EL NOVIO DE MI HERMANA
CAPITULO 1.
¿LESBIANA?
- ¿Qué?.- Preguntó Makoto sorprendida al escuchar las advertencias de su padre del otro lado de la línea telefónica.- No me puedes hacer eso. No voy a...
No alcanzó a terminar de decir lo que tenía en mente porque Arthur Wellington, su progenitor, finalizó la llamada telefónica no sin antes advertirle que de no ceder a ayudar a su hermana le retiraría su apoyo económico y que se encargaría de que la corrieran del restaurante donde trabajaba y de que no la contrataran en ningún otro.
-¡Eres un cretino!- Gritó Makoto furiosa, sabiendo que de todas formas Arthur no la escucharía.
Sabía que la esposa y la hija del señor que solamente había contribuido a poner el esperma para su existencia la detestaban y que Arthur la veía como una carga de la que si se había hecho cargo de apoyar económicamente en los últimos años era por el sentimiento de culpa, o quizá por miedo a una demanda cuando ella aun era menor; así que el desprecio era mutuo y no les llegaría a considerar familia, ni a él padre.
Estaba ensimismada en sus pensamientos cuando de pronto la puerta del departamento se abrió y entró Michiru, su roomate y una de sus mejores amigas desde que llegara a Londres hace ocho años.
-¿Y esa cara? ¿Te volvió a mandar mensajes el innombrable?- Preguntó Michirulo, suponiendo que esa cara era porque el ex novio de Makoto, cuyo nombre estaba prohibido mencionar en casa, le había mandado mensajes por enésima vez para pedirle perdón por sus infidelidades.
-No.- Respondió Makoto mientras se sentaba en un sofá.- Esta mañana Wanda se acordó de que soy su hermana y estuvo aquí.
Michiru la miró sorprendida. Sabía que la relación entre Makoto y su medio hermana no era buena.
-¿Y qué quería?- Preguntó con curiosidad.- ¿Leyó lo que pusiste en facebook del donador de esperma y vino a reclamarte?
-No. Mis publicaciones de desahogo en facebook están muy bien restringidas para que no se viralice nada.- Respondió Makoto.- Se le ha ocurrido que quiere que cuide a su novio.
-No estoy entendiendo nada
-Te voy a contar. Siéntate.- Invitó Makoto y su amiga tomó asiento en el otro sofá.- Wanda llegó con la grandiosa idea de preguntarme si me gustaría salirme del restaurante donde trabajo para entrar a trabajar a la editorial de su novio como secretaria de él. Trató de despertar mi interés diciéndome que mi sueldo como secretaria de su prometido sería más alto que lo que gano como una simple cocinera de un restaurante. Ya sabes, a ella y a su madre les encanta menospreciar todo lo que hago, y le dije que no tenía interés en un trabajo que nada tiene que ver con mi profesión aunque me paguen más porque no me ayuda en nada para conseguir mis objetivos profesionales de convertirme en sous chef.
-¡Qué mujer tan desagradable!- Comentó Michiru.
-Después trató de apelar al sentimentalismo y me dijo que su novio le ha sido infiel en muchas ocasiones y que al parecer ahora está buscando contratar una secretaria, y que quien mejor que su hermana, que además es lesbiana, para que le cuide a su novio lo que tiene entre las piernas y que además el tipo no sienta la tentación de acostarse con la secretaria.
Michiru dejó escapar una carcajada cuando Makoto mencionó lo de "lesbiana".
Que el donador de esperma y sus dos harpías creyeran que Makoto era lesbiana se debía a una serie de sucesos y prejuicios por parte de los Wellington que a ella tampoco le interesaba aclarar.
Los primero dieciséis años de su vida, Makoto había vivido felizmente en Tokio al lado de su familia: Midori, su madre; Naru, su hermana que había nacido dos años después que ella y Daigo Kino, el hombre que pese a no llevar su sangre le había dado su apellido y la había amado tanto como a Naru que si era su hija biológica.
Para Makoto nunca había sido un secreto que Daigo no era su padre biológico; aunque de todas formas no hubiera tenido sentido que se lo ocultaran porque por mucho que le disgustara, en los rasgos de su rostro se podía adivinar la ascendencia europea heredada por "el señor que había puesto el esperma". En su familia era tan amada, que nunca había tenido interés en conocer a Arthur Wellington y segura estaba de que no lo tendría de no haber ocurrido aquel accidente de avión en el que muchos de los pasajeros además de su familia habían muerto siendo ella una de las pocas personas sobrevivientes.
Al morir su familia, Makoto se había quedado sola, pues no tenía familiares por parte de madre, y en cuanto a su padre, este se había distanciado de sus familiares cuando habían desaprobado su relación con una mujer que ya tenía una hija de otro, así que poco interés tenían de hacerse cargo de ella y no le quedó otra opción que dejar atrás el lugar donde había pasado los mejores años de su vida e ir a vivir a Londres con su padre biológico.
Los primeros dos años en Londres habían sido los más difíciles, pues además de lidiar con el duelo de haber perdido a su familia y estar lejos de su tierra, tenía que lidiar con los comentarios de Wanda y Kate, la esposa de su padre que buscaban cualquier cosa para criticarla: Su acento marcado al hablar inglés, sus rasgos en los que se podía apreciar que era de ascendencia asiática y no cien por ciento europea, que profesara la religión sintoísta, su falta de habilidad para maquillarse, que cuestionaran sus preferencias sexuales por practicar algo tan poco femenino como las artes marciales; todas sus burlas las había tolerado Makoto con estoicismo, pero un día a Kate Wellington, la esposa de su padre, se le había ocurrido insinuar que la madre de Makoto había sido una mujer de poca moral que se había metido con su marido y sin poder tolerarlo más, Makoto le había metido un puñetazo en la mejilla que había sido su pase para que Kate exigiera a Arthur que sacara de su casa a esa "salvaje" como despectivamente la llamaba.
Arthur Wellington por supuesto no podía dejarla desamparada, así que para complacer a su mujer sacó a Makoto de la casa Wellington y le rentó un departamento donde vivió sola por un par de meses. Poco tiempo después, Makoto había encontrado un grupo de facebook de japoneses viviendo en Londres y empezó a ir a las reuniones que hacían; ahí conoció a Michiru Kahio, una hermosa violinista japonesa que tenía años viviendo en Londres con quien Makoto inició una amistad. Tan buena amistad que al poco tiempo se les ocurrió que para ahorrarse gastos vivirían juntas; y como además Michiru era una chica orgullosa de su orientación sexual que no ocultaba que era lesbiana, Wanda y Kate que siempre andaban indagando que hacía Makoto con su vida habían sacado la conclusión de que Makoto era lesbiana y que Michiru era su novia, cosa que Makoto no tenía interés en desmentir porque le daba igual lo que los Wellington pensaran, y además, aunque fuera cierto no tendría algo de malo serlo.
Continuará.
No tengo perdón. No tengo terminado mi otro fanfic y aquí vengo a publicar otro, pero es que las ideas en mi cabeza pedían a gritos que escribiera.
Espero les guste, yo me divertí escribiendo este primer capítulo.
