Los personajes de Shingeki no Kyojin son de Hajime Isayama.


N/A: holis, les traigo este fanfic improvisado a petición de mi querida amiga Rusbeell, quien me etiquetó en una publicación hace tiempo. Lo siento, ella pide yo obedezco. Jsjs. Te quiero mucho️, me tardé, lo sé, pero lo escribí con amors, espero te guste o al menos cubra tus expectativas.

Advertencias: universo alterno, ligero ooc.


P.O.V.


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POV Sales con una niña de 22 años que se queda estática frente al estante de los pudines.

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Levi había sido valiente en realizar aquella osada publicación en su Facebook, su única red social disponible y de poco uso frecuente. Antes pensó en los pros y contras, pero recordando que solo poseía un total de 30 amigos, los más cercanos entre los que figuraban Erwin, Hange, Farlan, Isabel, Mike, Nanaba, Erd, Gunther, incluidos otros cuantos de su círculo más personal posible, se quedó más tranquilo consigo mismo.

No porque estuviese mal lo que hacía o su relación, su mocosa ya era mayor de edad desde hace varios años, pero quizá la manera en que la había conocido no era la más ortodoxa o aceptada por la sociedad.

Antiguamente era su profesor de matemáticas.

Era, tiempo pretérito. Pues ya no más.

Y no, no fue "seducido" por ella en busca de una mejora en la calificación, las cosas simplemente sucedieron, se dieron naturalmente entre los dos, quienes en un principio no se compenetraban para nada bien, pero una cosa llevó a la otra posterior a la graduación de ella de la preparatoria y pues...

Aquí estaban, después de cinco años, haciendo su despensa tranquilamente un sábado por la tarde.

Levi suspiró soñadoramente, y se dio una palmada en la frente trayéndose de vuelta a la realidad, Mikasa lo ponía cursi y sentimental, de verdad.

Pero ¿cómo no? Si esa mocosa era tan tierna y candorosa cuando se lo proponía. Como ese día, luciendo hermosa con una falda con volantes de color negro que le llegaba justo encima de sus largas y esbeltas piernas blanquecinas, sus zapatillas estilo valerinas —para colmo, las llevaba con calcetas altas luciendo aún más adorable todavía—, su suave y lacio cabello azabache, largo hasta la mitad de la cintura, y recogido a media coleta junto a un infantil moño rosado coronando así el peinado. Lucia preciosa.

Por esa misma razón le hacía más gracia la escena que acababa de presenciar frente a sus narices.

Mikasa de pie frente a una enorme estantería de pudines y demás golosinas, imposible fue para él no captar el momento mediante una fotografía con su celular. Solo faltaban un montón de niños a su alrededor igual de impávidos que ella para completar el cuadro.

Toda una niña.

No pudo evitar emitir una ronca risita que despertó la atención en su distraída y embelesada mocosa.

—¿De que te ríes? —preguntó suspicaz acercándose con pasos lentos a él, olvidando por un rato su deleite por el postre amarillento. Le dirigió su ya típica mirada aburrida, pero esta vez ella se dio cuenta que en sus zafiros cargaba una chispa de diversión en ellos.

—Nada, ya vamos a pagar.

—Mm —sus ojos aún medio luminosos cubriendo su mirada curiosa se entornaron y Levi pudo apreciar ese brillo y esas mejillas naturalmente rosadas que tanto amaba.

Mikasa ya no dijo nada, se agarró al masculino brazo que cargaba la canastilla de compras quedándose pensativa por el ligeramente extraño comportamiento de su novio.

Hasta que Levi, súbitamente y de improviso, regresó unos pasos, tomándola por sorpresa, y tomó uno de los productos que Mikasa menos esperaba.

—Llevémoslo.

—¿Qué? Pero... Levi... —estaba boquiabierta por el gesto.

—Tch, ¿lo quieres o no mocosa?

—Pero yo... —él le dirigió una inquisitiva mirada de las que ella nunca pudo, ni podría escapar. Ella correspondió haciendo un puchero, su especialidad para con el mayor—, está bien, pero porque tú lo quisiste —le señaló el pecho con un dedo—, yo no te obligué a comprarme nada anciano. Hmm.

Mikasa avanzó por delante de él, hinchando el pecho, inflando las mejillas, y levantando la cabeza orgullosa. Pero interiormente feliz por haberle cumplido su capricho.

«Sip, ese día además de verse como una niña, Mikasa actuaba como una».

Sonrió, apreciando, sin querer, la delicada cadencia de sus anchas caderas.

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Minutos más tarde iban juntos en el auto de Levi. Este continuaba fantaseando con la imagen de su Mikasa frente a todo ese escaparate de pudín. Era tierna, adorable, hermosa, no podía sacársela de la cabeza por alguna razón inexplicable, la tenía grabada a fuego. Además, ahora al tenerla tan cerca percibía su exquisito aroma femenino, olía a jazmines. Deliciosos jazmines.

A veces Levi se cuestionaba a sí mismo cómo es que semejante criatura caída del cielo había terminado a su lado.

Ese era uno de esos días, ¿por qué? Mientras conducía, de nuevo volvía la extraña escena del pudín —y es que Mikasa amaba el pudín—, dando vueltas y vueltas en su cabeza, como un torbellino meloso sin fin.

Lo amargoso de su vida había ido desapareciendo gradualmente desde que estaba con ella. O bueno, no del todo, continuaba siendo un tipo duro y aburrido, frío, algo necio —en palabras de su chica—, indiferente, seco, y sobretodo un profesor supremamente estricto.

Eso jamás cambiaría.

Sin embargo, ella lo dominaba.

Se lo admitía solo para sus adentros, jamás frente a los demás, o la cuatro ojos no pararía de burlarse.

Tsk.

—¡Hey! ¿Cómo, cuándo, por qué? —protestó al aire, saltando en su asiento de repente, con esa adorable voz dulce que tanta agitación le provocaba en el estómago cuando la escuchaba, luego, volvió esa mirada plateada a su dirección, un leve ceño fruncido y otro ya conocido puchero se dibujaba en su perfilada carita.

No importa, seguía luciendo tierna, como una linda muñequita, de esas que hacen gestos de enfado.

—¿Qué pasa? —preguntó con esa distinguida voz grave y severa que lo caracterizaba en la escuela. Mikasa giró la pantalla de su iPhone para que alcanzara a visualizar lo mismo que ella. Era la foto, es entonces cuando se dio cuenta de que ella lo había descubierto.

—¿Qué es esto? —señaló.

—Es un celular.

—¡Levi!

—¿Qué?

—No estoy bromeando —a pesar de su seria afirmación, se rio con ligera soltura.

Él le siguió la corriente en su risita para no hacerla "enfadar" aún más. Su puchero era encantador, de verdad, esos carnosos labios fruncidos color cereza lo estaban tentando.

—¿Cuándo tomaste esta fotografía? ¿En qué momento? —continuó, fingiendo indignación, sorpresa y ocultando una sonrisa entre los mechones de su cabello. Su novio la había fotografiado en uno de sus momentos de debilidad frente a su postre favorito, y eso le daba un poco de pena a la azabache.

Levi obviamente sabía a qué fotografía se refería, pero se hizo el desentendido por unos segundos. Condujo en silencio, hasta que un semáforo en rojo lo hizo frenar forzosamente.

—Fue en el supermercado, mocosa.

—Eso ya lo noté —retrucó irónica—, lo que quiero saber es por qué, y por qué la descripción, ¿y que rayos es un POV?

Levi la miró extrañamente.

—Pensaba que lo sabrías.

—Pues ya ves que no. Así que comienza a explicar.

—Tch, es una extraña jerga o meme que está de "moda" entre los jóvenes como tú, yo tampoco lo entiendo muy bien, solo sé que son siglas que en inglés significa Point of View. Hange lo usa muy a menudo.

—¿Y se te ocurrió que sería divertido copiar el estilo de Hange? —torció el gesto.

—Hmmm. Tal vez. Está loca, pero publica memes decentes de vez en cuando.

Mikasa lo sopesó un segundo, casi no pudiéndolo creer.

—¡Ajá! así que de eso te estás riendo cuando me estoy duchando —exclamó como canto de victoria.

Era cierto, y no lo pudo negar ahora. Levi solía revisar Facebook en ausencia de su mocosa, no era un secreto a voces, a veces se aburría de tanto trabajo, y los buenos libros los aguardaba para noches donde no las pasaba junto con ella, cuando tenía que dejarla dormir en su propia casa, o sus padres sospecharían de sus fechorías con su querida hija ya no tan virgen.

«Medio virgen»

«Ok, no virgen, Levi, ya deja la maldita negación». Estúpida conciencia del demonio.

El azabache tan solo encogió los hombros, se declaraba culpable de todo.

El incidente no pasó a mayores, ambos continuaron en un ambiente de paz, y relajación, no había necesidad de palabras, se entendían perfectamente, no había tensión. Hasta que...

—Sabes Levi —soltó genuina, aún medio abstraída en su celular—, me diste una grata idea, algún día, publicaré algo parecido... algo como... POV, cuando sales con un hombre de 32 que se queda estático frente a las botellas del cloro.

»Gracioso ¿no? Y genial.

Esta vez, Levi no pudo evitar soltar una carcajada ante la inteligencia de su mocosa, junto a su tremenda osadía por voltearle la jugada.

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Fin.

Rusbeell bb espero te haya gustado, repito lo hice hoy con amorrrr️

Y como no tengo una buena portada ni encontré ninguna imagen de Mikasa kawaii que coincidiera con la descripción, me decidí por utilizar la foto del meme, eso hasta que encuentre una que se le parezca. Si existe alguna duda, con gusto contestaré en comentarios. En fin:

Gracias por leer.