PISTA 1


Qiyana apretó su almohada contra su pecho, mientras su cara de molestia era evidente ante la imagen que se proyectaba a través de la cámara activa en una videollamada que no existía. En la sala en común en el chat de True Damage, en la aplicación Centinela de Control, había dejado abierta la conversación en video esperando a que alguien se uniera, pero más específicamente, esperando a que él apareciera.

Y no era así.

Esta noche estaba sola. Akali estaba con su grupo K/DA en una gira por Asia para promocionar su nuevo Álbum y parte de su anterior Mini Álbum, así que imaginaba que allá era de día y tenía un concierto, razón por la que no se conectaba. Senna se había ido de vacaciones con su esposo Lucian a Las Islas Maldivas, y había dicho que no llevaría nada de tecnología más que su teléfono. Evidentemente era un mensaje de NO MOLESTAR a la pareja. Por último, Ekko estaba fuera de Estados Unidos en Europa haciendo una grabación especial en la que él era invitado con otros dos raperos, así que no quería molestarle si estaba descansando sabiendo lo difíciles que eran los proyectos de ese tipo.

Y… bueno, ella y Yasuo estaban peleados, razón principal por la que esa noche estaba sola en su habitación.

Hacía mucho que Qiyana y Yasuo se habían ido a vivir juntos a la casa de la primera, y aunque no dormían en el mismo cuarto, el hecho de que el hombre no estuviera en la casa sí hacía notable diferencia. Estaba increíblemente más grande para Qiyana, así como vacía.

Yasuo se había ido dos semanas atrás de la casa, y no habían vuelto a hablar. Aunque no se había llevado todas sus cosas, una maleta faltante de su colección de maletas de viaje largo, junto con ropa que no estaba en el closet y los cajones, le indicaron a Qiyana que había vuelto a tomar cosas para su ausencia. Se había llevado sus cargadores, su laptop y pocos utensilios de baño, dejando intacto el cuarto que usaba como "estudio" y el resto de su habitación.

Y el origen de su pelea había venido exactamente de ese cuarto usado como estudio de trabajo.

Yasuo, como el músico, y productor principal del grupo, había estado trabajando en mucha música nueva para la siguiente etapa, lo que lo llevó a tener que ir al estudio de la disquera a hablar con los demás productores y con sus técnicos de apoyo, junto con los músicos contratados, para tratar las nuevas pistas del álbum que pensaban sacar para mitad del año entrante. Ese proyecto había iniciado ocho meses atrás, en los que la disquera también había estado produciendo música con sus otros artistas, y por azares del destino, Yasuo se cruzó con una mujer que en algún momento tuvo una relación amorosa con él, pero no pasaron a más de novios. Una cantante de R&B, pop y, en ocasiones, soul y dance. Sexy, guapa, muy alta, de cuerpo perfecto y voz seductora, majestuosamente llamada Cassiopeia Du Couteau.

Esa mujer y Yasuo tenían historia, un pasado muy pasional, hasta donde se sabía en la farándula, y su alejamiento repentino fue inclusive más fuerte en impacto comercial que cuando se anunció que Yasuo y Qiyana habían iniciado una relación de pareja. Esa mujer había dejado mal a Yasuo, y Qiyana le vio sufrir cuando apenas se conocían. Con el paso del tiempo, Yasuo finalmente había superado a esa mujer y Qiyana ocupó un lugar especial en su vida y su corazón, finalmente iniciando un romance que no tardaron en hacer público.

Todo era miel sobre hojuelas durante el tiempo en el que fueron sólo ellos dos. Pero desde ese día en el que Cassiopeia volvió a la vida de ambos, ahora aparentemente como productora de la disquera en la que trabajaban, y entusiasta de que Yasuo fuera parte de los músicos de su nuevo disco, Qiyana era un manojo de nervios; y desde ahí, las discusiones entre ambos comenzaron.

Yasuo había rechazado la oferta de Cassiopeia de trabajar con ella, más por motivos personales que laborales porque, debía admitirlo, la paga extra era muy buena y le serviría para muchas cosas en su casa. Sin embargo, Yasuo realmente quería alejarse de ella. Qiyana jamás intervino en su decisión, diciéndole que si quería trabajar con Cassiopeia era su propia decisión como músico, pero si involucraba emociones que Qiyana bien conocía, ella le pidió que se abstuviera de trabajar con esa mujer.

Y al parecer, Yasuo se lo pensó demasiado y con dudas, lo que molestó a la latina. Qiyana se dio cuenta, poco a poco, que algo no iba bien. Yasuo estaba mucho tiempo trabajando, tanto en el estudio como en su casa, llevando inclusive horas de trabajo que compensaba en la madrugada en su hogar, para después volver a la disquera y seguir trabajando. Qiyana se cuestionaba si realmente esto era de True Damage o de Cassiopeia, ya que, hasta donde sabía, Yasuo no estaba tomando ningún otro proyecto que no fuera el del grupo.

Pasaron los días, Yasuo se ausentaba de la casa. No organizaba las citas comunes que tenían al menos cada dos semanas, y Qiyana le iba a visitar al estudio, pero era, de alguna forma, botada fuera de este cuando Yasuo la ignoraba por seguir trabajando. Algo que levantó las alarmas en Qiyana fue cuando un día, tras regresar de un ensayo de baile con Ekko y Akali, escuchó en el estudio una pista en edición de música soul. True Damage no tocaba soul, nada de nada, era música poderosa y energética, por lo que se confundió más cuando escuchó a Yasuo hablando con otros productores acerca de la aprobación de esa pista en específico. Cuando Yasuo estuvo un fin de semana en la casa, Qiyana preguntó sobre esta canción y Yasuo le dijo que sólo estaba apoyando a los productores de la disquera en la realización de una música para el sitio web.

Claro, y mis uñas son postizas, se decía Qiyana mentalmente no cayendo en la excusa.

La primera discusión vino cuando Yasuo llegó tarde a la casa hablando por teléfono con Cassiopeia, y esta le pedía prestado su estudio para hacer unas pruebas, y como Yasuo jamás había sido muy partidario de prestar sus cosas a gente en la que no confiaba al cien por ciento, le decía que él estaría ahí para ver que todo funcionara en orden. Qiyana no se molestó porque cuidara del estudio, sino porque Yasuo acordó la cita para el día de su aniversario. Queriendo darle el beneficio de la duda, ella no dijo nada y le dejó trabajar, pero todo empezó a desmoronarse a partir del día que Yasuo no llegó al aeropuerto donde tomarían el jet de True Damage para ir de vacaciones de aniversario a Montecarlo en Mónaco, Italia, donde ya tenían hotel reservado y un plan de viaje. Ese día, Qiyana se subió al jet y ordenó que le llevaran a México, donde se desapareció tres días en los que Yasuo le llamó incontables veces, pero ella jamás contestó. Al volver a Estados Unidos, ambos discutieron sobre su ida sin avisar y fue entonces cuando Qiyana le reclamó por haber olvidado su viaje. Yasuo estuvo disculpándose una semana entera en la que no fue a la disquera.

La siguiente discusión vino porque Yasuo había abandonado muchas cenas de citas a mitad de la velada para irse a trabajar, cosa que Qiyana no aguantó y le reclamó. Esto originó en ellos muchas noches en las que no se quisieron cruzar por la casa, y Qiyana agradecía tener una casa grande en la cual perderse en cualquier cuarto sin miedo a que Yasuo la encontrara.

Después, Yasuo comenzó a faltar a los ensayos del grupo y a citas de planeación. Senna y Akali preguntaron a Qiyana si la relación iba bien, pero ella siempre decía que todo estaba en orden y sólo era cuestión de que el hombre tenía mucho trabajo. Ekko no se tragó nada de esto y fue muchas veces a buscar a Yasuo, veces que Qiyana no supo si hablaron de algo al respecto.

Los días pasaron, Qiyana dejó de justificar a Yasuo frente a todos, ambos discutían al menos dos veces por día, y eso si se llegaban a ver por la ausencia del último, y Qiyana fue borrando todas las fechas importantes de su calendario, cancelando reservaciones en hoteles y restaurantes, eliminando planes de citas y vacaciones.

Finalmente, lo que había colmado la paciencia de Qiyana, los había llevado a que Yasuo se fuera.

Ella había estado haciendo ejercicio en su casa en el gimnasio que tenían en el segundo piso, cuando la liga de su cabello reventó, así que fue a su habitación por una nueva. Cuando regresaba al gimnasio, vio de reojo dentro del estudio provisional de Yasuo porque una luz verde le llamó la atención. Abrió la puerta notando que estaba desordenado el lugar y había muchas cosas de comida dentro, suponiendo entonces que Yasuo había estado trabajando en la madrugada y se había ido temprano. No pensaba husmear en las cosas de su pareja, respetando su privacidad, pero cuando vio el rostro de Cassiopeia en una portada de disco sobre el escritorio, unas partituras en una de las pantallas, y la pista mezclada que se había lanzado como una canción reciente de la mujer en la radio para su nuevo álbum, hizo conocedora a Qiyana de la participación de Yasuo en el trabajo de Cassiopeia. El título de la mezcla en el programa indicaba un REMIX de la pista, y Qiyana vio la firma de Yasuo en la parte de Productor, Productor Ejecutivo, Músico y Letrista en la parte técnica del disco, y lo que la encolerizó, fue ver que no era él únicamente el partícipe de ello, sino que a su lado, luego de un gran y recalcado "&", el nombre de Cassiopeia Du Couteau figuraba como partícipe del proyecto más a fondo, lo que para Qiyana significó interacción entre ambos, tiempo juntos y convivencia, todo lo que Yasuo le había quitado a su relación desde que esa mujer apareció.

Qiyana esperó a Yasuo hasta que él llegó en la madrugada, y comenzó preguntándole acerca de la verdad detrás de todo el tiempo que no estaba en la casa y su verdadero trabajo, evidenciando que ya sabía todo sobre el proyecto de Cassiopeia. Yasuo se defendió diciendo que sólo había estado trabajando y no había hecho nada más con Cassiopeia, lo que hizo creer a Qiyana que él ocultaba algo. Dolida porque Yasuo no reaccionaba ante que se había perdido fechas importantes por estar con Cassipeia, Qiyana le preguntó si la estaba engañando, a lo que Yasuo le reclamó que estaba histérica y diciendo tonterías. Qiyana estaba tan enojada por cómo Yasuo evadía las cosas que terminó por reclamarle a Yasuo por lo descuidada que estaba la relación. Yasuo explotó, reclamándole que no le apoyara en su trabajo y cómo crecía, y entre palabras y gritos, Yasuo decidió irse de la casa indefinidamente.

Y así llegó Qiyana hasta esa noche derrumbada frente a la computadora. Desde que Yasuo se había ido, había tratado de estar fuerte y parecer inquebrantable, pero no podía engañar a su reflejo ojeroso y con los ojos rojos cada que volteaba un espejo o a una cámara.

Las noticias no habían notificado nada de lo que les pasaba, cosa que agradecía, así que trataba de tapar lo más que podía la situación. Pero tampoco podía hacer menos evidente que Yasuo y ella ya no estaban, de alguna forma, juntos. No habían terminado, pero se sentía como si así fuese.

La ventana de una videollamada saltó en la pantalla de la laptop y Qiyana vio el contacto de Akali parpadeando. Moviendo el mouse con rapidez, conectó la llamada de inmediato, y una Akali con pelo negro le saludó del otro lado.

― ¡Hey QiQi! ¿Qué onda? ―saludó la asiática con una sonrisa. Qiyana sonrió― No es por ser metiche, pero ¿podrías explicarme porqué Yasuo se está quedando en el departamento de Ekko?

Qiyana abrió los ojos sorprendida y de inmediato se enderezó en su silla, tirando el cojín al piso y acercándose al escritorio más cerca de la cámara.

― ¿Él te ha dicho que está ahí? ―preguntó Qiyana. Akali negó con un gesto de cabeza.

―Hace unos días hice videollamada con Yasuo para que me pasara algunas pistas que debía ensayar con las letras, y vi que estaba en la sala de Ekko. ¿Qué pasó QiQi? Sabía que algo andaba mal entre ustedes, pero no creí que taaan mal.

Qiyana hizo una mueca.

Hora de contarle todo.

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¿Esa fue su maravillosa excusa? ―preguntó Akali sorprendida.

Qiyana asintió.

Habían estado hablando por dos horas sobre lo ocurrido. Akali le había explicado a Qiyana que no estaba en concierto hasta más entrada la tarde, así que aprovechó su tiempo libre en el ensayo para llamar a su amiga y preguntar acerca de la duda que le aquejaba desde el fin de semana.

―QiQi, él actuó como idiota ―comentó Akali con una mano en su barbilla―. Creo que debe sufrir. Perooo…

Akali levantó la mirada hacia Qiyana y la miró apenada.

―Creo que quien sufre más eres tú.

Qiyana bajó la mirada a la mesa del escritorio y su expresión triste inundó su rostro.

― ¿Qué harás, Qiyana? ―preguntó Akali.

Qiyana se encogió de hombros.

―Por primera vez en lo que llevo de nuestra relación, no sé quién debe disculparse ―dijo Qiyana.

―Creo que deberían hablar, porque a ti también se te salió de las manos la desesperación.

Qiyana miró a Akali escéptica. Enarcó una ceja y torció la boca.

― ¿Enserio? ―preguntó sin ánimo.

―Sí, y grave. Acusarlo de que te engañaba creo que puso la cereza al pastel, porque todos sabemos lo firme que es Yasuo en cuanto al respeto y el compromiso con la gente. QiQi, la única forma de arreglar las cosas, siempre, es hablando.

Akali le miró tratando de transmitirle algo de fuerza sobre sus palabras. Qiyana sabía que Akali influía mucho en la gente cuando esta se encontraba aconsejando, conocedora de que tenía razón la mayoría de las veces, y esa era una de ellas.

Pero estaba dolida, muy dolida, y no quería ver a Yasuo hasta que él reaccionara y reflexionara sobre lo que hizo.

―Creo que antes de eso debo darme un tiempo para mí ―dijo Qiyana―. Me refiero a… salir, tratar de calmarme, darme un poco de mimos. He estado tan ocupada cubriendo nuestro trabajo y escondiendo todo de esta situación a la prensa, que he dejado de hacer muchas cosas para mí.

Akali sonrió y colocó un dedo índice sobre la comisura de su boca.

― ¿Y si te vas de vacaciones? ―sugirió la asiática― Nuestro siguiente álbum saldrá hasta mitad del año que entra, tienes tiempo para darte un descanso antes de que empecemos a grabar el vídeo musical y las pistas faltantes.

Qiyana se lo pensó.

El tiempo era mucho, tenía espacios libres en su agenda y su mánager estaba más ocupado con el aspecto de la producción de los instrumentales que con los cantantes, lo cual significaba que Yasuo también estaba ocupado y lejos, por lo que no habría oportunidad a que se vieran e iniciaran una discusión. Con dos pájaros derribados de un tiro, Qiyana no veía inconveniente en buscar un lugar para tratarse.

―Creo que sé a dónde ir.

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Yasuo aventó la última lata de agua con gas hacia el basurero junto a la puerta de entrada del departamento, y miró hacia la ruidosa y luminosa ciudad nocturna que se vislumbraba después de la ventana de la sala. Vestía una camisa de deportes sin mangas, un pantalón jogger muy abombado, sus zapatillas de deporte y sus audífonos casco rodeaban su cuello. Su coleta de caballo estaba perfectamente bien peinada, y su fleco lo había agarrado junto con la liga por la punta para dejar la onda caerle poco sobre el rostro.

Frente a él, en la mesa de café de la sala, su laptop mostraba el trabajo de edición digital de una pista de música que había estado componiendo para True Damage. Aunque, en realidad, era sólo un pasatiempo que se había hecho desde que se había ido de casa.

Suspiró.

Hacía dos semanas se había salido de la casa que compartía con Qiyana tras una fuerte discusión.

Yasuo era conocido por ser alguien increíblemente pacífico, razón por la cual, el haber estado peleando con su novia y haberse alterado tanto, había puesto su estado anímico en un bajón y estrés constante, lo que lo molestaba.

¿Qiyana su novia? A este momento del partido ya no sabía realmente si la relación existía.

No le había querido hablar. En un principio, él estaba enojado con ella, creyendo que había creado un huracán en un vaso de agua por el tema que fue siempre un bache para ambos desde que Cassiopeia apareció de nuevo en su vida. Pero después, al siguiente día de su partida, Yasuo tuvo un golpe de realidad y se dio cuenta de que él había metido la pata, y con ganas, hasta el fondo de su abismo actual.

Empezó con ausentarse de la casa, las citas canceladas durante o el mismo día de la cita, a las que faltó, los días sin verse, la cita perdida de Italia, y luego la regada al dejar abierto su trabajo en el estudio de la casa.

Sabía que Qiyana no era metiche, y claro que fue completamente tonto como para dejar el disco de Cassiopeia abierto en el escritorio y todo su trabajo en colaboración con ella en la pantalla de su computadora, sabiendo que Qiyana podría verlo.

Cuando las cosas habían sobrepasado el ámbito discreto hasta que sus amigos comenzaron a darse cuenta de la situación, Ekko fue el primero en ir a verle y hablar del tema. No había soltado mucho la verdad las primeras veces, solamente diciéndole al joven que Qiyana estaba comportándose como loca, peleándose por todas las cosas a su alrededor; pero conforme las pláticas fueron siendo casi diarias, y Ekko parecía ser su segunda pareja, cuando Yasuo se fue de su casa, su joven amigo fue al único al que pudo recurrir por refugio.

Ya no tenía su departamento anterior, además de que este se encontraba al otro lado de la ciudad en un barrio no muy lindo, y realmente no quería volver ahí, así que le pidió a su amigo que le dejara quedarse un tiempo en su casa mientras buscaba un buen hotel que no le dejara sin dinero hasta el siguiente cobro del próximo disco de True Damage. Por Ekko no había problema en tener un compañero de cuarto, y cuando tuvo que irse a Europa, le encargó a Yasuo que se encargara del departamento porque, extrañamente, Ekko tenía un gato por mascota al que no quería dejar solo, pero no podía llevárselo al viaje. Yasuo simpatizó con el gato y finalmente dijo que sí, así que ahora vivía en la casa de Ekko como niñera del pequeño Rompe Tiempo. Sí, el nombre del gato.

Yasuo volteó su mirada a la izquierda para ver al gato dormido sobre el gran escalador de juego que Ekko le colocó en una esquina del departamento. Ese gato le frustraba un poco. Su pelaje era increíblemente blanco y tenía unos ojos ambarinos muy brillantes y grandes. Además, el gato mezclaba el pelaje con algunas manchas de color café claro muy suave, y todo eso en el animal sólo le recordaba a los ojos ámbar, astutos y seductores de Qiyana, a su cabello blanco como las nubes y a su piel morena.

― ¡Agh! ―se quejó pasando sus manos por su rostro y dejándolas en él.

Su celular a la derecha de la computadora sonó, y Yasuo vio a través de sus dedos a su amigo Ekko en la pantalla del contacto. De inmediato se enderezó y atendió colocando el altavoz, deseando olvidarse un segundo de su problema personal.

¡Hey hey hey!, ¿qué pasa, amigo? ―preguntó Ekko al otro lado de la llamada― ¿Cómo te trata mi estupendo y totalmente en onda Rompe Tiempo?

Yasuo sonrió divertido.

―Está dormido. Es un gato muy tranquilo, no he tenido problemas en salir con él a la calle o estando en la casa ―contestó mirando hacia el celular―. Deberías comprarle una cama más grande como recompensa por portarse tan bien.

Oye, que contigo ese gato sea un amor, no significa que conmigo no se comporte como dolor ―se quejó―. Al menos me tiene algo de respeto, pero en el primer instante en el que me volteo, ¡BAM!, rompe lo que tenga a las patas.

Yasuo soltó una risa pequeña.

Dime Yas, ¿ya has hablado con QiQi? ―preguntó Ekko.

Yasuo torció la boca ante la mención de la latina. Tomó el teléfono celular, se puso de pie, desactivó el altavoz para llevarse el aparato a la oreja, y caminó con una mano en el bolsillo del pantalón hacia la ventana.

―No. Realmente no sé qué hacer en este punto.

¿Qué es lo que crees que debes hacer? ―preguntó Ekko con sarcasmo.

Yasuo suspiró.

―Hem, hablarleeee ―dijo dubitativo.

¿Deeeeeee? ―preguntó Ekko.

Yasuo se encogió de hombros para sí mismo como si le hubiesen regañado.

―Tengo que disculparme por todo ―dijo finalmente―. He echado a perder mi relación por culpa de los viejos recuerdos.

Yas-master, tienes que aprender a escuchar tus propios consejos, man ―dijo Ekko como queja―. QiQi tuvo toda la razón en enojarse contigo, y tienes que remediarlo no sólo con disculpas. Haz algo más grande, algo que se merece una reina latina como lo es Qiyana.

Yasuo sonrió pensando en el apodo.

Algo como una reina latina lo merece. Algo como su reina latina se merece.

Yasuo levantó la vista hacia la ventana y miró pensativo a la ciudad.

Sus gestos para con Qiyana siempre habían consistido en cenas, citas a parques o lugares turísticos de la ciudad en donde se encontraban de gira. Ir a conciertos, películas, de compras, o grandes eventos tanto de sus propios gustos como de los de ella.

Ahora que lo pensaba, siempre hacían cosas externas a su núcleo de hogar, y Qiyana siempre le había reclamado que no estaban en la casa el tiempo suficiente para acondicionarla para ambos.

―Ekko, sé qué hacer y te necesito para ello ―dijo Yasuo decidido.

Escuchó un par de cosas moverse y caerse del otro lado de la llamada mientras él se movía por el departamento hacia su habitación, pasando a Rompe Tiempo sin que el gato se inmutara.

― ¿Qué está pasando ahí?

Estoy empacando ―dijo Ekko, haciendo creer a Yasuo que el joven rapero sonreía mientras respondía―. Anótame en esto, viejo. Estaré ahí en un día.

―Gracias hermano ―dijo Yasuo con una sonrisa.


Hola, ¿cómo están?

Bien, esta no es la primera vez que publico un fanfic, PERO, sí es la primera vez que me animo a escribir uno de LOL xD

La verdad es que llevaba escribiéndolo ya más de un año, pero no veía casi nada de fandom que estuviera interesado en la pareja. Vi más en general de la temática, pero la shipp estaba muy escondida. Ya por fin me animé a publicarlo, y realmente espero les guste.

Los capítulos no serán programados, la verdad es que los escribo y reviso mucho para que queden bien, así que serán completamente aleatorios. Puede que tarde un mes en publicar cada capítulo, o dos, o tal vez caigan dos capítulos de trancazo en un día, dependerá de mi tiempo para escribirlo, pero prometo no abandonar la historia hasta darle un fin :3

Son bienvenidos a leer la historia, dejar sus comentarios y opiniones, que me servirán mucho para mejorar en esto.

Ojalá mi historia les de algo de entretenimiento y alimente la shipp, jaja.

Nos leemos en el siguiente episodio. Bye :)