flush.Flush.
Llamas características de un Phenex envolvieron su cuerpo, Goku empezó a girarse formando un remolino de fuego que arrasó con sus enemigos.
"Maldición, es realmente talentoso"- se maldijo Tsuufame apretando sus dientes con rabia.
Serafall se dio la vuelta y vio que quien le había golpeado no era otra que una muchacha peliplata y sumamente hermosa de ojos azules.
-¡Hahaha nosotros también contamos con una prodigio! ¡Saluden a Grayfia Lucifuge! -profirió Tsuufame extendiendo sus manos con alegría.
Los Lucifuge eran una familia sumamente apegada a Lucifer y a sus ideales, era normal que apoyasen a la facción de los antiguos Maou.
Grayfia con una mirada seria apretó los cuchillos de hielo que tenía en su mano, no tendría de otra que matar a la chica Sitri y al chico Phenex.
Fin del capítulo.
