Dr. Stone no me pertenece, es propiedad de Inagaki y Boichi, yo sólo tomo prestado a los personajes para fines de esta historia.
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predisposición al bucle de las confesiones.
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—No estoy interesado. —Senku desestima con un gesto mortalmente serio las palabras de la chica que tiene frente a él.
Luna se tensa visiblemente ante la puñalada que representa dicho rechazo y desvía la mirada hacia sus pies cuando siente la lamentable pequeñez de su presencia arrugada en medio de la oscuridad de ese parque.
Ella es una chica capaz y esto no debería estar sucediendo.
—Viajé hasta aquí para recuperar lo nuestro Senku —su tono se quiebra cuando su cuerpo comienza a temblar, el aire en Japón no es tan frío como el de estados unidos, pero la indiferencia del chico es suficiente para provocarle un escalofrío—. Por favor, todo fue un malentendido.
Ella lo está perdiendo.
—Lo sé. —La respuesta de Senku es simple y estoica, sin embargo sus turbulentos ojos carmín la perforan mientras la mira fijamente.
—Entonces ¿eso quiere decir que lo vamos a intentar de nuevo?
Existe una probabilidad mínima de esperanza a la que Luna se aferra fervientemente, aún después de dos años de separación, ella todavía siente algo por este chico.
—No, lo siento pero eso no va a pasar.
—Pero Senku, yo todavía te quiero.
Esas son las palabras que Senku no quiere escuchar. La sola mención de Luna sobre su aún vigente afecto le tensa la mandíbula y provoca un tic involuntario en el ojo, sin vacilación, da un paso hacia atrás para poner más distancia entre ambos. Con una exasperada exhalación decide poner las cosas en claro.
—Te dije que las relaciones eran innecesarias e ilógicas y lo confirmé en ese entonces —él no vacila, ni siquiera por la mirada de profundo dolor en los ojos de la chica—. Lamento que perdieras el tiempo en venir hasta Japón. Si me disculpas, tengo un proyecto en el cual trabajar.
Por inercia, Luna también se aleja un paso de él como si las palabras de Senku fuesen una bofetada a su corazón. Le duelen cada una, pero no más que la mirada y actitud fría que tiene hacia ella. Si bien el joven nunca fue bueno en mostrar afecto, jamás la trató con tal indiferencia como hasta ahora.
Sin poder resistir un minuto más la situación a Luna no le queda más que huir del lugar.
Sin inmutarse ante tal acción, Senku suelta otro frustrado suspiro ¿qué demonios está sucediendo? Se habría reído amargamente de la situación de no ser por la inmediata presencia de dos sujetos a los que él conoce a la perfección.
—Esto no se quedará así Ishigami —Carlos ladra acercándose—. Pagarás por las Lágrimas que has hecho derramar a la señorita Luna.
Senku puede ver a Max justo detrás de Carlos, ambos decididos a atacar. Genial, lo que faltaba.
La verdad sea dicha, Senku Ishigami fue bendecido con el dote del conocimiento científico más no con fuerza y habilidades de pelea. Dedicándoles una sonrisa que no es capaz de sentir, espera el movimiento de alguno de los dos, específicamente el de Max.
Hubo una mancha de movimiento antes de que el cuerpo de Senku golpeara el suelo y su mandíbula punzara de dolor. Carlos está sobre él, con una rodilla en su pecho para ejercer mayor presión. Senku mira hacia arriba por un breve momento, aturdido y parpadeando rápidamente para disipar su visión.
—Si te vuelves a acercar a ella, vamos a… —Max no alcanza a terminar su amenaza.
— ¡Ustedes!
Carlos no tiene tiempo de responder cuando alguien lo aparta del enclenque chico científico con una certera patada, cae a un lado siseando de dolor y aturdido por la fuerza del impacto.
—No te metas en esto. —Max amenaza con cautela desde su posición, pero no intenta nada cuando se da cuenta de quién le ha dado semejante golpe a su amigo conductor.
— ¡Ja! ¿Que no me meta? Deberían ser ustedes los que no deberían meterse con este chico.
Por el rabillo del ojo, Senku se da cuenta de que quien apartó a Carlos de él fue una chica, la que al parecer, parece totalmente dispuesta a pelear contra esos dos.
—Es algo entre él y nosotros. —Carlos replica al levantarse, sosteniendo el brazo derecho que late con dolor y se siente como si estuviese rota.
—Más vale que lo dejen en paz o llamaré a la policía.
Max mira a su amigo y se percata por la expresión de su rostro, que necesita atender cuanto antes esa lesión si no quiere acarrear consecuencias a largo plazo. Además, la sola idea de pelear contra esa chica es impensable para él o para Carlos, ambos lo saben, incluso en su devoción por servir a Luna habían estándares que ellos no se atreverían a cruzar. Sin decir nada más, es Max el que da la retirada llevándose consigo a regañadientes al maltratado conductor.
El lastimero quejido de dolor le recuerda a la chica el motivo principal de su presencia en el lugar, asegurándose de que los dos sujetos están lejos, se da la vuelta para ayudar a la pobre víctima de los cobardes.
—Oye ¿estás bien?
Pero él no dignifica ninguna respuesta cuando ella toma con gentileza su brazo para ayudarlo a levantarse, lo admite, la oscuridad hace que se vea realmente patético en esa condición. Pero fuera de eso, la chica puede ver que al menos un labio partido no es señal de daño severo y que de alguna manera él tiene suerte.
Otra cosa de lo que ella se percata es de la apariencia de este sujeto, es un poco raro con ese absurdo peinado extravagante.
— ¿Puedes caminar? —ella insiste, dejando de lado los silenciosos prejuicios—. Puedes apoyarte en mí si no puedes, te llevaré al hospital para que limpien esa herida.
—Eso no será necesario, no hubo daño interno.
Senku se aparta un paso cuando se da cuenta de lo cerca que están y las claras intenciones que tiene la chica de sostener su brazo para apoyar su peso directamente sobre sus hombros. No es necesario, piensa.
Ella lo mira confusa ante el explícito rechazo de su oferta, aunque la declina después de confirmar que en efecto él puede caminar sin ningún problema.
—Oye Leona —Senku llama la atención de la chica—. Gracias por tu demostración de fuerza bruta, lo agradezco, pero no creo que debas actuar tan impulsivamente en situaciones así.
— ¡Estaba salvando tu trasero de esos matones! Y no me llames así.
—Técnicamente no eran matones, de haber sido así te habrían atacado sin dudar. Y prácticamente te abalanzaste sobre Carlos y Max como tus presas mientras rugías palabras… eso te convierte en una leona.
¡Inaudito!
—Quizá debí dejar que te dieran esa golpiza.
Él se ríe ante su comentario, no sólo por el tinte de molestia que se asoma en sus palabras sino también por la postura de indignación que ha adoptado. Ella realmente es como un enorme felino crispado.
—Me gustaría quedarme a charlar un rato más, pero tengo cosas que hacer — hurga en el interior de su oído con indiferencia, como si realmente ese golpe pulsante de su mandíbula no doliera como el infierno—. Hasta luego Leona.
Reuniendo todo el orgullo que le queda, Senku le da la espalda y se aleja hasta perderse en la oscuridad de ese parque mal iluminado.
¿Qué demonios?
—Kohaku ¿Por qué saliste corriendo de repente? —Una segunda chica le da alcance—. Y ¿quién era ese? ¿Es un conocido?
Niki mira con ojos curiosos a Kohaku quien se limita negar la última cuestión. Kohaku es veloz a comparación de sus propios reflejos y condición física, por lo que fue casi imposible seguirle el paso cuando ella de repente salió corriendo sin explicación alguna al pasar frente a ese parque.
Apenas es capaz de distinguir al sujeto con el que su amiga estuvo, pero por la manera en la que Kohaku mira el espacio vacío por donde el tipo se ha marchado, sabe que ella está molesta por algo que Nikki ignora y que seguramente su amiga no le dirá.
—Olvídalo Nikki es solo un sujeto raro.
Bien, ante tal respuesta, Nikki no insiste al respecto y le sugiere seguir el camino de regreso a casa.
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Kohaku se recuesta sobre su escritorio, fastidiada a más no poder.
Afortunadamente ha sobrevivido al reclamo de su padre y la preocupación de su hermana por haber llegado tarde a casa la noche anterior. Sus parpados pesan y se cierran cuando el sueño trata de invadirla, no es para menos cuando no ha pegado el ojo en toda la maldita noche recordando al pequeño bastardo al que le salvó el trasero. Puede ver el rostro magullado pero arrogante de ese idiota y escuchar el molesto apelativo con el que la llama cada vez que cierra los ojos.
Es molesto.
Un cuaderno se estrella en su pupitre despertándola y exaltándola al instante.
— ¿Y bien? —Chrome se sienta a su lado.
—No quiero hablar de ello. —Kohaku es reacia al respecto. Tiene idea de lo que su amigo de la infancia quiere saber, pero es demasiado vergonzoso siquiera hablar de ello.
Chrome siente una punzada de compasión por ella, Kohaku no es adepta a hablar sobre sus problemas tan abiertamente.
— ¿Piensas tomar los cursos de verano o renunciar a tus clases de Kendo?
¿Darse por vencida? ¡Ha, para nada!
Sin embargo, sus calificaciones no son para nada alentadoras y su padre ya le ha dado un ultimátum. Kokujo le ha dejado muy en claro que de no mejorar sus notas ella ya no asistiría a las clases de Kendo que él costea cada mes, le ha recalcado incluso lo poco que le importaba la mirada de la liga deportiva sobre ella.
—No lo sé. —Y es la verdad. Quizá Kohaku fue bendecida con la fuerza y destreza, pero no con la capacidad y el gusto por el conocimiento.
Inaceptable, piensa Chrome, ella no puede darse por vencida tan fácilmente. Una idea descabellada ha estado rondando la mente del joven científico, es un hecho que Kohaku necesita ayuda especial con su problema. Tanto como Chrome ama la ciencia, Kohaku ama sus entrenamientos rigurosos y el deporte en sí mismo.
—Necesitas a alguien que te enseñe, alguien que pueda ayudarte a elevar tus notas en tiempo récord.
La simple idea no emociona a Kohaku, pero la única manera de seguir con los entrenamientos y quizá tener un futuro profesional es subir sus calificaciones en un corto lapso de tiempo antes de los exámenes finales.
—Es imposible. —dictamina ella con pesimismo en su voz.
Consciente de sus capacidades, Kohaku se resigna a la cruda realidad.
—Solo consigue a alguien que pueda enseñarte lo necesario —Chrome se percata de la mirada significativa y esperanzada que ella le está dando y de inmediato capta la indirecta—. Lo siento, Kinro me está pagando para que le de clases adicionales a Ginro ¿sabes lo difícil que es eso?
Sí, ella puede imaginárselo y compadecerse de Chrome, ahora entiende por qué se ve tan cansado últimamente y por qué no se había ofrecido a darle clases extra antes.
Un experto. Es lo que ella necesita ¿Pero quién podría ser? Fuera de Chrome, no conoce a nadie más de primer año que fuese tan brillante.
—Podrías decirle a Senku, pero honestamente no creo que quiera. Está trabajando en su proyecto final y está bastante ocupado.
— ¿Quién?
—El presidente de mi club de ciencias, el chico de tercer año… el sujeto extraño que siempre viste con una bata y tiene ese extraño cabello con las puntas verdes.
Extraño cabello…
— ¡Él! —Chrome señala hacia el pasillo atestado de alumnos.
Mirando más allá de las puertas corredizas del salón, una peculiar figura capta la atención de Kohaku. Se mueve entre la multitud con dificultad debido al peso de una caja que lleva en brazos, la caja sin embargo es pequeña y no tendría por qué desbalancear el equilibrio de ese sujeto, al menos es lo que Kohaku piensa.
Es casi patético. Ruri podría sostener esa caja sin mayor dificultad.
¡Espera! No puede ser… es "él". No, imposible que sea el mismo sujeto de la noche anterior.
Eso no va a pasar… tal vez no… quizá…
¡Maldición!
Como puede, Kohaku se incorpora violentamente de su asiento sin darle explicación alguna a Chrome con la intención de alcanzar a quien ahora reconoce como Senku. La idea en sí no es agradable pero es la única oportunidad que tiene ahora.
Aparta cualquier obstáculo de su camino cuando sale a toda prisa del salón.
— ¡Kohaku ¿Qué demonios te pasa?! —Es lo único que Chrome alcanza a exclamar.
Kohaku recorre los pasillos, choca con un par de estudiantes sin detenerse a preguntar si están bien porque en este momento necesitaba alcanzar a ese chico ¿cómo puede un enclenque ser así de rápido? Lo encuentra al fin cuando lo ve bajando las escaleras con rumbo al edificio donde se encuentra el club de ciencias y no lo piensa dos veces, ella salta el barandal.
Senku tiene un extraño presentimiento acechando su mente.
Voltea inconscientemente ante la sensación de ser perseguido y observa con horror cómo alguien está a punto de caer sobre él sin darle tiempo siquiera de esquivarlo. Es todo, piensa. Será aplastado por algún idiota impulsivo sin sentido común o de autopreservación
En el peor de los casos.
Para sorpresa de Senku, ese alguien no es más que una de las chicas del instituto. Ella aterriza satisfactoriamente a un lado suyo sin ocasionarse -o a él para el caso- daño alguno y se incorpora como si nada hubiese sucedido. La chica retrocede un paso cuando él la mira contrariado por sus acciones.
—Oye ¿me recuerdas?—Kohaku se acerca al verlo retroceder. No puede descifrar la mirada que él está dándole, pero ella cree que es entre una mirada incrédula por su actuar y otra que evidentemente grita "¿qué demonios quiere de mí?".
Curioso.
Senku se demora un segundo de más en responder. Por supuesto que recuerda a la chica con la increíble fuerza de gorila que casi le rompe el brazo al chofer de Luna.
—Ah claro, la Leona. —alude al apelativo con el que la nombró en esa ocasión para confirmar que en efecto se acuerda de ella.
Kohaku suelta un leve gruñido y desde ya, decide que odia ese sobrenombre.
— ¡Que no soy una Leona! —Aún así es difícil ignorar el comentario ni la manera en la que él lo dice con esa sonrisa plasmada en su rostro—. Soy Kohaku Weinberg, de primer año.
Bien. Ahora Senku sabe cómo se llama esa Leona ¿pero y eso qué? Su nombre y grado no le interesan en absoluto.
Entonces un pequeño pensamiento atraviesa su cabeza.
¡Demonios! esa chica seguramente es de las que tienen el coraje suficiente para pretender algo con él y en su defecto, venir a confesar sus sentimientos. Al parecer la cara de Senku de "No me interesa" no está funcionando, de acuerdo, entonces tendría que ser más directo al respecto.
Le resulta molesto cuando las chicas de su grado se le declaran ¿pero alguien de primer año a quien apenas ha visto en una ocasión? ¿El salvarle el trasero la noche anterior le hizo pensar a ella que tendría el derecho de ir a confesarse y que ilusamente funcionaría?
¡Inaudito! Senku no tiene tiempo para esta clase de tonterías del alumnado.
—No estoy interesado. Por favor Leona ahórrate el tiempo con esta absurda confesión, la respuesta sigue siendo no.
Kohaku frunce el ceño.
—Yo no vine a confesarme —aclara—. Quiero que me ayudes a mejorar mis notas antes de los exámenes.
— ¿Quieres ayuda? —La desconfianza se abre paso en Senku.
—Bueno, eres el presidente del club de ciencias y los rumores dicen que eres el más inteligente de la escuela… al menos eso es lo que he oído.
— ¿Disculpa? ¿Ser el presidente del club de ciencias me convierte automáticamente en un maestro? —Hay un pequeño tinte de sarcasmo en la cuestión de Senku.
¿La inteligencia predispone al sarcasmo y a convertirse en un cretino? Kohaku se da cuenta de que lo que a él le falta en fuerza y agilidad lo compensa con la inteligencia y la capacidad para ser un idiota. Simplemente genial.
—Necesito a alguien que me enseñe, mi futuro depende de que suba mis notas. —El tono de Senku no le agrada pero decide tragarse un par de palabras e ir al punto del asunto esperando que al menos se apiade un poco de ella por haber salvado su sarcástico trasero la otra noche.
Él la mira por una fracción de segundo que se siente más bien una eternidad pero ella no se inmuta ante su penetrante mirada, bueno, al menos debe reconocer esa convicción. ¿Su futuro? Senku también tiene un futuro en que pensar y no puede desperdiciar tiempo valioso en estas tonterías.
—Eso suena interesante Senku, quizá deberías considerar tus métodos de estudio y compartir tu sabiduría infinita. —Gen se une a ellos mientras finge estar susurrando en la oreja de Senku. No se toma la molestia en ocultar esa sonrisa socarrona tan característica en él.
Senku mira al recién llegado con fastidio. Asagiri Gen un dolor en el trasero que tiene la manía de aparecer en los momentos menos indicados.
—No quiero y no voy a hacerlo —dictamina con fastidio escarbando en su oreja izquierda—. Es problemático y una pérdida de tiempo. —Un alegato valido para Senku.
— ¿Acaso es demasiado para ti? —Kohaku intenta apelar al ego del chico científico esperando obtener el resultado que ella espera.
Los ojos de Gen brillan con renovado interés ante tal declaración. Oh, la chica ruda sabe cómo retar abiertamente, nada más que a Senku Ishigami. Inmediatamente muere de curiosidad por saber cómo terminará este encuentro.
—No es muy difícil lidiar con una Leona como tú, simplemente no creo que resistas mi plan intensivo ni mis métodos de estudio en un lapso tan corto de tiempo. Además, ya te dije que no tengo tiempo para estas tonterías.
—Si es algo simple entonces hazlo, podré soportar lo que sea —"No vayas por ahí Kohaku", se reprende—. O ¿Debo suponer que no estás lo suficientemente calificado para dar un par de simples lecciones a una alumna de primer año?
—No lo haré y eso no va a funcionar —el tono de Senku se vuelve un tanto despectiva—. No pienso perder mi tiempo en algo como esto. Las chicas como tú siempre hacen lo que quieren sin importar qué y no prestan atención a lo que se les dice. Son un dolor de cabeza.
Tras soltar estas palabras Senku le da una última mirada a Kohaku, alejándose con pasos furiosos del lugar y de ella. Ni siquiera se molesta en mirar a Gen
—Quizá si le vuelves a decir él acepte ayudarte, Senku es un hueso duro de roer en el exterior pero en el interior sigue siendo un niño. —Siguiendo los pasos de Senku, Gen se aleja de ahí con una imperturbable sonrisa.
La situación es divertida tal como había imaginado cuando vio a esa chica abordar a Senku. Reconoce la valentía de la belleza rubia, es tenaz e incluso mordaz cuando la situación lo amerita, sin embargo no está jugando bien sus cartas para conseguir las cosas a su favor… bien, quizá Gen pueda colaborar en su causa.
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N/A:
No estoy muy segura si dejarlo hasta aquí como un Shot o darle dos partes más a esto, es una vieja idea reciclada de otro fic mío…
Quizá la idea ya esté muy gastada pero no me resisto a los UA escolares de amor-odio entre los personajes XD
En fin, otro pequeño aporte n.n ya sé que es tarde pero desde ayer quería subir esto.
