Los personajes de Inuyasha pertenecen a la gran Rumiko, yo solo los tomó prestados para poder dar forma a la trama la cual si me pertenece. Todo sin lucro y solo con el afán de entretener.


Un día tranquilo y normal, mientras realizaba sus compras en el minisúper y se entera por boca de otra madre, que su hijo adolescente embarazó a su novia.


Rumores

Izayoi tomó un paquete extra de costillas de puerco, ese día, su esposo volvía de su viaje de trabajo y entré él y su hijo, desaparecían la carne. Al ya tener todo de su lista en su carrito, fue a pagar a la caja, terminaba de poner los últimos artículos en la cinta transportadora, cuando una mujer que no era de su total agrado la saludó.

—Izayoi.

—Yuriko, Kikyou, ¿cómo han estado?— saludó a madre e hija.

—Bien, pero déjanos felicitarte.

—¿Por qué?— preguntó confundida al pasar su tarjeta por el lector y le hicieran el cobro.

—Serás abuela, ¿no te han dicho?— Yuriko sonrió con malicia al ver la cara de sorpresa en la mujer—. Vi a Higurashi y su hija en el hospital, esperaban a entrar a ginecología y luego recogieron en farmacia calcio y vitaminas.

—Debe ser un error— intentó mantenerse calmada, la cajera y otras personas escuchaban atentamente la conversación, como les encantaba el chisme, sobre todo, porque sabían que su hijo era un muchacho de 16 años y tenía una novia de 15 años.

—Mi hija también la vio.

Izayoi vio a Kikyou asentir, pero no le dio importancia y tomó sus bolsas. Había muchas otras razones para que ir al ginecólogo, no era exclusivo de los embarazos.

—Debió ir por otra razón, espero sigan bien.

—Y tu llorando porque su hijo te rechazó por esa muchacha— dijo Yuriko a su hija apenas Izayoi dejó la caja.

—Mamá— estaba avergonzada, jamás creyó que su madre fuese a hacer una cosa como esa, solo para vengarse, su madre seguía sin entender que ahora ella estaba con Naraku y era feliz.

—Ahora serías tu la embrazada y con tu juventud arruinada.

—Ya paga y vámonos— podía sentir la mirada de todos, a lo lejos vio a la madre de Onigumo, primo de Naraku, eso solo se podía significar una cosa, dentro de poco el rumor estaría en todos lados.

Al llegar a casa, Izayoi vio que su hijo ya estaba de vuelta, por sus zapatos en la entrada, hizo el intento de subir a verlo, pero su celular comenzó a vibrar, eran mensajes de vecinas u otras madres de la escuela, le preguntaban sí estaba bien, simplemente la saludaban o preguntaban por la próxima reunión de padres, todo eso solo para iniciar una conversación y sacarle información.

La mujer suspiró, volvió a mirar escaleras arriba, su hijo y Kagome llevaban saliendo medio año, una tarde que llovía a cántaros, al llegar a casa los encontró dormidos en la sala, no le tomó mucha importancia, llevaban sus uniformes e Inuyasha le dijo después que la lluvia les dio sueño y se quedaron dormidos. Pero ahora no sabía si eso fue verdad, ¿ese día pasó algo más? Desistió de ir a verlo, no sabía qué decirle y mejor fue a guardar sus compras en la alacena, prepararía un postre, eso la distraería.

—¿Tiramisú con licor y frutas?, estás preocupada— su esposa solo hacía ese postre cuando era Año Nuevo o estaba preocupada por algo.

—Touga, llegaste temprano.

—¿Pasó algo?— se acercó a ella para saludarla con un beso.

—Me encontré a la señora Higanbana.

—Te volvió a presumir a su hija.

—Me dijo algo sobre Kagome.

—¿Qué cosa?— se sentó en un banco de la isla de la cocina y esperó que su esposa continuase—. ¿Esta enferma?

—Está embarazada— en cuanto lo dijo se arrepintió, debió decirlo de otra manera, pero no estaba pensando con claridad, ahora su esposo se la armaría en grande a su hijo.

¡Inuyasha, baja ahora mismo!

El chico no tardó en aparecer en la cocina, vestía un short rojo, camiseta blanca y no se había quitado sus audífonos inalámbricos del cuello, los veía muy confundido.

—¿Qué sucede?, la basura— dijo al verla, sabía que antes de irse a la escuela debía sacarla y ese día lo olvidó, por levantarse tarde—. Ya la saco— hizo el intento de pasar, pero su padre le detuvo.

—No es eso.

—¿Entonces?

—¿Hay algo que nos quieras decir?

—¿Cómo que?, no he hecho nada malo— estaba tan confundió por la actitud de sus padres, vio a su madre y el postre que hacía, ¿eso era señal que estaba en problemas?

—¿Seguro?— Touga veía inquisitivamente a su hijo.

—Bastante, mis calificaciones subieron y…

—Algo con respecto a Kagome.

—¿Algo le pasó?— preguntó preocupado, él ese día no la acompañó a su casa porque él se quedó limpiando el salón, ¿había tenido algún accidente?

—Comprendo que eres un adolescente— se masajeo el puente de la nariz para calmarse—. Tus hormonas las tienes a tope, todas locas y tu novia es bonita, pero al menos, por sentido común, ¿no se te ocurrió comprar preservativos?, ¿O no los conoces? Creo que te doy el suficiente dinero como para que puedas comprar algunos ya que decidiste divertirte así con tu novia.

—¿De qué mierd…?— sintió su cara arder de vergüenza.

—Tu novia está embarazada.

—Kagome, ¿qué?— su cerebro estaba en blanco.

—En verdad que decepcionas Inuyasha, estabas por obtener una beca para la universidad.

—No entiendo, ¿ella les dijo?

—¿Por qué no nos dijiste?— preguntó con calma Izayoi.

—Yo… es que no…— no sabía ni por donde comenzar.

—Creo que te dimos muchas libertades, pero lo hecho, hecho esta.

—Papá, yo…

—Sé que también ella es responsable de lo que pasó, pero ¡Te creí más inteligente y responsable!— inhaló y exhaló, ya se estaba alterando de nuevo—. Te harás responsable, tengo que mandar unos correos y luego de eso iremos al templo para que des tus respetos a los Higurashi— Touga dejó la cocina e Inuyasha se quedó congelado, seguía procesando lo que le habían dicho.

—Pero yo…

—Ve a tu cuarto— dijo Izayoi a Inuyasha, sacándolo de sus pensamientos.

—Pero mamá…

—Ve, todos necesitamos calmarnos.

Inuyasha asintió y volvió a su habitación, cerró la puerta y se dejó caer en su cama.

¿Kagome embarazada?

Afuera del dojo de Judo, Sango y Miroku esperaban a que fuese la hora del entrenamiento de la chica, platicaban muy a gusto cuando un grupo de chicos, compañeros de escuela pasaron. La pareja espero que siguieran su camino sin verlos, dos de esos chicos tenía rivalidad con Inuyasha por ser el capitán de kendo y le guardaban mucho rencor.

—Miroku, que bueno verte.

—Onigumo, creí que estabas castigado hoy— había escuchado que estaría limpiando el equipo de sóftbol porque rompió una ventana del laboratorio de química.

—Creíste mal, por cierto, entre tú y tu amigo, honestamente creí que si alguien embarazaba a una chica serías tu.

—¿De qué hablas?

—¿No te lo ha dicho?, creí que eran mejores amigos.

—Taisho embarazó a Higurashi— se burló Akago.

—Muy buena broma.

—No lo es— dijo Onigumo con una gran sonrisa—. Supongo que ahora necesitaremos un nuevo capitán.

Miroku vio a Sango, tal vez ella sabía algo, pero su novia solo le susurró un "Kagome no me ha dicho nada", estaba igual de confundida.

—¿Ustedes cómo se enteraron?— preguntó Miroku.

—Mi madre escuchó a la madre de Kikyou felicitar a la señora Taisho.

—Entonces debe ser inventando, tu madre y la de Kikyou no son precisamente buena fuente de información.

—Ya lo sabremos mañana, porque esas noticias vuelan.

Miroku y Sango vieron marchar al grupo, cada uno llamó a un amigo, pero no les contestaron.

—No me contesta y ya tengo que entrar— dijo Sango.

—Yo iré a ver a Inuyasha.

—Espero todo sea un estúpido rumor.

—Te llamo.

Inuyasha cerró con furia su libro de cálculo, no podía concentrarse, todo el asunto con Kagome le estaba poniendo mal, intentó llamarla, pero se acobardó al último momento, volvió a tomar su celular y vio que Miroku le había llamado, estaba por devolverle la llamada cuando volvió a entrar una llamada suya.

—¿Qué pasó?

—Estoy en tu patio, atrás del cobertizo, baja.

Inuyasha abrió su ventana y se escabulló, dudaba que sus padres le dejasen salir por la puerta principal.

—¿Qué pasa?, ¿por qué no tocaste?

—No quería nos escucharan.

—¿De qué se trata?

—¿Es verdad?— le miró fijamente.

—¿Qué cosa?

—Que tú y Kagome espera un…

—No lo digas— le tapó la boca—. Ya suficiente tengo con mi viejo que está todo cabreado.

—¿Entonces verdad?, ¿qué pasa?— se preocupó cuando su amigo se sentó en el pasto, no tenía buena cara.

—Es que nosotros…

—Sí, serán padres, pero no es el fin del mundo, no creo que sus padres les den la espalda y…

—No lo entiendes, nosotros nunca hemos tenido…

Shit— ok, eso no se lo esperó.

—¿Crees que ella me engañó?

Desde que sus padres le dijeron que Kagome estaba embarazada, en su mente solo rondaba aquella duda, él no podía ser el padre, era algo imposible porque nunca habían tenido relaciones sexuales, así que solo quedaba la posibilidad que su novia lo había engañado y eso le dolía. Él estaba todo idiota por su novia, estaba completamente enamorado de ella, era como si algo en él le dijese que estaban destinados a estar juntos. Haría lo que fuese por Kagome.

—No creo que…— Miroku no sabía qué decir, y él era el amigo de los consejos.

—El imbécil de Kouga aprovecha que yo estoy en kendo para acompañarla a casa, tal vez…

—Y Kagome te dijo que solo son amigos.

—Pero entonces, ¿quién es el padre?

Ambos se quedaron en silencio, no sabían cómo explicar eso. Hasta que Miroku recordó una fiesta que se salió de control hace dos meses.

—¿Recuerdas que en la fiesta de Bankotsu uno de sus hermanos llegó con alcohol y te embriagaste?

—Ni me lo recuerdes, que eso pasó por tu culpa.

—Y asumo la responsabilidad, debí decirte que los refrescos llevaban alcohol.

—Y me castigaron por eso, un mes sin dinero extra, solo lo necesario para la escuela.

—Mi punto es, le llamaste a Kagome para que fuese por ti, borracho y todo, pero supiste que no debías manejar.

—Lo recuerdo— o vagamente lo hacía.

—¿Ese día no pasó nada entre ustedes?

—Yo… no lo creo, no me lo dijo, pero ahora que lo dices, ella estuvo rara por una semana, apenas si me veía a la cara.

—¿Qué recuerdas?

—Le llamé, vino por mi, a mi padre regañándome y despertar con una enorme resaca… espera, creo que de camino fuimos por hamburguesas y se puso roja por algo que dije.

—¿Y luego?

—Es todo— ¿pasaría algo más y él no lo recordaba?

—Solo hay una forma de averiguarlo, ve a verla.

El trayecto al templo fue muy largo, ese día estaba viendo a muchos conocidos y debía dar la vuelta, tomar otra calle para evitar que le detuviesen para interrogarlo por si el rumor ya había llegado a ellos, al subir el último escalón del templo suspiró aliviado, había llegado. Le llamaría para que saliera y hablaran, no quería ver a los padres de ella.

—Inuyasha— el chico perdió el aliento cuando el padre de Kagome le llamó, el señor Higurashi estaba barriendo el templo—. Ya te enteraste de lo Kagome.

—Sí, ¿no está enojado?

—Estas cosas pasan y no es grave.

Inuyasha estaba confundido, ¿no debería estar molesto con él y en ese punto querer matarlo?

—Inuyasha— ahora fue turno de la madre de Kagome, había salido a saludarlo—. Pasa, estoy preparando ramen y quiero tu opinión.

—Entra muchacho, ¿por qué tan tenso?

—Por nada.

¿Era una trampa y luego aprovecharían para deshacerse de él?

—¿Y Kagome?— preguntó lo más casual cuando entró a la cocina.

—Arriba, pruébalo— la señora Higurashi le dio un tazón con algo de ramen—. ¿Y bien?, es la receta de la madre de Makoto, es la primera vez que la hago.

—Está muy bueno.

—Mamá, ¿Dónde está…?, Inu.

Inuyasha vio con gran sorpresa a Kagome, ella tenía la mano izquierda vendada y un pequeño moretón en su frente.

—Tu mano y…— le señaló la cabeza.

—Esto, acomodaba unas cajas en mi armario, Buyo salió corriendo, no lo vi y me caí del banco, no es grave, solo me la torcí y el golpe no duele.

—Inuyasha, ¿Podrías ayudarla a acomodar sus cajas? Aún están en el suelo y conociéndola, va a querer acomodarlas ella sola.

—Sí, yo la ayudo.

El chico terminó de poner la última caja en la repisa del armario y observó a su novia, ella estaba de lo más calmada sentada en la cama, mirando su teléfono. ¿Acaso aun no sabía todo lo que decían de ella, de ellos?

—¿Algo más que quieras acomodar?

—Nada, muchas gracias. ¿Me habías llamado?

—Apenas te iba a llamar.

—Si no te contesto en dos días, es porque la pantalla se estrelló, lo tenía en mi bolsillo trasero y no puedo entrar a mis mensajes— tenía varios que no podía leer.

—¿Fuiste al médico por tu mano?— preguntó al sentarse junto a ella.

—Sí, ¿cómo te enteraste?, la madre de Ayumi debió decirle a tu mamá— claro que fue ella, se la encontraron en el hospital ya que la madre de su amiga era enfermera allí.

—En realidad, fue la madre de Kikyou.

—No recuerdo haberla visto, ¿qué pasa?— su novio estaba raro—. Descuida, solo duele un poco.

—No es eso— le tomó con cuidado la mano—. Solo has ido al médico por tu mano ¿verdad?

—Sí.

—Solo eso, nada más.

—¿Qué está pasando?

Makoto estaba por entrar a su casa en el momento que los padres de Inuyasha llegaban. Touga no tenía buena cara, seguramente Inuyasha estaba castigado y se salió a escondidas para ver a Kagome. No lo culpaba, su pequeña le preocupaba y aunque sentía los clásicos celos de padre, le tranquilizaba que Inuyasha estaba al pendiente de Kagome.

—Izayoi, Touga.

—Hola Makoto, ¿Inuyasha está aquí?

—Sí, vino a ver cómo estaba mi hija.

—Lamentamos mucho lo qué pasó y les aseguro que se hará responsable, no se va a desatender de esto.

—¿Responsable?, ¿a qué te refieres Touga?

—A que…

¡Que ella le dijo a tu mamá que yo ¿Qué?!, el grito de Kagome se escuchó por todo el templo.


Al día siguiente en la escuela, Miroku estaba en el salón de Sango y Kagome, lo último que había sabido de su amigo era que todo estaba bien, pero no sabía nada más y esperaba tener una mejor explicación ese día, pero Inuyasha no había asistido, así que fue al salón de las chicas, pero se sorprendió al enterarse que Kagome tampoco había asistido. La inasistencia de los dos solo hizo que el rumor del embarazo de Kagome se extendiera y cogiera más fuerza.

—Tenemos un invitado— dijo el profesor al ver a Miroku.

—Profesor Terada, no tengo clase, ¿puedo quedarme aquí?

—Creo que puede, Higurashi no vino, vengo del salón de Taisho y tampoco él asistió hoy.

Seguro planean su boda, No creo que Higurashi vuelva en unos 9 meses. Murmuraron al fondo del salón.

—¿Qué cuchichean al fondo?, ¿Saben por qué no vino su compañera?

—Higurashi tuvo un pequeño accidente en su casa ayer— dijo Hojo, que estaba sentado al frente—. La llevaron al médico para ver si no se había roto la muñeca. Taisho no lo sé, porque faltó hoy.

—Akitoki, ¿Cómo sabes eso?— preguntó el profesor.

—Ayer fui a entregar una medicina a su abuelo y ella salía con su padre, estaba muy hinchada su mano, espero esté bien.

—¿Entonces no está embrazada?— preguntó una chica en voz alta, logrando que Hojo y el profesor se sorprendieran, al parecer, ellos no habían escuchado el rumor.

Miroku sacó su celular al sentirlo vibrar, finalmente Inuyasha se dignaba a contestarle.

¿Por qué no viniste?

No entré, no quería ver cómo me veían, cómo si fuese alguna rareza o criminal.

¿Entonces es mentira lo del embarazo?

Fue al médico por una torcedura.

—¿Qué dice?— susurró Sango, Miroku le mostró la pantalla y la chica respiró aliviada.

Tal vez no fue la mejor idea que tuvieron Inuyasha y Kagome, pero ese día no sentían ganas de ir a clases, así que fueron a perder el tiempo a un pueblo cercano que les quedaba a media hora en coche, después de lo vivido el día anterior, necesitaban un respiro. Era increíble que todo se diese solo porque Kagome se había torcido la mano, su padre la llevó al médico y el consultorio de traumatología estaba junto al de ginecología.

—¿Crees que mañana ya podamos ir?— preguntó Kagome, que estaba acostada junto a Inuyasha en la parte trasera de la camioneta del chico.

—Espero, Miroku me acaba de decir que se encargaría de aclarar todo, además, si faltamos mañana, comenzará otro rumor.

—Nunca te engañaría.

—Ya olvidemos eso, pero hay algo que quiero saber.

—Dime.

—¿Por qué no me veías a la cara luego de que me embriagué?— la vio con curiosidad.

—Eso no tiene importancia, tonterías mías— dijo con un leve sonrojo.

—Quiero saber— le obligó a verlo a la cara.

—Por dos cosas, algo que dijiste y algo que vi, ¿Realmente me harás decirlo?

—Necesito saberlo.

—Luego de ir por las hamburguesas, dijiste "cómo te amo", creí que se lo dijiste a la comida, pero…

—Te lo dije a ti— ahora recordaba un poco más, la primera vez que se lo decía y no lo recordaba.

—Y, llegamos a tu casa, luego de regañarte, tu padre te llevó a tu cuarto, yo me esperé porque mi papá iría por mi, tu madre me pidió que te subiera una pastilla y agua mientras ella te preparaba algo para tu futura resaca, al entrar a tu cuarto— hizo una pausa—. Te juro que toqué antes y dijiste "pueden pasar".

—¿Qué hice?

—Nada, estabas acostado en tu cama… desnudo— dijo con la cara completamente roja—. Te aventé un suéter, dejé la pastilla y el agua, luego de eso me fui— si era sincera con ella, aunque se sentía avergonzada por ese pequeño incidente, no se arrepentía de lo que había visto, pero eso no se lo había a decir a su novio, o no por ahora, en un futuro seguro que sí.

¡Oh mierda!, ahora él era quien no podría ver a Kagome a la cara, la vio por el rabillo del ojo, ella estaba roja pero extrañamente calmada y no pudo evitar preguntarse si le gustó lo que había visto.

—Hay algo de lo que, si me arrepiento— dijo Inuyasha luego de unos minutos—. Me gustaría poder recordar bien lo que te dije— le tomó la mano sana y la miró a los ojos—. "Te amo".


22/04/2021

No debería estar editando esto y debería estar editando una de las historias que tengo publicadas en proceso, pero aquí estamos.

Espero que les gustase y nos seguimos leyendo.