Aquí de nuevo. Aclaro, esta cosa la había escrito hace un tiempo en Word y la había publicado en Wattpad. Después tome la sabía desicion de eliminarme la aplicación.
Sabio de tu parte, Lucas.
Ahora, esta cosa la escribí por Febrero o Marzo, cuando el único nombre de las hijas de Alcina era Daniela, las otras se desconocía. Y mientras navegaba por Twitter me encontré un dibujo de la misma rubia que te puede sacar un ojo y abajo decía: "Tan linda mi Daniela" con un emoji al lado; claramente en ingles.
Despues y de pronto; Bella, Cassandra y Daniela, quedé con cara de payaso cuando Daniela no era la rubia, si no la pelirroja. Y la rubia se llamaba Bella.Tomen esto como un AU y bastante OC, no me culpen, no se sabia nada...
Derechos de Autor: Resident Evil no me pertenece.
A Ethan Winter le gustaba llamarse un hombre simple.
Claro, había tenido varios dilemas hace aproximadamente cuatro años, tiempo suficiente para que el y su esposa hayan ido a una terapia intensiva y tratar con unos cuantos problemas que podrían haberlos llevado fácilmente a un manicomio.
No era culpa de ellos que no supieran como tratar con una mujer que había sido poseída por un arma biológica y que había intentado cometer homicidio de varios grados mas allá de la moral contra el.
Eh, no había salido tan bien.
Claro, ella le había cortado la mano con una maldita Motosierra, pero eso estuvo bien. Se amaban tanto que podrían o no ignorar la cicatriz que seguramente no se vería con un buen chaleco antiba- abrigo, un muy buen abrigo.
No es como si lo sostuviera contra ella ni nada por el estilo, paso hace cuatro años, obviamente no…
De todos modos, a Ethan le encantaba llamarse un hombre simple.
Y todo esto no tendría que llevarlo hasta donde esta posicionado ahora mismo, la familia Baker había sido una experiencia traumante –lo admitía– pero una experiencia desagradable de todos modos.
Que cruel era la vida al posicionarlo cara a cara con la figura que lo había intentado devorar vivo hace no mas de treinta minutos.
No era un hombre de bebidas alcohólicas, pero deseaba fuertemente tener un baso lleno del alcohol mas fuerte y tragárselo de uno.
"Entonces…" Preguntó, más para mantener viva la llama de su propia vida que para mantener una conversación natural. "¿Que cuentas?"
Ethan era un hombre serio, sus amigos le decían que le faltaba personalidad. Eso era mentira, simplemente que tenia una personalidad tan bien oculta que solo la sacaba cuando era presa del pánico, o del nerviosismo. Con eso había conquistado a Mia.
La mujer (asesina, despiadada, caníbal, infantil y-) rubia lo había estado mirando hace cinco minutos sin decir una palabra, inclinando su cabeza levemente a un lado mientras las yemas de sus dedos estaban juntas cada una a escasos centímetros de su rostro. Una sonrisa inquietantemente familiar se había dado paso a sus labios hace no mucho tiempo.
La habría considerado muy linda, si no fuera por esas amenazadoras manchas de sangre de su boca…
Y Que lo había tratado de matar muchas veces, eso también.
Ella había tardado mucho en responder, demasiado en responder. Honestamente ya se estaba comenzando a inquietar mas de lo que ya estaba cuando sus ojos bien abiertos se abrieron aún más. "¿Qué cuento?", finalmente dijo, su voz lo suficientemente fuerte e intensa como para hacerlo saltar. Tan repentino…
Tragándose el nudo de la garganta de forma silenciosa, habló: "Ya sabes, lo normal." Trató de mantener confianza falsa. Personalidad, decían. Se casual, decían. Pero también serio, decían. Nunca fueron presas del pánico cuando tu vida esta en juego, ya veo. "Vida diaria, que es lo que mas te gusta, cosas normales que la gente habla constantemente."
Pero, de nuevo, esta chica junto a la otra gente del coñazo no era normal. Estar en un pueblo alejado del mundo volvería a la gente normalmente sana a caníbales de 8 pies de alto muy voluptuosas junto a tres hijas desquiciadas que querían litros de su sangre.
Creo que estoy pensando mucho en esto…
"¿Lo normal?", preguntó. Y finalmente junto sus manos y bajo la mirada. "Sabes mas que bien que no soy la típica persona a la que estas acostumbrado a tratar, Ethan Winters."
Le sorprendió un poco la franqueza de las palabras, pero lo que lo sorprendió de verdad fue lo formal y practicado que sonaba. Al contrario de su madre, esta era mucho mas natural.
"Sí… yo- Eh, si que lo tengo en cuenta." Teniendo las dos muñecas atadas en los reposabrazos del asiento junto a una vampira del otro lado, había estado tratando de liberarse con la fuerza de un teniente varias veces. Se había rendido hace no mucho tiempo, lo único que lo separaba y lo defendía era la pequeña mesa redonda con una vela iluminando la habitación.
"Ya veo, y sobre lo otro. ¿Normal? No hay muchas cosas así en este castillo." Volvió a mirarlo a los ojos, el le devolvió la mirada, tenso. "o al menos, no en lo que a ti respecta."
Por supuesto que no, ¡lo habían estado persiguiendo a muerte, joder!
"Mi madre ha tenido tantas cosas que hacer antes de hoy, haciendo los preparativos para la ceremonia mientras nosotras te cazamos. Supongo que aún lo sostienes contra nosotras después de todo."
"Si." Respondió sin pensar.
Ella se rio ligeramente, sin culpa ni remordimiento. "Lo siento por eso-", no le creía. "-El hambre que pasamos nosotras tres es bastante grande, pero más que nada es el placer de jugar con nuestras presas. Ya sabes, todo ese juego del gato y el ratón…"
Tragando, se obligo a si mismo a preguntar: "¿Quieres decir que han estado jugando conmigo todo este tiempo?"
Ella se llevo una mano a la boca, una diversión perversa se abrió paso a su rostro mientras su risa ligera resonaba en la oscura habitación. "Si y no, y ese no es de mi parte. Yo no jugaba contigo, simplemente te vigilaba, te observaba."
"Al contrario de mis hermanas, ellas quieren matarte, torturarte, devorarte. Les has causado tantos problemas que incluso nuestra madre ha salido de su habitación para romperte mentalmente."
Eso le envío un escalofrió por la espalda. "Yo, en cambió, me abstuve solo a mirarte, juzgarte, juzgar al padre que quiere rescatar a su pequeña niña."
EL se tensó de inmediato, las cuerdas en sus manos luchando contra el impulso de levantarse. "¡¿Sabes donde est– Hmf!" La mano de la rubia le tapo los labios fuertemente.
"No grites." Dijo, "Abstente de eso, este lugar es el único con el que puedo hablarte con franqueza. Si mis hermanas descubren que estas aquí, o peor, mi madre, estaremos en graves problemas."
Calmándose rápidamente, soltó unas cuantas respiraciones rápidas antes de volver a mirarla a los ojos. Donde antes había estado la caníbal desquiciada que ansiaba su sangre, ahora…
Simplemente había una joven normal con una sonrisa tranquila en su rostro.
¿Cuándo…?
"¿Para que me trajiste aquí?" Finalmente dio la pregunta letal. "Si tu nos has estado tratando de matarme constantemente, ¿qué significa esto?"
"Nada." Simplemente dijo. "Nada que importe por fuera, de todos modos."
¿Por… fuera?
"Te he traído aquí para hablar, Ethan," Continúo antes de que pudiera permitirse preguntar. "Eso es lo único para lo que te traje aquí. Después de todo, el castillo Dimitrescu es mas vasto de lo que se ve."
Cerrando la puerta de madera detrás de el, se obligo a agacharse rápidamente debajo de una mesa pequeña cuando pensó escuchar ruido proveniente del pasillo. Cuando no escucho nada fuera de lo común más que la nieve chocar contra la pares exterior, se levantó rápidamente y camino de forma silenciosa hacía la puerta.
La abrió ligeramente y se asomó, miro de izquierda a derecha con sus sentidos nerviosos al máximo. La casa Baker podría haber hecho una maravilla para sus sentidos paranoicos. Le servían muy bien ahora, honestamente.
La conversación con la doncella había sido… interesante. Esa fue la única manera de describirlo. Interesante en el concepto de bestia total conversando con normalidad, y aún más cuando le dijo exactamente que caminos seguir para salir del castillo. Lamentablemente, sin mucha información de su hija.
Cuando pille a Chris, yo… Dejo escapar un rápido suspiro para pasar a la siguiente habitación, reviso los cajones en busca de medicamentos o algo de munición y lo que encontró no fueron más que cartas que las sirvientas anteriores del castillo habían escrito. La bilis se le había subido a la garganta varias veces mientras más leía. Vivir aquí tuvo que haber sido muy tortuoso…
Alcina Dimitrescu, la mujer mas alta y pálida que había tenido la desgracia de ver, era un monstruo en toda regla, simplemente tapado por su bello rostro y el mas voluptuoso de los cuerpos. Si Mia hubiera estado aquí, seguramente le habría dicho teorías sobre lo que ella podría ser.
Medir 8 pies no era nada que un ser humano normal pudiera soportar, menos vivir por toda una vida.
Según una carta que leí a las afueras del calabozo, ¿no esto fue fundado en el siglo 15? Dudaba que Alcina haya estado viva para ese entonces, pero la duda siempre trae una pisca de verdad. Eso dijo su padre. Mierda, si sea verdad, ¿Cuánto tiempo habrá estado viva?
Y si todo fuera una farsa genética como lo había sido Eveline, ¿Qué era?
¿Qué cambió en ella?
Preguntas que tal vez obtendría respuestas, tal vez no. Mientras tanto, le dio un firme agarre a su arma y avanzó hacía las escaleras. Teniendo cuidado de no hacer tanto ruido y tapar el mínimo de sus hematomas y el mordisco ensangrentado de su antebrazo izquierdo. Lo había cerrado un poco gracias al liquido restante que le quedaba en el equipamiento, pero no había tenido el tiempo suficiente como para limpiar la herida de inmediato.
Abriendo las puertas dobles que conducían hacía lo que suponía que era uno de los comedores principales del castillo, entro rapidamente y cerro la puerta detrás de el, y rapidamente se dirigió hacía las otras puertas dobles que estaban en medio de todo.
Hasta que una ola de insectos lo cubrió.
Tapándose el rostro y sacudiendo sus brazos a todas direcciones, agarró su arma y apuntó hacía una de las doncellas que lo habían estado persiguiendo.
Bajó levemente su arma cuando la misma doncella la cual había conversado hace no mas de dos horas apareció frente a el.
"¿Tú…?"
"¿Yo?" Respondió. "¿Hay alguien mas en esta habitación más que tu y yo?"
No, pero eso no quita lo bocazas que se había vuelto. "Graciosa." Dijo, sacando la llave que ella le había dicho que estaban por la habitación al oeste. "Por cierto, gracias por decirme donde estaba esta cosa. Te lo agradezco. En serio."
"¿Doble agradecimiento? Me halagas." Ella camino a un lado suyo y puso su trasero en la mesa rectangular. "Nunca me había sentido tan habladora desde… eh, no lo sé. ¿Una semana?"
"¿Años, quieres decir?" Aún con las llaves en mano, no había bajado la guardia y ella pareció darse cuenta.
"No soy tan desesperada." Dijo, "Por cierto, si piensas que yo te atacare ahora o te haré daño. No te creas, no lo haré. No a menos que me lo pidas, o sea en defensa propia." Esa ultima parte había sido un susurro, y supuso que había algo mas allí como para que se sintiera cómodo rapidamente.
"¿Por qué estas aquí?", finalmente preguntó. "Y espero que no sea para volver a atarme a una silla." Lo dijo en broma, pero esperaba ansiosamente que esa broma no se tome en serio.
Para su crédito, ella soltó un bufido antes de reincorporarse en la mesa. Tomo una copa y la observo; vacía, supuso; si su expresión de su rostro lo decía todo.
"Estas a una puerta de irte y no he tenido una conversación natural con alguien desde…", ella hizo una pausa mientras se llevaba un dedo a la barbilla mientras miraba el techo, habla de expresión. "¡Nunca!". Termino con un aplauso y una risa infantil.
Ethan simplemente la miro fijamente.
"Quiero decir– no es que nunca halla hablado normalmente antes, pero esta es la única vez que ni hablo de varios temas con alguien que no sean mis familiares– Ugh, eso sonó mal– Espera, ¿Por qué me miras así? Para de inmediato, ¡esta es la primera vez que le pido a alguien que se quede charlando conmigo y es muy vergonzoso!"
Ethan miro las llaves que traía en su mano cicatrizada, luego a la entrada cerrada de la cocina y luego a la chica frente a el.
Ugh, elecciones difíciles. ¿Pero que tiene de malo quedarse un momento?
Suspirando, la volvió a mirar. "De acuerdo, pero solo un momento, no se donde están tus otras hermanas y tu madre quiere mi cabeza como trofeo-"
"Mis hermanas están en la parte norte del castillo, mi madre fue a los calabozos mientras que yo estoy aquí parado contigo. Pero no le digas a mi madre que estoy hablando contigo, ¿bien?", Agregó rapidamente. Y ella se relajo cuando el asintió.
"De todos modos, la vida en el castillo en bastante compleja, y te lo dice alguien que ha pasado gran parte de su vida aquí." Ella se levanto y el sonido de dos sillas raspando el piso se escucho. Ella se sentó y palmeo el asiento a su lado. "Siéntate", dijo. "Esta mal no ofrecerle un asiento a mi invitado, después de todo, tengo mucho que contar."
Aceptando la invitación con cautela, se acerco al asiento indicado y se sentó al lado de la mujer que le había enterrado una garra de metal en la rodilla.
Aún le afligía.
"¿Vino?", Ofreció. El lo negó tan rápido que incluso Redfield habría tosido de vergüenza. Ella bufó ante eso, claramente decepcionada de que no le gustara una bebida literalmente sacada de cuerpos y órganos humanos contenido en barriles.
"Tsk, ¿la gente de ahora no tiene buen gusto?"
Vuelve a decirlo, replantéalo y vive con normalidad.
"Eso es sangre." Indicó. "Nosotros no tomamos sangre."
Ella frunció el ceño, y juro que ella hizo un pequeño puchero ante eso. Es linda. Admitió, no era como si no considerara a muchas mujeres lindas a su propia manera, pero nunca cometió adulterio, amaba mucho a Mia para hacer algo así y siempre tuvo dignidad.
Y ella lo trató de matar, que conste.
"Raros, extraños. Todos ustedes." Ella dejo la botella a un lado no sin antes servirse ella misma, y ahora que lo pensaba, ¿no se emborrachan con eso? "De todos modos, ¿A dónde ibas con tanta prisa?"
"¿No que tu no podías salir?" Tuvo que preguntar, ahora parecía mas como… eh, no lo sabía con exactitud, pero podría decir como una madre instando a su hijo que no iba a ir a ninguna parte sin su permiso. Oh, joder.
"No lo hago." Se encogió de hombros. "El sol me daña la piel, ¿sabes? Es totalmente estresante no poder tomar un poco de aire fresco, estoy en la sombra en este momento, incluso la luz de afuera me puede dañar."
Su cabeza no entendía esa lógica, pero ella no debía ser una vampiresa de verdad. Siempre tiene que haber una explicación científica, los Baker fueron un muy buen ejemplo. ¿Un Virus, plaga, mutación? Eveline infectaba a la gente con un hongo, es por eso que todos los efectos de alucinaciones y control mental surtían efecto.
Al contrario de lo paranormal que había pensado al inicio.
"Por cierto," Ethan tomo un baso por inercia, de pronto recordó que no tomaba sangre, y lo dejo. "¿Candidatas? Hay tres, ¿no? ¿Por qué?"
Una sonrisa apareció en el rostro de la rubia, una divertida. "Ooohhh~" Dijo, espera, ¿Por qué hizo eso? "Así que viste el papel de mamá, ¿no?"
"Sí." Respondió, y seguramente no era nada bueno. "¿De que trata? Y no me digas que es para un ascenso."
"Y si te dijera que sí, ¿me creerías?"
"No." Contestó.
Esa sacó una ligera risa, una genuina, por lo que veía. Era melódica, todo lo contrario a sus hermanas que eran unas perras totalmente locas. Wow, la vida tiene sus contrastes… Bueno, que te follen.
Espera, ¿no ella también se rió así cuando lo apuñalo en la rodilla?
"Supongo que te lo diré, después de todo, una dama saca a relucir sus secretos tarde o temprano." Ella ignoró con total profesionalismo sus ojos claramente estrechados. "Entonces, ¿Qué quieres saber?"
"Primero lo primero." Las candidatas pueden ser para después. "¿Dónde esta mi hija?"
"Lamento decirte que no lo sé." Dijo, "Lo siento, Ethan, ya te lo dije antes, no puedo saber con certeza lo que quieren con ella, ni si quiera sé donde se encuentra." Eso hizo que Ethan se desinflara.
"Pero si quieres preguntarle a alguien, ¿Por qué no se lo haces a mi madr-"
"¡Esta bien!" Casi grito, su ojos se abrieron levemente y bajo la voz. "Tu madre me matara, me descuartizara y colgara mi cabeza en su habitación antes de decir una palabra, Ella seguramente dirá: '¡Ethan, que gusto verte!' y me plantara sus garras en el rostro mientras grito."
"Ow, una pena por ti." Maldita… "Pero ella te podría tirar al calabozo, y yo podría ser la que esta allí para ti."
Uh, ¿Por qué tuvo que decir eso en un tono tan afectuoso? En serio, ¿ya me agarró cariño en tan solo un día? ¡Pero si esta loca!
O talvez quiere camuflarse con amabilidad y cariño para comérselo vivo. Eh, vamos por la ultima.
"Después de todo, también soy alguien que quiere probar cosas nuevas." Lo único que paso por su mente fueron risas, sus gritos, su sangre, métodos de tortura horribles y su rostro loco mirándolo con un placer salvaje. "Sería una pena que alguien más te matara."
Confirmo…
"Por cierto." Siempre fue un hombre calmado por fuera, yendo primero a lo importante y al grano antes que a cosas menores. Todo fue demostrado en la casa Baker, Mia le dijo que parecía mas un militar de fuerzas especiales o de armada. Pero eso nunca le quitaba el miedo que sentía en su interior. "¿Tu… de verdad quieres comerme?"
"Sí." Dijo. "Quiero devorarte, Ethan, ese cuello es tan tentador que tal vez no me aguantaría para darle un mordisco si no te tuviera en un maldito calabozo-" ¿Dónde quedó la mujer culta? "-O mejor aún, más personal. En mi cuarto, en mi cama…"
¡Ay! Si no tuviera tanto miedo y paranoia, hubiera pensado que la mujer lo habría tratado de seducir, siendo directa en que quiere meterlo a la cama y follarlo hasta no ver más que oscuridad.
Pero ella lo había apuñalado, lo quería comer vivo, y quien sabe que habría hecho antes en el pasado con sus victimas del mismo sexo que el.
Tragándose el miedo nuevamente, abrió la boca. "Haha, graciosa, si…" Tosió. "De todos modos, ¿Cómo te llamas? Quiero decir, no me has dicho tu nombre de ninguna manera…"
Ella abrió los ojos, sus labios se abrieron levemente mostrando sus colmillos inferiores, ella junto las manos en lo que parecía un rezo al Dios del olvido y una lagrima falsa recorrió su ojo derecho.
"Nadie…" Dijo. "Nadie, desde hace mucho tiempo, me habían preguntado mi nombre, todos lo sabían gracias a que se lo dijeron-"
"¿Por qué te importa tanto la pregunta…?
"-o mi madre les paso un contrato a las sirvientas mostrando los nombres de casa una de nosotras." Ella puso sus manos en su boca, y chilló. Si, tan claro como el día. ¡Chilló! "Squeeeeeee!"
¿Cuanto tiempo paso sola en este castillo?
La mujer estaba claramente trastornada, era infantil pero de pronto cambiaba a alguien madura; era una mujer sádica, cruel y hambrienta de sangre humana y se jactaba a sí misma como la mas amable de todas. Tal vez tenía razón en eso.
Y aquí estaba ella, chillando como una adolescente…
"Mi nombre es Daniela Dimitrescu, tengo 97 años y quedé atrapada en esta forma desde mi adolescencia gracias a este collar." Dijo rapidamente, y ella sonrió. "Y tú, Ethan, eres bastante autentico."
Bueno, mierda...
¿Le gusto a la loca? Probablemente no, probablemente si.
Se escucharon unos pasos en la habitación contigua, lo estaban buscando. El se levanto rápida y silenciosamente. "¿Tu que harás?" Preguntó.
"Diré que escapaste con una gran herida en el hombro, te curaste y fuiste a la villa otra vez."
Eso es mejor de lo que esperaba, el asintió y se dirigió a la puerta que llevaba al patio del castillo.
"Suerte, Ethan." El se volvió para mirarla brevemente, ella le sonrió cuando se levantó de la silla. "La necesitarás."
Con eso, el abrió las puertas y salió.
Daniela, ¿que pasó, el mundo se la parodia te alcanzo?
